martes, 20 de mayo de 2008

revista digital macedonio belarte -Año III- N° XXXII - Mayo 2008



STÉPHANE MALLARMÉ
(Francia, 1842-1898)


Poeta francés que figura entre los iniciadores del simbolismo. Nació en París y estudió el bachillerato en Sens. Se sirvió de los símbolos para expresar la verdad a través de la sugerencia, más que de la narración. Su poesía y su prosa se caracterizan por su musicalidad, la experimentación gramatical y un pensamiento refinado y lleno de alusiones que puede resultar oscuro. Sus poemas más conocidos son La siesta de un fauno (1876), que inspiró el preludio homónimo del compositor francés Claude Debussy, y Herodías (1869). Otras obras importantes de Mallarmé son la antología Verso y prosa (1893) y el volumen de ensayos en prosa Divagaciones (1897). Mallarmé destacó por su conversación, en la que se mostraba tan lúcido como oscuro en sus escritos. En sus famosas tertulias literarias del martes por la noche, en su casa de París, sus comentarios críticos sobre literatura, arte y música estimularon enormemente a los escritores simbolistas franceses, así como a los artistas y compositores de la escuela impresionista, que a finales del siglo XIX desarrollaron un arte espontáneo en oposición al formalismo de la composición. En el Libro (proyecto e ideas publicadas en 1956), Mallarmé pretende adjudicar al poeta la misión de escribir la obra que, por ser la explicación órfica de la tierra, someterá al dominio del espíritu humano el azar, símbolo de la imperfección de ese espíritu. Una tirada de dados nunca abolirá el azar (1897), es un largo poema de versos libres y tipografía revolucionaria que constituye la declaración trágica de la imposibilidad de lo planteado en el Libro. También escribió penetrantes artículos sobre la moda femenina de su tiempo. Mallarmé ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de la literatura del siglo XX. En la Argentina su obra influenció especialmente a los miembros de las generaciones poéticas de 1950, suscitándose algunos debates en torno al valor de su escritura. © eMe

Textos:

SONETO EN IX


El de sus puras uñas ónix, alto en ofrenda,
La Angustia, es medianoche, levanta, lampadóforo,
Mucho vesperal sueño quemado por el Fénix
Que ninguna recoge ánfora cineraria:
Salón sin nadie ni en las credencias conca alguna,
Espiral espirada de inanidad sonora
(El Maestro se ha ido, llanto en la Estigia capta
con ese solo objeto nobleza de la Nada).
Mas cerca la ventana vacante al norte, un oro
Agoniza según tal vez rijosa fábula
De ninfa alaceada por llamas de unicornios
Y ella apenas difunta desnuda en el espejo
Que ya en las nulidades que clausura el marco
Del centellar se fija súbito el septimino.
(TRAD. OCTAVIO PAZ)

UNA NEGRA...

Una negra por el demonio sacudida
Quiso en un niño triste gustar de nuevos frutos
Y criminales bajo su veste agujereada.
Esta voraz prepara sus trabajos astutos:
Con su vientre compara dos airosos pezones
Y allá donde la mano no consigue ascender
Eleva el golpeteo sordo de sus tacones
Como una rara lengua torpe para el placer.
Contra la desnudez miedosa de gacela
Que tiembla, sobre el dorso, como un gran elefante
Enajenada aguarda y se admira y encela
Y ríe con sus dientes ingenuos al infante.
Y entre sus piernas donde su víctima se acuesta,
Bajo la crin la negra piel abierta al azar,
La extraña boca su paladar manifiesta
Pálido y rosa como un caracol de mar.
(TRAD. RAÚL GUSTAVO AGUIRRE) .

Ofrendas a diversos del fauno, de "La siesta de un fauno"


"El fauno soñaría himen y casto anillo sin las ninfas del bosque ni siquiera escuchar en es salón recoleto cuando el piano de cola idéntico a tu ingenio, pasa del grave al tierno. ¡Feo fauno! como pasa por los bosquecillos un tren que silba lo que, quedo, el caramillo suspira. ¿Irás, por exceso de llama, a pedir esta cuarteta torpe para acallarla? o, si él la dijera, peor aún. Ese fauno, si te tuviese sentada en una arboleda no se dedicaría a inflar su flauta indecisa con la turbación dispersa de sus viejos pasos. Fauno, que en un claro del bosque te deslizas mientras duermes con cuatro versos agradece a Dujardin tu hermano normando. Fauno, si adoptas un atuendo simple como el de las enredaderas Dujardin y yo, no póstumamente te popularizaremos. "





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Marcel Proust
(Francia, 1871-1922)

Escritor francés, autor de la obra en 16 volúmenes En busca del tiempo perdido (1913-1927), considerada como una de las cumbres de la literatura universal. Proust nació en París, el 10 de julio de 1871, en el seno de una familia adinerada. Estudió en el Liceo Condorcet. Comenzó la carrera de derecho, pero pronto abandonó sus estudios para relacionarse con la sociedad elegante de París y dedicarse a escribir. Su primera obra, una colección de ensayos y relatos titulada Los placeres y los días (1896), es sólo discreta, pero muestra dotes de observador para reproducir las impresiones recogidas en los salones de la ciudad. Este material lo emplearía con más eficacia en obras posteriores. Aquejado de asma desde su infancia, a los 35 años se convirtió en un enfermo crónico. Pasó el resto de su vida recluido, sin abandonar prácticamente nunca la habitación revestida de corcho donde escribió su obra maestra En busca del tiempo perdido. Esta obra de Proust describe con minuciosidad la vida física y, sobre todo, la vida mental de un hombre ocioso que se mueve entre la alta sociedad. Toda la obra es un largo monólogo interior en primera persona, y en muchos aspectos es autobiográfica. La primera parte, Por el camino de Swann (1913), cuya primera edición fue sufragada por el propio Proust, pasó desapercibida. Cinco años más tarde apareció A la sombra de las muchachas en flor (1919), que resultó un gran éxito y obtuvo el prestigioso premio Goncourt. Las partes tercera y cuarta, El mundo de los Guermantes (2 volúmenes, 1920-1921) y Sodoma y Gomorra (2 volúmenes, 1921-1922), también recibieron una excelente acogida. Las tres últimas partes, que Proust dejó manuscritas antes de su muerte, se publicaron después de su muerte: La prisionera (1923), La desaparición de Albertina (2 volúmenes, 1925) y El tiempo recobrado (2 volúmenes, 1927). La importancia de las novelas de Proust reside no tanto en sus descripciones de la cambiante sociedad francesa como en el desarrollo psicológico de los personajes y en su preocupación filosófica por el tiempo. Cuando Proust trazó la trayectoria de su héroe desde la feliz infancia hasta el compromiso romántico de su propia conciencia como escritor, buscaba además verdades eternas, capaces de revelar la relación de los sentidos y la experiencia, la memoria enterrada que de pronto se libera ante un acontecimiento cotidiano, y la belleza de la vida, oscurecida por el hábito y la rutina, pero accesible a través del arte. Trató el tiempo como un elemento al mismo tiempo destructor y positivo, sólo aprehendible gracias a la memoria intuitiva. Proust percibe la secuencia temporal a la luz de las teorías de su admirado filósofo francés Henri Bergson: es decir, el tiempo como un fluir constante en el que los momentos del pasado y el presente poseen una realidad igual. Proust exploró con valentía los abismos de la psique humana, las motivaciones inconscientes y la conducta irracional, sobre todo en relación con el amor. Esta obra, traducida a numerosos idiomas, hizo famoso a su autor en el mundo entero, y su método de escritura, basado en un minucioso análisis del carácter de sus personajes, tuvo una importante repercusión en toda la literatura del siglo XX. Otra novela, descubierta y publicada tras su muerte, aunque escrita entre (1895 y 1899), es decir, anterior a En busca del tiempo perdido, es Jean Santeuil (3 volúmenes, 1952). © eMe

Textos:

Por el camino de Swann (fragmento)

"Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces, apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan presto, que ni tiempo tenía para decirme:"Ya me duermo". Y media hora después despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería dejar el libro, que se me figuraba tener aún entre las manos, y apagar de un soplo la luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre lo recién leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas reflexiones, porque me parecía que yo pasaba a convertirme en el tema de la obra, en una iglesia, en un cuarteto, en la rivalidad de Franciso I y Carlos V. Esta figuración me duraba aún unos segundos después de haberme despertado: no repugnaba a mi razón, pero gravitaba como unas escamas sobre mis ojos sin dejarlos darse cuenta de que la vela ya no estaba encendida. Y luego comenzaba a hacérseme ininteligible, lo mismo que después de la metempsicosis pierden su sentido los pensamientos de una vida anterior; e asunto del libro se desprendía de mi personalidad y yo ya quedaba libre de adaptarme o no a él; en seguida recobraba la visión, todo extrañado de encontrar en torno mío una oscuridad suave y descansada para mis ojos, y aún más quizá para mi espíritu, al cual se aparecía esta oscuridad como una cosa sin causa, incomprensible, verdaderamente oscura. Me preguntaba qué hora sería; oía el silbar de los trenes que, más o menos en la lejanía y señalando las distancias, como el canto de un pájaro en el bosque, me describía la extensión de los campos desiertos por donde un viandante marcha de prisa hacia la estación cercana; y el caminito que recorre se va a grabar en su recuerdo por la excitación que le dan los lugares nuevos, los actos desusados, la charla reciente, los adioses de la despedida que le acompañan aún en el silencio de la noche, y la dulzura próxima del retorno. "
Los placeres y los días (fragmento)" Como la naturaleza, la inteligencia tiene sus espectáculos. Nunca las auroras, nunca los claros de luna que me han hecho delirar tan a menudo hasta las lágrimas, han sobrepasado para mí en apasionada ternura ese amplio incendio melancólico que durante los paseos del final del día, matiza tantas aguas en nuestra alma, que el sol cuando se pone, hace brillar en el mar. Entonces precipitamos nuestros pasos en la noche. Más que un jinete al que aturde y embriaga la velocidad creciente de un animal adorado, nos entregamos temblando de confianza y alegría a los pensamientos tumultuosos a los que, cuanto más los poseemos y los dirigimos, sentimos pertenecer cada vez más irresistiblemente. Es con emoción afectuosa que recordaremos el campo oscuro y saludaremos las encinas llenas de noche, como el campo solemne, como los testigos épicos del impulso que nos arrastra y que nos embriaga. Elevando los ojos al cielo, no podemos reconocer sin exaltación, en el intervalo de las nubes aún conmovidas por la despedida del sol, el reflejo misterioso de nuestros pensamientos: nos hundimos cada vez más rápido en el campo, y el perro que nos sigue, el caballo que nos lleva o el amigo que se ha callado, más aún, cuando a veces no hay ningún ser viviente a nuestro lado, la flor de nuestra solapa o el bastón que revolotea alegremente en nuestras manos febriles, reciben en miradas y en lágrimas el tributo melancólico de nuestro delirio."


"El Poder de la Palabra" - http://www.epdlp.com/




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Baró-Romero : Mártires de la Fé


Ignacio Martín Baró (n. Valladolid, 1942 - † El Salvador, 1989), fue un psicólogo y sacerdote jesuita español que dedicó la mayoría de sus trabajos a la investigación de la difícil realidad social y política de un pequeño país latinoamericano, El Salvador, donde impartió clases en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA), de la cual fue responsable del departamento de Psicología y Educación y Vice-rector, fundó un prestigioso instituto de opinión pública, el IUDOP.
Luchó por los Derechos Humanos, la igualdad y la justicia social en El Salvador. Criticó el impacto negativo de la política estadounidense para su país. Fue muy influyente en un amplio rango de académicos, y activistas en los Estados Unidos. Fue seguidor de la Teología de la Liberación, padre de la Psicología social de la liberación y principal referente de la Psicología Social Latinoamericana, especialmente en Psicología comunitaria y Psicología política.
Su obra tienen en la actualidad una influencia notable entre investigadores, ideólogos y académicos de distintas posiciones alrededor del mundo. Martín-Baró publicó 11 libros y una larga lista de artículos culturales y científicos, en varias revistas norte y latinoamericanas

