Estuvimos en el rodaje de "Cuidado con los trenes", en el ferrocarril de la ciudad del norte de la provincia.
30.01.2010
(1) Verónica Rocha, en pleno rodaje de una escena de “Cuidado con los trenes”.
Roger Koza
Nacida en Cruz del Eje e hija de un ferroviario de esa localidad, Verónica Rocha es una bioquímica preocupada por la inmunología. Pero también es una cineasta y como tal está rodando por estos días su primer largometraje documental, Cuidado con los trenes. Es un proyecto añejo, de más de cinco años de preparación e investigación, que si bien surge de una motivación personal excede la vida privada de la realizadora para convertirse en un texto audiovisual histórico-político, acaso una arqueología del presente, pues la desidia estatal sistemática y las privatizaciones irresponsables sintetizan un estadio del retroceso estructural de nuestro país. El sistema de transportes de cualquier país es un síntoma de su estado de desarrollo.
En pleno rodaje, Rocha está preparando una escena que transcurre en la casi abandonada estación Belgrano, en donde cada tanto se puede ver pasar un tren. Es un pasaje de la película en el que se intenta reconstruir, a través de la memoria de la realizadora, un tiempo en el que la estación todavía era el centro de una sociedad más próspera, sitio referencial por el que Cruz del Eje se conectaba con el resto del país. Allí se paseaban obreros, comerciantes, jóvenes, niños. En aquel entonces la estación era un símbolo vital.
La cámara está sobre una plataforma que literalmente se desliza por las vías gastadas del ferrocarril. Es un travelling magnífico, en el que sus 28 colaboradores (en su mayoría jóvenes) y unos 20 extras se esmeran por reanimar un instante de la década de 1970, previo a la debacle de los trenes argentinos. ¿Son fantasmas?
La escena no durará más que unos pocos minutos, y lleva toda una mañana de trabajo. Rocha pertenece a una nueva generación de cineastas cordobeses (Rosendo Ruiz, Matías Herrera Córdoba, Diego Seppi, Gabriela Trettel) que, precedidos por Liliana Paulinelli y Santiago Loza, ostenta un tangible dominio del medio y una cultura cinéfila que los comprometen sin vacilaciones en sus proyectos. Si bien Rocha es el DT de la puesta en escena, en el improvisado set de filmación se constata un clima colectivo de trabajo: la concentración es extrema, el placer también.
Documental reflexivo
Como documentalista, Rocha se identifica con Agnès Varda. La admira, aunque siente que la maestría de la legendaria realizadora belga es inalcanzable, pero es, indiscutiblemente, un referente. Su libertad la cautiva, y es por eso que Cuidado con los trenes no sólo habrá de desmarcarse del documental televisivo, sino también del documental observacional, una tendencia creciente en el cine nacional (Parador Retiro, La asamblea, Unidad 25).
La película de Rocha será un documental reflexivo en el cual material de archivo, animación, recreaciones ficcionales, fragmentos de otro filmes y testimonios conformarán un texto crítico que dará forma, como dice en una carta Juan Carlos Cena, miembro fundador del Movimiento Nacional de Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos, a “un poemario histórico ferroviario, o el intento, casi arqueológico, por revalorizar una historia oculta de estirpes antiguas, casi fundacionales, desmalezando los yuyales del olvido, de un territorio llamado Cruz del Eje y sus talleres”.
Rocha sabe que el cine es un instrumento de la memoria, y, por ende, de la identidad colectiva. Después de su inteligente corto Cuando el río suena, un filme sobre una (falsa) catástrofe que jamás tuvo lugar en Cruz del Eje, ahora sí está en su mira una verdadera catástrofe, una de mayor relevancia e impacto que el insignificante fin del mundo de 2012.
“El mundo insólito” de Cruz del Eje
Un presidente (Illia), un cantautor (Jairo), un humorista (Buenaventura), un escritor (Marcos Aguinis), y ahora una cineasta han surgido de ese paraje que viene después de San Marcos Sierras (último punto turístico asociado al valle de Punilla), un lugar cuya vida y economía no dependen del turismo.
Será por eso que muchos habitantes de Cruz del Eje siempre se han caracterizado por un fervor cultural admirable. Verónica Rocha cuenta que su formación como cineasta empieza indirectamente en un evento todavía vigente llamado “El mundo insólito”.
Allí, todos los alumnos de las escuelas presentan proyectos diversos de ciencias. Una sección llamada “En la escena” fue la preparación de Rocha para imaginar cómo se podían representar otros lugares y otros tiempos: genealogía de una cineasta que descubrió viendo Rouge, de Krzysztof Kieslowski, quien prefería una cámara a un microscopio.
Vehículos del cine
Por Roger Koza
Los trenes pertenecen a un tiempo histórico pretérito, aunque conviven con otros sistemas de transporte. Son símbolos de la modernidad, de la revolución industrial, del progreso (y su costado perverso y oscuro: ¿cómo evitar la asociación entre trenes y campos de concentración?), arterias metálicas que conectan geografías diversas y movilizan masas de hombres y mujeres.
Los trenes son los primeros protagonistas del cine. Una locomotora y sus vagones llegando a la estación Ciorat, en la película de los hermanos Lumière, constituyen el primer registro de ese colosal invento que alteró para siempre la relación entre el mundo y nuestra percepción, la imagen movimiento, es decir, el cine. También suele citarse como un ícono de la prehistoria del cine de ficción la famosa Asalto y robo al tren (1903). En efecto, la cámara y los ferrocarriles constituyen una alianza secreta, figuras emblemáticas de una época del mundo. Así lo entendió Ozu, el gran cineasta japonés, que se apropió de los trenes para evidenciar el discreto avance de la modernidad en la tierra del sol. Y Ozu no está solo, pues Hou Hsiao-hsien, Claire Denis, James Benning, Pino Solanas, entre otros, han filmado trenes como “intérpretes”, y ahora a esta lista de notables se suma una cineasta cordobesa, Verónica Rocha.
Fuente:
http:// www. cuidadoconlostrenes.com.ar. Cruz del eje, Año 2008 .- Jueves 4 de febrero, 21:57 VOS .
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Domingo 15 de noviembre de 2009
Edición impresa Suplemento Temas Nota
La columna
Operación política en la Web
Por Mempo Giardinelli
Especial
Desde hace varios meses muchos lectores (centenares, acaso miles) han recibido correos electrónicos con un artículo y/o un power point que supuestamente lleva mi firma y en el que se describe la horrorosa situación de los pueblos originarios del Chaco.
Con diferentes títulos, como "La terrible realidad del Impenetrable", "Obligación moral de circularlo"; o "Los K son asesinos", y con fotografías impactantes y sensacionalistas, la circulación de este e-mail es todo un sacudón para cualquier buena conciencia.
El resultado es conmocionarte. Tanto repugna lo que allí se narra y muestra que se desata una fuerte culpa de clase a la vez que se despierta un rechazo furioso hacia el kirchnerismo en general y, en particular, el gobierno del Chaco a cargo -desde diciembre de 2007- de Jorge Capitanich.
Pero en rigor se trata de un atentado a la buena fe de muchísima gente. Porque, en efecto, yo escribí la mayor parte de ese artículo, que se publicó en la revista Perfil , pero eso fue hace más de dos años, cuando era gobernador el hoy senador (UCR) Roy Nikisch, lo que ahora se oculta y silencia.
El que ahora se envía y reenvía sin cesar es un texto retocado, emparchado e ilustrado arteramente, que circula, hoy, con una para mí tan oscura como obvia intencionalidad política. Tampoco las fotografías son las del artículo original. Aquellas también eran duras -la realidad lo es- pero no implicaban golpes bajos como las fotos que hoy circulan con este texto falseado que, no se puede llamar de otro modo, es una clara operación política.
Porque la situación aborigen en el Chaco no empezó hace dos años, ni hace seis. Es horrorosa desde hace décadas, y la depredación y el atropello lo iniciaron los dictadores en los ‘70, cuando empezaron los negociados con las tierras de lo que entonces eran montes impenetrables, al amparo de un eslogan canalla que decía "Chaco puede" y sin control de ninguna índole.
Después, es cierto, el proceso de marginación de miles de seres humanos embrutecidos y abusados por el hambre y la politiquería fue tolerado, por lo menos, por todos los gobiernos de la democracia. Cada uno tiene su cuota de culpa. Ninguno está exento de responsabilidades. Ninguno.
De la misma calaña. Todo indica que quienes lanzaron este texto son de la misma calaña que quienes llevaron a nuestros aborígenes a la miseria.
Y no es que las cosas hayan mejorado mucho con el actual gobierno, pero hoy desde el poder se intentan algunas respuestas que hasta hace un par de años no existían. ...sa es la verdad y sería mezquino ocultarla, y más aún distorsionarla como lo hace este brulote cuya circulación -sin reconocer la fecha de publicación, con fotos de dudoso origen, y habiendo retocado aviesamente y sin autorización el texto original- es por lo menos maliciosa y responde sin dudas a aumentar la cosecha de antikirchnerismo barato que está de moda y que tanta confusión aporta a todos los debates de la democracia.
Por eso, desaconsejo la difusión de ese texto apócrifo. Alguien está usándolo para conmover a gente honesta como seguramente son la mayoría de los receptores de ese correo, pero el abuso no es contra mí sino contra la buena fe de esas personas. De igual modo que, más que ataque a tal o cual gobernante esto es, más bien, una burla a la inteligencia de los lectores.
Así es como funcionan las llamadas "operaciones de prensa". Conviene estar alertas y denunciarlas, cuando son tan groseras como ésta.
