viernes, 31 de diciembre de 2010

Revista Digital de Cultura de Cruz del Eje MACEDONIO BELARTE - AÑO 6 - Nº 63 - DICIEMBRE 2010

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EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES
Los límites de la industria petrolera argentina
Publicado el 5 de Octubre de 2010
Por Fernando Dachevsky
Investigador del CEICS, docente (UBA).








Los límites del petróleo argentino no son producto de malas políticas energéticas, de falta de patriotismo o del accionar del capital extranjero. Son expresión de una capacidad productiva limitada.



Las recientes disputas en torno a los precios de los combustibles pusieron, otra vez, la cuestión petrolera a la orden del día. La economía argentina está perdiendo uno de los medios que tenía para subsidiar su mercado interno. Esto es, la posibilidad de contar con combustibles por debajo del precio internacional.
El costo de la energía es un asunto central para la burguesía argentina. El combustible a bajo costo fue uno de los tantos elementos compensatorios que ayudó a la supervivencia de los ineficientes capitales nacionales. Sin embargo, esta ventaja se está perdiendo. La actual suba de los combustibles y los conflictos entre empresas refinadoras y extractoras ponen en evidencia dificultades para el sostenimiento de un esquema de combustibles subsidiados, anticipando una tendencia a la alineación de los precios locales con sus precios de referencia internacional.
Esta situación no expresa otra cosa que una decadencia de la industria petrolera argentina que no se puede disimular. En efecto, desde 1998, las reservas petrolíferas vienen en contracción. En la actualidad, la Argentina estaría próxima a perder su renombrado autoabastecimiento petrolero. Lo cual reflotó discusiones en torno a qué hacer con el petróleo y cuál debería ser el carácter de la intervención estatal.
Sobre este punto, encontramos dos posiciones en disputa. Una, que puede escucharse desde las propias empresas petroleras, plantea como problema central el clásico argumento de falta de seguridad jurídica, reglas de juego claras, etcétera. Sin embargo, esta posición, más que manifestar una chance de expansión real, no es otra cosa que un reclamo por mayores beneficios para las empresas petroleras, en abstracción de las posibilidades del petróleo local. Las reglas de juego no son un factor externo, sino que son fijadas por los propios capitales, dentro de los cuales los petroleros gozaron de especial atención durante los gobiernos K. La renovación de concesiones de áreas hasta su agotamiento y la posibilidad de disponer de las ganancias con total libertad y redirigirlas fuera del país, vía argentinización de YPF, son ejemplos de ello.
Ahora bien, la posición que goza de mayor popularidad es lo que podríamos llamar el nacionalismo petrolero. Este plantea los límites de la industria petrolera argentina como expresión de un problema de soberanía nacional. Es decir, los límites del petróleo argentino serían resultado del predominio del capital extranjero que, gracias a la complicidad del gobierno vendepatria de turno, puede acumular ganancias saqueando reservas y sin esforzarse por invertir en ampliarlas. En este sentido, la solución iría de la mano de suprimir el poder del capital extranjero, reeditando la experiencia de la YPF estatal. Sin embargo, esta posición, que resurgió con el reciente conflicto por Malvinas y que podemos escuchar en Pino Solanas y compañía, no da cuenta de una serie de cuestiones básicas.

Primero, parte de una incorrecta caracterización del capital extranjero. La idea de que a estos capitales no les interesa invertir en descubrir reservas debería explicar por qué las mismas empresas, que en la Argentina tienen esa orientación, en otros países financian enormes proyectos de inversión. Donde no sólo no evitan invertir, sino que compiten entre ellas con ferocidad para ser adjudicatarias de áreas de exploración. La industria petrolera no es un problema de actitud, de mentalidad o compromiso con el desarrollo nacional. Como en cualquier otra industria, los capitales invierten allí donde haya más plata para ganar. Salvo que uno considere que las empresas petroleras no saben hacer negocios, el hecho de que, aun con precios del crudo en ascenso –que llegaron a tener picos de U$S 140–, no se desarrollaron más reservas en la Argentina constituye una señal de que estamos ante una decadencia que parecería ser irreversible.

Segundo, el nacionalismo petrolero también idealiza el papel que tuvo YPF. La empresa estatal nunca significó un freno para el capital privado. Por el contrario, durante toda su historia, YPF se encargó de canalizar inversiones, explorar regiones desconocidas (hacerse cargo de lo más costoso), para luego ceder áreas descubiertas a ser explotadas por petroleras privadas (nacionales y extranjeras). En definitiva, siempre actuó como un garante de la rentabilidad de los privados.
Por último, la idea de que en la Argentina faltó algo por hacer, en términos petroleros, es contradictoria con el hecho de que, junto con los Estados Unidos, Canadá y Rusia, fue uno de los países que mayor cantidad de pozos petroleros perforados tuvo a lo largo de su historia. Esto no debe sorprendernos. La baja productividad del petróleo argentino genera que, tomando a Arabia Saudí como referencia, sea necesario perforar diez veces más pozos para extraer sólo una décima de petróleo. Paradójicamente, esta desventaja sirvió de plataforma para el éxito de uno de los pocos capitales nacionales no agrarios que es competitivo a escala internacional: Siderca (empresa dedicada a la fabricación de tubos petroleros).
En definitiva, los límites del petróleo argentino no son producto de malas políticas energéticas, de falta de patriotismo o del accionar del capital extranjero. Son expresión de una capacidad productiva limitada que, tarde o temprano, tiende a agotarse. En su mejor momento, se derrochó en subsidiar con energía barata a una burguesía nacional que ni siquiera con eso pudo avanzar en el mercado mundial y sostener en forma pujante al país. Hoy, la Argentina ya no tiene nada para dar en términos petroleros. En este contexto, el problema energético argentino es una muestra de que las limitaciones económicas nacionales demandan una mirada internacional. Sin embargo, la solución no puede reducirse a la creación de una empresa energética multiestatal destinada a seguir derrochando la riqueza extraída por los trabajadores en subsidiar a las ineficientes burguesías latinoamericanas.


Fuente :
http://tiempo.elargentino.com/notas/los-limites-de-industria-petrolera-argentina




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Verónica Baudino en "Caras y Caretas" sobre el desarrollo de la empresa Arcor
RyR en los medios - Diarios y revistas








Nunca es triste la verdad…






Por Verónica Baudino*
Artículo publicado en Caras y Caretas de septiembre de 2010.














¿Por qué la Argentina, dueña de recursos naturales, humanos, culturales, se ha quedado en la carrera del desarrollo? La pregunta ya es preocupación no sólo de cientistas sociales, sino que, luego del 2001, cobró relevancia en los más diversos públicos. Es que estamos ante un problema de peso, que remite a las razones por las cuáles estamos como estamos y, por lo tanto, la respuesta que le encontremos nos da las coordenadas para resolverlo.
Una de las vertientes dentro de las explicaciones hace énfasis en las particularidades de la clase dominante. Específicamente, en las potencialidades de la burguesía nacional y su rol en el desarrollo económico.
Sin duda, la idea más difundida, en particular por este gobierno, sostiene que las bonanzas y los fracasos tienen como explicación última la orientación de las políticas estatales, acordes a la fracción de la burguesía que se haga con el poder. Según esta versión de la historia, el capitalismo argentino se divide en fases de desarrollo más o menos asentadas en la industria, de acuerdo al sector que controle el Estado. Por ejemplo, se nos dice que el proceso reinante desde la última dictadura militar es el ascenso de la fracción más concentrada de la burguesía, que habría utilizado los recursos nacionales con fines especulativos en detrimento de la producción de bienes. En ese marco, se nos explica, el Estado no habría actuado como garante del desarrollo nacional y habría privilegiado un modelo de ganancias extraordinarias inscriptas en la valorización financiera y la desindustrialización.

El sector triunfante de todo este proceso suele ser denominado como “oligarquía diversificada”, caracterizada por su multi-implantación y orientación hacia la obtención de ganancias mediante la valorización en el mercado financiero. Entre los perdedores se encontraría la burguesía nacional, que se la reduce a los pequeños y medianos empresarios anclados en el mundo de la producción. Así se definen dos campos antagonistas: los capitalistas anti-nacionales y anti-industriales contra los empresarios “populares”. Los Regresivos contra los progresivos.
La división de la clase dominante en estos términos supone que, desde la última dictadura militar, la burguesía nacional estuvo ajena a la toma de decisiones políticas generales. Se le quita, por lo tanto, la responsabilidad en la crisis que recorrió el país. La clase dominante local queda así resguardada y se la propone como paladín del bienestar social general.









Sin embargo, si seguimos la trayectoria de los capitales, podemos comprobar que esta división no se corresponde con la realidad. Una mirada atenta al caso Arcor, uno de los pocos capitales nacionales que se han insertado exitosamente en el mercado internacional, muestra que los capitales no cambian su comportamiento en la medida en que incrementan su escala de acumulación. En otras palabras, el pasaje de un pequeño capital abocado al mercado regional a uno de los capitales más grandes de la Argentina con proyección internacional no cambió su esencia. Arcor surgió como un pequeño capital en 1951, incentivado por un subsidio de la Provincia de Córdoba, que le permitió instalar su planta en condiciones competitivas. Se insertó en una rama con una vigencia y dinamismo que data de, por lo menos, 30 años antes de la fundación de la empresa. Debido a la fuerte competencia, cada uno de los capitales invirtió permanentemente en nuevas tecnologías para continuar en el mercado. Quien no alcanzó una productividad suficiente, quedó en el camino. A su vez, la rama de las golosinas está fuertemente ligada al agro. Goza de la competitividad que éste le proporciona. Es decir, Arcor no se arraiga en un nicho artificial generado para absorber recursos estatales, sino que los subsidios otorgados mediante leyes de promoción industrial, afianzan su capacidad competitiva.**
Asimismo, Arcor ha intervenido en política al menos desde 1977 con la conformación de la Fundación Mediterránea, proveyendo de funcionarios al Estado, como Cavallo, e impulsando su proyecto de país.
Entonces, ¿por qué no identificar a este capital de origen nacional exitoso, inserto en la esfera de la producción en términos competitivos, como parte de la burguesía nacional? Aunque quiera tergiversarse, capitales como Arcor constituyen la verdadera burguesía nacional. Su desarrollo genera ganancias para sus dueños, pobreza para sus obreros y quiebras y desempleo para sus competidores. Esto no se debe a un funcionamiento “especulador” o “salvaje”, sino a la forma en la que se desenvuelve el capital. Cualquier capital: el argentino, el europeo y el norteamericano; el grande y el chico, que funciona igual que el primero. No puede esperarse entonces que ninguno acaudille la reversión de años de decadencia económica y, mucho menos, que saque a la inmensa mayoría de su miseria cotidiana.

* Lic. en Historia – UBA - Miembro del CEICS
**Baudino, Verónica: El ingrediente secreto, Ediciones ryr, 2008.






Ver también Kornblihtt, Juan: Crítica del marxismo liberal, Ediciones ryr, 2008 y la serie



































Investigaciones del CEICS en : http://www.ceics.org/
























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Date: Wed, 6 Oct 2010 03:10:38 -0300
EDITORIAL DE HORIZONTE SUR EN LA 690 AM SABADO 2 DE 9 A 10 HS
Patèticos ...



Escrito por Jorge Rulli
Domingo, 03 de Octubre de 2010 14:01



Patéticos, ... son patéticos como cuando durante la llamada crisis del campo, anatemizaban a la oligarquía, nada menos que desde las oficinas que en Puerto Madero les prestaba quien se apropiara del Banco Hipotecario durante el menemismo: Eduardo Elzstain, uno de los hombres más ricos de la Argentina, dueño de todos los Shopping de Buenos Aires, además de ser uno de los más grande terratenientes, con 400 mil hectáreas. Son patéticos una vez más, cuando confunden el Palacio de invierno con los Tribunales de Plaza Lavalle y se proponen asaltar la Corte Suprema que, por otra parte, ellos mismos eligieron a capricho…
Son patéticos, irremediablemente patéticos, denunciando desde la Biblioteca Nacional la conspiración destituyente, cuando deberían comenzar a cuidarse de ellos mismos, que son capaces de pelearse con la propia sombra, y que generan sus propios enemigos, ante los que luego suelen caer derrotados de manera escandalosa. Se nota que nunca jugaron en un potrero con una pelota de trapo, y como tantos otros argentinos, provenientes de la izquierda y que no pueden comprender a Perón, son incapaces de jugar sin golearse a sí mismos… Eran íntimos de Clarín y hacían jugosos negocios con la empresa, les dieron todos los privilegios que el multimedios quiso y aún más todavía.
Durante años Magneto fue el empresario que más veces visitó la quinta de Olivos… de pronto, se rompió el noviazgo, por algún motivo poco claro, que el común de los mortales ignoramos o acaso no somos capaces de imaginar siquiera, de tan sórdidos, y entonces, una catarata de discursos de barricada, y las viejas mochilas ideológicas cargadas de consignas y de banderías, salieron a la calle a tapar con el escándalo, la más impensable incompetencia política que alguna vez hayamos podido suponer. La endorfina social que generan las usinas progresistas, no paran de fluir afín de manipular a los más débiles y lograr cohesión y supuestos entusiasmos del conjunto, a la vez que montar falsos escenarios de confrontación, que modifiquen las conductas y los discursos de todos aquellos permeables a esos condicionamientos. Son en definitiva, al menos los privilegiados y manipuladores, un sector corporativo clase mediero y progresista, un sector social que se despertó a la voracidad del poder con los manuales de marxismo de la Marta Harnecker y las radicalizaciones estudiantiles de los años sesenta.
Ahora tienen vientres abultados, papadas y choferes que los llevan y los traen en su vida de funcionarios favorecidos o de Diputados progresistas, pero son los mismos que durante años practicaron el entrismo en movimientos populares como el Peronismo, hasta que consiguieron modificar los antiguos mandatos y las viejas herencias.
La historia de los hombres y de los movimientos políticos ha continuado sin embargo, girando en espiral, tal como siempre lo hace y ciertas situaciones históricas pareciera que tienden a repetirse, aunque no en el mismo nivel de cosas y sucesos que antes sucedieran. La llamada Globalización ha sido y pese a muchos, continúa siendo una oportunidad inmejorable para romper con las dependencias y con las subordinaciones que nos atan a los sistemas de poder mundial establecidos, e imaginar mundos nuevos. Mundos nuevos que ante los peligros ciertos de que el planeta entre en emergencia climática o sencillamente en colapsos sucesivos, lo cuál es inmensamente peor, sepan hallar nuevos caminos por fuera de la sobreexplotación de la naturaleza y de la contaminación, en que hemos vivido estos últimos tiempos, tanto del Capitalismo liberal como del Capitalismo de Estado.