Esbozo biográfico
Martín-Baró ingresó al noviciado de la Sociedad de Jesús en Orduña-España, el 28 de septiembre de 1959. Pasado un corto tiempo, fue transferido al noviciado de Villagarcía y entonces fue enviado a América Central, donde completó su segundo año en el noviciado de la Sociedad de Jesús. A finales de septiembre de 1961, sus superiores lo enviaron a la Universidad Católica en Quito para que realice estudios clásicos en humanidades. Después de eso, viajó a Bogotá, donde estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana, gestionada por los Jesuitas. En 1964 recibió su grado de bachiller en Filosofía y al año siguiente, su licenciatura en Filosofía y Literatura. En 1966 retornó a El Salvador, donde trabajó como profesor y Coordinador Académico en el Externado San José hasta 1967, cuando empezó a enseñar en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA). Volvió a viajar en 1967 para estudiar teología en Fráncfort y Lovaina. Más adelante, volvió a San Salvador y continuó sus estudios. En 1970 obtuvo su grado de bachiller en Teología en Eegenhoven-Bélgica. Una vez que completó sus estudios en Teología, inició sus estudios de Psicología en la UCA, donde además fue profesor. En 1975 completó su licenciatura en psicología. Fue representane estudiantil entre 1972 y 1975, además fue miembro del Consejo Universitario. Entre los años 1971 y 1974 fue Jefe del Comité editorial de la revista Estudios Centroamericanos (ECA). En 1971 y 1972 enseñó psicología en la [[Academía Nacional de Enfermería en Santa Ana-El Salvador.
En 1977 obtuvo su grado de maestría en ciencias sociales en la Universidad de Chicago y dos años después, en 1979, su Ph.D. en Psicología social y organizacional en la misma casa de estudios. En su tesis de maestría, escribió acerca de las actitudes y conflictos sociales en El Salvador. En su disertación doctoral, escribió sobre la densidad poblacional de las clases sociales bajas en El Salvador. Cuando completó sus estudios, volvió a San Salvador y retornó a su trabajo en la UCA, donde era profesor de psicología. Antes, en 1981, había sido Vice-Rector Académico y miembro de la Junta de Directores. En 1989, el vice-rectorado fue dividido en dos y Martín-Baró fue nombrado Director de estudios de post-grado e investigación. En 1982 fue nombrado Jefe del Departamento de Psicología. En 1986 fundó y dirigió el Instituto Universitario de Opinión pública (IUDOP). También fue miembro del Comité Editorial de UCA Editores y Estudios Centroamericanos (Eca), la Revista Salvadoreña de Psicología y el Magazín costarricense Polémica. Fue profesor visitante en la Universidad Central de Venezuela, la Universidad del Zulia en Maracaibo-Venezuela, la Universidad de Puerto Rico, la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá-Colombia, la Universidad Complutense en Madrid-España y la Universidad de Costa Rica en San José-Costa Rica. Martín-Baró fue miembro de la Asociación Psicológica Americana (American Psychological Association, APA) y de la Asociación Psicológica Salvadoreña. También fue vice-presidente de la división mesoamericana de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP).
Murió asesinado, durante la ofensiva del FMLNm por un comando del ejercito salvadoreño el 16 de noviembre de 1989, junto a siete personas más.
La Psicología Social de Ignacio Martín Baró
Martín-Baró ni propuso ni defendió la tesis de que la psicología debería establecer una estrecha relación con las condiciones sociales e históricas del territorio donde se desarrolla asimismo con las aspiraciones de las personas que residen en él. El creyó que los estudiantes de psicología deberían aprender a analizar el comportamiento humano en los contextos específicos en los cuales se desarrollaban y no en escenarios artificiales.
En sus escritos y discursos rechazó la cómoda y falsa idea de que la psicología es imparcial. En lugar de esto él concibió una Psicología Crítica y comprometida con diferentes proyectos de sociedades alternativas que se venían gestando en Latinoamérica desde hace muchos años atrás.
Para él, la salud mental de los individuos puede esar influida por reacciones anormales a situaciones normales, asimismo pueden ocurrir reacciones normales frente a condiciones anormales. Para Martín-Baró, el inicio de la solución a los problemas de salud mental de los individuos en las sociedades caracterizadas por la opresión, donde la 'anormalidad normal' prevalece, está en la transformación de la sociedad para trascender sus condiciones históricas relativas y superar la opresión. Los psicólogos no pueden ignorar la influencia que tienen los contextos difíciles sobre la salud mental.
Martín-Baró tuvo una reconocida habilidad para integrar diversas teorías y cuestionar las creencias tradicionales. Estuvo convencido de la potencial "des-ideologización" de la psicología social y consecuentemente cuestionó los modelos de la psicología tradicional, asimismo consideró que esos modelos eran inadecuados para confrontar las situaciones generadas directamente por la violencia estructural en El Salvador. Tuvo una mente ágil, fue capaz de relacionar conceptos aparentemente contradictorios. Su trabajo ha inspirado el desarrollo de la Psicología social de la liberación en América Latina y de la Psicología comunitaria alrededor del mundo.
El año 1986, en un esfuerzo por impulsar la psicología social y contribuir a 'des-ideologizar' la realidad en el El Salvador, un país políticamente polarizado, emmprendió con entusiasmo la fundación del Instituto Universitario de Opinión pública (IUDOP), e inició un innovador trabajo de análisis de la opinión pública salvadoreña sobre los importantes procesos y problemas sociopolíticos que ocurrían en su país. En 1988, este proyecto fue extendido a toda América Central mediante el Programa Centroamericano de Opinión pública, establecido por él y algunos colegas norteamericanos.
Las implicanciones políticas del compromiso de Martín-Baró con sus ideas encontraron una fuerte oposición en las fuerzas políticas consevadoras en El Salvador. Esta oposición derivó en su asesinato por el ejército salvadoreño en el año 1989 en su residencia en la UCA junto a otros cuatro religiosos jesuitas y dos empleados (entre ellos estaban Ignacio Ellacuria y Segundo Montes). Su asesinato marcó un punto crucial en la guerra civil salvadoreña. Por un lado se produjo un incremento de la presión internacional sobre el Gobierno para firmar un Acuerdo de paz con los guerrilleros (FMLN). Por otro lado, impulsó que la obra de Martín-Baró sea conocida alrededor del mundo ya que hasta ese momento sólo era reconocida en el mundo hispano-hablante y en algunos sectores reducidos de los Estados Unidos.
En uno de sus últimos escritos, Martín-Baró describió cómo su asesinato podría ser dirigido por los medios de comunicación para controlar la opinión pública en El Salvador.


Mons. Romero en la Cultura Popular

Romero fue símbolo de unión con los pobres durante la guerra en El Salvador (1980-1992). Actualmente es considerado como un símbolo por distintas comunidades hispanas, y de otras partes del mundo.
Él es ya considerado por muchos como "San Romero, Mártir de las Américas".
La película Romero, realizada en 1989, está basada en su biografía. Con guión escrito por John Sacret Young y siendo Raúl Julia la estrella principal, representando a Monseñor Oscar Romero.
La canción "El padre Antonio y su monaguillo Andrés", de Rubén Blades, narra la historia de un sacerdote centroamericano asesinado durante la misa, como un homenaje a "un cura bueno: Arnulfo Romero".

Citas :


"Y si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño."
"La Iglesia no debe meterse en política, pero cuando la política toca el altar de la Iglesia. ¡A la Iglesia le toca defender su altar!"
"También las circunstancias desconocidas pueden ser afrontadas con la gracia de Dios. Él ha asistido a los mártires y, si es necesario, lo sentiré muy próximo, al confiarle mi último suspiro. Pero más todavía que al enfrentarme con la muerte, necesitamos coraje al entregar toda la vida y vivir para Él."
"Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado"
El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte"
Ningún soldado esta obligado a cumplir una ley en contra de la ley de Dios, pues una ley inmoral nadie tiene porque cumplirla.-




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Apostillas a una fecha trágica




1. Así como se destruyó en gran medida el tejido social de nuestro país, a través de la represión clandestina y la siembra del Terrorismo desde el Estado mismo, hubo muchos civiles, polìticos y asociaciones civiles y sociales que prestaron su apoyo para "ponerle el hombro al Proceso".- En los últimos años de la Dictadura Genocida , la Sociedad Rural Argentina, por ejemplo,solicitaba que el "plan político no se acelere, ni se adelante, hasta que no se hayan cumplido los Objetivos del Proceso ...". ( sic).

El Plan Económico de Martínez de Hoz, implementado a partir del 2 de Abril de 1976, y la Desapariciòn Forzada de Personas, como método para combatir a la denominada "subversiòn apátrida", ya habían sido aprobados por los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas, en Octubre de 1975, y se lo quisieron imponer al ex-Presidente Provisional Italo Argentino Luder, durante su interregno, maniobra que se denominaba "proceso de bordaberrizaciòn", por lo sucedido análogamente en la vecina República del Uruguay.

Dicho Plan de Exterminio fué diseñado y monitoreado día a día, desde el Departamento de Estado de los EE.UU., por el mismo Henry Kissinger, como lo demuestra la desclasificaciòn de documentos secretos del gobierno de los EEUU, y los comunicados diarios de la propia Embajada de los EE.UU, en el pais.

No fué que los militares argentinos fueran solo "FEOS ,MALOS Y SUCIOS...",( que lo eran sin dudas ) SINO QUE ERA TODO UN PLAN CONTINENTAL, ejecutado para frenar el avance social y las conquistas sociales, sembrar el Terror Organizado, para la implantación de medidas económicas que abrieran el paso a la implementaciòn de lo que luego se conocería como "Nuevo Orden Mundial", o proceso de Globalizaciòn financiera, económica, social y, prinicipalmente Cultural .-Fué un experimento económico-social-cultural, de proporciones continentales , que costó muy caro en bienes, y vidas de los habitantes de este suelo.


2. Las FF.AA. argentinas recibieron instrucción militar en Contra-insurgencia de parte del Ejercito Estadounidense, con Cursos en la "Escuela de las Américas", en Panamá, en “West Point,“de donde salieron egresados todos los militares golpistas del continente, con sus flamantes diplomas de Represores .

Asimismo, se recibió entrenamiento, asesoramiento de militares franceses, que habían combatido - y perdido- en la Guerra de Liberación Nacional del Pueblo Argelino, y en Indochina, y además se hacían cursos y Becas a Israel, para entrenamiento en "Contra-terrorismo".-
Además Argentina comandó el Estado Mayor de Fuerzas que luchaban en Centroamérica contra el gobierno Sandinista de Nicaragua, y apoyaba a los para-militares de Honduras, Guatemala y El Salvador .

Lo que hubieran hecho los considerados "subversivos", (como las organizaciones armadas Montoneros, ERP, etc.), no es justificativo válido para la represión ilegal.. Debieron ser reprimidos con la Ley en la mano, y con los uniformes y las armas de la Nación Argentina. Eso es lo que señaló el Gral. Perón en sus charlas y discursos."... y si hay que pelear, pelearemos con las Armas y el Uniforme de la Nación...", no con procedimientos cobardes, ilegales, subvirtiendo el orden institucional, y masacrando , aterrorizando , torturando y ejecutando a jóvenes, mujeres, ancianos; torturar niños y mujeres embarazadas no es de Honor ni constituye una "operación militar" que enorgullezca a ningún militar del mundo ...!

Fué un acto de cobardía, de necedad, de criminalidad, de delitos " de "lesa humanidad", la represión perversa, el método elegido por las FF.AA. con el apoyo de los Estados Unidos de América, para la implantación de los ESTADOS TERRORISTAS DESUNIDOS DE SUDAMERICA ...!!!!


LICURGO , Cruz del Eje, 24 DE Marzo de 2008.



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Carta del Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos


Jefe Seattle




El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.
El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña.
Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?
Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.
Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.
Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Wáshington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.
Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestros niños. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.
La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.
Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.
No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.
¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.
El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre- todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.
Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.
Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.
¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.
Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.
Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas la cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo.
Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.
Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos seguros que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es el mismo Dios.
Ustedes podrán pensar que lo poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Él es el Dios del hombre, y su compasión es igual para el hombre piel roja como para el hombre piel blanca.
La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Los blancos también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.
Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.
Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida por hilos de hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.



FIN


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Immanuel Kant: ¿Qué es Ilustración?,
en Filosofía de la Historia, Ed. Nova. Buenos Aires.