Fuente : http://www.lavoz.com.ar/
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La tecnología no aísla a las personas
Contrario a la creencia popular, internet y los teléfonos móviles no están aislando a la gente sino extendiendo sus mundos sociales.
El estudio fue motivado por otro del 2006 en el que sociólogos estadounidenses sostenían que la tecnología estaba acelerando desde 1985 una tendencia en la que sus compatriotas se estarían aislando socialmente, sus redes sociales estarían reduciéndose y disminuiría la variedad de sus contactos. Pero el estudio del Pew Internet and American Life Project, titulado "Aislamiento social y nueva tecnología", determinó que el uso de teléfonos móviles e internet está en realidad asociada con mayores y más diversas redes sociales. "Cuando examinamos toda la red personal de las personas (...) el uso de internet en general y el uso de servicios de redes sociales como Facebook en particular están asociados con redes sociales más diversas", dijeron los investigadores en un informe. "Nuestros principales hallazgos cuestionan la investigación previa y los temores comunes acerca de un impacto social dañino de la nueva tecnología", agregaron los estudiosos. La encuesta telefónica a 2.512 adultos, realizada por Princeton Survey Research International entre julio y agosto de este año, descubrió que desde 1985 el grado de aislamiento social ha sufrido escasas modificaciones.
El sondeo reveló que un 6 por ciento de la población adulta no tiene con quien discutir asuntos importantes, pero esta cifra no ha variado mucho desde 1985. La encuesta, sin embargo, muestra que las "redes de discusión" de la gente se han reducido en un tercio en los últimos 25 años y se han vuelto menos diversas debido a que contienen menos miembros fuera de la familia. Pero la gente que tiene teléfonos móviles y participa en una variedad de actividades en internet está asociada con redes de discusión más grandes y diversas. Los usuarios de internet tienen igual probabilidad que el resto de la población de ir a visitar a sus vecinos y tomar parte en actividades comunitarias locales.
"Los usuarios de teléfonos celulares, quienes usan internet de manera frecuente en el trabajo, y los bloggers tienen mayor probabilidad de pertenecer a asociaciones voluntarias locales, como un grupo juvenil o una organización de caridad", indicó el estudio. "Sin embargo, encontramos evidencia de que el uso de redes sociales en internet (como Facebook, MySpace y LinkedIn) sustituye cierta participación en el vecindario", agregó la declaración. Los investigadores dijeron que la mayoría de los usos de internet y la telefonía móvil guarda una relación positiva con las redes vecinales, asociaciones voluntarias y el uso de espacios públicos. "Nuestro estudio apunta a que es posible que las vidas de las personas podrían estar mejorando a través de la participación con nuevas tecnologías de comunicación, en lugar de temer que su uso los hunda en una espiral de aislamiento", concluyeron.
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“Simplemente…opiniones”
Marzo 15th, 2010 by Maximiliano R. Alberti
“El secreto de sus ojos” o pequeñas reflexiones judiciales.-
Con la gloria máxima como Mejor Película Extranjera del 2010 en la entrega de los Oscar, así quedó la película “El secreto de sus ojos”. Igualmente, lo cosechado por la cinta de Juan José Campanella – el Premio Goya a la mejor película hispanoamericana del año 2009, e idéntico lauro para Soledad Villamil como actriz protagónica, como así también galardones en los aspectos de diseño artístico – ya era mucho, al menos cinematográficamente hablando. Y la prensa, por supuesto que había sido más que benévola con la película, por lo que el resultado era bastante previsible … Buena actuación de Ricardo Darín y Villamil, Guillermo Francella en un papel poco habitual, decoración y ambientación históricas muy logradas, y una historia atrapante (estas son las opiniones de la prensa, no las mías) … hasta aquí, los aspectos formales de la película, que podrían ser los de cualquier producto cinematográfico de buena calidad, pero “El secreto de sus ojos” tiene algo más (mucho más, en realidad) que fue ignorado por los comentaristas de cine, o que a lo mejor, ni el mismo Campanella se propuso reflejar en su máxima dimensión. “El secreto de sus ojos” es una película que relata un drama policial contextualizado en el ámbito de la justicia argentina de los años setenta, lo que la convierte en una muestra de historia nacional, en general, y de historia de nuestra institución judicial, en particular.-
Veamos: los personajes de Darín y Francella son dos empleados de carrera, Benjamín Espósito y Pablo Sandoval, respectivamente, que desempeñan sendos cargos administrativos en un Juzgado de Instrucción, cargos respecto de los cuales quedaban limitados quienes en la época no poseían el título de Abogado, en tanto Villamil encarna a Irene Menéndez Hastings, joven de aristocrática estirpe recién recibida con el título mencionado en Cornwell y que es nombrada como Secretaria en el Juzgado. Algunas escenas son locuaces, por ejemplo, cuando el personaje del tal “Doctor Romano” – ex miembro de otra de las Secretarías del Juzgado devenido dirigente de los Servicios de Inteligencia – confronta a Darín y Villamil, en un acto de cruda amenaza. Y así, hay mucho. Pero vayamos por partes.-
Villamil/Menéndez Hastings es Abogada, nombrada como Secretaria; Darín/Espósito y Francella/Sandoval son empleados de carrera. ¿Cómo llega al cargo aquella? La película no lo muestra (no hace falta, en realidad. Es perfectamente posible suponer que llega al cargo, “a dedo”) … Y es que en su génesis, en nuestro país el Poder Judicial fue organizado a nivel conceptual como una estructura caracterizada por el más férreo “verticalismo disciplinante” (por cierto, expresión tomada de varios fallos judiciales de diferentes provincias, leídos al azar), con pesada herencia proveniente de la tradición continental europea, en la cual la distribución del trabajo responde a una concepción lineal, de modo tal que las tareas operativas – atención al público, ordenamiento de expedientes, entrega y notificación de cédulas, elaboración de decretos de mero trámite y oficios, etc. – eran cumplidas por los denominados en la jerga forense “pinches” (empleados administrativos de rango diverso que no poseen el título de Abogado. El sentido despectivo de la expresión es evidente), en tanto las tareas jurisdiccionales – la elaboración de resoluciones finales, la toma de la decisión judicial, en definitiva – y el control administrativo de los empleados – concesión de licencias, justificación de faltas – quedaban a cargo de los letrados que ocupaban los cargos directivos. Así, históricamente éstos eran distribuidos sin otro método más que la “designación por conveniencia” entre los miembros de familias tradicionales, las cuales durante mucho tiempo han sido las únicas que nutrían de integrantes no sólo a la corporación judicial sino a la corporación de Abogados – en general – de modo tal que el control de una parte muy importante del poder público quedaba en manos de las élites referidas. Sobre esto, inclusive podría hacerse otra generalización, afirmando que el ejercicio de la profesión liberal de Abogado era desempeñado mayoritariamente por los miembros del sexo masculino de tales familias, en tanto los cargos del Poder Judicial – por razones de conveniencia horaria, amplitud de licencias y vacaciones, beneficios sociales, etc. – quedaban reservados para los miembros del sexo femenino, mientras que para los hijos de la élite que querían continuar con la profesión, el Poder Judicial era el espacio público de formación y experiencia utilizado mientras se estudiaba la carrera, y para aquellos remisos, esto es, los que abnegaban del oficio familiar por las razones que fuese, siempre quedaba la posibilidad de disfrutar de “los beneficios de un buen laburito”, es decir, un cómodo puesto público sin responsabilidad directiva alguna en el seno del poder estatal más inofensivo de todos. Un círculo perfecto …
En el modelo referenciado, como en toda organización humana en la cual algunos poseen el poder y lo ejercen y otros meramente soportan su ejercicio, en una ejemplificación más que ilustrativa de la dialéctica hegeliana del Amo/Esclavo, se gestó la respectiva respuesta defensiva a través de la agremiación de aquellos que nutrían las filas de la carrera administrativa pero que no eran Abogados, a decir verdad y en la mayoría de los casos, trabajadores que cumplían con los roles operativos que sustentaban el sistema administrativo de la organización judicial. Asimismo, y a medida que la educación universitaria pública y gratuita permitía el acceso al conocimiento de la clase media y con ello la titulación en las profesiones liberales, los cargos judiciales también experimentaron un grado de apertura respecto de quienes no provenían de familias de poderoso apellido y así, muchos de aquellos que mientras trabajaban en la carrera administrativa pudieron obtener el título de Abogado, finalmente accedieron a cargos medios y superiores, creciendo a través del sistema judicial, inclusive apoyados por la propia estructura gremial. La posibilidad de progreso de individuos de la clase media – paradójicamente, de origen obrero pero con aspiraciones típicamente burguesas – parecía haberse logrado. El Estado fue así una auténtica promesa cumplida de trabajo, igualando en su seno a los hijos del poder y a aquellos que “venían de abajo” …
Ahora bien, en esa evolución, podemos decir que comenzaron a cambiar los protagonistas del juego y algunos detalles de maquillaje pero no las reglas de aquel, no el juego en sí mismo (De cualquier modo, ¿cómo podría cambiar, si se trata de las reglas del Estado?) En efecto, durante mucho tiempo las reglas han sido las mismas y ellas han consistido en la ocupación de los roles judiciales a través de la “designación por conveniencia”, o más simplemente y tal como debe haber obtenido Villamil/Menéndez Hastings su cargo en la película, “a dedo” … (aunque parezca sorprendente, la realización en el ámbito de la justicia de concursos para ocupar los cargos judiciales data de la década de los noventa …). Para ser más gráfico, recuerdo lo que se suele escuchar de boca de varios funcionarios de alrededor de cuarenta años: “En mi época, las cosas eran mejores. Uno iba como Secretario a una oficina y veía si andaba bien con el Juez que estaba, entonces se quedaba. Si no, se iba a otro lugar” … pero éstas son, al fin y al cabo, trivialidades …