Se hace más evidente cada día que necesitamos probar otros derroteros, otros pensamientos y otros modos de posicionarnos ante la vida. Es por ello que desde el GRR y desde Horizonte Sur, nos hemos preocupado por difundir los nuevos conceptos de Soberanía Alimentaria, Ecolocalismo, decrecimiento y decolonialidad. No somos tan solo críticos de una sociedad terriblemente injusta, una sociedad que ha extraviado su camino, y que no hace sino provocar mayores destrucciones del medio, mayor sobreexplotación y disolución de las identidades, de las culturas locales y de los patrimonios heredados.
Estamos generando asimismo nuevos pensamientos y propuestas, mientras celebramos la vida y las dimensiones locales en que se afirma y arraiga nuestra propia humanidad. Tenemos la certeza que, en paralelo a la crisis profunda que azota los regímenes políticos de estas socialdemocracias morosas, regímenes progresistas que han optado por caminos que conjugan la corrupción con el disfrute del poder y con los compromisos a favor de una modernidad tardía y dependiente de los mercados globales, crecen desde la hondura popular nuevos sueños y propuestas alternativas.
En nuestro país se ha optado desde el gobierno mismo, por un destino de zona de sacrificio para los países ricos, y ello va quedando expuesto cada vez con mayor claridad en las últimas medidas económicas más relevantes. Desde el Programa estratégico agroalimentario que se implementa actualmente, y que compensará el crecimiento de las áreas de sojización y la disminución de aquellas destinadas a producir alimentos, con la fabricación de comidas substitutas hechas con soja GM para el mercado interno, a la creciente producción de Biocombustibles desde nuestra agricultura, para alimentar los automóviles de Europa, y por último, la cesión de inmensos territorios para la producción de soja transgénica en la Patagonia, destinadas al gigante chino.
Horrorosas formas de nuevas colonialidades nos amenazan, y quienes nos guían en esos caminos suelen ser progresistas, algunas veces como en Radio Nacional, donde fuéramos censurados, le rinden culto todavía, a Santucho y a Gorriarán, y están lejos de reconocer que en los años setenta atentaron contra el gobierno popular y empedraron el camino del golpe militar y el genocidio.
Sin embargo, lo paradójico de esta etapa en que Discepolín podría hacerse la fiesta más triste de su historia, el cambalache es tal que los unos y los otros, enfrentados ayer en posiciones extremas, entremezclan hoy sus dispares historias detrás de los mismos despreciables negociados. Porque, tal como se sabe, donde hay una necesidad hay un negocio, viene al caso hablar del sindicato de camioneros, feudo familiar de los Moyano, cuyo protagonismo y responsabilidad en la sofocación de los ferrocarriles y en la extensión de redes de miles de camiones que abastecen los puertos de la soja y todo el intercambio de mercaderías, es evidente.
El compañero Moyano no solo es el sepulturero de incontables camioneros que murieron asfixiados por el uso de pastillas de fosfina, es también el factotum de un país absurdo, frente a las preocupaciones del creciente efecto invernadero y el cambio climático, una Argentina que ha privatizado el propio petróleo y está consumiendo sus escasas y últimas reservas de combustibles fósiles Estoy hablando del increíble despropósito de que, a pesar de la crisis energética del planeta, en nuestro país no se circula ni se trafica sino sobre ruedas, ya sean de ómnibus o de camiones, porque débese pagar el derecho de pernada a un sindicalismo y a un pejotismo que, además de ser absoluta negación de lo que fuera el peronismo, es una burocracia política sin alma ni perdón de Dios, y que cava su propia fosa empujándonos por voracidad e imputabilidad a un destino de catástrofes repetidas. Me temo que estemos al final de la gran borrachera de poder del arribismo progresista y clase mediero. La Argentina está enferma de mediocridad y vandalismo, cansada de falsos escenarios, de exacerbaciones y desvaríos, así como de oposiciones que lo son solo de ficción, porque están arregladas previamente y porque muchos continúan cobrando los sueldos por debajo de la mesa.
Estamos cansados de pelear entre nosotros por cuestiones que fácilmente podrían resolverse si supiéramos como país, hacia dónde marchamos. Estamos cansados de que como a perros, nos tiren huesos como los de la reciente ley de glaciares que, a lo sumo serán como la ley de bosques, leyes tardías y en que los políticos no creen, reglas que consuman el despojo, que legitiman la apropiación de los bienes naturales y abren ancho cauce a las autonomías provinciales para continuar con la entrega de nuestras riquezas.
Estamos cansados y ya no les creemos, no les creemos ni siquiera cuando dicen la verdad, porque ninguna verdad continúa siendo verdad en la boca de los falsarios. No pretendemos cambiar a unos por los otros, porque sabemos que son todos parecidos, ni tampoco queremos que nos sigan trocando como han hecho, las luchas contra el modelo de la agricultura industrial por las luchas contra el glifosato. Queremos otro proyecto de país, pretendemos tener soberanía alimentaria y ello implica tener ministros de relaciones exteriores que sean al menos argentinos. No queremos que nos den de comer como a niños, como a indigentes o como a las vacas en los corrales de engorde, quisiéramos que se nos reconozca como adultos y nos podamos sentir ciudadanos todos en igualdad tanto de derechos como de oportunidades. Nada más por ahora. Y no es poco.












por Jorge Rulli , 03.10.2010.-








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JUSTICIA, por MANUEL RIVAS





Manuel Rivas es periodista, novelista, ensayista y poetaDiarios en los que colabora:El País, El Ideal Gallego, Diario de Galicia y La voz de Galicia.







Hace muy poco, en el 2001, Argentina era un país desahuciado. Si en Europa hoy hablamos de crisis, lo que vivió ese país fue una joda total. Millones de familias perdieron los ahorros. Los viejos que entregaron sus pensiones a fondos privados, animados por los loros del neoliberalismo mágico, se encontraron de repente en la indigencia. La pasta de los más ricos, avisados, emigró como las golondrinas. Los barrios del Gran Buenos Aires se auto-organizaron para dar de comer en ollas populares.
Hoy Argentina levanta algo más que la cabeza, pese al mangoneo de una oligarquía prepotente, bendecida por una curia pendiente de exorcismo. Trazos cavernícolas que se prestan, sí, a un paralelismo con la España del Último Día. Sería recomendable que unos y otros viesen Tatuaje, donde se lleva a la escena la vida de Miguel de Molina, el cantor torturado por esbirros de Franco y que encontró refugio en América, con la ayuda de Evita.
Por cierto, pocos países en el mundo tienen el pulso cultural que hoy tiene Argentina, donde también se está escribiendo el mejor periodismo literario. Agarren, si pueden, Frutos extraños, de Leila Guerriero, y Si me querés, quereme transa, el último de Cristian Alarcón. En el renacer después de la ruina, algo habrá tenido que ver la presidenta Cristina Fernández, denostada por la derecha como una bruja. Pocos países en el mundo de hoy han avanzado tanto en el campo de los derechos humanos.
No he llegado a esta conclusión por birlibirloque. Lo pienso al salir de un juzgado en Comodoro Py, donde he podido asistir, como un ciudadano cualquiera, al juicio a la plana mayor de la ESMA, el centro de la Armada que la dictadura convirtió en un matadero. Y me ratifico al leer la resolución de la Cámara Federal, que se dispone a investigar el genocidio franquista si no lo hace la Justicia española.
Gracias, Argentina.





Fuente : http://www.elpais.com.es/






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Los gestos gallináceos de una parte de la sociedad argentina
por Ricardo San Esteban












La foto mostraba a los vecinos, sobre la panamericana, vociferando en contra del gobierno y clamando por más seguridad, con motivo del asesinato de Matías. Pero resultó que cuando el chico clamaba socorro, esos mismos vecinos cerraron sus puertas y ventanas y se encovacharon, por lo que deberían hacer un examen de conciencia ya que, junto con el asesino, apretaron el gatillo. Y este no es un hecho aislado, sucede a menudo y en todo el país, vecinos que oyen cómo las víctimas piden socorro y no hacen nada. A eso nos han llevado las prácticas individualistas y deshumanizadas, fogoneadas por ciertos medios de difusión masiva que crean una paranoia colectiva.
Según declaraciones del Juez Zaffaroni –corroboradas por todas las estadísticas- la primer causa de muerte ocurre por los accidentes viales, la segunda por la violencia de género y familiar, la tercera por los suicidios y sólo en quinto lugar están las muertes por asaltos o secuestros. No queremos exculpar a las autoridades, pero la mayor criminalidad parte de la misma sociedad, esto es, de quienes andan por las rutas como locos, de aquellos que corren picadas o manejan borrachos. A diario vemos cómo nos sobrepasan –como si fuésemos postes- esos inconscientes que manejan a doscientos kilómetros por hora, pasan por la banquina o hacen maniobras homicidas. Se creen muy vivos, quieren llegar primero y muchas veces lo logran, abrazándose a un poste o llegando con sus almitas al portal de San Pedro. Lo grave es que no solo engrosan ellos mismos la lista de los muertos sino que matan a otra gente. La segunda causa de muerte resulta ser la violencia doméstica contra mujeres, ancianos y niños, por lo que obviamos el comentario La tercera causa es por suicidio, seres desesperados que no hallan salida a su situación personal porque en su entorno no hay quien les tienda una mano.
La criminalidad está en la base de esta sociedad y no puede resolverse con más represión. Es estructural y no dependerá de medidas coyunturales, medidas con las que se victimiza a los jóvenes de origen humilde (ningún niño rico fue ni irá a la colimba, ni antes ni ahora) sino que a los “negros” es a quienes se los quiere militarizar y de esa manera zafar de la responsabilidad que tenemos como sociedad egoísta, mezquina, insolidaria. Seguramente muchos de los vecinos que le cerraron las puertas a Matías se consideran cristianos pero me gustaría saber qué harían si San José y María embarazada, golpearan a sus puertas pidiendo un lugar donde parir.









Nguillatum, 6 del 10 del 2010














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sábado, 9 de octubre de 2010, 23:15
La materia no existe. Todo es energía.
Leonardo Boff, teólogo
Koinonía





El título de este artículo resulta una obviedad para quien entienda mínimamente la teoría de la relatividad de Einstein, que afirma que materia y energía son equivalentes. La materia es energía altamente condensada que puede ser liberada, como lo mostró lamentablemente la bomba atómica.
El camino de la ciencia ha hecho más o menos el siguiente recorrido: de la materia llegó al átomo, del átomo a las partículas subatómicas, de las partículas subatómicas a los «paquetes de onda» energética, de los paquetes de onda a las supercuerdas vibratorias en once dimensiones o más, representadas como música y color. Así un electrón vibra más o menos quinientos billones de veces por segundo.
La vibración produce sonido y color. El universo sería, pues, una sinfonía de sonidos y colores. De las supercuerdas se llegó, finalmente, a la energía de fondo, al vacío cuántico.
En este contexto, recuerdo siempre una frase dicha por W.Heisenberg, uno de los padres de la mecánica cuántica, en un semestre que dio en la Universidad de Munich en 1968 en el que pude participar, y que todavía suena en mis oídos: «El universo no está hecho de cosas sino de redes de energía vibratoria, emergiendo de algo todavía más profundo y sutil». Por lo tanto, la materia perdió su foco central en favor de la energía que se organiza en campos y redes.
¿Qué es ese «algo más profundo y sutil» de donde emerge todo? Los físicos cuánticos y astrofísicos lo llaman «energía de fondo» o «vacío cuántico», expresión inadecuada porque dice lo contrario de lo que la palabra vacío significa. El vacío cuántico representa la plenitud de todas las posibles energías y sus eventuales densificaciones en los seres. De ahí que hoy se prefiera la expresión pregnant void «vacío preñado» o la «fuente originaria de todo ser». No es algo que pueda ser representado en las categorías convencionales de espacio-tiempo, pues es algo anterior a todo lo que existe, anterior al espacio-tiempo y a las cuatro energías fundamentales, la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la débil.
Algunos astrofísicos lo imaginan como una especie de vasto océano, sin márgenes, ilimitado, inefable, indescriptible y misterioso en el cual, como en un útero infinito, están hospedadas todas las posibilidades y virtualidades de ser. De allí emergió, sin que podamos saber cómo ni por qué, aquel puntito extremadamente lleno de energía, inimaginablemente caliente que después explotó (big bang) dando origen a nuestro universo. Nada impide que de aquella energía de fondo hayan surgido otros puntos, gestando también otras singularidades y otros universos paralelos o en otra dimensión.
Con la aparición del universo, irrumpió simultáneamente el espacio-tiempo. El tiempo es el movimiento de la fluctuación de las energías y de la expansión de la materia. El espacio no es el vacío estático dentro del cual todo sucede, sino aquel proceso continuamente abierto que permite que las redes de energía y los seres se manifiesten. La estabilidad de la materia presupone la presencia de una poderosísima energía subyacente que la mantiene en este estado.
En realidad, nosotros percibimos la materia como algo sólido porque las vibraciones de la energía son tan rápidas que no alcanzamos a percibirlas con los sentidos corporales. Pero para eso nos ayuda la física cuántica, justamente porque se ocupa de las partículas y de las redes de energía, que nos abren esta visión diferente de la realidad. La energía es y está en todo. Sin energía nada podría subsistir. Como seres conscientes y espirituales, somos una realización complejísima, sutil y extremadamente interactiva de energía.

















¿Qué es esa de energía de fondo que se manifiesta bajo tantas formas? No hay ninguna teoría científica que la defina. Además necesitamos de la energía para definir la energía. No hay como escapar de esta redundancia, observada ya por Max Planck.
Esta Energía tal vez sea la mejor metáfora de lo que significa Dios, cuyos nombres pueden variar, pero señalan siempre la misma Energía subyacente. Ya el Tao Te Ching (§ 4) decía lo mismo del Tao: «El Tao es vacío, imposible de colmar, y por eso, inagotable en su acción. En su profundidad reside el origen de todas las cosas y unifica el mundo».
La singularidad del ser humano es poder entrar en contacto consciente con esta Energía. Él puede invocarla, acogerla y percibirla en forma de vida, de irradiación y de entusiasmo.