La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.
La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena (naturaliter maiorennes), permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea. Como la mayoría de los hombres (y entre ellos la totalidad del bello sexo) tienen por muy peligroso el paso a la mayoría de edad, fuera de ser penoso, aquellos tutores ya se han cuidado muy amablemente de tomar sobre sí semejante superintendencia. Después de haber atontado sus reses domesticadas, de modo que estas pacíficas criaturas no osan dar un solo paso fuera de las andaderas en que están metidas, les mostraron el riesgo que las amenaza si intentan marchar solas. Lo cierto es que ese riesgo no es tan grande, pues después de algunas caídas habrían aprendido a caminar; pero los ejemplos de esos accidentes por lo común producen timidez y espanto, y alejan todo ulterior intento de rehacer semejante experiencia.
Por tanto, a cada hombre individual le es difícil salir de la minoría de edad, casi convertida en naturaleza suya; inclusive, le ha cobrado afición. Por el momento es realmente incapaz de servirse del propio entendimiento, porque jamás se le deja hacer dicho ensayo. Los grillos que atan a la persistente minoría de edad están dados por reglamentos y fórmulas: instrumentos mecánicos de un uso racional, o mejor de un abuso de sus dotes naturales. Por no estar habituado a los movimientos libres, quien se desprenda de esos grillos quizá diera un inseguro salto por encima de alguna estrechísima zanja. Por eso, sólo son pocos los que, por esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y andar, sin embargo, con seguro paso.
Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. En efecto, siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa. Ellos, después de haber rechazado el yugo de la minoría de edad, ensancharán el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí mismo. Notemos en particular que con anterioridad los tutores habían puesto al público bajo ese yugo, estando después obligados a someterse al mismo. Tal cosa ocurre cuando algunos, por sí mismos incapaces de toda ilustración, los incitan a la sublevación: tan dañoso es inculcar prejuicios, ya que ellos terminan por vengarse de los que han sido sus autores o propagadores. Luego, el público puede alcanzar ilustración sólo lentamente. Quizá por una revolución sea posible producir la caída del despotismo personal o de alguna opresión interesada y ambiciosa; pero jamás se logrará por este camino la verdadera reforma del modo de pensar, sino que surgirán nuevos prejuicios que, como los antiguos, servirán de andaderas para la mayor parte de la masa, privada de pensamiento.
Sin embargo, para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración.
Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía. Ahora bien, en muchas ocupaciones concernientes al interés de la comunidad son necesarios ciertos mecanismos, por medio de los cuales algunos de sus miembros se tienen que comportar de modo meramente pasivo, para que, mediante cierta unanimidad artificial, el gobierno los dirija hacia fines públicos, o al menos, para que se limite la destrucción de los mismos. Como es natural, en este caso no es permitido razonar, sino que se necesita obedecer. Pero en cuanto a esta parte de la máquina, se la considera miembro de una comunidad íntegra o, incluso, de la sociedad cosmopolita; en cuanto se la estima en su calidad de docto que, mediante escritos, se dirige a un público en sentido propio, puede razonar sobre todo, sin que por ello padezcan las ocupaciones que en parte le son asignadas en cuanto miembro pasivo. Así, por ejemplo, sería muy peligroso si un oficial, que debe obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta, estando de servicio, acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida. Tiene que obedecer.
Pero no se le puede prohibir con justicia hacer observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y presentarlas ante el juicio del público. El ciudadano no se puede negar a pagar los impuestos que le son asignados, tanto que una censura impertinente a esa carga, en el momento que deba pagarla, puede ser castigada por escandalosa (pues podría ocasionar resistencias generales). Pero, sin embargo, no actuará en contra del deber de un ciudadano si, como docto, manifiesta públicamente sus ideas acerca de la inconveniencia o injusticia de tales impuestos. De la misma manera, un sacerdote está obligado a enseñar a sus catecúmenos y a su comunidad según el símbolo de la Iglesia a que sirve, puesto que ha sido admitido en ella con esa condición. Pero, como docto, tiene plena libertad, y hasta la misión, de comunicar al público sus ideas --cuidadosamente examinadas y bien intencionadas-- acerca de los defectos de ese símbolo; es decir, debe exponer al público las proposiciones relativas a un mejoramiento de las instituciones, referidas a la religión y a la Iglesia. En esto no hay nada que pueda provocar en él escrúpulos de conciencia. Presentará lo que enseña en virtud de su función --en tanto conductor de la Iglesia-- como algo que no ha de enseñar con arbitraria libertad, y según sus propias opiniones, porque se ha comprometido a predicar de acuerdo con prescripciones y en nombre de una autoridad ajena. Dirá: nuestra Iglesia enseña esto o aquello, para lo cual se sirve de determinados argumentos. En tal ocasión deducirá todo lo que es útil para su comunidad de proposiciones a las que él mismo no se sometería con plena convicción; pero se ha comprometido a exponerlas, porque no es absolutamente imposible que en ellas se oculte cierta verdad que, al menos, no es en todos los casos contraria a la religión íntima. Si no creyese esto último, no podría conservar su función sin sentir los reproches de su conciencia moral, y tendría que renunciar. Luego el uso que un predicador hace de su razón ante la comunidad es meramente privado, puesto que dicha comunidad sólo constituye una reunión familiar, por amplia que sea. Con respecto a la misma, el sacerdote no es libre, ni tampoco debe serlo, puesto que ejecuta una orden que le es extraña. Como docto, en cambio, que habla mediante escritos al público, propiamente dicho, es decir, al mundo, el sacerdote gozará, dentro del uso público de su razón, de una ilimitada libertad para servirse de la misma y, de ese modo, para hablar en nombre propio. En efecto, pretender que los tutores del pueblo (en cuestiones espirituales) sean también menores de edad, constituye un absurdo capaz de desembocar en la eternización de la insensatez.

Pero una sociedad eclesiástica tal, un sínodo semejante de la Iglesia, es decir, una classis de reverendos (como la llaman los holandeses) ¿no podría acaso comprometerse y jurar sobre algún símbolo invariable que llevaría así a una incesante y suprema tutela sobre cada uno de sus miembros y, mediante ellos, sobre el pueblo? ¿De ese modo no lograría eternizarse? Digo que es absolutamente imposible. Semejante contrato, que excluiría para siempre toda ulterior ilustración del género humano es, en sí mismo, sin más nulo e inexistente, aunque fuera confirmado por el poder supremo, el congreso y los más solemnes tratados de paz. Una época no se puede obligar ni juramentar para poner a la siguiente en la condición de que le sea imposible ampliar sus conocimientos (sobre todo los muy urgentes), purificarlos de errores y, en general, promover la ilustración. Sería un crimen contra la naturaleza humana, cuya destinación originaria consiste, justamente, en ese progresar. La posteridad está plenamente justificada para rechazar aquellos decretos, aceptados de modo incompetente y criminal. La piedra de toque de todo lo que se puede decidir como ley para un pueblo yace en esta cuestión: ¿un pueblo podría imponerse a sí mismo semejante ley? Eso podría ocurrir si por así decirlo, tuviese la esperanza de alcanzar, en corto y determinado tiempo, una ley mejor, capaz de introducir cierta ordenación. Pero, al mismo tiempo, cada ciudadano, principalmente los sacerdotes, en calidad de doctos, debieran tener libertad de llevar sus observaciones públicamente, es decir, por escrito, acerca de los defectos de la actual institución.

Mientras tanto --hasta que la intelección de la cualidad de estos asuntos se hubiese extendido lo suficiente y estuviese confirmada, de tal modo que el acuerdo de su voces (aunque no la de todos) pudiera elevar ante el trono una propuesta para proteger las comunidades que se habían unido en una dirección modificada de la religión, según los conceptos propios de una comprensión más ilustrada, sin impedir que los que quieran permanecer fieles a la antigua lo hagan así-- mientras tanto, pues, perduraría el orden establecido. Pero constituye algo absolutamente prohibido unirse por una constitución religiosa inconmovible, que públicamente no debe ser puesta en duda por nadie, aunque más no fuese durante lo que dura la vida de un hombre, y que aniquila y torna infecundo un período del progreso de la humanidad hacia su perfeccionamiento, tornándose, incluso, nociva para la posteridad. Un hombre, con respecto a su propia persona y por cierto tiempo, puede dilatar la adquisición de una ilustración que está obligado a poseer; pero renunciar a ella, con relación a la propia persona, y con mayor razón aún con referencia a la posteridad, significa violar y pisotear los sagrados derechos de la humanidad. Pero lo que un pueblo no puede decidir por sí mismo, menos lo podrá hacer un monarca en nombre del mismo. En efecto, su autoridad legisladora se debe a que reúne en la suya la voluntad de todo el pueblo. Si el monarca se inquieta para que cualquier verdadero o presunto perfeccionamiento se concilie con el orden civil, podrá permitir que los súbditos hagan por sí mismos lo que consideran necesario para la salvación de sus almas. Se trata de algo que no le concierne; en cambio, le importará mucho evitar que unos a los otros se impidan con violencia trabajar, con toda la capacidad de que son capaces, por la determinación y fomento de dicha salvación.

Inclusive se agravaría su majestad si se mezclase en estas cosas, sometiendo a inspección gubernamental los escritos con que los súbditos tratan de exponer sus pensamientos con pureza, salvo que lo hiciera convencido del propio y supremo dictamen intelectual --con lo cual se prestaría al reproche Caesar non est supra grammaticos-- o que rebajara su poder supremo lo suficiente como para amparar dentro del Estado el despotismo clerical de algunos tiranos, ejercido sobre los restantes súbditos.
Luego, si se nos preguntara ¿vivimos ahora en una época ilustrada? responderíamos que no, pero sí en una época de ilustración. Todavía falta mucho para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, sean capaces o estén en posición de servirse bien y con seguridad del propio entendimiento, sin acudir a extraña conducción. Sin embargo, ahora tienen el campo abierto para trabajar libremente por el logro de esa meta, y los obstáculos para una ilustración general, o para la salida de una culpable minoría de edad, son cada vez menores. Ya tenemos claros indicios de ello. Desde este punto de vista, nuestro tiempo es la época de la ilustración o "el siglo de Federico".
Un príncipe que no encuentra indigno de sí declarar que sostiene como deber no prescribir nada a los hombres en cuestiones de religión, sino que los deja en plena libertad y que, por tanto, rechaza al altivo nombre de tolerancia, es un príncipe ilustrado, y merece que el mundo y la posteridad lo ensalce con agradecimiento. Al menos desde el gobierno, fue el primero en sacar al género humano de la minoría de edad, dejando a cada uno en libertad para que se sirva de la propia razón en todo lo que concierne a cuestiones de conciencia moral. Bajo él, dignísimos clérigos --sin perjuicio de sus deberes profesionales-- pueden someter al mundo, en su calidad de doctos, libre y públicamente, los juicios y opiniones que en ciertos puntos se apartan del símbolo aceptado. Tal libertad es aún mayor entre los que no están limitados por algún deber profesional. Este espíritu de libertad se extiende también exteriormente, alcanzando incluso los lugares en que debe luchar contra los obstáculos externos de un gobierno que equivoca sus obligaciones. Tal circunstancia constituye un claro ejemplo para este último, pues tratándose de la libertad, no debe haber la menor preocupación por la paz exterior y la solidaridad de la comunidad. Los hombres salen gradualmente del estado de rusticidad por propio trabajo, siempre que no se trate de mantenerlos artificiosamente en esa condición.
He puesto el punto principal de la ilustración --es decir, del hecho por el cual el hombre sale de una minoría de edad de la que es culpable-- en la cuestión religiosa, porque para las artes y las ciencias los que dominan no tienen ningún interés en representar el papel de tutores de sus súbditos. Además, la minoría de edad en cuestiones religiosas es la que ofrece mayor peligro: también es la más deshonrosa. Pero el modo de pensar de un jefe de Estado que favorece esa libertad llega todavía más lejos y comprende que, en lo referente a la legislación, no es peligroso permitir que los súbditos hagan un uso público de la propia razón y expongan públicamente al mundo los pensamientos relativos a una concepción más perfecta de esa legislación, la que puede incluir una franca crítica a la existente. También en esto damos un brillante ejemplo, pues ningún monarca se anticipó al que nosotros honramos.

Pero sólo alguien que por estar ilustrado no teme las sombras y, al mismo tiempo, dispone de un ejército numeroso y disciplinado, que les garantiza a los ciudadanos una paz interior, sólo él podrá decir algo que no es lícito en un Estado libre: ¡razonad tanto como queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced! Se muestra aquí una extraña y no esperada marcha de las cosas humanas; pero si la contemplamos en la amplitud de su trayectoria, todo es en ella paradójico. Un mayor grado de libertad civil parecería ventajoso para la libertad del espíritu del pueblo y, sin embargo, le fija límites infranqueables. Un grado menor, en cambio, le procura espacio para la extensión de todos sus poderes. Una vez que la Naturaleza, bajo esta dura cáscara, ha desarrollado la semilla que cuida con extrema ternura, es decir, la inclinación y disposición al libre pensamiento, ese hecho repercute gradualmente sobre el modo de sentir del pueblo (con lo cual éste va siendo poco a poco más capaz de una libertad de obrar) y hasta en los principios de gobierno, que encuentra como provechoso tratar al hombre conforme a su dignidad, puesto que es algo más que una máquina.

http://www.inicia.es/de/diego_reina/moderna/ikant/que_es_ilustracion.htm




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Artículo publicado el día Lunes 14 de Mayo de 2007

Que haya árboles en todas partes

Fotografías y texto de Luis María Herr, para Prensa De Frente



Esta es la primera parte de un viaje que fue hecho hace un poco más de 3 años.
La situación de marginación y pobreza de estas comunidades del noroeste de la provincia de Córdoba casi no ha cambiado, siguen siendo expulsadas de sus tierras y perseguidas judicialmente para garantizar el modelo sojero de producción agrícola.En la actualidad, el 82% de los productores en el país corresponde a familias campesinas y trabajadores rurales que ocupan sólo el 13% de la tierra. Mientras el 4% de las llamadas “explotaciones agropecuarias” es dueña de casi el 65 % de la tierra utilizada para la producción. Se estima en 200 mil las familias campesinas que fueron expulsadas del campo en los últimos años; aún así la pobreza rural alcanza a un 50 % de los pobladores. El monocultivo de soja ha destruido enormes superficies de bosques y liquidando otras actividades agropecuarias. La lucha de estos campesinos sigue siendo fundamentalmente la de defensa y recuperación de sus tierras.El siguiente texto es un extracto de un diario de viaje que no pretende ser más que eso. Las fotos, también.
“Nosotros somos un árbol y queremos que haya árboles en todas partes, queremos que sea cada vez mas grande el monte”(de un almanaque de APENOC)

"Ustedes llegaron, nosotros estábamos ahí haciendo un asadito para esperarlos y una de las cosas que nos resultó graciosa es que llegaron a la misma velocidad que venían en la ruta, en algún momento hubo hasta interferencia para darnos la mano, ni el tiempo de reconocernos en un contacto", comenta La Chueca durante esa sobremesa extendida hasta el infinito. Estaba definiendo de alguna manera a esta trouppe urbana de viajeros por las tierras del noroeste cordobés.