Sigamos, y repitamos. Villamil/Menéndez Hastings es Abogada, nombrada como Secretaria; Darín/Espósito y Francella/Sandoval son empleados de carrera. A través de diferentes escenas de la película, el “verticalismo disciplinante” y la distribución del trabajo según un sistema lineal – técnicamente hablando, deberíamos decir “fordista” – quedan patentizados. Y sobre esto, realmente vale la pena detenerse … Los sistemas procesales de resolución de conflictos se clasifican bajo dos modalidades diferentes de acuerdo al interés tutelado, esto es, el sistema dispositivo (en el ámbito civil y comercial, es decir, interés privado) y el sistema de oficio (en el ámbito penal y laboral, es decir, interés público). En el primero y en lo concerniente a la organización del trabajo, conceptualmente los empleados judiciales – los “pinches” – deberían realizar funciones administrativas, los funcionarios judiciales se encargarían de las resoluciones jurisdiccionales y control administrativo de aquellos y los abogados de parte poseerían la responsabilidad de impulsar el procedimiento; en tanto en el segundo, la carga del impulso procesal recaería sobre los órganos estatales especialmente predispuestos para ello y los abogados de parte controlarían la regularidad de los procedimientos. Por supuesto que los esquemas teóricos reseñados sufren alteraciones en su funcionamiento real, observándose las irregularidades – con mayor claridad – en los procedimientos oficiosos. Más precisamente, aquellas conciernen a la vigencia del principio de la “Indelegabilidad de Funciones”, lo cual se conecta con otros temas de idéntica complejidad y álgido tratamiento, tales como la cuestión salarial, la reforma de los códigos procesales y aún más profundamente, con la evolución de la profesión jurídica en general. En efecto, el nombrado principio supone – como ya se dijera – que sólo los funcionarios judiciales ejecutan las tareas que implican la toma de decisiones y que los empleados administrativos llevan adelante las tareas operativas, en todo caso, formándose a través del trabajo de modo tal que en algún momento pueden llegar a desempeñar los cargos directivos. Tal esquema tiene su correlato en el aspecto salarial, habiendo dado origen a la denominada “Ley de Porcentualidad” (la cual se grafica en el declamado aforismo “A igual tarea, igual remuneración”), la cual distribuye la masa salarial del Poder Judicial entre sus diferentes miembros de acuerdo al cargo ostentado. Ahora bien, contrastando teoría administrativa y realidad institucional, ¿resulta posible sostener con algún grado de verosimilitud la vigencia irrestricta del principio de “Indelegabilidad de Funciones” como pilar organizativo del Poder Judicial? O más gráficamente, ¿resulta verdadero que los funcionarios judiciales asumen exclusivamente roles jurisdiccionales y que los “pinches” ejecutan tareas administrativas? No, por supuesto que no (y no se requiere un estudio científico para demostrarlo, apenas basta con una visita a cualquier oficina judicial) … Luego, el principio de “Indelegabilidad de Funciones” es la ficción que una estructura de control social como el Poder Judicial necesita para perpetuar un orden difícilmente modificable de organización laboral y concentración del poder; y también es el fundamento de una forma contemporánea de esclavitud, “la esclavitud de muchos jóvenes profesionales” … en efecto, aquel principio permitió – y permite – la creación de una carrera escalafonaria no meritocrática, sino basada en el mero transcurso del tiempo y organizada a través de innumerables cargos que diluyen la posibilidad de acceso a las funciones directivas respecto de quienes – por razones de elección personal, razones de necesidad económica, o por las razones que fuere – pretenden crecer a través del sistema judicial, a la vez que posibilita la fragmentación de la masa salarial en un esquema piramidal que concentra los ingresos más elevados en las funciones directivas (precisamente, la “Ley de Porcentualidad” surge como instrumento de protección contra dicho esquema de distribución. Cabe recordar que en varias provincias argentinas, dicha ley no se encuentra vigente y eso es todo un dato), como asimismo implica la atribución del control administrativo por parte de los funcionarios sobre los empleados. Otro círculo perfecto …
Ahora bien, la “Indelegabilidad de Funciones” y la “Ley de Porcentualidad” siguen siendo parte de lo mismo, esto es, una estructura organizada deficitariamente, y si bien la Administración Pública – y el Poder Judicial es parte esencial de ella – posee una lógica laboral completamente diferente a la imperante en el mundo privado (inversamente diferente, habría que decir para ser exactos, por cuanto no parece importar la “eficacia” de la tarea sino el cumplimiento de controles formales y el mantenimiento de la coyuntura, a la vez que la carga laboral es mayor en los cargos de menor entidad. Esto último se evidencia sobremanera en los fueros con procedimientos oficiosos), algunos ajustes deberían ser posibles. En efecto, así como la estructura inicial experimentó cierta permeabilidad para los cargos directivos respecto de quienes no provenían originariamente de la “familia judicial”, la complejidad de la sociedad contemporánea, la innovación tecnológica, la masividad de la educación universitaria, el rápido acceso a la información y la superprofesionalización existente en el mundo del Derecho obligan a nuevos cambios. O más claramente: una parte importante de la generación que hoy ocupa los mandos medios y superiores del sistema judicial se formó habiendo ingresado tempranamente al mismo, lo que sumado a la escasez de Abogados formalmente titulados permitía la planificación de una carrera administrativa de realización pausible con expectativas salariales razonables, adquiriendo formación y experiencia a través de una estructura sin demasiados controles formales – piénsese, por ejemplo, en las planillas de asistencia – trabajando a un ritmo de mayor lentitud en función de la menor cantidad de casos judicializados, sin soporte tecnológico de peso (algunos recuerdan con romanticismo la época en que se dictaban las resoluciones a los empleados, la vieja Olivetti y los expedientes cosidos a mano) y con exigencias académicas prácticamente inexistentes. Hoy, la realidad es muy diferente, y aquí traigo a colación aquello de “la esclavitud de muchos jóvenes profesionales” … en efecto, el ingreso al sistema judicial se efectúa cada vez más tardíamente, siendo posible encontrar en los escalafones más bajos de la carrera jurisdiccional (ergo, con los salarios más bajos y mayor carga laboral) personas de edad media con una capacitación sustantiva – en materia jurídica y en otras disciplinas, con varias titulaciones inclusive – e instrumental – en el manejo de nuevas tecnologías – mucho más alta que la existente en personas que ocupan cargos superiores; concomitantemente, el espacio de formación jurídica no lo constituyen más las oficinas tribunalicias, sino que la explosiva oferta académica, tanto a nivel público como privado, permite la adquisición de herramientas teóricas y prácticas con las cuales se superan ampliamente las demandas reales del trabajo cotidiano, creándose toda una generación de profesionales sobrecapacitados, con remuneraciones insuficientes y ocupaciones insatisfactorias. Y éstos son los “nuevos esclavos”, profesionales atrapados en un sistema originalmente dialéctico, esto es, la estructura original del Poder Judicial – concebida a partir de la oposición de clases entre empleados administrativos y funcionarios judiciales – para quienes aquella ofrece una intensificación constante de exigencias, con beneficios mínimos. Hoy, paradójicamente, la mayoría de los empleados administrativos del Poder Judicial son jóvenes Abogados, o lo que es lo mismo, el sistema judicial recluta personas ya formadas, cuya identificación sectorial no se realiza con aquellos que llevan adelante tareas meramente operativas (popularmente, los “ordenanzas”, libres, por ejemplo, de toda carga de capacitación y en muchos casos, percibiendo remuneraciones idénticas y superiores a las cobradas por aquellos que ostentan título profesional) pero tampoco con quienes ocupan los cargos directivos.
Esta nueva composición sugiere varias preguntas: ¿Puede el sistema ofrecer – en las condiciones actuales – alternativas laborales válidas para éstos “jóvenes profesionales”, a la vez que se defiende a ultranza el ficticio principio de la “Indelegabilidad de Funciones”? ¿Puede éste coexistir con la implementación de la “eficacia” como parámetro de trabajo, no entendida en el sentido de cumplimiento de controles formales – como el horario – sino en la garantía de las actividades de gestión? ¿Puede la estructura gremial del Poder Judicial – nacida históricamente para proteger a los empleados de rango más bajo, no letrados – reflejar adecuadamente los intereses del nuevo segmento? ¿De qué modo puede armonizarse el valor “experiencia” representado por el viejo y conservador funcionariado – si es que ello resulta posible – con tendencias de organización laboral más modernas? Y más profundamente, ¿qué grado de voluntad real existe entre los diferentes sectores en una discusión de fondo sobre la misión y diseño institucional del Poder Judicial, en el marco de una sociedad que demanda cada vez más un compromiso ético de la institución y de sus miembros, con resultados claros? (propuestas como las sostenidas por el gremio judicial cordobés, por ejemplo – ingreso a planta permanente de los hijos de quienes se desempeñan como “ordenanzas”, a la usanza de la vieja EPEC – parecen poco serias, como también resulta poco serio pensar que hacen falta diez o quince años de carrera para ocupar el cargo administrativo de Secretario, por ejemplo).-
Avancemos. A lugares menos felices aún …
En diversas escenasde la película, es posible ver el trato imperativo – soberbio, para ser exactos – que dispensa el personaje de Villamil a un tal “Mariano, el pinche de la temporada primavera/verano” En épocas en las cuales el “Mobbing” o acoso laboral es un fenómeno cada vez más conocido y poco a poco el comportamiento cotidiano de magistrados y funcionarios puede ser cuestionado en el propio seno de la estructura judicial en las diferentes provincias, cabría afirmar que si en algo puede considerarse precursora a la misma y a muchos de sus integrantes, es precisamente en las faltas de respeto hacia quienes poseen rangos jerárquicamente inferiores. Así, si bien en todo trabajo se generan naturalmente roces y en la Administración Pública existen claros deberes de subordinación jerárquica, en las oficinas tribunalicias son más que frecuentes las descalificaciones verbales, los traslados forzosos y la escasa tolerancia al ejercicio de los derechos laborales por parte de los empleados (adviértase el creciente número de carpetas médicas que por razones psicológicas y fundadas en los motivos indicados existen en la planta de empleados judiciales en todo el país y se podrá tener una idea del irrespetuoso clima laboral existente. Ni hablar de las carpetas médicas fundadas en el síndrome de “Burn out” u otras causas de desgaste laboral. Ello por sí sólo motivaría otro extenso artículo).