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Silverio E. Escudero
Rebeldía juvenil ayer, hoy y siempre
Posteado el Oct 13, 2010 por e.escudero en General




La paz ha sido un norte perseguido por generaciones. Cada una de ellas hizo su aporte. Algunas fueron más comprometidas que otras. Pero todas fueron importantes, valiosas. La nuestra, forjada en medio del idealismo de la década del 60, produjo una verdadera revolución. Una revolución cultural que, imaginada como respuesta a un mundo crispado por la violencia de la guerra fría, marcó con fuerza las décadas siguientes.
La tarea emprendida fue ardua. No resultó fácil avanzar. La resistencia de la sociedad burguesa fue dura, tremenda. No reparó en medios. Condenaba sin atenuantes. Quizá porque vivía en una burbuja, en un instante de esplendor económico y no quería verse reflejaba en un espejo que mostrara sus debilidades, sus miserias. Es que se había transformado –gustosa- en esclava de una sociedad industrial que buscaba nuevos mercados, nuevos consumidores. El automóvil, el teléfono y la fiebre por los electrodomésticos fueron algunos de los exponentes icónicos de la época.
La respuesta fue un grito de rebeldía que repercutió en todos los confines. Se profundizaban abismos intergeneracionales. “Toda la generación de ustedes –denunciaban los jóvenes de entonces- está equivocada. La sociedad en que viven y en la que me han hecho vivir es una trampa, es una farsa. El ‘establishment’ es un cepo y ustedes están atrapados en él”. Y nuestros padres, por más que se esforzaran, no supieron o no pudieron comprender que corrían vientos de cambio.
El centro del debate se situaba en el corazón de Estados Unidos y Europa. Por estas latitudes solo atisbábamos lo que ocurría. Lo hacíamos a partir de descubrir a Sartre o Marcusse, de la mano, quizá, de algún viejo profesor que guió nuestras primeras lecturas o por la extraordinaria transmisión de conocimientos que se gestaba en cada rincón de la ciudad. O en la experiencia de aquellos otros que sufrían, desde sus puestos de trabajo, la injusticia de un sistema económico que los esclavizaba. Los partidos políticos apenas si farfullaban respuestas de ocasión. No fueron capaces, por apatía, temor o ineficacia, de mirarse a sí mismos y proponer nuevos paradigmas. Tarea que continúa pendiente.
No ha pasado tanto tiempo. El retroceso, notable, aún continúa. Los procesos de consolidación de modelos autoritarios y los noventa, con su revolución conservadora, al parecer, enterraron la ilusión. Estamos convencidos de que no es así. Mienten los que creen que estábamos desorientados y que los jóvenes de hoy también lo están. No es entendible que nos hayamos convertido en bomberos. Los años nos han dado mayores responsabilidades. Por esa sencilla razón no debemos arriar las banderas, a pesar que puedan aparecer deshilachadas. Debemos acompañar los procesos de cambio.
Nos lo reclaman, a cada instante, los jóvenes, los estudiantes. Esos estudiantes que se alzaron para reclamar que se los considere sujetos activos de la sociedad. Hacer lo contrario es faltarles el respeto. No piden demasiado. Reclaman que se les hable con la verdad, que no se les subestime o considere mano de obra barata y descartable. Ellos, aquí y ahora, están construyendo una sociedad más justa y solidaria. La misma que no supimos o no pudimos forjar en nuestro tiempo.
La protesta evita el anquilosamiento. Tiene profundas bases morales. Pone blanco sobre negro.
Visibiliza los problemas que la burocracia gubernamental niega en forma sistemática. Quizá porque el confort de los despachos afecta la percepción de sus inquilinos. Confunden la realidad. Les cuesta reconocer su propia desidia. Las cosas, por cierto, no se solucionan con discursos vacuos ni con palabras altisonantes. Decir lo contrario es faltar a la verdad.
Un viejo texto acude en nuestra ayuda. La juventud vive y trabaja en rebeldía. Es absolutamente necesario para que nos demos cuenta que el contraste entre lo que idealizamos y cotidianeidad esta cuajado de violencia. Violencia que impide que seamos cada día más libres. Es el comienzo del cambio en contra de la “violencia institucionalizada” que no da respuestas concretas. Los ejemplos huelgan. Un escrito de escasos renglones y un proyecto de ley, oscuro, absurdo y abstruso, fueron las armas esgrimidas por quienes tienen la obligación de conducir. ¿En que pensaban? ¿Qué intereses persiguen?
La supresión parcial de la enseñanza de la Historia y Biología de la currícula fue el primer paso. Ante tamaño desatino se legitima la desconfianza. Con esa medida se está impidiendo la formación del espíritu crítico y la iniciación en el conocimiento científico. Detalles no menores por cierto. La educación pública debe ser universal, gratuita, plural y laica, conceptos éstos que aparecen difusos en el proyecto oficial. Deben estar definidos de manera taxativa. No hay excusas posibles.
Algunas preguntas nos rondan desde siempre. Si el ejercicio de la religiosidad pertenece al fuero íntimo de las personas ¿por qué llevarla al espacio público? ¿no es someter a niños y adolescentes, criados en otras confesiones o en hogares de no creyentes o de librepensadores, al escarnio de sus compañeros? ¿quién tiene las respuestas que faltan? Las aguardamos.




Fuente :










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LA REVOLUCION FUSILADORA DE 1955 AUTORIZO COLECTA PUBLICA A CLARIN, para los Caìdos en la Gesta Libertadora !!!
de Jose Luis Planas Osorio, el Domingo, 17 de octubre de 2010 a las 21:50
Artepolítica



Un toque de atención
Posted: 17 Oct 2010 04:28 PM PDT





Sin interpretaciones, la lectura de una norma. Un decreto del Poder Ejecutivo Nacional fechado 36 días después del golpe de Estado del 16 de setiembre de 1955 contra el gobierno constitucional y publicado en el Boletín Oficial en el mes siguiente autorizaba a la entonces empresa editora de Clarín (A.G.E.A. S.A.) para que realice una colecta pública destinada a “socorrer a los deudos de los caídos en la reciente Gesta Libertadora”.
En el recorrido por todas las disposiciones emanadas de aquel gobierno que alguien denominaría poco después de los sucesos de junio de 1956 como “Revolución Fusiladora” se pueden hallar desde el ya conocido decreto ley 4161 que prohibía hasta nombrar a Perón y a Evita y decía que el peronismo ofendía al sistema democrático hasta una larguisima cadena de interdicciones de bienes que abarcaban desde funcionarios de primera línea hasta, simplemente, sospechados de simpatizar con el gobierno depuesto; pasando por miles de exoneraciones, cesantías y retiros obligatorios de civiles y militares por la misma causa, la conformación de la Junta Consultiva Nacional integrada por dirigentes centrales de todas las expresiones opositoras al peronismo y la designación del socialista Alfredo Palacios como embajador del gobierno militar en Uruguay, antes de finalizar aquel 1955.
Lo que no abundan son situaciones como la que se menciona en el decreto 1657, y de hecho es la única actividad de ese tipo y con ese fin de una entidad privada que está respaldada por el Poder Ejecutivo en todo el período de gobierno de facto que presidieron primero Lonardi y luego Aramburu. No es ninguno de los medios que históricamente han quedado identificado como grandes acompañantes de ese proceso y que entonces eran los medios de mayor venta, entre los que sobreviven La Nación y La Prensa. Clarín había cumplido apenas diez años desde su aparición.

Boletín Oficial – Sección de Legislación y Licitaciones
Viernes 25 de noviembre de 1955
Dcto. Nº 1.657
Bs.As. 22/10/55




Visto el expediente 51.514-A-1955. Por el que la empresa A. G.E.A. (S.A) editora del Diario “Clarín” solicita autorización para realizar una colecta pública con el objeto de allegar fondos destinados a socorrer a los deudos de los caídos en la Revolución Libertadora.
El Presidente Provisional de la Nación Argentina, Decreta:
Artículo 1º _ Autorízase a la Empresa A.G.E.A editora del Diario “Clarín”
para efectuar una colecta pública destinada a socorrer a los deudos de los caídos en la reciente Gesta Libertadora
Art. 2º _ Exímese a la Empresa citada del contralor que dispone el Decreto Nº 104.156/37 y disposiciones que rigen en la materia, por cuanto el detalle de las recaudaciones será publicado a medida que las mismas se efectúen.
Art.3º _ Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección General del Registro Nacional y archívese.



LONARDI – Eduardo B.Busso
Boletín Oficial completo del 25 de Noviembre de 1955




























Dictadores Aramburu y Rojas














Bombarderos Buenos Aires Fusiladora 55






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El control es nuestro
Habitamos espacios de hipersociabilidad, cuya arquitectura está diseñada para hacer públicas las interacciones. Todo lo que hacemos en las redes sociales es rastreable.



Franco Piccato.














Facebook transmitió datos de usuarios a varias empresas






Si la arquitectura es la política de la Red, como sostiene el abogado estadounidense Lawrence Lessig, entonces la noticia sobre una nueva falla que afecta la privacidad de los datos personales en Facebook debería horrorizarnos: la inseguridad amenaza nuestra vida privada en Internet.
Ha sido, precisamente, una falla de seguridad en las aplicaciones desarrolladas por terceros lo que ha permitido que algunos datos personales de los usuarios (entre ellos, la identificación única o UID) llegue a manos de empresas que recopilan y venden la información con fines publicitarios.
Puesto en términos políticos, Facebook enfrenta una crisis de seguridad que compromete su principal capital: la confianza de los usuarios. De ella depende el éxito de un millonario negocio publicitario montado detrás de nuestra actividad en las redes sociales.
En mayo, hubo otras filtraciones que motivaron cambios en la política de privacidad y ahora Facebook busca soluciones técnicas para evitar nuevos problemas, sin afectar la experiencia de una web más social e interactiva. Un incidente de mayores proporciones podría echarlo todo a perder.
La red social fundada por Mark Zuckerberg prometió que hará cumplir a los desarrolladores de los populares juegos o trivias la prohibición de recolectar o entregar datos que puedan identificar a los usuarios sin su consentimiento. Y aplica “mano dura” cancelando aplicaciones que violan la política de privacidad.
Pero junto con el debate por el tipo de datos que recolectan las empresas y el destino que les dan, es igualmente importante reflexionar sobre el uso que los usuarios hacemos de las herramientas tecnológicas.
En lugar de culparnos por compartir nuestras vivencias o experiencias personales, podríamos preguntarnos: ¿Cuántas veces usamos los controles de privacidad y los configuramos? ¿Administramos los datos personales que nosotros mismos publicamos y que podrían ser perjudiciales, como fotografías o datos de contacto? ¿“Posteamos” contenidos de forma responsable, respetando el derecho de los demás? El control es nuestro.
Habitamos espacios de hipersociabilidad, cuya arquitectura está diseñada para hacer públicas las interacciones.
En las redes sociales, todo lo que hacemos es rastreable, replicable y puede estar publicado por años. La información está en nuestras manos: para que seamos dueños de “lo que estamos haciendo”, de lo que “nos gusta” y de nuestras relaciones personales.
Nuestra libertad está en juego.





















Fuente :

http://www.infobae.com.ar/






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Domingo, 17 de octubre de 2010
Que la inocencia te valga




Wendy Sulca, la Tigresa del Oriente y Delfín Quishpe se convirtieron en estrellas sin saberlo: mientras ellos no tenían computadoras, sus videos musicales, grabados con dos pesos en Perú y Ecuador, recibían 5 millones de visitas en YouTube.
La inocencia y sinceridad de sus letras, el aire folklórico de la música y la pureza del pastiche estético de los videos llegaron hasta la prensa neoyorquina. Pero la publicidad metió la cola y el hit en el que se los ve por primera vez a los tres juntos, con la guerra en Israel como causa humanitaria, no fue más que un engaño.




Por Violeta Gorodischer



Delfín Quishpe, Wendy Sulca y la Tigresa del Oriente son la última Trinidad Latinoamericana, nacida y criada en YouTube: personajes oriundos de Ecuador y Perú, cantantes los tres, cuyos videos lograron transformarse rápidamente en memes (léase algo que se propaga de link en link, generando un fuerte runrún virtual). El dato: ninguno de ellos tenía computadora y no fue hasta hace poco tiempo que se enteraron de que llegaban casi a los 5 millones de visitas. Es que el denominador común de sus vidas y videos es la pobreza.
El Delfín, por ejemplo. Nacido en el seno de una familia de clase baja en la provincia de Chimborazo, parte rural de Ecuador, este hombre que creció hablando quechua, que fue vendedor ambulante y que tocó la flauta en más de un recital de su pueblo, decidió crear una canción y filmar un video en homenaje a los muertos latinos del 11 de septiembre de 2001. La versión oficial dice que la historia de su mejor amigo, cuya novia (encargada de limpieza) murió en el atentado, lo inspiró para componer “Torres Gemelas”. En la primera escena, vemos a Quishpe sentado en el sillón (presumimos que de su casa ecuatoriana) mirando por tele imágenes reales de los aviones estrellándose contra las Twin Towers. Acto seguido, se incorpora y se agarra la cabeza: “¡No puede ser! ¡Nooooo!”, y ahí arranca una música definida como “folklore tecno-andino”, sobre la que el Delfín le canta a “su amorcito”. Si a eso sumamos el vestuario a lo cowboy, el número de teléfono para contrataciones que aparece en el margen izquierdo de la pantalla y la yuxtaposición de imágenes incongruentes (animales salvajes, Manhattan en llamas, una playa de Ecuador, la cara del Delfín en primerísimo primer plano, gente que llora por detrás) el efecto es, como mínimo, pintoresco. Pero lo que realmente cautiva es la ausencia de intervención externa, una falta absoluta de manipulación.


Algo parecido ocurre con los hits de Wendy Sulca, la nena peruana que hoy está por cumplir trece pero que canta desde los ocho, cuando su madre filmó sus videos más populares. Los títulos de las canciones que celebran los comentadores de YouTube son “La tetita” y “Cerveza, cerveza”. Atrapada en su vestido merengue, la pequeña Wendy entona un lacrimógeno huayno en el que dice “de día, de noche, quisiera tomar mi tetita”, o asegura “cerveza-cerveza, quiero tomar cerveza, porque ya bastante sufro en la vida”, con expresiones que tocarían el corazón del más duro. La miseria del entorno salta a la vista.
Ella misma le explicó a Jaime Bayly, en una de las pocas entrevistas que dio en su país, que todas las imágenes fueron tomadas en Cochabamba. Como ahí estaba ese viejo borracho, sentado sobre el cordón de la vereda, robarle unos planos les pareció (a Wendy y a su madre) coherente con la letra de la canción. “La tetita”, por otra parte, tiene que ver con un juego familiar: “Cuando era muy pequeña corría a mi madre por toda la casa pidiéndole ‘la tetita, la tetita’; de ahí viene”, explicó Wendy, sin decir mucho más. Que quede claro, entonces: aquí no hay ironía. No al menos de parte de la nena.

Como tampoco la hubo en el “Nuevo amanecer” de la Tigresa del Oriente, una sexagenaria alegre que tal vez sea la más parecida a nuestra Zulma Lobato, pero sin lo decadente (y sin lo travesti, claro). Su verdadero nombre es Judith Bustos. Se crió en la amazónica localidad de Iquitos, en sus años mozos fue maquilladora de los popes de la farándula latina (el Puma Rodríguez y Raphael, entre otros) y, pasando los sesenta, se animó a darle forma al sueño de su vida: “Ser artista”. Se calzó el enterito de lycra plateada, se animó al escote prominente, se emperifolló toda y hacia allá fue, dispuesta a subirse a un bote y atravesar una laguna de lo más turbia para mirar a cámara y afirmar: “Mientras Dios te dé vida y salud, aprovecha para ser feliz”. De fondo, supuestas imágenes de la selva incluyen a una bailarina acariciando a un caballo y a un hombre vestido como ¿levantador de pesas?, perdido en una coreografía imposible.
“Tal vez Latinoamérica guarde en sus rincones un último reservorio de arte naïf”, escribió la periodista y escritora mexicana Alma Guillermo Prieto en la New York Rewiew of Books, hablando del increíble fenómeno de Wendy, La Tigresa y El Delfín. Es que pisando el kitsch, pero mucho más cerca de la sensibilidad camp que Sontag definió como un amor por lo exagerado, como una seriedad que fracasa, estos tres personajes lograron imponer un estilo que rescata una naturalidad perdida en el tiempo.