Cuatro compañeros de diversas experiencias y extracciones, que por esas vueltas que conjugan deseos individuales y colectivos, nos atrevimos a invadir los tiempos y las casas campesinas de dos organizaciones que llevan a delante la lucha por la defensa de la tierra en Argentina: el MOCASE, Movimiento Campesino de Santiago del Estero y APENOC, Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba.
Ismael llega después que nosotros, casi de noche, las luces de su auto destartalado transforma por unos segundos la escena de ronda y mate con que su compañera nos recibe. La ronda es la forma de encuentro comunitaria, es la que nace del mate, es la que permite mirarse a las caras y escucharse cuando se habla entre iguales, así sean tres o doscientos. Las clases en las aulas y las misas de las iglesias no permiten el mate, ni a los iguales. Las rondas son la forma que adquieren las reuniones de las comunidades campesinas nucleadas en APENOC, a donde no solo se juntan a tomar mate y donde el cuidado de las formas construye el contenido.
Ismael y su familia viven en Las Abras, una comunidad sin agua, lo que genera la falta de todo. Su padre y su abuelo nacieron y murieron en este lugar del noroeste de Córdoba. El monte espinoso que inunda esta tierra sirve de alimento para las cabras y de leña para el carbón. La agricultura terminó cuando llegó el dique en la década del 60 con la dictadura de Ongania y las comunidades dejaron de recibir el agua del río, éste aminoró su caudal y secó la tierra para beneficiar a otra, la de los empresarios de la zona, los dueños del progreso. Aún así, en estas condiciones la comunidad de Las Abras se ve amenazada por ellos, la extensión al infinito del cultivo de la soja en los últimos años, produjo un corrimiento de la franja ganadera y estas tierras anteriormente despreciadas por el capital, se transformaron en valiosas para los grandes terratenientes vacunos del norte de la provincia. Ismael no tiene tierra, la perdió cuando se fue a la ciudad y la ciudad, como nos cuenta, lo perdió a él. Con sus finos modales y su enorme figura recortada por el contraluz del farolito nos habla de organización y lucha, mi cámara extraterrestre e invasora queda sola, a un costado, en el piso.


El monte, a simple vista desde la ventanilla del viajero, desde la ruta; no presenta novedades, no ventila secretos, es uniforme y chato, descolorido. No deja ver sus riquezas y habitantes, ni las innumerables sendas, casas y animales que contiene la planicie espinosa. Ellos también se esconden. A las distancias en el monte no siempre se las puede medir con números, si el viajero desprevenido llega a internarse en él, los referencias que puede llegar a lograr para llegar a la casa de tal o cual comunidad no varían del “ahí nomás” o “el camino que se abre a la izquierda del árbol”, y los caminos son solo para las zorras, cuyas antiguas ruedas de madera se adaptan con mayor facilidad que las de una 4x4 y la mula hace el resto del trabajo.Los tiempos de las comunidades son los de la tierra, los de los ciclos naturales, los la vuelta de las cabras a las casas. Los relojes solo sirven si tienen un calendario que espere la corta y escasa temporada de lluvias.La siembra solo puede realizarse en lugares donde el agua se acumula de forma natural, formando pequeños oasis rodeados de cardos y barreras de espinas que cuidadosamente arman las manos del monte para evitar la entrada de chivas que compiten en destreza con los monos arrojándose de los árboles para lograr el alimento. Se siembra alfalfa y bufel, un pasto adaptado a terrenos desérticos que adquirió la organización y que los campesinos nos lo muestran con orgullo casi paternal. Jorge nos recibe en su casa de material, unas de las pocas que vi en la comunidad de San Roque, la antena de la radio instalada en su casa irrumpe en la monotonía del paisaje, lo mismo sucede con ese extraño artefacto de aspecto satelital: la pantalla solar que los abastece de luz eléctrica y que merece un párrafo aparte por la discusión que generó su adquisición y distribución. Había que definir a que familia le correspondía tenerla. El debate duró dos años. Las comunidades mantienen una reunión mensual que dura dos días para tratar sus temas y este, el de las pantallas, se extendió durante 24 reuniones, discutir a que casa le correspondía les llevó 12 meses. “¿Cuánto hace que no tenes pantalla? Nunca tuve. ¿Estas apurado?” nos cuenta La Chueca sobre el tono de las discusiones “ Los criterios fueron algunos de participación, otros de necesidades y tuvieron que hacerse comunes dentro de la organización para que atraviesen a todas las comunidades porque con la repartija de las tortas se ve cuan capitalistas estamos adentro”. A Jorge no se le nota mucho el capitalismo, ni por dentro ni por fuera, o por fuera mejor dicho lo muestra con toda su crudeza de marginación y exclusión, pero sus palabras son las de un hombre libre. El mediodía se presenta nublado y fresco, raro para esta zona donde el verano es de 45 grados. La caminata a la que nos invita Jorge por sus corrales de cabras y pastos se transforma en agradable a pesar de abrojos en nuestras zapatillas. En su campo, o el campo de la comunidad, no hay alambrados que dividan la propiedad personal, las majadas de cabras se mezclan unas y otras vagabundeando entre las espinas, el paisano no acostumbra a pastorearlas, generalmente esa tarea la tiene el perro que se cría con ellas y termina siendo una cabra mas.En los últimos tiempos Jorge descubrió que el alambrado servía no solo para dividirlos, sino para protegerlos, para marcar su territorio ante la aparición de supuestos dueños de papeles que amenazaban con dejarlos afuera. Al trabajo lo encaró toda la comunidad, las comunidades vecinas también salieron con hachas y palas para abrir cortadas y alambrar kilómetros de monte durante jornadas interminables, en algunos puntos, relata Jorge, llegar al punto donde habían dejado de alambrar les llevaba mas de tres horas de caminata.El estanque de agua que se acumula de la lluvia es vital y de uso común, parada obligatoria al final del día de cuanta vaca o chiva camine por la zona. El agua para las casas se recoge de los techos de chapa, es agua potable, de lluvia; Jorge nos cuenta que a veces no alcanza y hay que salir comprar en el pueblo en Serrezuela donde las cosas y los hombres se venden.Las relaciones que uno descubre de a poco en las comunidades se muestran, aparecen marcadas como la de una gran familia extendida, casi siempre te hablan del hermano del primo de la cuñada cuando nombran al vecino – “Hay conocer el mapa sexual de las comunidades, para entender las tramas internas que aparecen en las reuniones” - nos dice una voz autorizada. Jorge nos cuenta que está solo, que no formó familia. Si la formó su cuñado Agustín que cría y alimenta a sus 7 hijos con su majada y su tunal después de quedar solo cuando su esposa murió de cáncer.
Le pido hacer una foto de él y sus hijos, y nos invita a conocer su casa, un rancho muy antiguo con el techo de paja y el piso de tierra. Le pregunto por las vinchucas y el me relata de su Chagas, de su imposibilidad de realizar trabajos duros, producto de la taquicardia que siente al agitarse. Le pregunto por los médicos sin encontrar respuesta y me invade la impotencia, la angustia de saber que a mi Chagas lo controlo en forma periódica y lo trato con costosos estudios a los que él jamás accedió.Las tierras de San Roque lindan con un campo militar que se encuentra en la frontera con la provincia de la Rioja, lo usan el ejército y la aviación para realizar ejercicios de combate. Jorge nos cuenta anécdotas de bombas que explotan y aviones caza en vuelos amenazantes al ras de sus techos, de bombas que no explotan y pobladores que las llevan se souvenir a sus casas, de cuerpos despedazados de militares que no aprendieron bien su oficio, sus palabras resuenan en mi cabeza como adelantos de un futuro Vietnam.


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REHENES DE MONSANTO
Por Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo.
Premio Nóbel Alternativo (Estocolmo, Suecia)
Presidente de FUNAM.
Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).




Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralita al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja.

Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte. Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales. Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte.

Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena. Qué duro es saber que miles de argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos. Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan. Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.


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Casilla de Correo 83
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COSMOGONÍA LOVECRAFTIANA
Por Henry Armitage (02/12/2006)

Cosmogonía lovecraftianaUn estudio sobre los Primigenios en la novela En las Montañas de la Locura.© Henry Armitage (2001)Artículo publicadororiginalmente en la web de la Nueva Logia del Tentáculo.

Casi todas las culturas han intentado explicar los misterios de la vida y las fuerzas de la naturaleza, a través de una cosmogonía nacional: Las mitologías grecolatina y germánica, las tradiciones de la India, el Kalevala de los finlandeses, los textos bíblicos del pueblo hebreo, por citar algunos ejemplos de relieve. De la misma manera, H.P. Lovecraft pretendió hacer lo mismo utilizando recursos tanto literarios y como científicos y sincretizando tradiciones y supersticiones. El resultado es lo que se ha dado en llamar los Mitos de Cthulhu, que intenta explicar metafóricamente de dónde venimos y cuál puede ser nuestro destino final. Básicamente nos vamos a centrar en la obra En las montañas de la locura, que en ningún momento pretende ser una novela de terror, sino un informe científico fruto de unos testimonios ficticios amparados por avances técnicos, nuevos descubrimientos y expediciones .a la Antártida y nuevas teorías como las de Darwin y Einstein

Portada de Pete Von Sholly

Los científicos de la Universidad de Miskatonic que emprenden una expedición por la Antártida, poco a poco van descubriendo lo que ellos consideran el origen de la humanidad y de los dioses que la crearon. Atrapado entre los hielos, encuentran a un fósil monstruoso y luego descubren varios ejemplares más. Entonces llegan a una ciudad megalítica, escondida entre esas enloquecedoras montañas, y entre las ruinas aparece la gran revelación representada en unos bajorrelieves labrados en las paredes: Es como un libro abierto que explica la génesis de los dioses y el nacimiento de la humanidad. Los fósiles son los restos de una raza superior que habitó la Tierra hace billones de años. Lovecraft los llama los Elder Ones: Los Mayores, los Más Viejos, los Antiguos o los Primordiales, como se ha traducido en algunas ediciones. El primer fósil aparece descrito con todo lujo de detalles y se completa la descripción con la que aparece en el Necronomicon:
Monstruo en forma de barril de naturaleza completamente desconocida; probablemente vegetal, a no ser qué se trate de un ejemplar hiperdesarrollado de radiado marino desconocido. [...] Mide seis pies de longitud y tres pies y cinco décimas de diámetro central que disminuye hasta un pie de diámetro en cada punta. Semejante a un barril con cinco protuberancias abultadas en lugar de duelas. [...] En los surcos entre los abultamientos hay curiosas excrecencias - grandes crestas o alas que se pliegan y despliegan como abanicos. [...] Su construcción recuerda a ciertos monstruos de los mitos primigenios, especialmente a los Primordiales del Necronomicón.

Una vez encontrados ejemplares completos, Lovecraft reitera la descripción y da detalles más precisos:
Los objetos tienen una longitud total de ocho pies. El torso, en forma de barril, con cinco protuberancias, mide seis pies de longitud, tres pies y cinco décimas de diámetro central y un pie de diámetro en los extremos. Gris oscuro, flexibles y extraordinariamente duros. Alas membranosas de siete pies de longitud y del mismo color, que encontramos plegadas, salen de los surcos entre las protuberancias. La estructura de las alas es tubular o glandular, de un color gris más claro, con orificios en las puntas. Las alas extendidas tienen los bordes serrados. En torno al ecuador, en el centro de cada una de las cinco protuberancias verticales semejantes a duelas de barril, hay un sistema de brazos o tentáculos gris claro y flexibles, que encontramos fuertemente plegados contra el torso, pero se pueden extender hasta una longitud máxima de más de tres pies. Se asemejan a los brazos de los crinoideos primitivos.