Aquí me permito recordar que alguna vez, alguien me comentó cierta máxima tenida como “regla de oro” en el ámbito tribunalicio: “Perjudicar al inferior para quedar bien con el superior”; que alguna vez, un empleado que hacía preguntas incómodas a los jueces en “cursos de capacitación” fue llamado a la oscuridad de una oficina pública para ser advertido que esas actitudes perjudicarían su carrera laboral; que alguna vez, un empleado o aún un funcionario probo fueron trasladados por meros caprichos personales de un superior; que alguna vez, alguien que legítimamente había ganado un concurso de oposición y antecedentes fue burlado en sus derechos (cualquier semejanza con la realidad sería pura coincidencia) … Probablemente, si mi no renunciada ingenuidad buscara consuelo literario, Michel Foucault me diría que una institución prototípicamente represora como el Poder Judicial no puede tener otra forma de operar y que sin “verticalismo disciplinante” y burocracia extrema, no existiría como tal. Probablemente, Michel Foucault tendría razón, pero ello no ayudaría en nada a quienes sufren o han sufrido situaciones de maltrato y/o desgaste laboral dentro del Poder Judicial y a quienes – en esta doliente Argentina – han sufrido directamente sobre sus personas y/o patrimonios los resultados de la ineficacia judicial. Probablemente, a la vez que Michel Foucault tendría razón, Campanella podría haber hecho un documental directamente político, mostrando las nuevas y viejas historias de complicidad y desdén de nuestro Poder Judicial y de muchos de nuestros respetados Abogados – funcionarios y dirigentes de más alto nivel – pero Campanella hizo un policial con ribetes históricos, se llevó el Oscar y muchos billetes, agradeció en inglés y el Poder Judicial y muchos de nuestros respetados Abogados – funcionarios y dirigentes de más alto nivel – siguen allí, rígidos e inconmovibles, resolviendo, apelando o dando cátedra, en definitiva, perjudicando al inferior, para quedar bien con el superior …
Fuente : http://blogs.clarin.com/reflexivo/
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Todos de espaldas
Santiago Alba Rico
Atlántica XXII
El pasado 15 de diciembre la portada de El Mundo digital informaba del resultado del Concurso Nacional “Top Culos”, patrocinado por una conocida marca de lencería y convocado para “elegir las tres mejores nalgas de España”. Hasta 200.000 culos habían corrido a exponerse, separados de sus cuerpos, a la experta valoración de un democrático jurado popular que a través de internet examinaba y votaba las fotografías de los aspirantes. “Llega una nueva hornada de culos marmóreos”, arrancaba el texto de una noticia cuyo titular, muy elocuente, invitaba a bajar la mirada hacia el reverso ciego de nuestros cuerpos: “Mira qué culos”.
El culo -una palabra que gustaba mucho a Jorge Amado y que no hay que despreciar- es llamado también “trasero” por su posición anatómica retrasada y “posaderas” o “asentaderas” por el servicio ergonómico fundamental que nos presta. Como empezamos por ahí y en realidad no tenemos otra cosa, todas las culturas del mundo elaboran sus símbolos -y sus taxonomías sociales y morales- a partir del cuerpo, pizarra viva de oposiciones lógicas y metáforas espirituales. Lo contrario del culo es la cara. Uno y otra mantienen, por así decirlo, una relación de simetría inversa. Provista de ojos, proa de nuestra verticalidad, sede de la personalidad, condición de toda igualdad horizontal, la cara es el centro simbólico donde se deciden toda una serie de valores humanos universales: el amor, la dignidad, la sinceridad, la libertad, el carácter. Por su parte el culo, que es ciego y no ve nada, está allí donde no podemos verlo y donde sólo pueden verlo los demás si les volvemos y damos la espalda, gesto al mismo tiempo de máximo desprecio, máxima deshumanización y máxima vulnerabilidad. Con razón Sánchez Ferlosio, hablando de padres e hijos, recordaba la diferencia que existe entre dar una bofetada y dar unos azotes: el que golpea la cara golpea “el alma”, el que golpea el culo golpea el “cuerpo”; y por eso precisamente, y a la inversa, la mayor degradación simbólica de la mujer se revela, aún más que en los golpes del maltratador, en el cachetito no agresivo, sino aprobatorio y judicial, con que el jefe o el cliente niegan el alma de la camarera y condescienden a reconocer su culo.
¿Podemos sacar alguna conclusión, aunque sólo sea analógica, de un Concurso de Culos? ¿De una atención colectiva dirigida hacia lo que está abajo y detrás? ¿De la tentación socializada de “dar la espalda” en lugar de “dar la cara” y de mirarse ininterrumpidamente las cegueras en lugar de los ojos?
El concepto básico del sistema freudiano es el de “inconsciente”. Para Freud, el inconsciente -simplifiquemos mucho- era el lugar donde lo reprimido se organizaba a nuestras espaldas para amenazar desde allí, y activar sin parar, el Yo civilizado. Obviamente para Freud “lo reprimido” era lo primitivo, lo instintivo, lo libidinal, todo eso que un vienés puritano de hace cien años identificaba con el “sexo”. También lo llamaba con el neutro e impersonal nombre de Ello, una fuerza arrolladora que, según su delirante discípulo Georg Groddeck, se transformaría, contrariada, negativa o sublimada, desplazada de su lugar, en la estatura de un cuerpo y sus enfermedades, en música, drama, iglesia, palacio, locomotora; en todo lo que, en definitiva, el ser humano ha construido a lo largo de la historia, para bien y para mal. En todo caso, el “inconsciente” -saberse a uno mismo no sabido- se afirmaba como la condición misma de toda operación simbólica y cultural, como el reverso que debía mantenerse “debajo y atrás”, confinado y conocido, para garantizar la existencia de una sociedad propiamente humana.
El capitalismo ha construido un orden social paradójico que reprime los cuerpos -la vejez, la enfermedad, la muerte- al mismo tiempo que libera el Ello. “Lo reprimido” ya no es el sexo; tampoco todo eso que en otras sociedades tradicionales aparecía como vergonzante o secundario: eso, por ejemplo, que llamamos “economía” para legitimar la pulsión del beneficio privado. Todo es ahora visiblemente “trasero”, todo es visiblemente “posadera” o “asentadera”; todo es “espalda” delantera. O como escribe el italiano Massimo Recalcato en El hombre sin inconsciente, ya no hay “inconsciente”; la mercancía anti-puritana puede prescindir de todas las mediaciones y todos los rodeos, de todas las disciplinas y todos los aplazamientos. Curiosamente, en un mundo sin inconsciente, donde se premia al que mejor vuelve la espalda a los demás, todo pasa a ser mecánico, estéril y ciego.
¿Ya no hay “inconsciente”? ¿No hay nada reprimido? Si se invierte una simetría invertida, los elementos intercambian necesariamente sus posiciones. Delante el Ello; detrás el Yo. Reprimida la cara, reprimida la mirada, reprimida la igualdad, reprimida la dignidad, reprimida -incluso policialmente- la justicia. “Lo inconsciente” es ahora la civilización -es decir, el socialismo-, que amenaza desde muy abajo y muy atrás con salvar el mundo.
Fuente : http://www.atlanticaxxii.com/
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Córdoba y su ADN clerical
Se avecina el Bicentenario de la Revolución de Mayo, que para los cordobeses memoriosos implica una mezcla de orgullo nacional y vergüenza provincial. Porque en 1810 Córdoba fue sinónimo de contrarrevolución, realista y clerical. Esa oscura impronta conservadora volvería a gravitar en la política nacional, interrumpida por algunos destellos de rebeldía mediterránea.
2010-03-04 ::
Por Alexis Oliva (*)
La Córdoba conservadora que se opuso a la Revolución de Mayo ha tenido como principal fuente de inspiración a la Iglesia Católica, que paradójicamente también ha proporcionado algunas figuras a la Córdoba rebelde.
Aquella contrarrevolución que en 1810 desafió desde Córdoba a la Primera Junta, fue encabezada por el ex virrey Santiago de Liniers con el apoyo del obispo Rodrigo Antonio de Orellana y el clero local. Al ser sofocada, el propio deán Gregorio Funes -partidario de la gesta de Mayo- intercedió para que no fuera fusilado junto a los realistas, alertando que la revolución "vendría a tomar desde aquel momento el carácter de atroz y aun sacrílega, en el concepto de unos pueblos acostumbrados a postrarse ante sus obispos".