WE ARE THE WORLD


El último impacto cuyos ecos resuenan en la Argentina y el mundo es el reciente video llamado En tus tierras bailaré. Allí se reúnen por primera vez los tres, en una insólita canción que rinde tributo a Israel. El porqué de la temática radicaría en el aparente intento de un aporte social conjunto. Definido en pocas palabras, el video vendría a ser algo así como un remix de todo lo anterior, pero potenciado. Una vez más, la escena inicial muestra al Delfín descansando frente a la tele en su casa de Ecuador. Una vez más, lo toma por asalto el sentimiento de indignación ante el horror mediatizado. Cuando la pantalla muestra testimonios de gente interceptada en la calle (“Israel me da un sentimiento de tristeza”; “Me lo nombrás y se me viene la guerra, el caos”; “Me da mucho miedo”), Delfín gesticula y vuelve a gritar: “¡No puede ser!”. Luego desembucha el estribillo-leitmotiv que repetirá junto a Wendy y la Tigresa, recortados y superpuestos sobre los más variados escenarios: acuarios, campos, mares, calles con rabinos, lagos, arenas con camellos, un casamiento judío... La melodía, pegadiza, repite lo mismo una y otra vez: “Israel, Israel qué bonito es Israel; Israel, Israel en tus tierras bailaré”. Esta vez se suman elementos: un locutor que los presenta con un grito tinellesco y “el pasito del Delfín”, una coreografía improvisada por Quishpe que ya es furor en fiestas y cumpleaños.
Las repercusiones de semejante hazaña no se hicieron esperar: 40 millones de personas los vieron en la red y muchas celebridades se animaron a comentar el suceso. Juanes los elogió, Al Gore los recomendó en su página y René, el cantante del grupo Calle 13, declaró que estaríamos ante el nuevo “We are the World” de YouTube. Para evitar dobles lecturas o suspicacias, salió a reafirmar su posición desde Twitter: “Esta música sale desde un corazón honesto con ánimos de mejorar las cosas”, escribió. “Hay que entender que lo bonito del tema puede ser la desinformación, la cual no es culpa de ellos, sino de sus circunstancias de vida. Además, el mensaje es de amor e igualdad.”


AMIGOS DE ISRAEL


Claro que el desinformado podría ser René, o podríamos ser todos. Si a primera vista el video parece fiel a la esencia original de Wendy, la Tigresa y el Delfín, todo parece ser una cuestión de apariencias. Por empezar, la canción no es de ellos. El responsable de mensajes como “Caminando por Israel, un amorcito encontraré, gracias vida mía al enseñarme este lugar, ay, ay, ay, qué bonito este lugar” es Gastón Cleiman, un creativo publicitario que, junto a sus colegas Darío Herman y Sebastián Muller, gestó la idea de reunir a estos tres personajes bajo una misma bandera (literalmente). Decididos a llevar la idea hasta las últimas consecuencias, convocaron a Gaby Kerpel para que se encargara de la música. El mismo Kerpel viaja por el mundo, compone para De la Guarda y Fuerza Bruta, y mixtura ritmos electrónicos con reversiones de cumbia colombiana. Por si fuera poco, quien llevó adelante la dirección fue Picky Talarico, director de los videos de Gustavo Cerati, Chayanne, Kevin Johansen, Julieta Venegas y Nelly Furtado, entre muchos otros. Así, mientras Wendy, La Tigresa y El Delfín seguían con sus vidas, un grupo de expertos en códigos visuales y artísticos planeaban un proyecto que, imitando lo original, terminaría de consagrarlos. Pero, ¿por qué lo hicieron? El primer asomo de respuesta tiene que ver con cierta pretensión vanguardista, con encontrar en lo “exótico” una forma distinta de creatividad. Si Kerpel se negó en un primer momento, aceptó después de que Cleiman le mandara los primeros videos de Wendy, a quien no conocía hasta entonces. Talarico, por su parte, asegura que la propuesta le pareció un desafío: “Vi una falta absoluta de prejuicios y preconceptos en cuanto al encuadre limpio, qué debe estar y qué no. Después de haber hecho doscientos videos musicales, yo nunca podría haber filmado con ese nivel de ingenuidad. Ya es tarde para eso”.
Pero tal vez haya otra razón, más ligada al hecho de que Muller, que vivió un tiempo en Madrid, había hecho campañas para la A.S.E.I. (Asociación Solidaridad España-Israel) con el noble fin de romper prejuicios non jewish friendly en la Madre Patria. Basándose en esa experiencia y tentados de llevar a estos sujetos de la periferia latinoamericana al centro del conflicto mundial, a los creativos se les ocurrió la idea de crear algo así como una “ingenuidad artificial” encubriendo un insólito sionismo panfletario. ¿Por qué no transformar esa apuesta jodona en una posible “campaña viral” que pareciera un hecho espontáneo? Con intentar y presentar el proyecto no perdían nada... Las versiones finales sobre la aprobación final del cliente son contrapuestas. Que sí, que no, que parecía que iba pero al final no los convencieron y que el video, ya filmado, se subió de todas formas a la web. Fin de la historia. “Incluso pensamos en ofrecérselo a la Secretaría de Turismo de Israel –cuenta Cleiman–, pero al final nadie terminó de comprar la idea, nadie puso plata, y hoy no hay ningún logo detrás.” Muller, mientras tanto, omite todo tipo de nombres y asegura que se le ocurrió contactar a La Tigresa, Wendy y El Delfín sólo por haberlos seguido en Internet. “Me fascinaba la candidez, lo auténtico que transmitían”, dice, y asegura que reconoce en ellos un género musical autóctono, un folklore particular que merece ser calificado como arte. Los chistes de mal gusto, la xenofobia de sus propios compatriotas que se niegan a “ser representados” por ellos, incluso la celebración local que festeja que sean bizarros más allá de sí mismos, no es algo que le preocupe mucho. “No sé, no es como yo lo veo.” Mientras tanto, termina de gestionar el You Fest, próximo a celebrarse el 22 y 23 de octubre en el Centro Cultural Konex. Será el primer festival que reúna en vivo a las estrellas más populares de la web. ¿La promesa? Sacarlas del universo virtual para “bajarlas a la tierra”. Una fiesta impostada que deja cierto sabor amargo. Tal vez la certeza de que la utópica conciencia sociopolítica de la marginalidad latinoamericana no sea hoy más que un bluff. La sensación de que en la intervención externa, lo genuino se perdió para siempre.


Para buscar sus temas en YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=693m7iCh-TE
http://www.youtube.com/watch?v=NecoBo0BhEk
http://www.youtube.com/watch?v=f5UcgTuvCmU


El YouFest se celebra el 22 y 23 de octubre en el Centro Cultural Konex (Sarmiento 3131).

Fuente : http://www.pagina12.com.ar/





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Capitalistas contra brujas
Un ensayo analiza la relación entre la caza de brujas y el sangriento surgimiento del sistema capitalista durante los siglos XVI y XVII.

























Bando informativo europeo imaginario del año 1580. "Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado solicitan la colaboración ciudadana para la localización de una red criminal que está sembrando el terror en nuestras ciudades. Retrato robot de su líder: mujer caucásica, con verrugas en la nariz y de entre 43 y 49 años. La última vez que se la vio vestía capa negra y sombrero puntiagudo. Iba subida a una escoba y bramaba un conjuro en un idioma incomprensible". Vuelta al año 2010. Los amigos de la alarma social y la histeria colectiva pueden llevarse un buen chasco si leen Caliban y la bruja, ensayo de Silvia Federici (Italia, 1948) publicado por Traficantes de sueños.

Federici, profesora en la Hofs-tra University de Nueva York, pasó por Madrid para presentar un libro con una tesis rompedora que se le va a atragantar a más de un historiador: la caza de brujas de los siglos XVI y XVII fue instigada por el capitalismo emergente. La masiva quema de mujeres tuvo más que ver con su condición de estorbo, de figuras que no encajaban en la nueva economía, que con su habilidad para cocinar pócimas y charlar con el diablo en sus ratos libres. El capitalismo nació recurriendo a la violencia extrema. Del comercio de esclavos a la caza de brujas. ¿Herejía? ¿Hay que llevar a la hoguera a Federici? Primero, mejor escucharla.
"La caza de brujas está relacionada con el desarrollo de una nueva división sexual del trabajo que confinó a las mujeres al trabajo reproductivo", contó la ensayista a Público. Para entendernos, el salto del feudalismo al capitalismo vino acompañado de las siguientes transformaciones: se inventó el trabajo asalariado. Los nuevos Estados burgueses expropiaron y privatizaron masivamente tierras que antes eran de uso común. Las mujeres, que hasta entonces habían podido dedicarse a recolectar la huerta (la agricultura de subsistencia comenzó a estar mal vista porque no aportaba beneficios a ningún empresario, piedra filosofal del nuevo sistema) o incluso a trabajar en las ciudades (72 de los 80 gremios ingleses incluían mujeres), quedaron confinadas a los muros del hogar. Dedicadas al trabajo doméstico no remunerado (la famosa división sexual del trabajo que profundizó en su dependencia de los hombres). Eso sí, una siempre podía elegir entre eso, morir pobre o acabar en la hoguera. Ustedes verán, señoras.
Según Federici, "la caza de brujas sirvió para perseguir a una serie de creencias y prácticas populares. Fue un arma para derrotar la resistencia a la reestructuración social y económica". Como opinar es gratis y todo esto es muy fácil de decir pero muy difícil de demostrar, la ensayista se esfuerza en analizar el contexto histórico que hizo posible la cacería: una crisis económica y demográfica con un antecedente, la peste negra, que eliminó a un tercio de la población europea en 1348.



Fiesta proletaria


Los que sobrevivieron a la plaga, enfrentados a la posibilidad de una muerte súbita, se quedaron sin ganas de trabajar. "Trataban de pasarlo lo mejor posible, regalándose una fiesta tras otra sin pensar en el futuro", escribe Federici. Al descender bruscamente el número de trabajadores, su coste se disparó y la gente empezó a desafiar el poder de los señores feudales. "En épocas en que la tierra era escasa, era posible controlar a los campesinos amenazándoles de expulsión. Pero la mezcla de población diezmada y abundancia de tierras hizo que las amenazas de los señores dejaran de ser efectivas. Los campesinos podían moverse libremente y hallar nuevas tierras para cultivar. Mientras los cultivos se pudrían y el ganado caminaba sin rumbo, los campesinos y artesanos se adueñaron de la situación".
Durante el siglo XIV, se multiplicaron las huelgas en Europa. Los campesinos hombres y mujeres se negaban a pagar y a ofrecer sus servicios a los señores feudales. ¿Medioevo paraíso del proletariado? ¿Imposible? En la Baja Edad Media (1350-1500), el salario real creció en Europa un 100%, los precios cayeron un 33% y disminuyó la jornada laboral.
La repuesta al incremento del coste de la mano de obra y la caída en picado de la renta feudal fue terrible. La aristocracia terrateniente y los nuevos Estados contraatacaron con una serie de medidas que sentaron las bases del capitalismo en los siguientes tres siglos: "Trataban de apropiarse de nuevas fuentes de riqueza, expandir su base económica y poner bajo su mando un mayor número de trabajadores".
Un ejemplo de las novedosas políticas capitalistas fueron los cercamientos de tierras: la eliminación del sistema de campo abierto, que permitía a los campesinos poseer parcelas de tierra no colindantes en un campo sin cercas. "A partir del cercamiento, instigado por los lores y los campesinos ricos para eliminar la propiedad comunal de la tierra y expandir sus propiedades, el uso colectivo de tierra fue sustituido por la propiedad individual. Cuando se perdió la tierra y se vino abajo la aldea, las mujeres empezaron a sufrir. Para ellas era mucho más difícil convertirse en vagabundas o trabajadoras migrantes: una vida nómada las exponía a la violencia masculina. Tan pronto se privatizó la tierra y las relaciones monetarias comenzaron a dominar la vida económica, encontraron mayores dificultades que los hombres para mantenerse. Se las confinó al trabajo reproductivo en el preciso momento en que este trabajo se estaba viendo absolutamente devaluado".


Libertad de medio pelo


Al contrario de lo que se suele suponer, Federici no cree que la llegada de la economía monetaria fuera la culminación de la lucha de los siervos medievales para liberarse de la servidumbre. "No fueron los trabajadores quienes fueron liberados por la privatización de la tierra. Lo que se liberó fue capital, en la misma medida en que la tierra estaba ahora libre para funcionar como medio de explotación y ya no como medio de subsistencia".
Los números hablan por sí solos. En 1600, el salario real había perdido en España el 30% de su poder adquisitivo con respecto a 1511. Durante el siglo XVI, los precios de la comida se multiplicaron por ocho en varios países europeos. Hicieron falta varios siglos para que los salarios europeos regresaran a los niveles alcanzados a finales de la Edad Media. En el siglo XIV, las mujeres recibían la mitad del sueldo de un hombre por hacer el mismo trabajo. A mediados del siglo XVI, recibían un tercio del desplomado salario masculino.
Sostiene Federici que la irrupción del capitalismo fue "uno de los periodos más sangrientos de la historia de Europa", al coincidir la caza de brujas, el inicio del comercio de esclavos y la colonización del Nuevo Mundo. Los tres procesos estaban relacionados: se trataba de aumentar a cualquier coste el mercado de trabajo.
Para reforzar su tesis sobre la relación entre la caza de brujas y las transformaciones económicas, Federici analiza los juicios por brujería desarrollados en Inglaterra. La mayoría se produjeron en Essex, donde una gran parte de la tierra había sido privatizada durante el siglo XVI. Por el contrario, no hay registros de persecución de brujas en las regiones sin cercamientos de tierras (Irlanda o las Highlands occidentales escocesas). "Que la difusión del capitalismo rural, con todas sus consecuencias (expropiación de la tierra, ensanchamiento de las distancias sociales, descomposición de las relaciones colectivas), constituyera un factor decisivo en el contexto de la caza se puede probar señalando que la mayoría de los acusados eran mujeres campesinas pobres, mientras que quienes acusaban eran miembros acaudalados de la comunidad, con frecuencia sus mismos empleadores y terratenientes".

Delitos y faltas







Federici revisa también varios casos de persecución. Por ejemplo, uno ocurrido en Escocia en el que "las acusadas eran granjeras pobres, que aún poseían un pedazo de tierra propio, pero que apenas sobrevivían y, con frecuencia, despertaban la hostilidad de sus vecinos por haber empujado a su ganado para que pastara en su tierra o por no haber pagado la renta". Resumiendo: un clarísimo caso de brujería demoniaca.
La obsesión por incrementar la población (léase la fuerza de trabajo) fue otro de los motivos que impulsaron la persecución, que "demonizó cualquier forma de control de la natalidad y de sexualidad no-procreativa, al mismo tiempo que acusaba a las mujeres de sacrificar niños al demonio". A mediados del siglo XVI, los Estados europeos empezaron a castigar severamente las prácticas anticonceptivas y el aborto. "Si en la Edad Media las mujeres habían podido usar métodos anticonceptivos y ejercer un control indiscutible sobre el proceso del parto, a partir de entonces sus úteros se transformaron en territorio político", razona.
Durante la Ilustración se aseguró que la caza de brujas fue el último estertor de un mundo feudal supersticioso. Pero durante la siniestra Edad Media, "no se persiguió a ninguna bruja y nunca hubo juicios y ejecuciones masivas en los Años Oscuros".
La caza alcanzó su esplendor entre 1580 y 1630, cuando ya se habían instaurado las instituciones económicas y políticas de la nueva economía. "La caza de brujas aniquiló un universo de prácticas, creencias y sujetos sociales cuya existencia era incompatible con la disciplina del trabajo capitalista", zanja.