Dibujo de Keziah Mason, basada en la descripción de Lovecraft

Tallos sencillos de tres pulgadas de diámetro se ramifican a una distancia de unas seis pulgadas en otros cinco tallos, cada uno de los cuales se subdivide al cabo de ocho pulgadas en pequeños tentáculos o zarcillos ahusados que dan a cada tallo un total de veinticinco tentáculos. En la parte superior del torso un cuello romo, bulboso, de color gris claro con indicios de algo que se asemeja a branquias, sostiene lo que parece ser una cabeza amarillenta con forma de estrella de mar cubierta por pelillos o cilios muy recios de varios colores elementales.
Lovecraft, al que pocas veces se le asocia con el humor, en la novela llega al sarcasmo, cuando se expresa en los siguientes términos a través del narrador:
Lake volvió a la mitología en busca de un nombre provisional, y denominó jocosamente Los Primordiales a los seres que había encontrado. [...] Dyer y Pabodie han leído el Necronomicón y han visto las pinturas de pesadilla de Clark Ashton Smith basadas en el texto, y comprenderán lo que quiero decir si hablo de los Primordiales, supuestos creadores de la vida terrestre como broma o por error.

El estilo arquitectónico de la ciudad perdida entre las montañas recuerda la forma de los Primigenios, así los exploradores se encuentran con edificios con forma de estrella o de conos truncados y techumbres que sujetan unas columnas con aspecto de barril.


La ciudad de los Primordiales perdida entre las Montañas de la Locura por H.F.

Lo que se crió y habitó dentro de aquellos formidables edificios en la era de los dinosaurios no fueron, desde luego, dinosaurios, sino algo mucho peor. Estos eran seres nuevos y casi desprovistos de cerebro, pero los constructores de la ciudad eran sabios y viejos y habían dejado ciertas señales en las piedras que, incluso entonces, llevaban colocadas casi mil millones de años, piedras colocadas antes que la vida - tal como hoy la conocemos - hubiera pasado de ser más que un dúctil grupo de células, piedras colocadas antes que hubiera existido en la Tierra vida verdadera. Ellos fueron sin duda los que crearon y esclavizaron esa vida y los modelos en que se basaban los pérfidos mitos primigenios que se insinúan temerosamente en los Manuscritos Pnakóticos y en el Necronomicón.

La Historia del Mundo, según Lovecraft: Un informe antropológico

Origen de los dioses

Los Primordiales bajaron de las estrellas, cuando la tierra era joven. Eran seres cuya sustancia había modelado una extraña evolución y cuyos poderes eran mayores de los que jamás habían existido en el planeta. Para realizar sus vuelos prehistóricos a través del espacio cósmico, según la leyenda, absorbían ciertos productos químicos que casi los independizaba de la alimentación, la respiración, el frío y el calor. Con la ayuda de los shogoths, cuyas prolongaciones podían levantar pesos prodigiosos, las pequeñas ciudades submarinas crecieron hasta transformarse en imponentes laberintos de piedra no muy diferentes de los que luego se alzarían en tierra. De hecho, los Primordiales, adaptables en extremo, habían vivido durante largo tiempo en la superficie en otras partes del universo y probablemente conservaban muchas de las tradiciones de la edificación terrestre.Su escultura y escritura: Crónica de su historia Muchos tomos se podrían escribir acerca de la vida de los Primordiales en el fondo del mar y de la que luego llevarían los que emigraron a tierra. Habían practicado el arte de la escultura y la escritura en la forma habitual, empleando para escribir un estilete en superficies enceradas impermeables. Toda su historia se hallaba en los bajorrelieves labrados en las paredes de la ciudad entre Las Montañas de la Locura.

Formas de locomoción

No empleaban ayuda externa alguna para la locomoción personal, pues los Primordiales, tanto en la tierra como en el aire y en el agua, parecían poseer posibilidades de moverse a enorme velocidad. Las cargas, sin embargo, las arrastraban bestias de tiro: los shogoths bajo el agua y una curiosa variedad de vertebrados primitivos en los años posteriores de existencia terrestre. Estas criaturas se movían dentro del mar en parte nadando, utilizando los brazos crinoideos laterales, y en parte arrastrándose impulsados por la fila inferior de tentáculos que albergaban las falsas patas. Algunas veces volaban distancias considerables utilizando para ayudarse sus dos o cuatro alas plegables en forma de abanico. En tierra empleaban habitualmente las pseudópatas, pero algunas veces realizaban vuelos a gran altura y recorrían largas distancias con las alas.
Salud y muerteLa resistencia y dureza de aquellas criaturas era sorprendente. Ni siquiera las tremendas presiones de las mayores profundidades marinas parecían capaces de afectarlas. Diríase que eran pocas las que morían, excepto de resultas de la violencia, y sus lugares de enterramiento eran escasos. Enterraban a sus muertos verticalmente cubriéndolos con túmulos en forma de cinco puntas.

Reproducción

Aquellos seres se multiplicaban por medio de esporas, pero como consecuencia de su extraordinaria resistencia y longevidad, no necesitaban reproducirse en exceso de forma que no fomentaban el desarrollo en gran escala de nuevos gametos excepto cuando iban a colonizar nuevas regiones. Los jóvenes maduraban con rapidez y recibían una enseñanza evidentemente muy superior a la que podemos imaginar. Su vida intelectual y estética estaba muy desarrollada y daba vida a un conjunto extremadamente arraigado de costumbres e instituciones.

Nutrición

Aunque por ser vegetales podían nutrirse de sustancias inorgánicas, preferían los alimentos orgánicos, y especialmente los de origen animal. Comían crudos los alimentos de origen marino, pero cocinaban las viandas en tierra. Cazaban y criaban ganado de carne, al que sacrificaban empleando instrumentos muy afilados.

Vida familiar

Al no emparejarse y tener una estructura semivegetal, los Primordiales carecían de base biológica para la fase familiar de la vida de los mamíferos, pero parece que muchos de ellos compartian viviendas basándose en el principio de aprovechamiento del espacio.

Sus casas

Al amueblar las viviendas, conservaban todo en el Centro de la inmensa estancia y dejaban los espacios murales para la decoración. La iluminación, en el caso de los que habitaban en tierra, la conseguían mediante un procedimiento probablemente electroquímico. Tanto en tierra como bajo el agua, utilizaban curiosas mesas, sillas y divanes como bastidores cilíndricos, pues reposaban y dormían erguidos con los tentáculos plegados, y estanterías para los conjuntos de superficies punteadas que constituían sus libros.

Forma de gobierno y comercio

El gobierno era, evidentemente, complejo y probablemente de tipo socialista. Era grande el movimiento comercial, tanto el local como entre distintas ciudades, empleándose como dinero pequeñas fichas grabadas de cinco puntas. Aunque la cultura era primordialmente urbana, existía algo de agricultura y gran actividad ganadera. También se dedicaban a la minería y existían algunas actividades fabriles. Viajaban mucho, pero la emigración permanente no parecía ser muy frecuente, si se exceptúan los grandes movimientos colonizadores mediante los cuales se extendía la raza.

Creadores de vida: simios y humanos

Estos vertebrados, así como otras infinitas formas de vida - animal y vegetal, marina, terrestre y aérea -, eran producto de una evolución no dirigida de células vivas creadas por los Primordiales, pero cuyo desarrollo quedaba fuera del radio de su atención. Se les había permitido desarrollarse libremente porque no habían provocado conflictos a los seres dominantes. Las formas evolucionadas que resultaban inconvenientes se exterminaban mecánicamente. Crearon un mamífero primitivo de torpe andar utilizado unas veces como alimento y otras como jocoso bufón por parte de los habitantes terrestres, mamífero cuyo carácter de predecesor de simios y seres humanos era inconfundible.

Nuevas razas. Guerra y Paz

Otra raza, una raza terrestre con forma de pulpo y probablemente correspondiente a fabulosos seres prehumanos engendrados por Cthulhu, comenzó a llegar procedente del infinito cosmos e inició una salvaje guerra que obligó de nuevo a los Primordiales a refugiarse temporalmente en las profundidades del mar - golpe tremendo para ellos en vista de sus crecientes colonias construidas en la superficie. Más tarde se concertó la paz, y las nuevas tierras se cedieron a los descendientes de Cthulhu, mientras que el mar y las tierras más antiguas quedaban bajo el dominio de los Primordiales.

La Antártida

Se fundaron nuevas ciudades terrestres, las mayores de ellas en la Antártida, pues esta región de la primera llegada era sagrada. En lo sucesivo, como había acontecido anteriormente, la Antártida continuó siendo el centro de la civilización de los Primordiales, de forma que los descendientes de Cthulhu desaparecieron de sus vidas. Mas luego, las tierras del Pacífico se hundieron nuevamente, llevándose consigo a la espantosa ciudad de piedra de R'lyeh y a todos los pulpos cósmicos, con lo que los Primordiales volvieron a ser dueños del planeta.

Rebelión de los shogoths

Surgieron muchas dificultades para la cría y gobierno de los shogoths, de los cuales de los cuales dependía la prosperidad de la vida en el mar. El arte de crear nueva vida a base de materia inorgánica se fue olvidando, por lo que los Primordiales se vieron obligados a depender de la posibilidad de moldear seres ya existentes. En tierra, los grandes reptiles resultaban muy moldeables, pero los shogoths marinos, que estaban adquiriendo un grado peligroso de inteligencia, representaron durante algún tiempo un formidable problema. Siempre se les había gobernado mediante sugestiones hipnóticas de los Primordiales, pero habían desarrollado, al parecer, un «cerebro» semiestable, cuya capacidad de volición independiente y tenaz se hacía eco de la voluntad de los Primordiales, pero no siempre la obedecían.

Aspecto de los shogoths

Eran, por lo general, entes informes compuestos de una gelatina viscosa que les daba el aspecto de un gran conjunto de burbujas aglutinadas, con alrededor de quince pies de diámetro cuando asumían forma esférica. Pero su forma y volumen cambiaba constantemente y surgían de ellos excrecencias temporales o formaban órganos visuales, auditivos u orales imitando a sus amos, espontáneamente o por sugestión.

Guerra entre Primordiales y shogoths

Parece que se tornaron especialmente rebeldes hace quizá ciento cincuenta millones de años, cuando hubo una verdadera guerra entre ellos y los Primordiales del mar. El estado cubierto de viscosidad en que los shogoths acostumbraban dejar a sus víctimas después de decapitarlas poseían una terrible fuerza amedrentadora. Los Primordiales emplearon curiosas armas de perturbación molecular y atómica contra los entes rebeldes y finalmente alcanzaron una completa victoria. Después hubo un período en el que los shogoths fueron domados y sometidos por los Primordiales armados, al igual que domaron los vaqueros a los caballos salvajes del Oeste norteamericano.

Nuevas invasiones: Los Mi-Go

En la Era Jurásica, los Primordiales padecieron nuevas adversidades, esta vez como resultado de otra invasión llegada del espacio exterior, una invasión de criaturas mitad fungosas y mitad crustáceas, indudablemente las mismas que aparecen en ciertas leyendas que se cuentan a media voz en las montañas del Norte y que se recuerdan en el Himalaya con el nombre de Mi-Go, o Abominable Hombre de las Nieves. Para luchar contra estos seres, los Primordiales intentaron, por primera vez desde su llegada a la Tierra, regresar al éter planetario; pero a pesar de realizar todos los preparativos tradicionales, vieron que ya no les era posible salir de la atmósfera terrestre. Cualquiera que fuera el secreto de los viajes interestelares, su raza lo había perdido para siempre. Finalmente, los Mi-Go expulsaron a los Primordiales de todas las tierras del Norte, aunque no pudieron atacar a los del mar. Poco a poco comenzó la lenta retirada de esta antiquísima raza a sus habitáculos originales de la Antártida.

Últimos Primordiales

El golpe final fue la llegada del extremado frío que en un tiempo se adueñó de la mayor parte de la Tierra y que nunca ha abandonado los desventurados polos, el gran frío que en el otro extremo del mundo acabó con las fabulosas tierras de Lomar y de los hiperbóreos.
Crean nuevos shogoths Los nuevos shogoths llegaron a tener un enorme tamaño y a desarrollar singular inteligencia. Parecían capaces de conversar con los Primordiales imitando las voces de éstos - una especie de silbidos musicales que abarcaban una amplia escala de tonos - y atender más bien a las órdenes orales que a las sugestiones hipnóticas, menos empleadas que en los primeros tiempos. Los mantenían, sin embargo, admirablemente controlados. Los organismos fosforescentes daban luz con magnífico rendimiento, y compensaban, sin duda, la pérdida de las acostumbradas auroras australes de la noche del mundo exterior.