Y así fue que, en palabras de un furioso Mariano Moreno, "respetaron sus galones y cagándose en las estrechísimas órdenes de la Junta" los enviaron a Buenos Aires. Finalmente, Liniers y otros cuatro líderes de la conjura fueron ejecutados en Cabeza de Tigre, pero al obispo Orellana lo perdonaron, fue preso a Luján y pudo terminar sus días al frente de otro obispado en España.
El episodio es emblemático, tanto que el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918 -hito fundacional de la "otra" Córdoba- lo menciona: "Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana. La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo".
El encendido texto coincidía con la caracterización, irónica y metafórica, que a mediados del siglo XIX hacía Domingo Faustino Sarmiento en su Facundo - Civilización y barbarie: "El espíritu de Córdoba hasta 1829 es monacal y escolástico; la conversación de los estrados rueda siempre sobre las procesiones, las fiestas de los santos, sobre exámenes universitarios, profesión de monjas, recepción de las borlas de doctor. (...) ¿Qué mella haría la revolución de 1810 en un pueblo educado por los jesuitas y enclaustrado por la naturaleza, la educación y el arte? ¿Qué asidero encontrarían las ideas revolucionarias, hijas de Rousseau, Mably y Voltaire, si por fortuna atravesaban la pampa para descender a la catacumba española, en aquellas cabezas disciplinadas por el peripato para hacer frente a toda idea nueva; en aquellas inteligencias que, como su paseo, tenían una idea inmóvil en el centro, rodeada de un lago de aguas muertas, que estorbaba penetrar hasta ellas?".
Tan poca mella hicieron esas ideas, que la hermandad entre la jerarquía de la Iglesia Católica y los sectores más reaccionarios de las Fuerzas Armadas tuvo históricamente en Córdoba un escenario privilegiado. Su jornada más triunfal fue aquel "Desfile de la Victoria" de la "Revolución Libertadora", el 22 de septiembre de 1955, días después del derrocamiento de Juan Domingo Perón.
Las calles de "la docta" rebosaban algarabía y olían tanto a pólvora como a incienso, mientras pasaba una enorme carroza con la cruz y la V de la victoria. Con el general Eduardo Lonardi -protagonista- y el arzobispo Fermín Laffite -ideólogo- a la cabeza, soldados, sacerdotes, comandos civiles y monjas, se hermanaban entre la multitud en el festejo central de la gesta contra el -desde entonces- "tirano prófugo", quien curiosamente había privilegiado a Córdoba con su política industrial.
Es elocuente la frase con que ese brillante antiperonista que se llamó Jorge Luis Borges se anoticia a sí mismo en el cuento El Otro: "Buenos Aires, hacia mil novecientos cuarenta y seis, engendró otro Rosas, bastante parecido a nuestro pariente. El cincuenta y cinco, la provincia de Córdoba nos salvó, como antes Entre Ríos".
En su libro Cristo Vence, el periodista Horacio Verbitsky nos recuerda que los tanques rebeldes que "recorrieron las calles de Córdoba y los aviones que la sobrevolaron llevaban pintada una cruz dentro de una letra V, como los aviones que tres meses antes habían bombardeado Buenos Aires" y revela hasta qué punto fue decisiva la participación de la Iglesia en la preparación de un golpe que llevaba el sello cordobés.
Pero también, en La violencia evangélica, refiere que el cristianismo progresista realizó días antes del Cordobazo, en Colonia Caroya, un masivo encuentro nacional de Sacerdotes para el Tercer Mundo, movimiento que tuvo como antecedente un pronunciamiento de fuerte contenido social de tres sacerdotes cordobeses, a través del diario Córdoba, en 1964, respaldado por el entonces rector del Seminario Mayor, Enrique Angelelli.
A esas tensiones se ocupó de aflojarles tirantez ese hábil equilibrista que fue Raúl Francisco Primatesta, quien se inclinaría hacia la derecha cuando le tocó ser el presidente del Episcopado argentino durante casi toda la dictadura iniciada en 1976.
Hoy, la confrontación de Néstor Kirchner primero y Cristina Fernández después con la cúpula de la Iglesia, en asuntos como la despenalización del aborto, la educación sexual, la revisión del terrorismo de Estado y el conflicto del campo, y los desplantes para evitar ser regañados en los tradicionales Te Deum del 25 de Mayo, no son un elemento menor a la hora de explicar el descrédito de los Kirchner frente a la opinión pública cordobesa. O al menos frente a quienes todavía se conmueven con ese vals de Los del Suquía que le canta a la "ciudad de mis amores, antigua y religiosa, la de la bella estirpe y casta doctoral".
(*) Periodista.
Fuente:
http://www.prensared.com.ar/
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Perspectivas acerca del Bicentenario
El país carece de un plan de corto, mediano y largo plazo para su desarrollo.
Salvador Treber.
En la próxima Semana de Mayo (del 18 al 25), se cumplirán dos siglos desde que un puñado de patriotas decidió comenzar a diagramar un nuevo país y sacudir el yugo colonial. No eran muchos los que tenían plena conciencia de lo que iniciaban, pero sin dudas Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli vislumbraban ese objetivo, aunque también conocían los peligros que asumían.
Giovanni Papini, prestigioso escritor italiano, explicaba en su libro Gog que el Mahatma Ghandi, líder máximo de la independencia de su país, era el más hindú de los hindúes porque, a la vez, !era el más inglés de los hindúes! Es que por cursar los estudios superiores de Derecho en Inglaterra, pudo apreciar la inmensa diferencia que había con el régimen colonial de agobio que les imponían.
Las consignas de "igualdad, libertad y fraternidad" que sostuvieron los revolucionarios franceses de 1789 y la flamante república instaurada pocos años antes (1776) en las posesiones británicas de América del Norte, también dejaron huellas en estas tierras y en las mentes de los líderes de Mayo.
La epopeya no era nada fácil, pues implicaba desafiar no sólo a España sino a los principales reyes europeos que, a través de la Santa Alianza, decidieron coaligarse para ahogar todo intento de instaurar gobiernos republicanos por parte de los jóvenes pueblos de América.
Antes y ahora. Pasó mucha agua bajo el puente desde aquellos tiempos heroicos. Dentro del territorio que es hoy la República Argentina, había entonces apenas unos 800 mil habitantes y en la capital del Virreinato, Buenos Aires, no más de 40 mil, con una amplia mayoría de extranjeros. En 1910, habían llegado a 6,5 millones y hoy somos más de 40 millones, de los cuales casi la mitad residen en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal.
Se suele sostener con cierta añoranza que al llegar al Centenario éramos un país exitoso y que en la actualidad, por contraste, cunde una cierta sensación de frustración. En realidad, ninguna de esas aseveraciones se ajusta a la verdad.
Hasta la gran crisis de la década de 1930, el país fue un proveedor de carne y granos del Reino Unido, acompañándolo como "socio menor". Por esa vinculación, recibía alguna dosis de prosperidad. Hasta la infraestructura que aseguraba la llegada al único puerto de ultramar para productos nativos y, en sentido contrario, distribuir al interior los que se adquirían en el exterior, quedó automáticamente obsoleta. Por lo tanto, el eclipse inglés fue también el nuestro. El vicepresidente Julio Argentino Roca (h) dijo en 1933 que económicamente seguíamos siendo una colonia.
El posterior proceso de sustitución de importaciones alcanzó sólo a la industria liviana y nos hizo más dependientes aún de la introducción de insumos, equipos y máquinas para sostenerla.
Por otra parte, un sector económico muy poderoso nunca aprobó los intentos de transformación y José Martínez de Hoz, cuando fue ministro de Economía (1976-1981), sostuvo que "Argentina nunca debió industrializarse". Cuando se le advirtió que en ese caso no menos de 15 millones de habitantes quedarían sin trabajo, no se amilanó y aceptó que ése era !el precio del éxito!
Los seis golpes de Estado que entre 1930 y fines de 1983 interrumpieron el orden constitucional son otros tantos intentos de dar marcha atrás hacia la Argentina agropecuaria. En tales condiciones, era imposible la formación de una clase política capacitada, pues en cualquier lugar del mundo tal objetivo requiere más de tres generaciones para alcanzar un nivel suficiente de capacidad y experiencia.
Signos positivos. Enumerar aspectos que se consideran negativos en nuestra realidad es casi un deporte nacional, sin advertir que, pese a los múltiples factores adversos, hay signos positivos; tal es el caso del producto interno bruto per cápita, que asciende a 14.223 dólares (PPA), según lo estimó el Banco Mundial, lo que representa, con amplitud, el más alto de toda América latina.
En distribución del ingreso, el coeficiente de Gini revela que es notoriamente más favorable que la de Brasil y Chile, además de haber crecido en forma inusitada -62,5 por ciento en el período 2003/08- y tras haber superado sin grandes sacrificios la aguda crisis mundial.
Es muy evidente que se pudo haber logrado mucho más a partir de 1910, pero la repetida ruptura de la normalidad legal y la hegemonía de fuerzas retrógradas lo impidieron. Estos factores retardatarios persisten y esperan la oportunidad para emerger.
En 2010 se cumplen 200 años de la gesta de Mayo y es importante hacer un alto para reflexionar sobre el pasado y extraer enseñanzas que iluminen el presente y garanticen un mejor futuro. Las perspectivas en materia económica son buenas; hay una reactivación en marcha en muchas ramas y un mercado externo ávido demandante de commodities a precios muy favorables.