Hitos de una persecución


¿Quiénes eran las brujas?



Las inglesas acusadas de brujería solían ser mujeres mayores que vivían de la asistencia pública o que sobrevivían mendigando comida. No era raro que fueran viudas y vivieran solas. Según Federici, sus ‘crímenes’, no iban más allá de “la lucha de clases desarrollada al nivel de la aldea”: echar mal de ojo a la vecina, maldecir al que le negara limosna o demorarse en el pago de la renta.


¿Quién las llevó a juicio?


Aunque la Iglesia católica aportó munición metafísica e ideológica, Federici asegura que la caza “no fue sólo un producto de la Inquisición romana. En su apogeo, las cortes seculares llevaron a cabo la mayor parte de los juicios”. Tanto las naciones católicas como las protestantes se unieron jubilosas en la lucha contra las mujeres. “No es una exageración decir que la caza de brujas fue el primer terreno de unidad política de las nuevas Naciones-Estado europeas, el primer ejemplo de unificación europea después del cisma de la Reforma”, escribe la ensayista.
¿Cómo eran las acusaciones?Fedirici califica las acusaciones de “grotescas e increíbles”. “La acusación de brujería cumplió una función similar a la que cumple la de terrorismo en nuestra época. Su vaguedad –el hecho de que fuera imposible probarla, mientras que al mismo tiempo evocaba el máximo horror– implicaba que pudiera ser utilizada para castigar cualquier tipo de protesta con el fin de generar sospecha incluso sobre los aspectos más corrientes de la vida cotidiana”, razona.


¿De qué las acusaban?

Caliban y la bruja’ revisa algunos de los documentos de la época de mayor esplendor de la caza de brujas. Por ejemplo, el pliego de acusaciones, colgadas de las paredes en la aldea de Tyburn (Londres), contra Margaret Harkett, una viuda inglesa de 65 años. “Había recogido una canasta de peras en el campo del vecino sin pedir permiso. Cuando le pidieron que las devolviera, las arrojó al piso con violencia. Más tarde, el sirviente de William Goodwin se negó a darle levadura, con lo cual su alambique para destilar cerveza se secó. Fue golpeada por un alguacil que la había visto robando madera del campo del señor; el alguacil enloqueció. Un vecino no le prestó un caballo; todos sus caballos murieron. Otro le pagó menos que lo que ella había pedido por un par de zapatos; luego murió. Un caballero le dijo a su sirviente que no le diera suero de mantequilla; después de lo cual no pudieron hacer ni manteca de queso”. Sí, parece literatura cómica, pero es terroríficamente real.


¿Por qué daban miedo las mujeres?


La histeria contra las mujeres se alimentó en base a todo tipo de leyendas urbanas y rurales. Se decía que una bruja podía castrar a los hombres o dejarlos impotentes. Algunas incluso tenían la capacidad de robar sus penes a los varones y esconderlos en nidos. Otra acusación que se repetía en los tribunales es que las brujas llevaban a cabo prácticas sexuales degeneradas; por ejemplo, copular con el Diablo.



Fuente :
http://www.publico.es/culturas/341987/capitalistas-contra-brujas

( Articulo gentileza de Felipe Rojo )




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20-OCT-2010- Política Latinoamericana
Clase media y conciencia nacional





La nacionalización del estamento medio en Argentina tiene un recorrido atormentado y tortuoso, pero es clave para la victoria del país.


por Enrique Lacolla




La clase media argentina ha sido siempre un factor oscilante en las luchas por el poder que han señalado a nuestro país a partir de la consolidación del modelo salido de la organización nacional. Es el fiel de la balanza entre un estamento superior (calificado por la oligarquía agropecuaria en un comienzo y por una oligarquía sistémica nutrida con la incorporación de factores empresariales y financieros en la actualidad) y los estratos que han sido esquilmados por este. Es decir, los segmentos del proletariado industrial y rural, que se configuraron como un factor renuente a ese dominio y que han adherido a las experiencias populistas del radicalismo irigoyenista y del peronismo. Las clases medias, por lo general enfeudadas a la visión oligárquica de nuestra historia, cuando han podido liberarse de esa perspectiva y repensar al país desde un enfoque diferente, han sido determinantes para que esos procesos movimientistas alcanzaran un cierto grado de éxito y pudieran, durante algún tiempo, revertir las tornas y neutralizar por momentos el poder del segmento dominante.
Se han producido, y seguirán produciéndose todavía, cambios moleculares en la masa electoral compuesta por los estratos medios, que tanta importancia tiene en nuestro país. Esos cambios aun no parecen tocar, sin embargo, el punto crítico, el que define el desplazamiento del individuo desde una condición de difuso y a veces estéril descontento al nivel de la autoconciencia. Razón por la cual la objetivación de la conciencia política de las clases medias debería ser un motivo esencial del debate de ideas en la Argentina. Fue un asunto abordado en extenso y con profundidad por pensadores como Arturo Jauretche, Juan José Hernández Arregui y Jorge Abelardo Ramos, para hacer unos pocos nombres de una lista larga y significativa. Desde la dictadura 1976-1982, sin embargo, esa polémica se atemperó o, con posterioridad al proceso, fue desviada hacia el campo de las grandes simplificaciones del progresismo, con su énfasis en la vigencia de los derechos humanos y de la moralidad o la inmoralidad de los hechos de la historia. Todo en un ámbito que, aunque se quiere detonante, no deja de ceñirse a los marcos del discurso políticamente correcto. Compárense los escritos de aquellos autores con las generalidades de Osvaldo Bayer sobre la conquista del desierto y su maniquea divisoria entre milicos malos e indios buenos. La trasfusión de un humanismo “ecologista” al campo de los estudios sociales es una detestable manera de aguar la historia y de nublar la visión de las cosas.
La configuración o, si se quiere, la desconfiguración ideológica de nuestras clases medias es compleja. Se trata de un proceso que viene de lejos y que ha experimentado flujos y reflujos. Surge de la traumática experiencia del desarraigo y la desnacionalización que devienen de la liquidación de las resistencias interiores al modelo propuesto por la burguesía portuaria y asimismo del impacto generado por el alud inmigratorio. Este por un momento pareció que iba a sumergir definitivamente la escasa conciencia de patria que había quedado en el país después de la derrota de las montoneras, de la reducción del paisanaje a la condición de paria y del cuasi exterminio de la población paraguaya en la guerra de la Triple Alianza.
Después del huracán devastador posterior a Pavón que cerró un período de guerras civiles que había durado 70 años, la historia oficial intentó socializar a las masas provenientes de la inmigración inculcándoles una visión del pasado que aunaba el cuento de hadas con el de terror: esos caudillos hirsutos y depositarios de una barbarie elemental, devotos del “violín y violón” , eran distintivos de un pasado que convenía abominar.(1)

De manera bastante rápida, en el curso de apenas una o dos generaciones, la nueva población se adaptó al país y se fundió con los remanentes de la patria vieja. El molde con el que se había pretendido forjar su nueva identidad resultó atractivo y capturó la imaginación de los descendientes de los inmigrantes, aunque de una manera un tanto paradójica y que no necesariamente respondía a las intenciones de quienes lo habían concebido. El mármol en el cual se encerraba a los próceres, más que brillar, emitía una luz opaca; por el contrario, los retratos de caudillos como Rosas y Facundo, los malos de la película, marcados por sus detractores con una perversidad o una barbarie innatas, tenían el don de seducir por una intensidad vital derivada de su carácter sanguíneo. Eran hombres y no pálidas estampas escolares. Parte esencial en esta transubstanciación la produjo el arte de Domingo Faustino Sarmiento, a quien “las lanzas se le volvieron cañas”. En efecto, al describir la naturaleza aberrante de esos dos individuos las dotes de escritor del sanjuanino lo traicionaron: se enamoró de las posibilidades dramáticas de sus personajes y al distorsionar su verdadero carácter con el fin de condenarlos los salvó de su petrificación en el santoral de los héroes impolutos… y eviscerados.

La dialéctica de la integración

La incorporación de la conciencia histórica en el melting pot que resultó de la fusión de la población criolla con el aluvión inmigrante llevó tiempo y fue precedido por la adquisición de una conciencia política en las nuevas masas. El radicalismo irigoyenista fue el vehículo de esta dinámica. Se trató empero de una incorporación a la política que no ponía en tela de juicio el modelo ideal forjado por la casta oligárquica. Con todo, ese trasvasamiento implicaba la aproximación a la corriente popular de nuestra historia; no en vano el radicalismo se encontraba ligado al viejo tronco federal a través del tío de don Hipólito, Leandro Alem, hijo de un mazorquero fusilado por Urquiza después de la caída de Rosas.
No fue hasta la crisis de 1930 y la década infame que una visión distinta del pasado de nuestro país comenzó a calar a nivel masivo. Hasta entonces la visión oficial de la historia –la Civilización y la Barbarie, la regimentación y organización del país gracias al Puerto, y la concepción de una Argentina nacida de sí misma, abierta a la Europa ilustrada y desinteresada de América latina- había prevalecido no sólo en las escuelas sino en la conciencia de la pequeña burguesía, que no tenía por otra parte motivos muy fuertes para dudar de ella.
La crisis de la Gran Depresión de la década de 1930 agrietó el patrón agro-exportador que había sostenido los privilegios de la casta dominante al hacer patente la subordinación a Gran Bretaña y la incapacidad de esta para seguir fungiendo a modo de protectora de una semicolonia privilegiada. La crisis rompió el espejo deformante en el que nos mirábamos y nos devolvió a una realidad connotada por la necesidad de construir un nuevo modelo productivo y de incorporar a él a las masas oscuras del interior, que fueron afluyendo a las ciudades.
De la mano de esta imagen recién descubierta proliferaron los estudios revisionistas de nuestra historia, los cuales, a pesar de que en algunos casos adolecían de una orientación aristocratizante, hispanófila o eventualmente filofascista, desbrozaron el camino para la llegada de historiadores y pensadores de raigambre democrática y que no se sentían propensos a idealizar un pasado rudo y pastoril, que tenía a Juan Manuel de Rosas como arquetipo de un paternalismo despótico, sino a hurgarlo para encontrar en él la razón del desarrollo contrahecho de la nación.
El salto del nacionalismo aristocratizante al nacionalismo popular estuvo dado por el peronismo y por la importancia que cobró la figura de su jefe, cifra y símbolo de un movimientismo que resolvía las contradicciones de una sociedad compleja fusionándolas en la figura del líder. Pero cuando este no fue capaz de conjugarlas para sacarse de encima la conspiración que lo asediaba y prefirió abandonar la lucha en 1955, esa condensación de las contradicciones en una persona reveló las dificultades que tal fórmula tenía para resolver los problemas del país.
El papel de la clase media en ese momento decisivo fue determinante. Aunque trabajada por la nueva conciencia de la historia en muchos de sus integrantes, gran parte de ella, en especial en Buenos Aires, seguía atada a una visión marcadamente antipopular, enfeudada a los lugares comunes de la historia oficial y de un progresismo para nada proclive a decodificar los componentes de nuestra realidad a partir de sus datos intrínsecos, sino predispuesto a ver la escena nacional desde el prisma europeo o norteamericano. Siguiendo en esto a la construcción imaginaria del país tal como había sido generada por la clase dominante desde 1810 en adelante, fue presa fácil del discurso opositor. El fenómeno no era muy diferente en el interior del país, aunque en el caso de Córdoba, por ejemplo, esos datos se mechaban e incentivaban por el bullir de un clericalismo muy arraigado todavía y erizado por el torpe manejo que Perón hizo de su conflicto con la Iglesia.

Punto de inflexión

El ’55 y sus secuelas, sin embargo, representarían un punto de inflexión en la predisposición ideológica de la clase media. Si a partir de entonces se produjo un retroceso nacional que no tendría tregua y que culminaría, tras muchos altibajos, en la desastrosa segunda década infame, la de los años 90, también comenzó a operarse una transmutación que se derivaba de la ascendente ola popular que buscaba resarcirse del daño infligido por el retroceso del ’55. En su estela la generación pequeño burguesa que salía de la adolescencia y se asomaba a la política se sintió cautivada por la originalidad del fenómeno peronista, experiencia multitudinaria inédita en el país a la cual vincularon, de manera imaginativa pero también un poco ilusoria, a la contestación sistémica de carácter radical, individualista y semianárquica propia de la década de los ’60, nutrida de la leyenda heroica de la revolución cubana y de la retórica del Mayo francés.

Fue esa la rebelión de los hijos de los estamentos de la clase media, que se precipitaban con entusiasmo a la política aspirando convertirla en política revolucionaria, estimulados por esos ejemplos y también por la vaga percepción de que sus oportunidades sociales no eran ya las mejores en un país cuyo desarrollo se estancaba. En ese proceso absorbieron las lecciones del revisionismo y se tornaron inmunes al verso liberal de la civilización y la barbarie, pero no terminaron de deshacerse –quizá porque era imposible que lo hicieran en esa etapa de su maduración ideológica- de una comprensión autoritaria y arrogante de la política que invertía pero no anulaba los parámetros gorilas de la generación de los padres. Cuando el Perón real se reveló diferente del imaginado por su fantasía y cuando este se rehusó a convertirse en la figura de paja de unos dirigentes jóvenes que pretendían adueñarse del movimiento secuestrando a su cabeza, mucho de la antipatía de piel para con el viejo caudillo que había sido connatural a sus padres, volvió a manifestárseles. Esa inmadurez y esta herencia se revelaron fatales para su trayectoria y convirtieron a esos jóvenes en sujetos susceptibles de una manipulación que terminaría haciéndolos protagonizar una embestida en solitario contra los factores de poder en una sociedad que era, y es aun más hoy en día, sustancialmente conservadora.
Este desajuste respecto de la realidad acabó en un desastre. Una generación que poseía valores, generosidad e inquietud intelectual terminó exterminada por una represión ejercida en primer término contra ella, pero que en el fondo estaba dirigida contra la sociedad y los fermentos que en ella existían en el sentido de retomar la transformación de corte industrialista, popular y de redistribución más equitativa de la renta que se había expresado en tiempos del primer peronismo.
Los horribles procedimientos de la junta militar enajenaron a esta el consenso que en un primer momento le había sido concedido por la vasta capa de los sectores medios, ansiosos de orden y cansados de la violencia y de la turbulencia sin meta de la guerrilla. El desprestigio originado por la estulticia asesina de la represión y la evidente corrupción que la corroyó, la dejó en un vacío que la dictadura intentó colmar, con mala fortuna, a través de la aventura de Malvinas. Empresa emprendida sin preparación y sin una noción cabal de los riesgos que entrañaba, y sin que hubiera, en el gobierno que la propulsó, conciencia respecto de cuál era la naturaleza de la lucha en la que empeñaba al país, y coherencia para apelar a los recursos que requería la situación: la movilización popular y una reversión sincera de todas las coordenadas que en materia de política económica y política exterior habían movido al gobierno militar.
La clase media salió de la larga noche de la dictadura aturdida y persuadida de que la “democracia” –en la acepción más formalista del término- suministraba la panacea para curar las heridas que el cruento período 1955 -1982 había causado. No alcanzaba a discernir las complejas raíces de donde arrancaban los horribles episodios que se habían vivido. La ecuación que la encandiló era simplista: los golpes militares eran la manifestación de la arrogancia de casta de las Fuerzas Armadas y la exteriorización de una brutalidad propia de milicos, afligidos por una especie de fatalidad genética que los llevaba a atropellar las instituciones civiles y a abominar el intelecto. Esta interpretación en cierto modo prolongaba el esquema de civilización y barbarie, y no tomaba en cuenta ni la acción de las fuerzas económicas y ni el diktat imperialista que habían propiciado la desestabilización institucional del país a partir del 55 y el exterminio en que acabó, y sin cuyo concurso nada de eso hubiera sido posible.