El Frío acaba con los Primigenios

Iba desapareciendo la vegetación y las terribles nieves de invierno ya no se fundían totalmente ni siquiera en la plenitud del verano. Había muerto casi todo el ganado saurio y los mamíferos no aguantaban muy bien el frío. Para hacer el trabajo del mundo superior había resultado necesario adaptar a la vida en tierra a algunos de los amorfos shogoths, de curiosa resistencia al frío, cosa que los Primordiales se habían negado a hacer hasta entonces. El gran río carecía ya de vida animal, y el mar superior había perdido casi toda su fauna a ex-cepción de las focas y las ballenas. Todas las aves habían volado a otros lugares, exceptuando los grotescos pingüinos de gran tamaño.

Las conclusiones a las que llega Lovecraft son las mismas que asume la ciencia ficción
moderna:

Que los dioses, los Primordiales, que crean la vida en la tierra, proceden del espacio. Estaban dotados de grandes poderes sobre la mente y la materia.
Que la humanidad no es más que una raza más de las que han habitado la tierra y que fue creada por esos seres superiores procedentes de las estrellas.
Que los dioses antiguos, los Primordiales, crearon las sucesivas razas simplemente para su propio provecho: Los shoggoths era una raza de esclavos para realizar los trabajos de gran dureza física, mientras que los animales, simios y humanos eran ganado para su alimentación o entretenimiento para su ocio.
Que la Era Glacial supuso un cambio radical en los acontecimientos históricos, ya que mueren los dioses que han generado la vida, siguiendo ésta su curso en un proceso evolutivo.

Las cualidades que llamamos humanas surgieron simplemente a imagen y semejanza de nuestros creadores, los Primigenios; otras resultaron de procesos evolutivos de la biología.

Henry Armitage




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POEMAS DE JORGE LUIS BORGES

UNA ROSA Y MILTON

De las generaciones de las rosas que en el fondo del tiempo se han perdido quiero que una se salve del olvido, una sin marca o signo entre las cosas
que fueron. El destino me depara este don de nombrar por vez primera esa flor silenciosa, la postrera rosa que Milton acercó a su cara,
sin verla. Oh tú bermeja o amarilla o blanca rosa de un jardín borrado, deja mágicamente tu pasado
inmemorial y en este verso brilla, oro, sangre o marfil o tenebrosa como en sus manos, invisible rosa.

SPINOZA

Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristales y la tarde que muere es miedo y frío. (Las tardes a las tardes son iguales.) Las manos y el espacio de jacinto que palidece en el confín del Ghetto casi no existen para el hombre quieto que está soñando un claro laberinto. No lo turba la fama, ese reflejo de sueños en el sueño de otro espejo, ni el temeroso amor de las doncellas. Libre de la metáfora y del mito labra un arduo cristal: el infinito mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.









EL BASTÓN DE LACA

María Kodama lo descubrió. Pese a su autoridad y a su firmeza, es curiosamente liviano. Quienes lo ven lo advierten; quienes lo advierten lo recuerdan.Lo miro. Siento que es una parte de aquel imperio, infinito en el tiempo, que erigió su muralla para construir un recinto mágico.Lo miro. Pienso en aquel Chiang Tzu que soñó que era una mariposa y que no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.Lo miro. Pienso en el artesano que trabajó el bambú y lo dobló para que mi mano derecha pudiera calzar bien en el puño.No sé si vive aún o si ha muerto.No sé si es taoista o budista o si interroga el libro de los sesenta y cuatro hexagramas.No nos veremos nunca.Está perdido entre novecientos treinta millones.Algo, sin embargo, nos ata.No es imposible que Alguien haya premeditado este vínculo.No es imposible que el universo necesita este vínculo.



MIS LIBROS

Mis libros (que no saben que yo existo)son tan parte de mí como este rostrode sienes grises y de grises ojosque vanamente busco en los cristalesy que recorro con la mano cóncava.No sin alguna lógica amargurapienso que las palabras esencialesque me expresan están en esas hojasque no saben quién soy, no en las que he escrito.Mejor así. Las voces de los muertosme dirán para siempre.









Jorge Luis Borges




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La Bella Muerte de Macedonio








Cuando en 1920 Elena de Obieta muere, para Macedonio Fernández -su pareja-, esa muerte fue el inicio de una vida: La de la conciencia que escribe buscando matar aquella muerte. De eso tratan varios poemas suyos. Y también, desprolijamente, estas líneas.Macedonio Fernández ha sido conocido como poeta de culto. Borges -veinticinco años menor que aquél- nos lo figuró en varias anécdotas de reuniones vanguardistas que tenían lugar en el bar La Perla de Plaza Once, y en las que se destacaba Macedonio, no precisamente por su vanidad, sino por la humildad socrática del "sólo sé que no sé nada". El mismo Borges confesó haberlo plagiado en los temas que luego plasmaría en sus cuentos.
"Yo sentía: Macedonio es la metafísica, es la literatura. Quienes lo predicieron pueden resplandecer en la historia, pero eran borradores de Macedonio, versiones imperfectas y previas. No imitar ese cánon hubiera sido una negligencia increíble".

Manera de la psique sin cuerpo



Había nacido en 1874, en Buenos Aires, y era amigo del padre de Jorge Luis Borges. La abogacía fue su ocupación terrenal, juntamente a otros quehaceres como el de cantor, guitarrista, lector y pensador. Al despuntar el siglo XX estaba enrolado en los cículos vanguardistas pero fue, esencialmente -hasta su muerte ocurrida en 1952-, un autodidacta. Y un inconformista.
"Aparento creer que la Luna se muestra cada noche siguiente a una de ocultación. Me impresiona como que así colmo su vocación poética. Si además de yo y el lector hay otros astrónomos en el mundo, convenzámoslos de imponer unánimes en el cielo una reforma afortunada; después de una Psicología No Pasiva, una Astronomía No Pasiva, que no deje, en el Cielo, todo como esté; no ha de consentírseles a esas bultosas masas astrales moverse sin significarnos nada por donde quieran, despacio o velozmente como quieran; hay que consumar la crítica de la Contingencia o Mundo por Psicologías o Astronomías Constructivas. En tren de recomendar, recomiéndese también una Psiquiatría Constructiva que procure a cada uno el grado y tipo de locura que ayude a vivir ilusionado." (Nota al Poema al astro de luz memorial)
La poesía, la filosofía idealista y el humor absurdo se mezclan y confunden en la obra de Macedonio. Algo de eso hubo en sus colaboraciones a diversas revistas de los años '20: "El Progreso", "Martín Fierro", "Proa" (Cofundada con Borges) y "Papeles de Buenos Aires". Pero fue en su teoría poética donde Macedonio Fernández logró expresar sus nociones sobre la estética y la creación artísticas.



"Belarte"




"La máxima esperanza de Poesía es que el mundo (la Contingencia) sólo exista por consentimiento de la Conciencia en su naturaleza de amor, que como tal vive de lo idéntico y por ello aquiesce a ese modo de la idéntico que es la regularidad, la uniformidad. [...] Mi poemática del Pensar intentará la transcripción de lo que pasa en la conciencia en los momentos en que acepta emocionalmente un mundo doloroso del darse real; pero la poesía está en cada uno de estos actos de consentimiento."(Poema de poesía del pensar)
Como cultor de un "arte conciencial", Macedonio prefirió la emoción antes que la sensación. Por eso rechazó en la poesía la versificación sensorial, es decir, los elementos de lo que él llamaba "arte culinario": el ritmo, las onomatopeyas, la consonancia, la sonoridad. Por el contrario, nombró como "Belarte" (anagrama de Bellas Artes) al arte puro.
"Artista es el que transmite de algún modo esos momentos concienciales, describe, historia un momento de aceptación de la contingencia no antes querida por el alma." (Poema de poesía del pensar)
La poesía para Macedonio sirve al conocimiento. Es un modo de acceso a éste y, por ende, también a la belleza. Incluso en la muerte.



Muerte es beldad




"Y soy tan sólo ese dolor, soy Ella,soy Su ausencia, soy lo que está solo de Ella;mi corazón mejor que yo lo ordena." (Cuando nuestro dolor fíngese ajeno)
Si bien la melancolía aparece en este poema, en "Elena Bellamuerte" Macedonio habla de una niña que juega a esconderse para que su madre la reclame con más ternura.
"No eres, Muerte, quien por misteriopueda mi mente hacer pálidacual eres ¡si he vistoposar en ti sin sombra el mirar de una niña!"(Elena Bellamuerte)
El poema es un argumento de la negación de la muerte de Elena, donde su ausencia es una manera de hacerse querer más. Es decir que desde la muerte se llega a la beatitud de la pasión.
"invento de pasión quisiste esta partida[...]En tu frente un fin de ola se durmiópor caricia y como en fantasíade serte compañíay de mostrar que allíausencia o Sueño pero no muerte había.[...]Muerte es Beldad.Mas muerte entusiastapartir sin muerte en luz de un primer díaes Divinidad."(Elena Bellamuerte)
Por sus detalles formales (como el uso de mayúsculas, de arcaísmos y la mezcla de tonos coloquiales y cultos), "Elena Bellamuerte" es un exponente principal del barroco contemporáneo. Había estado perdido más de veinte años -al igual que el propio Macedonio, que descuidó su carrera de abogado y sus escritos en las pensiones en que se alojaba-, hasta que fue publicado por la revista "Sur" en 1941. El tema del Amor y de la Muerte (con mayúsculas para Macedonio) tuvieron en Elena de Obieta al hecho artístico permanente del poeta.
"La Muerte no es la Nada, sino que nada es.El Nacer no es la Vida, sino que nada es.Equivócase, por terrenal, el Corazón si te llorapues en nuestra Mente estás, y estuviste antes de sernos visto.En nuestra mente todo lo que eres, estápues nunca estuviste sino en nuestra mente."(La muerte no es la nada)



Finito




Y si el triunfo de la pasión sobre la muerte pareciera el punto especial para dar término a estas líneas, vamos a decepcionarnos. ¿Macedonio diría que no hay finito? ¿Por qué no lo piensa? A Macedonio, sí.En todo caso, si le sirve, échele una mirada a la receta del maestro y practique (Pero sírvase una propia):
"un 10 % de demencialidad , euforia y analgesia por mitades, que nos deshorrorice algo el vivir, que nos desperfile la fiereza del encaramiento que nos pone la Vida; en lugar de perder el tiempo en inútiles clasificaciones forzadas y ya que nada curan de la perfecta salud mental, lucidez que es una condena, súplannos una dosificación útil de demencia."(Nota al Poema al astro de luz memorial)




Por Marcelo Luna

Papeles de Macedonio


La obra escrita de Macedonio Fernández estuvo dispersa hasta los años '60. En vida llegó a publicar cinco textos: No todo es vigilia la de los ojos abiertos (1928), Papeles de Recienvenido (1929, cuya segunda parte -Papeles de Recienvenido. Continuación de la nada- data de 1944), Una novela que comienza (1941) y el poemario Muerte es beldad (1942). Más tarde aparecieron los textos que la pereza de Macedonio por editar nos había escamoteado, especialmente sus ideas teóricas sobre los géneros puros del "Belarte": La Metáfora o Poesía, la Humorística conceptual y la Prosa del personaje o Novela. Así, como literato Macedonio expuso su pensamiento en Doctrina estética de la novela, Para una teoría del arte, Poema de poesía del pensar y el sugestivo texto Poema de trabajos de estudios de las estéticas de la siesta (en busca de la Metáfora de la Siesta). La editorial Corregidor publicó sus Obras Completas en 1987.






























Fuente : wwww.icarodigital.com.ar




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Breve Reseña de la Historia de Cruz del Eje





La historia nos cuenta que el actual asentamiento de la ciudad de Cruz del Eje estuvo habitada por los indios Comechingones, dueños naturales de estas tierras.
Los Comechingones eran morenos, de estatura mediana y usaban barba. Con su cultura y costumbres al servicio de sus dioses fueron absorbidos por los conquistadores españoles, que paulatinamente hicieron desaparecer a los nativos del lugar. Esto sucedió hacia finales del Siglo XVII.




LOS INDIOS COMECHINGONES




En la zona del departamento Cruz del Eje, era el hábitat de los helen, más conocidos como indios comechingones.
Toda esta extensión del noroeste cordobés atesora un gran patrimonio cultural e histórico heredado de los asentamientos originales del lugar. En posible encontrar en la zona restos de pinturas prehispánicas, fiel testimonio que reafirma la posesión vernácula de estas tierras. Los bosques serranos donde hoy se asientan poblaciones como Villa de Soto, San Matcos Sierras, sirvieron de hábitat a los helen, más conocidos como indios comechingones. Con frecuencia, es común hallar por estas latitudes vestigios de las piedras horadadas que los aborígenes llenaban de agua para usarlas como espejos en la observación de los astros.La herencia hispana trajo consigo otras cosas, costumbres, otro idioma, otra religión, que se fueron involucrando con los modos nativos, creando fusiones en algunos casos y rupturas en otros. El período de colonización ha dejado sus huellas en esta franja del territorio que se manifiesta en las construcciones que datan de los siglos XVII y XIX, que arrancan como "comechingones" sigue con la influencia importada "quechua", siguiendo por "quechua-hispana" y por ultimo "hispana".
Las crónicas del siglo XVI mencionan que se juntaban los últimos comechingones en la época del algarrobo a recolectar, moler y a comer varios poblados. Los morterales podrían ser indicadores de esa actividad. Pues la zona de Cruz del Eje es muy mencionada en las crónicas del siglo XVI y XVII , sobre todo por sus algarrobales.