Sólo persiste un motivo de preocupación: los desencuentros entre los diversos sectores de una oposición casi salvaje, que no ofrece soluciones alternativas. Es cierto que esa actitud es imprudentemente alentada por la reiterada intemperancia de altos funcionarios del Gobierno nacional; por lo tanto, es hora de que todos piensen exclusivamente en el país.
Dado que sería casi criminal frustrar por empecinamiento las buenas perspectivas existentes, cabe exigirles que resignen sus ambiciones personales. La nueva composición de las dos cámaras obliga a negociar poniendo en esa tarea la mayor dosis de buena voluntad. La Constitución prevé el instrumento del veto, pero sería prudente que se lo use lo menos posible; es deseable sustituirlo por el diálogo, siempre más fecundo y creativo.
En todos estos años, no se elaboró un plan de corto, mediano y largo plazo. Es la gran deuda pendiente. Coincidir en esa magna tarea sería un gran aporte, digno del Bicentenario. Ello requiere que seamos serios y responsables, tratando de estudiar a fondo los temas cruciales. Sólo así se podrá proyectar un país con futuro promisorio.
*Profesor de posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ .20.03.2010.-
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La Comunidad Organizada
Marzo 22, 2010. Archivado bajo Peronismo, Política
Por Francisco Pestanha
“Quería yo la unidad nacional para que, cuando fuera necesario sufrir, lo sufriéramos todos por igual, y cuando tiempo de gozar, lo gozaríamos todos por igual también”
Juan Domingo Perón, 1973
En la edición del 29 de noviembre de 1951 del Diario Democracia, órgano periodístico que acompaño la labor de su gobierno[1] [1], Perón escribe un texto que titula: “Una Comunidad Organizada”. Recordemos que los orígenes de la obra que se conoce bajo ese nombre, se remontan a aquel memorable discurso del entonces Presidente de la Nación en oportunidad de la clausura del Primer Congreso Nacional de Filosofía acontecido en el año 1949 en la provincia de Mendoza, y cuya versión completa, “fue publicada posteriormente, ya que en la exposición hecha en tal oportunidad no fue leída en su totalidad”[2] [2]. Según la opinión de Oscar Castellucci, los primeros 16 capítulos del texto publicado en el primero de los tres tomos que recogieran las “Actas” del encuentro, son una inserción posterior, realizada ex profeso de la edición oficial de 1950.
Más allá de tales circunstancias, resulta indudable que aquella pieza contuvo ciertos principios de una verdadera doctrina, “dentro de una amplia exposición del pensamiento filosófico de todos los tiempos.”[3] [3] En tal sentido, se afirma que “en su pensamiento, estuvieron fundadas la idea de democracia, de justicia social y el principio de función social de la propiedad que consagró la Constitución de 1949, adaptados a la realidad argentina y enunciados en un marco de adhesión popular”[4] [4]. No hubo, en oportunidad de presentar la obra, intención por parte de Perón de esbozar una pieza filosófica, sino más bien la de exponer una idea sintética de base filosófica respecto a lo que representaba sociológicamente la tercera posición.”[5] [5]
Al presentar dicho esbozo, alegó el fundador del justicialismo: “No tendría jamás la pretensión de hacer filosofía pura, frente a los maestros del mundo en tal disciplina científica. Pero, cuanto he de afirmar, se encuentra en la República en plena realización. La dificultad del hombre de Estado responsable, consiste casualmente en que está obligado a realizar cuanto afirma”[6] [6]. En el discurso, señaló además una cuestión de cardinal importancia en lo que atañe a la cuestión doctrinaria: “El movimiento nacional argentino que llamamos justicialismo en su concepción integral, tiene una doctrina nacional que encarna los grandes principios teóricos de que os hablaré en seguida y constituye a la vez la escala de realizaciones, hoy ya felizmente cumplidas en la comunidad argentina.”[7] [7]
Coincidiendo con aquellos autores que sostienen que alguna cierta ambigüedad que se desliza en el texto, “se enraíza en una larga tradición de la filosofía como tal, y del pensamiento americano en especial“[8] [8], y además que sin lugar a dudas, la Comunidad Organizada es “el punto de partida obligatorio de cualquier lectura de la obra de Perón”[9] [9], y en tanto, el alfa de la doctrina peronista[10] [10], compartimos también la idea de que “la primera eficacia de la comunidad organizada reside en su valor de gesto, esto es, “en la posición de la filosofía como base de una acción de gobierno y de institución de un proyecto en forma explicita y publica”. Es esta íntima relación entre pensamiento y acción la que en mayor o menor medida representara al primer peronismo: “trasciende (la Comunidad Organizada) de ser un mero discurso de circunstancia, cuando informa las transformaciones profundas que el Justicialismo, en lo espiritual y en lo material, ha traído a la Patria.”[11] [11]
La relación pensamiento-acción en, en Perón, de raigambre vital. Quien fuera tres veces presidente de la Argentina es esencialmente un hombre público que asume sobre sus espaldas el desafió y la responsabilidad de conducir la profunda transformación de un país en el que, durante décadas anteriores, se había operado una profunda revolución estético, cultural y científica[12] [12], que estuvo atravesada por el interrogante respecto a la identidad colectiva, y en tanto, por la cuestión de la nacionalidad.
Durante las primeras décadas del siglo pasado, una profunda revolución artística, ética y estética comenzaba a producirse en todo el país. Era la protagonizada por la llamada “Generación Décima”, que reaccionó agudamente contra el coloniaje y se propuso la búsqueda de un sentido colectivo. Se afirma, en tal sentido, que “la revolución estética y el nacionalismo cultural se expresarán a través de una innumerable cantidad de artistas y autores, en todos los campos del quehacer estético-cultural”. En este sentido resulta emblemático mencionar en este ensayo, ya que resultaría imposible hacer honor a todos los que se lo hubieran merecido, Los bellos paisajes de La Boca de Benito Quinquela Martín y los motivos camperos de las caricaturas de Florencio Molina Campos que conectarán la belleza visual con el sentimiento popular. Esta nueva sensibilidad de minorías y mayorías se verá reflejada, también, en el desarrollo de la música popular argentina (…) la mención de Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Esteban Celedonio Flores, Francisco Canaro, Pascual Contursi, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, entre tantos otros, nos exime de mayores comentarios. El teatro nacional tuvo a Armando Discépolo, Alberto Vacarezza, Samuel Eichelbaum, Luis Arata, entre otros destacados cultores. Juan Alfonso Carrizo y Carlos Vega hurgarán en las raíces de nuestro folklore. Carlos Gilardi, Luis Gianneo y Juan José Castro seguirán la línea de las dos generaciones anteriores en la expresión del llamado nacionalismo musical.
Ese verdadero cauce cultural generado por las progenies anteriores, más las condiciones materiales de exclusión[13] [13], y la acción Británica en el Río de la Plata, confluyeron allí, determinando una epopeya que alteró sustancialmente la vida de los argentinos. En ese preciso marco es en el que Perón, “conecta sus incursiones en la filosofía con su destino de hombre público y con la originalidad de la doctrina cuya base filosófica pretende exponer, no como filosofo profesional sino como realizador político.”[14] [14] Y lo hace en plena conciencia de “que la dificultad del hombre de estado responsable consiste casualmente en que esta obligado a realizar cuanto afirma.”[15] [15]
La “comunidad organizada” es concebida en un clima epocal caracterizado por antagonismos de sistemas opuestos y de clases, y emerge como una propuesta de armonización entre los intereses individuales y colectivos en el marco de una organización estadual que asegure la dignidad de todos, y de una democracia real, donde el único verdaderamente soberano y protagonista es el pueblo. Pero además, dicha “comunidad organizada”, emerge como respuesta y propuesta a otra antítesis de la época, ya que “evidenció una exacta comprensión del conflicto latente que se establecía por entonces, entre el adelanto científico-tecnológico por un lado, y la preservación y exaltación de los valores de la dignidad del hombre, por el otro.”[16] [16]
La Comunidad Organizada a la que refiere Perón constantemente constituye, a la vez, una Nación cuyo concepto presupone indefectiblemente la inclusión del pueblo concreto. Cabe señalar al respecto, que una de las fuentes sobre las que abreva Perón es la producción teórica de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.R.J.A). Como quedara asentado en publicaciones anteriores sobre el tópico[17] [17], las ideas de F.O.R.J.A.[18] [18] nunca fueron ajenas a Perón, y los textos de Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis torres[19] [19], editados por la agrupación, se constituyeron en lectura corriente de ciertos cuadros de la logia militar impulsada por Perón (el G.O.U.).
Una de las grandes conquistas conceptuales de FORJA, en especial de Raúl Scalabrini Ortiz, es aquella que plantea la incorporación del pueblo concreto -las mujeres y los hombres corrientes- al concepto de Nación.