Necesidad de ganar al estamento medio

La idiosincrasia de la pequeña burguesía tiende a hacerla sobrenadar en la superficie de las cosas. Es una forma de escurrir el bulto respecto de las tareas de fondo que es preciso asumir para promover un cambio que la asusta, pues no suele ver más allá del interés individual. Sus integrantes, sin embargo, son esenciales para promoverlo, ya que en ese estrato se reclutan los cuadros intelectuales y técnicos que son indispensables para administrar la sociedad, y los elementos capaces de motorizarla en uno u otro sentido. Favorecer la capacidad de los mejores de sus miembros para fortalecer su conciencia nacional es un trámite que no puede eludirse. La experiencia de nuestros años de plomo y la aplanadora de la política neoliberal sin duda han generado un sedimento de conciencia entre ellos, que en este momento aflora en el rechazo de parte de la clase media para con el discurso que el sistema dirige contra las iniciativas del kirchnerismo que intentan levantar al país de la postración en que lo dejó el tsunami neoconservador. Pero esa predisposición favorable a una modificación ponderada (demasiado ponderada, tal vez) del estado de cosas, que ostentan ciertos sectores de la pequeña burguesía, no afecta todavía al grueso de las clases medias ciudadanas y rurales. El proyecto de ley sobre las retenciones al campo que soliviantó al establishment agroexportador encontró un sorprendente eco no sólo entre la pequeña burguesía agraria –que ha transformado la aspiración a insertarse socialmente de los primeros inmigrantes en un espíritu de rapiña teñido de racismo-, sino también en amplias capas urbanas que reproducen el fenómeno del desdén social nutrido contra los sectores populares de los tiempos del primer peronismo.
Hay algo duro y consolidado en el seno de los grupos más incultos de ese estrato, que es propio de la inseguridad psicológica característica de la flotación entre las clases. Entre nosotros estos rasgos típicos y muchas veces descritos por la sociología, se enturbian aun más por el efecto deletéreo del lavado de cerebro promovido por los medios masivos de comunicación. Aquí este proceso ha alcanzado niveles que sorprenden, incluso en un mundo donde el deterioro intelectual y la bastardización de la cultura de masas es un fenómeno generalizado.
El discurso único del neoliberalismo y la plasta decadente de los programas televisivos y de un cine que en gran parte está copado por la basura cultural del peor Hollywood, se aúnan al machaconeo de la prensa y de los programas informativos controlados de forma monopólica para mantener a una gran cantidad de gente suspendida en una atmósfera gaseosa, pegajosa, que apunta a neutralizar cualquier capacidad de reacción crítica que eventualmente se pudiera insinuar entre los receptores de ese mensaje.
Romper este encantamiento es una tarea difícil y que no podrá realizarse si no es través de una batalla cultural que ataque sin contemplaciones las prebendas de los escribas al servicio del sistema y al sistema en sí mismo, enquistado en los medios masivos de comunicación, que son su prolongación y su agente más activo. La batalla por la clase media viene a ser algo así como la batalla del Atlántico: sólo después de vencer a los submarinos alemanes los aliados fueron capaces de allegar hasta Inglaterra los efectivos que eran necesarios para proceder a la invasión de Francia y la apertura del segundo frente. Los monopolios periodísticos estrangulan el acceso de la información y mantienen a la población sofocada en un océano de detritus. Mientras tengan esta capacidad operativa o no sean contrabatidos por una campaña que disponga de los elementos comunicacionales capaces de expandir su radio de influencia con un alcance equiparable, el sistema oligopólico que ha condenado al país a la dependencia
continuará disponiendo de una ventaja difícil de anular.
La Ley de Medios es un primer paso en el camino para compensar esta situación; pero hay que fortalecerla y tornarla realmente activa con una mayoría consolidada en el Congreso, que sea capaz de impedir que sus cláusulas se reviertan. Esto torna aun más urgente la necesidad de tener una idea clara sobre lo que estará en juego en las elecciones del 2011. Hay que derrotar la amenaza de un retorno a la década de los ’90, primero. Después habrá que apoyar la eventual victoria del kirchnerismo de la única manera en que se podría hacerlo: apoyándole las manos en la espalda, no sólo para sostenerlo, sino para impulsarlo hacia delante.

Notas:
1) Para los jóvenes, que suelen ser poco lectores o no han recorrido las páginas de José Mármol, Esteban Echeverría o Guillermo Enrique Hudson, vale la aclaración: “violín y violón” era la expresión usada por el gauchaje para describir el degüello de un enemigo. El acto de pasar el cuchillo por la garganta de un unitario remedaba el recorrido del arco sobre las cuerdas de un violín. “Le toqué violín y violón”, le corté el pescuezo.



Fuente : http://www.elacolla.com.ar/











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Heidegger: Nazismo y Política del Ser
Nicolás González Varela
Rebelión



“Combatiremos por las fuerzas de nuestro nuevo Reich
que el Canciller del Pueblo Alemán Adolf Hitler hizo surgir en la realidad.
Una raza dura ( hartes Geschlecht ) no debe hacer otra cosa que pensar en esta lucha,
una raza que vive de pruebas constantes
y persiste en dirigirse hacia la meta ( Ziel )
que se ha comprometido a sí misma.”


(Martin Heidegger, junio de 1933)




Heidegger Wars, o los textos de un filósofo como “campo de batalla”: una breve historia del debate



Podrá decirse cada década desde 1945 : Occidente se convulsiona por el escándalo del llamado der Fall Heidegger, le cas Heidegger, il caso Heidegger, the Heidegger case, que en una suerte de convención internacional implícita, se entiende la discusión sobre el notorio compromiso público del filósofo Martin Heidegger con el Nacionalsocialismo primero, y con el SS-Staat después en las década de 1930’s y 1940’s. Parafraseando a Nietzsche, podría perfectamente decirse que, desde diversos puntos de vista, Martin Heidegger ha sido, desde 1933, un campo de batalla más que un filósofo. La controversia sobre su relación con el NSDAP, el partido nacionalsocialista, y su admiración fanática por Adolf Hitler, aunque parezca reciente, es de vieja data: en Italia un consternado ya agudo observador como el filósofo Benedetto Croce, que resistía dignamente al Fascismo de Mussolini, en una fecha tan temprana como septiembre de 1933 concluía consternado que: “finalmente, he leído por completo el discurso de asunción al rectorado de Heidegger, que es necio y a la vez servil. No me admira el éxito que su filosofar tendrá durante un tiempo: lo vacío y lo general siempre tiene éxito, pero no produce nada. Creo que en la Política no podrá tener ningún efecto; pero deshonra a la Filosofía, y eso es una lástima también para la Política, por lo menos, para la futura...”. [1]
Croce, en una valiosa correspondencia con el romanista alemán Karl Vossler, creador de la escuela del Idealismo lingüístico y de la Estilística moderna, le afirmaba enfáticamente que ya había descubierto años atrás las afinidades electivas de la Filosofía de Heidegger con el naciente Nacionalsocialismo a través de la lecturas de sus obras anteriores al ascenso de Hitler en enero de 1933. [2] Croce es el primero en intuir, con su tenaz olfato filosófico, la posibilidad ex ante que en la filosofía de Heidegger existiera ya desde el comienzo las condiciones de una futura expansión phronética a la Política. Croce hace un paralelismo entre el Fall Heidegger y el filósofo Giovanni Gentile en su adhesión político-filosófica con Mussolini. Incluso llega a afirmar que con la Ontología de Heidegger Alemania se incretinisce, se ha idiotizado. A su vez Vossler emparenta al filósofo y jurista Carl Schmitt con Heidegger, y a ambos con la tradición reaccionaria europea que proviene de Georg Sorel (unos de los precursores intelectuales del Fascismo europeo), y califica a ambos de “desastres intelectuales de la nueva Alemania.” [3] En una importante puntuación sobre los fundamentos de la analítica existencial, Vossler llega a afirmar que detrás de la máscara ontológica modernista-reaccionaria de la filosofía heideggeriana se esconde en realidad una Teología vergonzosa, “neo-mística, neo-escolastica.” Una acusación que se repetirá más tarde, y desde adentro del propio Nacionalsocialismo, cuando Heidegger pretenda ser, entre 1933 y 1934, el Führer indiscutido de la Filosofía en el NS-Staat, el Führer der Führer.
En Francia ya en 1932 el filósofo personnaliste Arnaud Dandieu había notado la afinidad esencial entre el Nacionalsocialismo y el pensamiento filosófico de Heidegger, en especial en su libro Sein und Zeit de 1927, en un artículo aparecido en la revista Revue d’Allemagne. Dandieu, colaborador de la revista Documents, tendría estrechos vínculos con el inclasificable Georges Bataille y con la búsqueda confusa en los medios intelectuales franceses inconformistas de una troisième voie, “Tercera Vía” entre el decadente Capitalismo liberal y el Comunismo práctico surgido en la URSS. [4] Dandieu sabía de lo que hablaba: formaba parte del grupo Ordre Nouveau, junto a Robert Aron, Arnaud Dandieu, Claude Chevalley, René Dupuis, Denis de Rougemont y Alexandre Marc. Tenía conocimiento directo sobre la obra heideggeriana gracias a su estrecho vínculo con Henry Corbin, un germanófilo que estaba fascinado por Heidegger, del cual ya había traducido al francés por primera vez el texto Was ist Metaphysik? de 1929 en la revista Bifur, por cierto con prólogo del historiador de las ciencias Alexandre Koyré. [5]

Dandieu además reconocía estar profundamente influenciado por el irracionalismo vitaliste de Henri Bergson y por la ideología sindicalista de Georges Sorel. Como actualmente lo sostiene Emmanuel Faye, Dandieu habla directamente de una introducción del Nazismo en la analítica existencial de Heidegger, de una “adaptación” de Sein und Zeit a la línea política general y pública del NS, a su Zeitgeist, a la neue Wirklichkeit del despertar de la Gran Alemania. La filosofía de Heidegger, dirá Dandieu: s’adapte à un certain état d’esprit, propre à la jeunesse moderne, en particulier allemande et française. [6] Dandieu cree que ya en Sein und Zeit estaban dadas las condiciones filosóficas “abiertas” para adecuar la filosofía práctica subyacente a cualquier movimiento político que aconteciera en el futuro. Y la clave era el concepto-puente de l’angoisse, Angst, angustia. ¿En Sein und Zeit puede hablarse de una matriz de su filosofía práctica “acomodable”, a cualquier acontecimiento en el Mundo con signo ideológico de derecha pero clausurada a todo posible “uso” o recepción desde la izquierda? En este caso ya no podría hablarse de oportunismo o de introducción, salvando las distancias como sería el caso de Hegel con su Filosofía del Derecho tratando de acondicionarse con la realidad prusiana, sino de un fenómeno más sofisticado, más articulado de adaptación sistémica y traducción de categorías ontológicas, de una potencial urbanización (exclusivamente con valencia reaccionaria) del Ser que queda pendiente de la llegada del momento kairológico.
Ahora quedaría más claro la idea de Heidegger señalada a Jaspers: que la tarea, desde la analítica existencial, se reducía en 1933 a establecer die rechte Einsatzstelle, el lugar adecuado donde se efectuará la operación de ataque contra la Modernidad. Para Heidegger, que utiliza una metáfora que proviene del lenguaje militar [7] , la filosofía de Sein und Zeit simplemente estaría aguardando el señalamiento de la zona activa en la cual ser plenamente activa, eficaz y operativa. La autocomprensión de Heidegger nos indicaría que para él no existe en su decisión de 1933 ni inflamación de conceptos (Derrida), ni introducción externa de espuria óntica, ni separación entre obra y carácter, ni extravío infantil o locura momentánea. Continuando su metáfora bélica, la filosofía práctica de Sein und Zeit simplemente estaría esperando que se delimitara su lugar operativo, su traducción práctica por su creador del lugar de ataque.

Dandieu le llama a este proceso de indicación del punto de ataque y de ayuda para emprender la tarea de destrucción de la Modernidad, la capacidad de Sein und Zeit, sin perder su coherencia interna, de enlazarse con un determinado état d’esprit. El enlace entre analítica y mundo histórico será para Andieu, como ya señalamos, el concepto heideggeriano de Angst, angustia. Ni Andieu, ni Vossler, ni Croce andaban errados. Dentro del glosario heideggeriano, el concepto Angst se menciona por primera vez y se analiza entre 1923-1924, es refinado y profundizado a lo largo de los tres primeros esbozos de Sein und Zeit y su carga teológico-política es evidente. Su antecesor en la filosofía de Heidegger es el término de San Agustín timor castus (miedo puro o absoluto). [8] Heidegger volverá a utilizarlo en conexión con el análisis del miedo que realiza Aristóteles en el libro II de Retórica. [9] Si la intuición de Andieu es correcta tambalearía la tesis defensiva de Aubenque que antes de 1933 no existían trazas de ideología ya sea reaccionaria o nacionalsocialista en el trabajo filosófico de Heidegger, ni posibilidades de trasladar la definición de campo del Dasein a algún punto específico de la Historia. [10]

La controversias no se quedaron allí. El escritor comunista Paul Nizan [11] arremetía contra el fino pornógrafo y escritor André Malraux por su oculta filosofía reaccionaria en su novela La Condition Humaine de 1933, ganadora del Prix Goncourt, que derivaba ingenua y acríticamente bajo formas literarias las conclusiones más conservadoras y reaccionarias del famoso libro de Heidegger Ser y Tiempo de 1927 [12] . Las tesis de Sein und Zeit, y de otros textos en apariencia abstractamente filosóficos, estaban pensadas y escritas con la idea de ser “utilizadas” para legitimar un movimiento, un régimen político, un líder, podían, sin sufrir contradicciones ni inversiones, ser potentes y sólidas justifications théoriques. ¿Sein und Zeit una suerte de Arkhé-Fascismo?