Los comechingones se autodenominaban Henia al norte, y Kamiare al sur, (los dos grupos principales) subdivididos en aproximadamente una decena de parcialidades.El apelativo «comechingón» parece ser la deformación de una palabra peyorativa que les daba la etnia Sanaviròn o sanavirona que hacia el siglo XV, procedente del interfluvio Rìo Dulce y el Rìo Salado (actual provincia de Santiago del Estero), invadía los territorios ancestrales de los Henîa-Kamiare.
Los Sanavirones les llamaban «kamichingan», que en idioma salavinón parece haber significado vizcacha o 'habitante de cuevas', esto debido al tipo de vivienda semisubterránea de los henia-kamiare. Sin Embargo según la cronica del conquistador español Jerónimo Bibar , escrita en 1558, el apodo les fue dado directamente por los españoles al escuchar el grito de guerra de los henîa: "¡Kom-chingôn!", según Bibar este grito se traduciría por "muerte-a-ellos" (a los invasores). Es probable que los salavinones "entendieran" y "tradujeran" con mofa tal clamor de guerra de sus enemigos con la palabra "kámichingan".




Cultura:


La cultura comechingona poseía indudables influjos de procedencia andina, practicando la industria textil con lanas de auquènidos , cestería, metalurgia y cerámica o coroplastia medianamente elaborada. Eran sedentarios, cazadores-recolectores (en especial de bayas de algarrobo criollo y otros frutos: molle, piquillín , Chañar y Coco de la palmera Caranday así como horticultores de papas patatas , maiz , zapallo , porotos , quìnoa , eran también poseedores de una incipiente ganadería y avicultura al poseer grandes rebaños de llamas y crìa gallinàceas como las pavas del monte aunque su dieta en parte provenía de la caza.
Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 cm en los varones), y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.
Aunque los estudios revelan un predominio huárpido (al parecer el más antiguo), en la etnogénesis de este pueblo, a lo largo de miles de años, influyeron también linajes pàmpidos àndidos e incluso amazónidos, esto se explica por la ubicación geográfica de su territorio, que era la encrucijada de las diversas corrientes poblacionales prehistóricas del territorio que hoy es Argentina.El otro rasgo llamativo fue el de sus viviendas: casas de piedra, colectivas y semisubterráneas para soportar mejor los fríos (hasta las caídas de nieve) del invierno meridional.

Este pueblo ha dejado interesantes relictos, principalmente pictografìas parietales o rupestres y petroglifos de gran abstracción incluyendo grafismos como los que se encuentran en Cerro Colorado Candonga y Ongamira centro norte de la provincia de Córdoba, y el yacimiento de Inti Huasi, en el noroeste de la provincia de San Luís, otro de los yacimientos importantes es el de Los Molinos 75 Kilómetros al noroeste de la ciudad de Río Cuarto se encuentra el pueblo de Alpa Corral , alpa en lengua "comechingona" significa piedra, es decir: Corral de Piedras, donde se aprecia en sus sierras las divisiones territoriales de estos habitantes hechas con piedras y que se denominan Pircas. En este pueblo se encontraron los restos de un comechingón que murió a orillas del río, como también se puede visitar la Cueva del Toro Barroso, donde se aprecian las pinturas rupestres de estos aborígenes. Es de tener muy en cuenta que los hênia-kamiare o "comechingones" poseían su propio idioma, aunque actualmente en el territorio que habitaban abunda la toponimia en runa sini o quechua; esto debido a que los conquistadores españoles desde el siglo XVI impusieron el runa sini (dialectizado) como "lengua general" para comunicarse con las muy diversas etnias aborígenes ubicadas en el Cuyo, Córdoba, Santiago el Estero, y Noroeste Argentino. Poco se sabe de sus cultos, las crónicas relatan que "adoraban" particularmente a la luna y que quizás por este motivo es que preferían combatir de noche, lo evidente es que poseían varios centros cultuales o santuarios en los cuales se congregaban, de tales centros cultuales los actualmente conocidos son sitios caracterizados de la geografía: cerros elevados, manantiales de aguas limpias, grutas y "quebradas" en las cuales se apreciaban de un modo especial los astros.
Entre sus cerámicas llaman la atención las "toscas" estatuillas que representan a mujeres y varones, tales estatuillas tienen un aspecto muy estilizado, sin embargo se descubre su "sexo" al estar destacadas las partes que representan a los genitales, otra característica de muchas de las estatuillas: el resaltado de los glúteos, ha dado lugar a un equívoco: el suponer que la esteatopigia era común entre los henia-kamiare, sin embargo la existencia de esteatopigia ha sido infrecuente o rara en esta población; la explicación es otra, del ámbito simbólico: el resaltado en la representación de genitales y nalgas en las estatuillas muy probablemente se ha debido a una práctica de magia simpática relacionada a los cultos de fertilidad.


Distribución geográfica y parcialidades



Hacia 1550 los dos conjuntos principales (Hênia y Kamîare) se ubicaban -a grosso modo- el primero al norte del paralelo 31ºS y el segundo al sur de dicho paralelo, pero -obviamente- un límite geodésico no era un límite absoluto para el desplazamiento de las poblaciones.
El conjunto de los Kamiare habitaba en el sector meridional de las Sierras Pampeanas principalmente en lo que es hoy el noroeste de la provincia de San Luis, siendo las subparcialidades principales las siguientes : · Saleta (en la vertiente occidental de la Sierra de Comechingones, incluyendo la zona de la ciudad de Merlo. Nogolma (inmediatamente al oeste de la antedicha, siendo su principal solar el Valle de Conlara )
Michilingüe (al oeste y suroeste de las dos anteriores, la subparcialidad michilingüe fue la más conspicua de la actual provincia de San Luis y su área de extensión llegaba por el poniente hasta la Sierra de Las Quijadas que le servía de límite con los huarpes del grupo Huanacache por el sur los michilingüe confinaban con los Taluhet en las serranías de Varela y la Sierra del Tala). El conjunto de los Hênia habitaba principalmente en el sector de las Sierras Pampeanas llamado Sierras de Còrdoba de norte a sur y de este a oeste sus parcialidades principales hacia el siglo XV eran las siguientes:
Mogas (en las Sierras de Ambargasta , confinando en la zona de las Salinas Grandes con los olongasta y hacia el norte y este con los salávinon o "sanavirones")
Caminigas (inmediatamente al sur de los "mogas", habitaban las zonas en donde se encuentran Quilino y Tulumba).
Guachas o Gualas (al sur de los caminigas, en la zona de Totoral
Chine (al oeste de los guacha, en la zona de Dean Funes y Cruz del Eje hasta las Salinas Grandes).
Sitón (en el Valle de Punilla, los faldeos orientales de la Sierra Chica y, por el oeste, hacia los actuales límites de la provincia de Córdoba con La Rioja).
Aluleta (en los faldeos orientales de la Sierra Chica, el sur del Valle de Punilla y el Valle de Paravachasca.
Naure (en el sector central y neridional del Valle de Traslasierra confinando al sur con los ya mencionados -del grupo hênia-: saleta y los nogolma).
Macaclita (en el Valle de Calamuchita y los faldeos orientales de las Sierras de Comechingones hasta las inmediaciones de la ciudad de Río Cuarto teniendo por vecinos orientales y meridionales a los het de la parcialidad taluhet).




Etnogénesis


Quizás los hênia-kamiare remonten sus orígenes a la cultura Ayampitín milenaria (al menos existente desde el 6.000 a.C) cultura arqueológica que ha dejado rastros hasta en Tarija, pero, por el momento (mayo de 2005) no existen datos que permitan decir con certeza plena que la cultura Ayampitín (nombre de un sitio del noroeste cordobés) sea correspondiente de un modo absoluto a un "momento formativo" de la etnia de los hênia y kamiare o "comechingones". Casi con certeza la llamada Cultura Ongamira, surgida hacia el 4.600 a.C es precedente directo de la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura comechingón en el período que va del 500 al 1.600 d.C diluyéndose esta cultura con la criolla -española tras el s XVI (uno de los últimos asentamientos con una cultura "comechingona" típica se ubicó en la localidad de Nono hasta el 1.750 , tras 1.600 corresponde hablar de una cultura "comechingón"-española.




Otros rasgos culturales: vestimentas y adornos




Las ropas de los hênia-kamîare evidencian el influjo andido: vestían poncho , chiripá y ojotas, durante los inviernos añadían a su ropaje "chalecos" de lana y prendas de cuero. Los varones solían adornarse con pequeñas placas alargadas y chatas de metal (cobre ,plata y oro) llamadas "chákiras" que pendían de sus cabelleras. Las mujeres se perfumaban con el jugo de un fruto al que llamaban suico y se exornaban con caracolas pintadas.




La conquista española




Casi sin lugar a dudas, con la llegada de los conquistadores , tal cual les sucediera a casi todas las etnias americanas precolombinas, gran parte de la población pereció a causa de las epidemias contra las cuales aún carecían de inmunidad (especialmente la viruela, sarampiòn, y ciertos tipos de gripe, esto facilitó en gran medida la conquista española, por otra parte las similitudes fisiotípicas hicieron que los sobrevivientes se confundieran con bastante facilidad con los europeos y formaran parte de la nueva población criolla. Aún a inicios de s XIX vivían en zonas, para entonces, apartadas de las sierras familias (como las de los Tulián y Guayán) que se reconocían descendientes de los hênia y los kamiare, para entonces gran parte de las familias del conjunto hênia estaban mixogenizadas con sanavirones (o salavinones) y con españoles.




Singularidad fonológica




Un curioso aporte han dejado los "comechingones": la llamada «tonada» cordobesa (de Córdoba argentina) o «cantito» que se caracteriza por la extensión como canturreada de las vocales, esta tonada o acento del español hablado en la Córdoba Argentina, a inicios de siglo XXI se encuentra principalmente en las zonas montañosas, aunque es frecuente en la mayor parte de las provincias de Córdoba y San Luis.
Tal tonada o "cantito" o curva tonal se puede ejemplificar fonológicamente del siguiente modo: Si un hablante de Madrid (España) pronuncia la palabra "tráemelo" de modo que se desglosa en 3 sílabas : [tráe-me-lo], un hablante con curva tonal cordobesa (de la Córdoba Argentina) pronuncia la misma palabra en cuatro sílabas del siguiente modo: [tra-é-me:-ló] (los dos puntos tras la "e" acentuada significan el alargamiento de dicha vocal). Antonio Tovar menciona cinco dialecto del idioma "comechingón": main, yuya, mundema (o "indama"), kama y umba aunque en la actualidad no se pueden dar precisiones sobre la distribución de tales dialectos.
A comienzos del Siglo XVIII comienzan a llegar los primeros pobladores españoles. El 22 de Septiembre de 1735 Don Francisco de Baigorri toma efectiva posesión de estas tierras al recibir del gobernador de Tucumán "una suerte de tierra llamada comúnmente "La Cruz del Eje" en la punta del río Siquiman, como 26 leguas más o menos de la ciudad de Córdoba.
La ciudad en sí no tiene una fecha exacta de fundación, sino que creció espontáneamente, cambiando de ubicación en varias oportunidades. Por esta razón se toma como fecha fundacional el 22 de Setiembre, ya que esta fue la fecha en la que un español tomo poseción por primera vez de estas tierras.


En 1856 mediante un decreto del gobernador de la provincia de Córdoba se crea el Departamento de Cruz del Eje. Compuesto por la pedanía del mismo nombre, La Higuera, Pichanas y candelaria.En 1866 se oficializa el nombre de Cruz del Eje por ley provincial N°212. En 1878 se habilita la Ruta que une Cruz del Eje-Córdoba. En 1890, el 8 de Mayo, se dicta el Decreto Provincial por el cual se crea la Municipalidad de Cruz del Eje, fijando como punto central el cruce del FFCC con la arteria principal de la entonces villa (puente ferroviario sobre calle Pellegrini-Sarmiento) a fines de establecer los límites del distrito, y desde allí 5 KM. a los cuatro puntos cardinales. En ese entonces su población consta de 4.000 habitantes.




En 1890 se habilita la Estación Ferroviaria de Cruz del Eje y se inicia la construcción de los Talleres Ferroviarios, de fundamental incidencia en la transformación de Cruz del Eje, de una simple villa en un importantísimo nudo ferroviario del país.