Respecto a la cuestión nacional, Perón sostenía: “En la noción clásica se ha entendido a la Nación como la entidad integrada por población, territorio y gobierno, y al Estado como la Nación jurídicamente y políticamente organizada. Pareciera ser, por lo tanto, que bastan estos conceptos para calificar a la comunidad organizada en el sentido que estamos considerándola. No es así. La diferencia esencial se da en el hecho de que la concepción liberal califica, por un lado, al individuo, y por el otro, a la organización superior. Además, sólo reconoce, prácticamente, el papel de las organizaciones intermedias denominadas partidos políticos. En la acción concreta las organizaciones intermedias que responden a grupos sociales o profesionales han sido calificadas como correspondientes a una concepción corporativista del Estado. (…) La configuración política de esta comunidad organizada implica la creación de un sistema de instituciones políticas y sociales que garanticen la presencia del pueblo en la elaboración de las decisiones y en el cumplimiento de las mismas.”[20] [20]
El lo que refiere estrictamente a texto incluido en esta obra, cabe señalar que algunos autores sostienen que el artículo publicado en Democracia es el que fija incontrastablemente la idea de “comunidad organizada”. A tal efecto, se sostiene que la comunidad organizada aparece aquí como “una comunidad de familias, entendida como la primera organización social del hombre”[21] [21]. En sintonía, se afirma que la “comunidad está fundada en la proximidad, que es al mismo tiempo proximidad física y espiritual. Es un agrupamiento espontáneo y natural, anterior al individuo en el que encuentra el sentido y la realización de los valores de un Pueblo. No puede crearse una Comunidad simplemente se pertenece a ella[22] [22]. Esta definición traza, en primera instancia, un alejamiento conceptual entre comunidad y sociedad, ya que esta última “constituye un agrupamiento voluntario, fundado en un contrato por la adhesión voluntaria de sus miembros, para proteger los “intereses” comunes y las ventajas” que se puedan obtener al pertenecer al grupo societario.”[23] [23]
Perón concibe a la comunidad organizada como un todo orgánico y espontáneo, donde la misión común que persiguen el Estado y el Pueblo, se constituye en el objetivo central; debe, por tanto, establecerse previamente, para en un acto posterior poder organizar los diversos componentes en función de ese fin. El establecimiento de la “comunidad organizada” es consecuencia de su fin último.
Por otra parte, dicha Comunidad, para Perón, es un agrupamiento humano sujeto a valores. La preocupación por la cuestión de los valores humanos es esencial para un Perón que escribe este texto en un marco histórico plagado de antagonismos y pérdida de valores clásicos, sosteniendo que “los valores morales han de compensar las euforias de las luchas y las conquistas, y oponer un muro infranqueable al desorden.”[24] [24]
Dentro de la escala, con reminiscencias claramente evangélicas, el amor al prójimo ocupa el primer lugar: “el amor entre los hombres habría conseguido mejores frutos en menos tiempo del que ha costado a la humanidad la siembra del rencor”. Al respecto, se indica con certeza Perón consideraba al Hombre como portador de valores máximos, como células del bien general, y que era la hora de devolverle al hombre la fe en su misión, inserto en “La Comunidad Organizada a la que debemos aspirar, donde la libertad y la responsabilidad son causa y efecto, en que exista una alegría de ser, fundada en la persuasión de la dignidad propia.”[25] [25]
Un tópico sumamente interesante, lo constituyen las reflexiones que Perón realiza respecto a la libertad. Al concepto de libertad individual que sustenta el liberalismo clásico, el conductor del justicialismo le contrapone la libertad situacional[26] [26], una concepción verdaderamente comunitaria de dicho valor. La libertad del individuo presupone anteriormente la libertad del conjunto. No hay sujetos verdaderamente libres en una comunidad que no lo es. De esta forma, Perón “interpretaba con razón que es muy dificultoso para la persona lograr cierta plenitud o realización en un ámbito inhóspito, refractario o simplemente indiferente. Esa idea la plasmó en una frase que hasta hoy se repite como un acierto de su pensamiento: `Es muy difícil que un hombre pueda realizarse en una comunidad que no se realiza.”[27] [27]
En el articulo publicado el día 3 de febrero de 1951 en el diario Democracia, Perón ahonda en su visión respecto a este valor de carácter situacional, señalando que: “Entiendo que hay dos clases de libertad: la libertad de las naciones, basada en la libre determinación de los pueblos, en la soberanía política y en la independencia económica, y la libertad del hombre, consistente en el respeto de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. Hay, pues, una libertad esencial: la colectiva, y otra que es su consecuencia: la individual. Ello es indiscutible, desde que nadie puede presuponer hombres libres en una nación esclava. Precisamente de ahí parte el Justicialismo cuando, por extensión, afirma que la libertad del hombre en un régimen de explotación, como el comunismo o el capitalismo, es simplemente una ficción. El hombre sólo puede ser libre si se desenvuelve en un mundo libre. Algunos pretenden que los hombres pueden ser libres en una colonia de dominio político o económico. Tesis imperialista tan falaz como cuando el comunismo sostiene que las naciones satélites detrás de la cortina son también pueblos libres de hombres libres.”[28] [28]
En una comunidad organizada, el rol del Estado es fundamental. Es un Estado actor y protagonista, no reducido a un simple agente que garantice el funcionamiento de las leyes del mercado, y menos aún, que responda a intereses sectoriales. Pero a la vez, se rechaza el Estado omnipotente, represor de las iniciativas de los individuos y de las organizaciones. Perón, al respecto, sostenía lo siguiente: “No aceptamos la explotación del hombre por el hombre y menos aceptamos la explotación del hombre por el Estado. Creemos, sí, que la sociedad modernamente organizada debe ser una colectividad en la que el hombre sea atendido y ayudado por el hombre y los hombres atendidos y ayudados por el Estado.”[29] [29]
Publicado en “Política y Estrategia”( 1951-1953) .Vigencias y herencias. Juan Domingo Perón. Ediciones FABRO- IMA. Colección Liberación Nacional
Francisco Pestanha
[30] [1] La publicación fue clausurada por la Revolución Libertadora, pero volvió a editarse entre 1958 y 1962 durante el gobierno de Arturo Frondizi. El diario, asimismo, hizo una fugaz reaparición en marzo de 1973.
[31] [2] Oscar Castellucci: Comunidad organizada y liberación. Ibídem
[32] [3] Alberto Gonzáles Arzac: Pensamiento exógeno y endógeno en la formación constitucional argentina. En [33] http://www.nomeolvidesorog.com.ar/
[34] [4] Alberto Gonzáles Arzac: Ibídem
[35] [5] Juan Domingo Perón: “Conferencia del Excmo. Señor Presidente de la Nación, General Juan D. Perón”, en Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Mendoza, Argentina, Marzo 30, Abril 9, 1949, Tomo I, Bs. As., 1950 (Edición al cuidado de Luis Juan Guerrero, Secretario de Actas del Congreso)
[36] [6] Juan Domingo Perón: Conferencia… Ibídem
[37] [7] Juan Domingo Perón: Conferencia… Ibídem
[38] [8] Armando Poratti: La comunidad organizada: Vigencias y herencias.
[39] [9] Para Armando Poratti: Perón, “en tanto estadista y conductor, tiene algo que bien puede llamarse filosofía , no espontánea sino largamente meditada, una concepción sobre el hombre, la naturaleza la historia, el estado, el poder, las relaciones con la trascendencia que va desarrollando-oralmente y por escrito, sobre todo en los años de exilio”. En La comunidad organizada: Vigencias y herencias.
[40] [10] Oscar Castellucci: “lo que no nos resultaba fácil, en el caso de este texto inaugural al que en otro lugar denomine alfa del peronismo (si aceptamos que el modelo argentino para el proyecto nacional es su omega)”. En: Comunidad organizada y liberación.
[41] [11] Ernesto Adolfo Ríos: “La vigencia Histórica de la Comunidad Organizada”, en La comunidad Organizada, ADRIFER Libros, Bs. As., 2001
[42] [12] Juan W. Wally: Generación de 1940, Grandeza y frustración. Editorial Dunken, Bs. As., 2007
[43] [13] En ese orden de ideas, cabe recordar que durante las primeras décadas del siglo comienzan a converger en las orillas de la gran ciudad tres sectores marginados por diferentes razones, convergencia que, con el tiempo, va a producir un intercambio sumamente trascendental. Confluirán en las orillas de Buenos Aires en primer lugar los orilleros desplazados por la política de progreso indefinido impulsado a partir de 1870: El gaucho y en menor medida el indio. En segundo lugar los orilleros provenientes de las corrientes inmigratorias provenientes del exterior del país y privados de la promesa de tierras. En tercer lugar los orilleros desplazados del trabajo rural a causa de la caída del modelo agro -exportador. Estos tres factores van a converger físicamente y a convivir intercambiando experiencias, expectativas, conocimientos y tradiciones, y naturalmente, desarrollando una serie de conceptos, de ideas que van a ser recogidos por el ideario Forjista. Este factor es clave, ya que FORJA convive y analiza todas y cada una de estas experiencias, articulándolas con algunas elaboraciones provenientes del pensamiento nacionalista de principios de siglo y con el Revisionismo Histórico. Surge así el nacionalismo popular incorporando definitivamente al pueblo en el concepto de Nación.
[44] [14] Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto.
[45] [15] Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem
[46] [16] Alberto Gonzáles Arzác: Pensamiento exógeno y endógeno en la formación constitucional argentina. En [33] http://www.nomeolvidesorog.com.ar/
[47] [17] Francisco José Pestanha: “F. O. R. J. A. De las catacumbas al poder”, en Ernesto Adolfo Ríos (compilador), F. O. R. J. A. 70 años de Pensamiento Nacional (”El Gobierno y el derrumbe”), Corporación Buenos Aires Sur, Bs. As., 2007.
[48] [18] Para comprender cabalmente la labor forjista, pueden consultarse entre otros: Miguel Ángel Scenna: F. O. R. J. A.: Una aventura argentina (De Yrigoyen a Perón), Oriente, Bs. As., 1972; y los tres volúmenes de F. O. R. J. A. 70 años de Pensamiento Nacional, editados por la Corporación Buenos Aires Sur y la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a F. O. R. J. A., durante los años 2006 y 2007.