En julio de 1933, y en lo que constituye la primera crítica y recensión pública del compromiso con el Nacionalsocialismo de Heidegger, el pintor y ensayista suizo Karl Ballmer publica en Basilea un pequeño libro titulado Aber Herr Heidegger!, donde analiza críticamente el discurso de asunción del rectorado en la Universidad de Freiburg. [13] La exégesis trata de colocar en situación al discurso dentro del propio Denkweg de Heidegger. Heidegger no “representa” a la Filosofía alemana sin más, sino a una de sus dos grandes tendencias, Hauptströmung, presentes en la actualidad, aquella que parte de la filosofía francesa de Descartes.
Descartes es el que inauguró, con su Ich denke, la definitiva extirpación de las nociones de Esencia, Ser y Mundo del ámbito teológico. Es esta visión la que influyó sobre Leibniz, Spinoza y Kant, la misma que desembocó en el siglo XVIII en la filosofía alemana del idealismo subjetivo y objetivo. Serán recién Hegel, Fichte y Schelling quienes le darán al Cartesianismus un sesgo nuevo y radical. El mismo Hegel, encontrándose limitado dentro de los estrechos límites de la teología cristiana, intentó asimilar en su sistema a los antiguos griegos, pre y postsocráticos, refundirlos y superarlos dentro de una nueva manera de pensar. Es justamente dentro de esta senda, que en el fondo es una reacción a la antropología de Hegel, donde hay que ubicar a Martin Heidegger. [14] La segunda gran tradición filosófica alemana es la que parte, para Ballmer, del despertar consciente de la actitud científica (Nicolás de Cusa), que combina el misticismo de Meister Eckhardt con la investigación científica de la Naturaleza, y que se refiere despectivamente a la tradición centrada en la autodisciplina del pensamiento del Hombre como mera Scholastik.

Esta tradición ya no mora en la duda sistémica y en el exagerado cuestionamiento típico de la ratio de Occidente, sino que sostiene su fe en el Pensamiento y en su potencialidad por entender y convivir con la realidad. [15] Para Ballmer los representantes modernos de esta tradición son los neokantianos de la llamada Marburger Schule, “Escuela de Marburg”, [16] Hermann Cohen y Paul Natorp, que tendría como destino fungir de mediadores entre la Escolástica y la Modernidad. El representante más notorio de esta segunda corriente era justamente el filósofo Ernst Cassirer. La Gegensatz, la lucha en Davos entre Cassirer y Heidegger, representó para Ballmer un conflicto que iba más allá del meramente filosófico-generacional: se trataba de una contradicción interior que representaba de manera mediada la lucha espiritual de toda nuestra época y del presente, la contradicción expresada filosóficamente entre el “Reino del Espíritu” (Cassirer) y el Welt des existenziell daseienden Menschen, el Mundo de los hombres existenciales existiendo(Heidegger). [17] Ballmer identifica una lucha sórdida al nivel filosófico entre una “izquierda” (el Neukantianismus de Marburg) y una nueva “derecha” (la novísima filosofía de la existencia, el Dasein-Mystizismus). [18]
También puede entenderse en toda su significación la virulencia y dureza del ataque de Heidegger a Cassirer, que excedía el estrecho marco de un congreso académico para abrirse a connotaciones filosófico-políticas de fondo. Heidegger habría negociado los elementos racionales de toda Filosofía por un nuevo misticismo, y la construcción del sistema ya estaba conformada mucho antes de 1933, mucho antes incluso que el debate con Cassirer en Davos en 1929. Específicamente en cuanto a la Rektoratsrede, Ballmer encuentra que los tres grandes conceptos que le dan sentido filosófico y articulan el discurso de 1933, los Fundamentalbegriffen de Política, Ciencia y Espíritu se derivan de su obra anterior. También se pregunta: ¿es el Dasein auténtico de Heidegger un rebelde de algún signo? Sí, dirá Ballmer, pero un rebelde reactivo que encuentra su estado de decisión (ausgezeichnete Erschlossenheit) en el enfrentamiento angustioso con la muerte. [19] Ballmer hace suyas in toto las críticas a Sein und Zeit realizadas en 1928 por el filósofo husserliano Maximilien Beck [20] y como Vossler encuentra profundas influencias de la Teología, incluso su auténtica Motivationskraft. También el extremismo político platónico de Heidegger en su concepción de la forma estado. Para lograr la completitud política de Sein und Zeit, su retraducción en un Staatsmystizismen moderno, obliga a Heidegger a recurrir a reminiscencias platónicas como alternativa a la tradición hegeliano-marxista. En su crítica Ballmer denuncia además su artificial falta de claridad, oscuridad conceptual y una ambigüedad concientemente buscada como efecto filosófico, a la que denomina moderne Wahrheitsautarkismus.
Por otro lado en Francia el gran filósofo Emmanuel Levinas reconoció que escuchó hablar del nacionalsocialismo de Heidegger de la boca del historiador de la ciencias Alexandre Koyré después de un viaje a Alemania, pero después del ascenso de Hitler en enero de 1933. [21] Al enterarse de la noticia quedó estupefacto, aunque Levinas en ese momento tenía la tenue esperanza que fuera un lapsus de una “gran mente especulativa en la banalidad práctica.” [22] Otro filósofo e historiador de la Filosofía como Maurice de Gandillac [23] en un increíble paralelismo entre Heidegger y la evolución totalitaria de la propia Alemania, comparaba en un texto de 1934 el comportamiento hipnótico y sumiso del filósofo neokantiano Ernst Cassirer con respecto al desafiante Heidegger en el famoso debate ocurrido en Davos (donde había estado presente) en 1929 con “la sumisión del pueblo de Alemania al magnetismo del Führer Adolf Hitler.” [24] En dicho encuentro Heidegger se negó a darle la mano a Cassirer por su origen judío. [25] Gandillac, nietzscheano-heideggeriano, será el primer filósofo en retomar el contacto con personal con Heidegger después de 1945 y en tratar de legitimar el compromiso del filósofo con el NS-Staat.
Fue Gandillac, mucho antes que Hanna Arendt y los heideggériannes, quién explicó la conducta política de Martin Heidegger como la de un “niño entusiasmado” por los aspectos externos, superficiales y accesorios del Nacionalsocialismo, al que nunca se tomó en serio. Gandillac también fue el primero en sostener la absoluta escisión entre la analítica de Sein und Zeit y la acción política personal del hombre Heidegger, que será un caballito de batalla ad nauseam de los heideggériannes. [26]

Notas:

[1] Textualmente: “Ho letto per intero la prolusione della Heidegger, che é una cosa stupida e al tempo servile. Non mi meraviglia del suceesso che avrá per qualche tempo il suo filosofare: il vuoto e generico ha sempre successo… Credo anch'io che in Politica egli non p0ssa avere alcuna afficacia: ma disonora la Filosofia.”, carta de Benedetto Croce a Karl Vossler, del 9 de septiembre de 1933. El intercambio sobre Heidegger se encuentra completo en la compilación de Guido Schneeberger; ibidem, pp. 110-112. También: Croce, Benedetto/ Vossler, Karl; Carteggio 1899-1949, Gius & Laterza, Bari, 1951, pp. 340-344. Croce criticó además publicamente el discurso de asunción al Rectorado de Heidegger, tal como había sido impresa por la editorial völkische Korn de Breslau en el diario La Critica, XXXII, 1934; en español: “Croce y Heidegger”, controversia que se difundió en el mundo de habla hispana a través de la revista Minerva. Revista Continental de Filosofía, 2, Buenos Aires, 1944, p. 170. La misma carta es comentada en sus diarios por un pensador tentado por la deriva fascista como el filósofo e historiador de las religiones Mircea Eliade, en: Diario 1945-1969, Editorial Kairós, Barcelona, 2001, p. 308.
[2] Textualmente dice Croce: “Ah, quello Heidegger! Lo avevo individuato già sei anni fa, attraverso quel che me ne fecero leggere suoi scolari e ammiratori italiani; e avevo preveduto che sarebbe finito come è finito.”, carta a Vossler del 10 de agosto de 1933; ahora en: Schneeberger, Guido; ibidem, p. 110.
[3] “Il Heidegger, e accanto a lui quel Karl Schmitt, autore di libri di diritto pubblico e politico, discepolo, fino a un certo punto, di Georges Sorel, si van rivelando come i due disastri intellettuali della nuova Germania. Lo Schmitt mi pare anche più pericoloso…”; carta de Vossler a Croce, 25 de agosto de 1933. Vossler escribe el nombre de Schmitt con “K”. Su carta estaba escrita desde España, en la cual Vossler se sorprende de encontrar más influencia de la filosofía de Heidegger que en la propia Alemania, mencionando al filósofo Xavier Zubiri. Véase: Schneeberger, Guido; ibidem, p. 110; Croce, Benedetto/ Vossler, Karl; Carteggio 1899-1949, Gius. Laterza, Bari, 1951, p. 342.
[4] Dandieu, Arnaud; “Philosophie de l’angoisse et politique du désespoir”, en: Revue d’Allemagne, 15, oct. 1932, pp. 883-891. Sobre Dandieu véase el trabajo de Christian Roy , “Arnaud Dandieu and the Epistemology of Documents”, en: Papers of Surrealism, Issue 7, 2007, pp. 1-23. El nexo Bataille-Dandieu lo ha enfatizado Thomas Keller, véase su libro: Deutsch-französische Dritte-Weg-Diskurse der Zwischenkriegszeit, W. Fink, Münich, 2001, p. 247 y ss. El estudio clásico sobre la generación de no-conformistas, que estuvieron fascinados por la solución fascista al Liberalismo, sigue siendo el trabajo de Jean-Louis Loubet del Bayle, Les Non-conformistes des années trente. Une tentative de renouvellement de la pensée politique française, Editions du Seuil, Paris, 1969, re-edición revisada en 2001. Algunos califican, con fundamento, esta toma de posición como una suerte de paradójico Antinazisme nazi. Dandieu escribió, además de artículos críticos contra la teoría de la revolución de Marx y la filosofía de la praxis, un libro en 1931 contra el Americanismo con Robert Aron: Le cancer américain, re-editado en 2008 por Editions L’Age d’Homme, Lausanne, en una colección dirigida por… Alain de Benoist, fundador, líder e ideólogo principal del de la Nouvelle Droite europea. De este peculiar libro señala Loubet del Bayle que “passait ensuite en revue les principaux exemples du mal qu’il dénonçait: triomphe de l’abstraction qu’une conception matérialiste de l’homme réduisant celle-ci à un ‘homo oeconomicus’, machine à produire et à consommer […] Après avoir constaté que le ‘cancer américain est un cancer spirituel’ et que l’homme ne devait plus chercher hors de lui mais en lui la cause de ses maux, Robert Aron et Arnaud Dandieu concluaient : ‘La révolution fatale sera avant tout spirituelle, sinon elle ne changera rien’”, en: ibidem, p. 96. Muchas tesis filosófico-políticas las sostendría sin problemas el mismo Heidegger. Sartre escuchó hablar de la obra de Heidegger (y de Scheler y Husserl) por primera vez de la boca del filósofo japonés Count Kuki Shuzo durante un séjour en París en 1928, véase: Light, Stephen (ed.); Shuzo Kuki and Jean-Paul Sartre, Southern Illinois University Press, Carbondale, 1987.
[5] Heidegger, Martin; “Qu’est-ce que la Métaphysique?”, con una introducción de Alexandre Koyré, en: Bifur, no. 8, June 10, 1931, pp. 5-27. Luego se edito como libro: Martin Heidegger, Qu'est-ce que la métaphysique?, tr. Henry Corbin, Gallimard, Paris, 1938. El libro además contenía una traducción completa de Vom Wesen des Grundes, los parágrafos 46 al 53 y 72 al 76 de Sein und Zeit , los parágrafos 42 al 45 de Kant und das Problem der Metaphysik y la traducción completa de “Hölderlin und das Wesen der Dichtung”. Corbin además viajaba con continuidad a Alemania y tenía contactos personales con el mundo académico.
[6] Dandieu, Arnaud; “Philosophie de l’angoisse et politique du désespoir”, en: Revue d’Allemagne, 15, oct. 1932, p. 884.
[7] Einsatzstelle tiene un significado militar que se entiende como el lugar de operaciones en el campo de batalla donde el mando indica el punto decisivo de ruptura, aconsejado por las inconveniencias tácticas, que puede ser distinto que el determinado por las conveniencias estratégicas y en esa hipótesis, si la variación del punto de ataque no trae problemas insuperables que puedan hacer malograr el éxito de la batalla, es más decisivo dar preferencia al orden de combate que permita obtener mayores y más rápidos resultados de la victoria, en consonancia con el objetivo final de las operaciones. Recordemos que es típico de la jerga nacionalsocialista, la llamada Lingua terta imperii en el NS-Staat, el abusar del uso de conceptos militares en el lenguaje político.
[8] En el curso dedicado a San Agustín, Sommer Semester 1921, “Augustinus und der Neoplatonismus” (anunciado como de tres horas), ahora en: Heidegger, Martin; Gesamtausgabe ; II Abteilung : Vorlesungen 1919-1944 ; Band 60, Klostermann, Frankfurt am Main, 1995. la primera mención se remonta a una alusión al “temor” en un comentario sobre el concepto de experiencia de lo sagrado de Walter Otto ya en 1919-1920.
[9] Aristóteles, Retorica, Libro II, 5, “El temor y la confianza”. Heidegger realizó un extensivo estudio de la Retórica de Aristóteles y un curso completo durante el Sommer Semester de 1924. De este interés puede constatarse su posterior influencia en Sein und Zeit, aunque no existe un estudio en particular sobre la relación entre el Aristóteles de la Retórica y la filosofía práctica de Heidegger. El curso fue programado para su publicación en el tomo 18 de las Gesammtausgabe.
[10] Aubenque, Pierre; “Encore Heidegger et le nazisme”, en: Le Débat, janvier–février, 1988, pp. 113-123. En español: “Otra vez Heidegger y el Nazismo”, en: Disenso, 5, II, 1995, pp. 9-17.
[11] Sobre Paul Nizan, véase: Ory, Pascal; Nizan, destin d'un révolté, Éditions Complexe, Bruxelles, 2005. Nizan descubrirá la filosofía de Husserl y de Heidegger antes incluso que Sartre, justamente a través del trabajo de Corbin. Nizan también estaba ligado al grupo de la revista Bifur, ya que fue su editor.
[12] Nizan, Paul; “André Malraux par Paul Nizan” (traducido de Literatournaïa Gazeta, Moscou, 12 junio de 1934 por Hèléne Reshetar), en: Cahier André Malraux, T.I, sous la direction de W.G. Langlois, La Revue des Lettres Modernes Paris, Ed. Lettres Modernes, Paris, p. 134 y ss.
[13] Ballmer, Karl; Aber Herr Heidegger!. Zur Freiburger Rektoratsrede Martin Heideggers, Verlag von Rudolf Geering, Basel, 1933. El libro está prologado por el autor en Hamburgo, julio de 1933 e incluye un comentario del teólogo reformista Friedrich Eymann. Como Croce, Ballmer utiliza la edición oficial del discurso impresa por la editorial Korn de Breslau. Se había formado bajo al influencia de la Antroposofía de Rudolf Steiner y pertenecía al grupo de artistas llamado Hamburgische Sezession. Su arte fue acusado por el NS-Staat de Entartete Kunst, arte degenerado y tuvo que abandonar Alemania en 1938. La obra de arte de Ballmer tuvo un enorme impacto en el escritor Samuel Beckett. Sobre Ballmer: Spallek, Johannes; “Karl und Katharina Ballmer. Opfer der nationalsozialistischen Gewaltherrschaft”; en: Jahrbuch für den Kreis Stormarn, 24. Jahrgang, M+K Hansa Verlag, Ahrensburg, 2006.
[14] Ballmer, Karl; ibidem, p. 15.
[15] Ballmer, Karl; ibidem, pp. 14-15. Textualmente: “Diese Strömung nun lebt nicht aus dem fragenden Zweifel der westlichen überspitzten Ratio, sie lebt aus dem Vertrauen in die Kraft des Gedankens, dem sie zutraut, daß er mit der Wirklichkeit zu leben vermag.” Ballmer llama a Heidegger berühmte deutsche Philosoph.
[16] Sobre la Escuela de Marburg, también conocida como Escuela Neokantiana del Suroeste, que además de Cohen y Natorp la componían Alois Riehl, Hermann Lotze, Ernst Cassirer y Karl Vörlander, véase el artículo de Helmut Holzhey, “Cohen and the Marburg School in context”, en: Reinier Munk (ed.); Hermann Cohen's critical idealism, Springer, Dordrecht, 2005, pp. 3-37. La escuela tenía su propio órgano oficial, la revista Logos (1910-1933). Cohen basaba su revolución epistemológica en las críticas al Materialismo realizadas por Friedrich Albert Lange en su famosa historia del Materialismo de 1866, Geschichte des Materialismus und Kritik seiner Bedeutung in der Gegenwart, que tanto influyó en el pensamiento de Nietzsche. Sobre la relación e influencia de obra de Lange en Nietzsche nos remitimos a nuestro libro Nietzsche contra la Democracia, Editorial Montesinos, Mataró, 2010, pp. 119-122. Obviamente la Marburger Schule era profundamente anti-nietzscheana.
[17] Ballmer, Karl; Aber Herr Heidegger!. Zur Freiburger Rektoratsrede Martin Heideggers , Verlag von Rudolf Geering, Basel, 1933, p. 17.
[18] Una conclusión que no parece tan forzada: por ejemplo Cohen interpretaba a Kant desde un punto de vista evidentemente socialdemócrata, “welfarista” y Vörlander, en contacto con el socialismo austríaco, desarrollaba el nexo Kant-Marx. Entre los miembros de la Marburger Schule podemos nombrar a socialistas de izquierda como Max Adler, Kurt Eisner, Franz Staudinger o el fabiano Eduard Bernstein. Sobre la Escuela de Marburg como “ala izquierda” del neokantismo alemán, véase el trabajo de Harry Van den Linden; Kantian Ethics and Socialism, Hackett, Indianápolis, 1988. Un crítico precoz del socialismo neokantiano de Marburg fue Franz Mehring, el político y biógrafo de Marx, líder del ala izquierda del SPD, así como Karl Kautsky.
[19] Ballmer cita el parágrafo 40 de la edición original de Sein und Zeit.
[20] Beck, Maximilian Beck; “Referat und Kritik von Martin Heideggers 'Sein und Zeit'”, en: Philosophische Hefte, Heft 1, Juli 1928, pp. 5-44. Beck encuentra muchos elementos marxistas transfigurados en la analítica existencial de Heidegger (importancia de la Historia, el carácter social del Dasein, la reificación de la conciencia), demostrando que en realidad no existe originalidad en la filosofía heideggeriana, véase, ibidem, p. 10. Es intersante notar que como eslabón intermedio y necesario entre Marx y Heidegger, Beck coloque la problemática de Lukács. En el mismo número de la revista aparece un escrito de Herbert Marcuse intentando desarrollar su fallido proyecto de un Heidegger-Marxismus, “Beiträge zu einer Phänomenologie des Historischen Materialismus”, ibidem, pp. 45-68.
[21] Textualmente: “l'avertissement que me donnait Alexandre Koyré dés avant l'accession de Hitler au pouvoir…”, véase: Levinas, Emmanuel; “Comme un consentement à l’horrible”; en: Le Nouvel Observateur, Numéro 1211, 22-28 de enero, 1988, Dossier spécial ‘Heidegger et la pensée nazie’, p. 82 y ss. La entrevista fue por el impacto de la publicación del libro de Farías, Heidegger et le nazisme en Francia en 1987.
[22] Textualmente: “…avec le frêle espoir qu'elle ne relatait qu'un égarement provisoire dans la banalité pratique d'un grand esprit spéculatif.” Levinas perdió toda esperanza después de 1945.
[23] En: Gandillac, Maurice de; Le Siècle traversé. Souvenirs de neuf décennies , Albin Michel, Paris, 1998, p. 135 y ss. Gandillac, compañero de docencia de Sartre, además fue el primer traductor de Walter Benjamin al francés. Gandillac dirigió los primeros trabajos de Michel Foucault, Jacques Derrida, Jean-François Lyotard, Louis Althusser y Gilles Deleuze. Se puede explicar ahora la amalgama de nietzscheanos y heideggerianos a partir de una matriz común, y su relación acrítica con los aspectos éticos y políticos de Heidegger.
[24] Sobre el “combate” filosófico en el congreso de Davos, véase: Gordon, Peter, E.; Continental Divide: Heidegger, Cassirer, Davos ; Harvard University Press, Harvard, 2010.
[25] Véase el testimonio de su esposa: Cassirer, Toni; Mein Leben mit Ernst Cassirer, Gerstenberg, Hildesheim, 1981, p. 182 y ss. La esposa de Ernst confiesa en sus memorias que en 1929 no estaban alertados del radical antisemitismo de Martin Heidegger. Sobre el asunto del antisemitismo de Heidegger antes de 1933, véase: Gordon, Peter, E.; Continental Divide: Heidegger, Cassirer, Davos ; Harvard University Press, Harvard, 2010, pp. 264-265.
[26] Sobre la primera generación de heidéggeriannes franceses, matriz del futuro Posmodernismo, véase el libro de Ethan Kleinberg: Generation existential: Heidegger's philosophy in France, 1927-1961, Cornell University Press, Ithaca, 2005.





































































