En el Siglo XX la evolución de Cruz del Eje era bastante ascendente, tanto en lo demográfico como en lo económico y social, y se había convertido en una de las principales poblaciones de la provincia de Córdoba.


En el campo educacional son varias las escuelas en funcionamiento y en el año 1918 se crea la Escuela Normal de Preceptores, hoy Esc. Nacional Normal República del Perú , donde se formaron los docentes que educaron a toda la zona.


Posteriormente se inaugurarían otros establecimientos de nivel medio, como la Escuela Nacional de Comercio, Escuela Nacional de Enseñanza Técnica, y otras.


En 1944, el 3 de Julio, se deja inauguró el Dique Cruz del Eje, obra gestionada por más de 50 años y con la cual se esperaba un importante paso adelante económicamente.

En 1946 se inicia la construcción de los llamado Talleres Nuevos en le Barrio de La Banda, obra trunca, ya que nunca cumplió la función a la estaban destinados.
En 1947 se inaugura el Hospital Aurelio Crespo.


En 1947 se construye el nuevo edificio para el Correo en la calles Alvear e Irigoyen.
En 1953 se construye el nuevo edificio del Banco de la Provincia de Córdoba.

El comercio crece y alcanza su nivel más alto hasta mediados de la década del ´70, iniciándose una paulatina decadencia por el cierre de los talleres ferroviarios. Cruz del Eje llegó a ser la cuarta población de la provincia.



Hoy 2007 es una ciudad que crece en contrucciones y remodelaciones de especios verdes, transformando los sitios baldios en plazas y edificaciones de ultima generaciòn promoviendo al turismo pero sin perder la historia de su gente y de su zona Bienvenidos a Cruz del Eje, "LA CUENCA DEL SOL."





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Cacerolas de teflón

No te oí… En los días del silencio atronador. No te oí junto a las madres del dolor, no sonaste ni de lejos, por los chicos, por los viejos… olvidados. No te oí… Puede ser que ya no estoy oyendo bien, pero al borde de las rutas de Neuquén, no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro. Y entre nuestros cantos desaparecidos yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente, que resiste comprender que hay tanta gente que en sus pobres recipientes solo guarda una ilusión. Cacerola de teflón, volvé al estante, que la calle es de las ollas militantes… Con valiente aroma de olla popular. Cacerola de teflón, a los bazares, o a sonar con los tambores militares… Como tantas veces te escuché sonar. No te oí… Cuando el ruido de las fábricas paró, cuando abril su mar de lágrimas llenó. No te oí con los parientes del diciembre adolescente… asfixiado No te oí… Puede ser que mis orejas oigan mal, pero nunca te he sentido en la rural, reclamar por el jornal de los peones yerbateros, por la rentabilidad de los obreros, por el tiempo venidero, por que venga para todos. No te oí ni te oiré porque no hay modo De juntar tu avaro codo con mi abierto corazón. Cacerola de teflón, volvé al estante… De los muebles de las casas elegantes Que las cocineras te van a extrañar. Cacerola de teflón, a los bazares O a sonar en los conciertos liberales Como tantas veces te escuché sonar. No te oí … En el puente de Kosteki y Santillán No te oí por el ingenio en Tucumán No te oí en los desalojos, ni en los barrios inundados … de este lado. No te oi… En la esquina de Rosario que estalló cuando el angel de la bici se cayó… Y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida. Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo por un joven sin trabajo, a la deriva. Debe ser que desde arriba, desde los pisos más altos no se ve nunca el espanto y las heridas. Cacerola de teflón, volvé al estante… Yo me quedo en una marcha de estudiantes donde vos nunca supiste resonar. Cacerola de teflón, a los bazares O a llenarte de los más ricos manjares Que en la calle no se suelen encontrar. Cacerola de teflón andá a c…ocinar

IGNACIO COPANI




http://es.youtube.com/watch?v=tZemS_7eVNY




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sábado 15 de septiembre de 2007
Jean Patrick Capdevielle - Atylantos





Jean Patrick Capdevielle (quien no se presenta ya), en vez de ofrecernos el volumen 2 del enorme éxito mundial Carmine Meo (interpretado antes por Emma Shapplin) escribió y compuso una ópera a la vez POP, trip hop y new age, que nos dice una nueva leyenda del 6º continente desaparecido: la Atlántida.En la elección de los intérpretes se refirió a cuatro voces de una pureza rara en la música actual, al curso de distintos éxitos y que sobresalen en su arte: Chiara Zeffirelli (soprano; Aïra, princesa traicionada de Atylantos), Elena Cojoruca (soprano; como hermana de Aïra), Jade Laura de Angelis (soprano; la hechicera Hermena - sirena con un amor no recompensado) así como Nikola Todorovitch (tenor; M'Bad, el ladrón de las orillas distantes) que ilumina en algunos de los 13 cuadros de esta obra magistral.Con el fin de perfeccionar esta prueba, el acompañamiento es realizado por los Coros Franceses de la Ópera dirigida por Patrick Marie Aubert que aportan la amplitud necesaria así como de una sección de cuerdas que se mezcla a orquestaciones actuales con tonos a ritmos y tecladosEste cuento del siglo XXI se canta en la lengua original de la Ópera: el italiano. Nos conduce hacia un reino hecho de leyendas donde el amor triunfa siempre. Las melodías a la vez modernas y muy agradables incluso a la oreja de los no iniciados son muy bienvenidas: Bellezza divina, incitan a abrir el cuaderno, a descubrir y apreciar los textos las originales (traducidos también en francés) así como magníficas fotografías llenas de magia y sueños.

La Leyenda de Atylantos:

"En una época antes de la historia, cubierta en oscuridad y leyenda, cuando la humanidad todavía estaba en los inicios de su adolescencia barbárica, allí gobernó un reino de gran alcance la isla de Atylantos, oasis de la armonía y de la civilización.Pero la fuerza y la abundancia de Atylantos se basaron sobre la maldición terrible que la afligió a monarcas. Para que su reino sobreviviera, los reyes y los príncipes de Nasforu tuvieron que consumir la fuerza de la vida de criminales y los enemigos derrotados, así los sacerdotes de su extraña religión los ofrecian en ofrenda.El viejo rey Uda, preso de esta terrible maldición, encuentra consuelo solamente en el amor para sus dos hijas.Pero Hemera, Hechicera de los océanos oscuros ha aguardado su ocasión de vengarse del príncipe que ella una vez amó..."




1. Atylantos - Overture2. Legge Senza Legge3. La Diosa Fredda4. Altai Che 'l Sol5. U Sono Or Le Ricchezze?6. Dolce Sentier7. Bellezza Divina8. Si Fosse Gir Com' Io Fu9. Ferra Ventura10. Dolce Veneno11. Il Regno D'il Cor12. O Servito A Signor Crudele13. Destin Sbandito



http:// es.youtube.com/watch?v=x_SqboivwhE




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“PENSAMIENTO, PLACER Y REBELDÍA”
# Entrevista Inédita a Michel Onfray por ALFREDO LEMON



Doctor en filosofía, “nietzscheano e izquierdista” confeso, profesor que desprecia la cátedra universitaria oficial y dueño de un pensamiento rebelde, Michel Onfray, cercano a los cincuenta años y con más de una docena de libros publicados, es considerado uno de los intelectuales franceses más interesantes de nuestros días. Polémico autoproclamado hedonista, con títulos como “El vientre de los filósofos”, “Crítica de la razón dietética”, “La política del rebelde”, “Tratado de la resistencia y de la insumisión”, “El deseo de ser un volcán”, “Cínicos, retrato de los filósofos llamados perro” y recientemente su “Tratado de ateología”, manifiesta que “entre los muchos lectores de su obra, están los locos, los histéricos, perturbados y marginales, que desde la soledad de sus vidas intentan mejorarla”. En “La razón del gourmet”, estima que la gastronomía debiera tener el mismo status cultural que la pintura o la música y que “el placer de la alimentación es preferible al displacer de una mala nutrición; importa una modificación del comportamiento, en el intento de disfrutar jubilosamente de la vida, oler mejor, escuchar mejor, degustar sabores, mejorar la relación con el cuerpo y los alimentos, considerar las pasiones y a las pulsiones sin adversidades porque ellas importan lo esencial del ser humano”.


Tiempo nublado


Desde su residencia en un pueblo llamado Argentan, en las afueras de París, el escritor respondió a un breve cuestionario enviado vía correo electrónico y que ahora se transcribe en exclusividad para este medio.
¿Qué es la sabiduría y por qué los filósofos la aman tanto ?
Es el arte de construir la existencia, para poder decir, en los últimos momentos, si uno permanece lúcido y conciente, que no lamenta nada y que volvería a vivir como lo ha hecho. Es el arte de ajustar buenas relaciones entre sí -consigo mismo- y entre uno y los otros, entre el mundo y nosotros. Los filósofos la aman, al menos aquellos que siguen su historia desde la antigüedad, porque ella es una búsqueda absoluta; y las personas que no son filósofos deberían amarla, ya que en buscarla está el placer.
Resulta inquietante su idea sobre los profesores de filosofía que no enseñan a filosofar, sino que se ocupan más en contar la historia de la filosofía que en comentar cuestiones de la vida cotidiana. Usted ha calificado a “esos personajes que deambulan en las cátedras en donde conviven la vanidad y el perjurio”, como “especialistas en peroratas y autopsias estériles”, “asalariados que ganan notoriedad con la momificación de los textos o la jerga para especialistas”...
Yo he creado una universidad “popular” en Caen, al norte de Francia. Ocurre que el mundo intelectual es neurótico, arrogante y muchas veces desconectado de la realidad. El filósofo y el profesor no tienen gran cosa en común; tanto como el historiador del deporte y el deportista, el estudioso de la gastronomía y el cocinero. Uno, enseña el pensamiento de los otros, el otro elabora el suyo propio.El primero funciona, en el mejor de los casos, como servidor, y en el peor, como parásito. El segundo, funciona como artista, creador, poeta. En mi ciudad prefiero hablar con el panadero, el cocinero, el barman, el zapatero, que pueden enseñarnos más que muchos señores con títulos universitarios.


Proyecto hedonista ético


¿Puede decir en pocas palabras la situación del hombre contemporáneo?
La negatividad hoy es la misma de siempre: guerras, miseria, pobreza, tiranía, mentira, falsedad, dictaduras. Todas las épocas se autodenominan en decadencia, la época de oro siempre ocurrió en un tiempo anterior. Lo negativo hoy es lo que surge con la mundialización liberal, el poder total del dinero y del mercado que generan angustia y otros dolores. Por eso propongo una teoría de la resistencia y la insumisión política anárquica. Propongo la actualización de una nueva mística de izquierda, un nuevo vitalismo, apostar a la utopía, lo que todavía no se llevó a cabo y no lo irrealizable; creer que con decidir no seguir sirviendo, se puede ser libre.
¿Existen soluciones, alternativas posibles ?
Sí por supuesto!. Yo propongo en cada uno de mis libros, distintas soluciones éticas: políticas, epistemológicas, pedagógicas...En dos palabras: el hedonismo en filosofía, para construir después del cristianismo; y la restructuración de un pensamiento libertario en política para resitir a tanto liberalismo planetario.
¿Podemos buscar en la filosofía un sentido a la existencia ?
Seguro. Ella sólo sirve para eso. Si no, no merece ni un segundo de atención. El cine, la radio, la televisión, son ahora nuevos medios que nos permiten otros acercamientos a la filosofía, porque permiten llegar a más gente de la que quizá se acerca a los libros.


Siglo sucio


Usted ha fundamentado sus principios ateos y su concepciòn religiosa. Puede sintetizarlos ?
Sólo el hombre ateo puede ser libre. Dios es incompatible con la libertad humana. Dios presupone la existencia de una providencia divina, la cual niega la posibilidad de escoger el propio destino e inventar la propia existencia. Si Dios existe, yo no soy libre. Si Dios no existe, puedo liberarme. Los principios de las religiones como el cristianismo, el judaìsmo o el islam son inhibidores de la autonomía del hombre. El mecanismo de las religiones es el de una ilusión. Es posible creer en dios y vivir sin religión. Dios y la religión son invenciones humanas que responden a una necesidad de conjurar la angustia de la muerte. La idea de la creación divina es una enfermedad infantil. El miedo y la desazón existencial son las fuentes de todas las creencias religiosas porque son nuestra herencia genética. Para superar esos pensamientos mágicos hechos para niños, esas ideas que reprimen el placer del cuerpo, la sexualidad, ese discurso cerrado, prometen ciertos paraísos artificiales y ficticios después de la vida; aparece entonces la filosofía, que puede ayudar tanto como el arte o la metafísica.









Colaboración Especial para Revista Macedonio Belarte de Alfredo Lemón , Mayo 2008