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Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires
Raros, curiosos o centenarios, los libros que no figuran en los catálogos
Publicado el 3 de Noviembre de 2010
Por Astrid Riehn











Desde manuales escolares del primer peronismo como El hada buena o un volumen dedicado por el poeta Oliverio Girondo, a ejemplares del siglo XVI. Una oportunidad para recorrer página a página el pasado del país y del mundo.
Más de un lector se sorprendería al adivinar la cantidad de tesoros que albergan las librerías anticuarias de Buenos Aires, desde antifonarios venecianos del siglo XVI hasta libros escolares del primer peronismo, como El hada buena en cuya tapa se observaba a Eva Perón con una larga túnica celeste, una varita mágica y una estrellita refulgiendo en su frente.





A partir del mañana será posible admirar este tipo de ejemplares en la Sexta Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires. Organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de la Argentina (ALADA), la feria busca acercar al gran público a los libros antiguos y a la tarea que llevan a cabo desde hace décadas sus casi anónimos guardianes, los libreros.“La mayoría de la gente no sabe que existimos, para qué estamos ni qué vendemos. En la feria, los lectores tienen la oportunidad de hablar con los libreros, tomar un contacto directo con el libro antiguo y aprender de qué se trata”, explica Alberto Casares, presidente de ALADA, quien participa en la feria con su librería junto a otras 19 como Fernández Blanco, Lord Byron, Martín Casares, The Antique Book Shop o El Vellocino de Oro. “Los libros son como las personas: algunos tienen una vida fantástica y otros tienen una vida accidentada. Hay libros que llegan después de 500 años perfectos y libros que en 50 años aparecen apolillados”, explica Casares. Los libros porteños, por ejemplo, suelen tener más manchas y hongos que los libros de Lima debido a la humedad. Sin embargo, a pesar de que la imprenta llegó a Buenos Aires con más de dos siglos de atraso en comparación con países como México o Perú (la primera fue la que comenzó a funcionar en la Casa de Niños Expósitos en 1780), Buenos Aires es hoy en día una de las ciudades latinoamericanas con mayor caudal de libros antiguos.





Muchos de estos ejemplares fueron introducidos por la burguesía adinerada de los siglos XVIII y XIX, que en sus constantes viajes a Europa convirtió a la capital argentina en albergue –y luego, con las dos grandes guerras europeas del siglo XX, en refugio– de miles de libros que sobrevivieron, muchos de ellos en excelente estado, hasta nuestros días.“La tradición viene de la época de la Colonia, porque la gente medianamente ilustrada que venía de Europa traía libros. San Martín trajo una biblioteca entera, Belgrano, Moreno, Dean Funes… todos eran muy lectores”, afirma Casares. Eran tiempos en los que los libreros como hoy los conocemos no existían: los cargamentos de libros que llegaban a la Colonia eran informados mediante grandes anuncios en los diarios y quien los vendía bien podía ser el mismo comerciante que había importado telas o vinos europeos.





Casares recibió a Tiempo Argentino en su librería de la calle Suipacha, en pleno microcentro, donde mostró algunos de los exquisitos ejemplares que se podrán ver en la feria, como un antifonario veneciano de 1516 que aún conserva su encuadernación original de madera y cuero de oveja que contiene tetragramas con cantos gregorianos los que, gracias a su gran tamaño, permitían ser leídos desde lejos y de forma comunitaria en las iglesias y catedrales de Europa.
Si uno los mira con atención, los libros van revelando pequeños secretos: la abigarrada tipografía de un ejemplar del León Prodigioso, de Cosme Gómez Tejada de los Reyes, por ejemplo, editado en Valencia en 1665, una “apología moral entretenida y provechosa a las buenas costumbres, trato virtuoso y político”, reposa sobre un fondo amarronado, más oscuro que el papel de los márgenes: es un efecto de la tinta ferrosa que, a través de los siglos, fue manchando el papel.En el margen inferior de la primera página de una edición de 1756 de los Discursos de Cicerón se lee una pequeña inscripción realizada con pluma y tinta en prolija letra cursiva: “San Batista Molela, 1786”, seguramente uno de los primeros dueños del libro; no es difícil imaginarse a un señor de gesto adusto estampando su firma a la luz de las velas.Si uno pasa suavemente los dedos por los imponentes grabados de un libro de la Sacra Rota romana (tribunal eclesiático de la Iglesia católica), editado en Roma en 1717, percibe claramente los relieves del papel debido al peso de las planchas de madera o acero con que se imprimían.





Más cerca en el tiempo, la primera página de un ejemplar de Interlunio, el libro que el poeta Oliverio Girondo concibió junto al artista plástico Lino Enea Spilimbergo, editado por Sur, el legendario sello de Victoria Ocampo, exhibe una dedicatoria del mismísimo Girondo, “con simpatía y estimación”, para María Teresa León, esposa Rafael Alberti, fechada el 10 de marzo de 1940. En tanto, una primera edición del primer libro de poesía de Borges, Fervor de BuenosAires (1923) –con la sobria ilustración de tapa de su hermana, Norah Borges–, contiene correcciones realizadas en puño y letra por el autor, que serían incorporadas en futuras ediciones. En el poema “Las calles”, por ejemplo, donde decía “Hacia los cuatro puntos cardinales se van desplegando como banderas las
calles”, Borges remplazó el “van” por “han” y “desplegando” por “desplegado”.“Cuanto más original es un libro, de la época que sea, más se va a valorar. En el caso de Borges, un autor del siglo XX, el coleccionista quiere el libro en rústica, sin encuadernar, que mantenga la tapa orginal, si venía con una fajita de publicidad del editor, que tenga la fajita… Si hacés una encuadernación súper de lujo de un libro de Borges lo vas a vender con mucha más dificultad y más barato. El único que tiene derecho a intervenir el libro, con correcciones o dedicatorias es el autor; eso le da más valor”, explica Casares.
Si bien en el mercado del libro antiguo abundan los coleccionistas adinerados dispuestos a invertir sumas de tres ceros en un ejemplar, las librerías especializadas en este ramo suelen guardar entre sus estantes también otros libros y materiales como grabados, mapas y fotografías más accesibles, cuyo precio no necesariamente implica números exorbitantes. “Las posibilidades del coleccionismo son infinitas. Uno no tiene por qué entrar por el nivel más alto. La tarea del librero antiguo es una tarea distinta a la del vendedor habitual de libros. Trabajamos el libro antiguo, exquisito, rarísimo, de miles de dólares, pero también el libro que no se encuentra en otros lugares, libros agotados que cuestan 45 pesos”, dice Casares.
Tratados históricos y morales, novelas, poemarios, relatos de viaje, manuscritos, manuales de lectura, mapas, láminas… Es difícil que el lector no quede deslumbrado con alguno de estos testigos silenciosos de la historia, muchos de los cuales pasaron siglos o décadas olvidados en baúles hasta que alguien los devolvió a la dignidad de un estante. A pesar de que sus hojas ya hayan amarilleado y la encuadernación no refleje el brillo de antaño, o quizá por ello, es imposible sustrarse a su encanto. “El libro también es objeto, también es decoración, también es ilustración. El libro tiene belleza por el contenido, la encuadernación, la diagramación, la tipografía, el papel, la ilustración. Ser bibliófilo es tan simple como la dice la palabra: amo el libro. No quiere decir que ames solamente el libro perfecto”, concluye Casares.


Fuente : http://www.tiempoargentino.com/





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Macedonio Belarte
AÑO VI - Nº LXIII- VIERNES, 31 DE DICIEMBRE DE 2010
Revista Digital de Cultura de Cruz del Eje
Arte, Cine, Literatura, Música, Poesía, , Historia, Tecnologìa, Política, Filosofia


Sumario :

Los lìmites de la industria petrolera argentina. 01 / Nunca es triste la Verdad… 03 / Patèticos, por Jorge Rulli. 05 / JUSTICIA, POR MANUEL RIVAS. 08 / Los gestos gallinàceos de una parte de la sociedad argentina. 09 / La materia no existe. Todo es energìa. 10 / Rebeldia juvenil ayer, hoy y siempre. 12 / Un toque de atencion. 14 / El control es nuestro . 16 / Que la inocencia te valga. 18 / Capitalistas contra Brujas. 22 / Clase media y conciencia nacional, por Enrique Lacolla. 26 / Heidegger: Nazismo y Polìtica del Ser. 32 / Raros, curiosos o centenarios, los libros que no figuran en los catàlogos. 40