[49] [19] Si bien es cierto que José Luis Torres no estuvo formalmente afiliado a F. O. R. J. A., alguno de sus textos fueron difundidos en los legendarios cuadernos de la agrupación, del mismo modo que el sótano de la calle Lavalle lo contó entre sus habituales conferencistas.
[50] [20] Juan Domingo Perón: El Modelo Argentino…
[51] [21] Alberto Buela: Bosquejo de la Comunidad Organizada. En [52] http://www.red-vertice.com/
[53] [22] Catalina Pantuso: La maldición de Malinche en la cultura política argentina. En [54] http://www.cepag.com.ar/
[55] [23] Catalina Pantuso: La maldición de Malinche… Ibídem
[56] [24] Juan Domingo Perón: La Comunidad Organizada… ibidem.
[57] [25] Roberto Baschetti: El Primer Congreso Nacional de Filosofía en la Argentina. En [58] http://www.labiblioteca.edu.ar/
[59] [26] Alberto Buela :Bosquejo de la Comunidad Organizada. En [52] http://www.red-vertice.com/
[60] [27] Robeto Baschetti Roberto: El Primer Congreso Nacional de Filosofía… Ibídem
[61] [28] Juan Domingo Perón: “La Libertad”. Articulo publicado en el periódico Democracia el 3 de febrero de 1951.
[62] [29] Juan Domingo Perón: “Disertación en el VII Congreso Internacional de Cirugía, agosto de 1950″ Citado por Catalina Pastuso, La maldición de Malinche… Ibídem
Fuente :
Agenda de Reflexion: http://www.agendadereflexion.com.ar
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Roy Orbison
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Roy Kelton Orbison (Vernon, Texas, 23 de abril de 1936 – Hendersonville, Tennessee, 6 de diciembre de 1988), apodado "The Big O" (también utilizó el pseudónimo "Lefty Wilbury" durante su participación en los Traveling Wilburys), fue un influyente cantante y compositor estadounidense y un pionero del rock and roll, cuya carrera se extendió a lo largo de más de cuatro décadas. Hacia mediados de los sesenta, Orbison fue internacionalmente reconocido por sus baladas sobre amores perdidos, por sus melodías rítmicamente avanzadas, su rango vocal de tres octavas, sus características gafas oscuras y un ocasional uso del falsete, tipificado en canciones como "Only the Lonely", "Oh, Pretty Woman" y "Crying". En 1988 fue situado póstumamente en la Songwriters Hall of Fame.
En cuanto a su apariencia, Orbison ni era albino ni casi ciego, aunque debido al padecimiento desde su infancia de una combinación de hipermetropía, astigmatismo severo, presbicia, anisometropía y estrabismo, debía llevar gafas especiales. En cualquier caso, el uso de sus peculiares gafas de sol fue fruto de un accidente a comienzos de su carrera: tras olvidarse sus gafas habituales en un avión, se vio obligado a usar las de sol, que también tenía graduadas, para manejarse con soltura sobre el escenario donde había de actuar. Llevó esas gafas durante su gira con The Beatles y luego las adoptaría para siempre.
Primeros años
Orbison nació en Vernon, Texas, como segundo hijo de Nadine y Orbie Lee. Tras trasladarse a Fort Worth hacia 1943 para encontrar trabajo en las fábricas de municiones y material aéreo a pleno rendimiento por la Segunda Guerra Mundial, la familia se mudó otra vez hacia finales de 1946 a una pequeña ciudad dedicada al petróleo, Wink. La música fue parte importante de su vida familiar.
En 1949, a los 13 años, organizó su primer grupo musical, The Wink Westerners, y cuando no estaba cantando en ella tocaba la guitarra y escribía canciones. El grupo aparecía cada semana en una emisora de radio, KERB, de Kermit, Texas. Orbison se graduó en la Wink High School en 1954. Estudió en el North Texas State College en Denton, Texas durante un año, y se matriculó en el Odessa Junior College en 1955 para estudiar historia e inglés. Los Wink Westerners tuvieron bastante éxito en la televisión local, actuaron treinta minutos por semana en la KMID y luego en la KOSA. Uno de los invitados a su actuación fue Johnny Cash, quien les facilitaría la firma de un contrato con su productor, Sam Phillips, de Sun Records. Rebautizaron el grupo como The Teen Kings y Orbison abandonó el college en 1956, determinado a hacer de la música una ocupación seria.
Muchas de las primeras canciones que grabó fueron producidas por Sam Phillips, quien además de a Cash producía a Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Elvis Presley. Orbison consiguió su primer éxito comercial en junio de 1956 con "Ooby Dooby", una canción escrita por unos amigos de Orbison en el college. Su canción "Claudette", llamada así por su primera mujer, fue grabada por los Everly Brothers como la cara b de su primer número uno, "All I Have To Do Is Dream". Sin embargo, los sonidos rockabilly y blues de los artistas de Sun no proporcionaron a Orbison demasiado éxito y su carrera pareció estancarse, aun a pesar de que los fans de la música rockabilly tienen sus grabaciones de ese estilo como entre las mejores nunca hechas del mismo.
Durante un tiempo, trabajó en Acuff-Rose Music en Nashville, Tennessee como compositor, y luego consiguió un contrato con la RCA, pero pronto Chet Atkins lo envió a Fred Foster, propietario de Monument Records, con quien firmó tras finalizar su contrato con RCA en 1959.
Auge y declive
En Monument, Foster le animó a que rompiese con su estilo establecido. Bajo su guía, empezó a escribir sus propias canciones solo o en colaboración con Joe Melson y, más tarde, con Bill Dees, desarrollando su característica voz operística, y creando un sonido inaudito en el rock and roll de la época. Su primera grabación, "Uptown", fue un éxito moderado. Con la realización de "Only the Lonely" y su inmediata llegada a lo más alto de las listas de éxitos ((#2 en los Estados Unidos, #1 en el Reino Unido), se convirtió en una estrella internacional. Su siguiente sencillo, "Running Scared" se convirtió en el número 1 en Estados Unidos. A lo largo de su estancia en Monument Records, sus instrumentistas fueron un grupo de músicos de estudio excepcionales liderados por Bob Moore. La combinación de la voz de Orbison con el dinámico y armonioso sonido de la banda dio a las grabaciones de Orbison un sonido único y perfectamente identificable.
Una poderosa influencia sobre contemporáneos tales como The Rolling Stones, en 1963, Roy Orbison encabezó una gira europea con The Beatles, convirtiéndose en amigo de la banda, en particular de John Lennon y George Harrison. Orbison grabaría más tarde con Harrison como parte de los Traveling Wilburys. Durante esa gira europea, un impresionado Orbison animó a The Beatles a ir a los Estados Unidos. Cuando finalmente se decidieron a ello, le pidieron a Orbison que dirigiese la gira pero sus propios compromisos lo impidieron.
A diferencia de muchos artistas, Orbison mantuvo su éxito al producirse la British Invasion en Estados Unidos en 1964. Su sencillo "Oh, Pretty Woman" rompió la hegemonía de The Beatles en el top 10, alcanzando el número 1 en las listas Billboard. La grabación vendió más copias en sus primeros diez días de venta que ningún otro disco de 45 rpm hasta ese momento y seguiría vendiéndose hasta llegar a más de siete millones de copias. Años después, la canción sería parte de la banda sonora de la película Pretty Woman, que lanzó a la fama a Julia Roberts.
Realizó una gira con The Beach Boys en 1964, y con The Rolling Stones en Australia en 1965. Tuvo gran éxito en Inglaterra, consiguiendo tres números 1 y siendo votado varias veces como el mejor cantante masculino del año.
Orbison firmó contrato con MGM Records en 1965, y participó en la película de la Metro The Fastest Guitar Alive, mezcla de musical y de película del oeste, en la que interpretó varias canciones del disco del mismo nombre. Debido a los cambios del gusto musical no logró ningún éxito en los Estados Unidos tras 1967. Siguió siendo popular, pero no regresaría a lo más alto hasta los años ochenta.
Tuvo problemas en su vida personal: muerte de su primera mujer Claudette (Frady) en un accidente de moto el 6 de junio de 1966; en septiembre de 1968 la casa familiar en el lago Old Hickory en Hendersonville, Tennessee fue arrasada por un incendio mientras Orbison estaba de gira en Inglaterra. Dos de sus tres hijos, Roy DeWayne (n. 1958) y Anthony King (n. 1962), murieron como consecuencia del fuego. Su hijo más pequeño, Wesley, de tres años, fue salvado por los padres de Orbison. Conoció a su segunda mujer Barbara en agosto de 1968 en Batley, Inglaterra. Se casaron en Nashville el 25 de mayo de 1969.
Canciones que tuvieron un éxito limitado en Norteamérica, tales como "Penny Arcade" y "Working for the Man", serían números 1 en las listas australianas, y "Too Soon to Know" fue número 3 en Inglaterra. Su popularidad se extendió a Alemania, y grabó su gran éxito "Mama" en alemán. Sus grabaciones fueron muy demandadas en el mercado negro de las zonas separadas por el Telón de Acero. En Francia, fue reconocido como el maestro de la balada de amores perdidos en la línea de su cantante más popular, Édith Piaf. Una versión de "Blue Bayou" cantada en francés por Mireille Mathieu alcanzó lo más alto de las listas francesas. Sus fans en los Países Bajos formaron su club de fans más importante en el mundo. Continuó actuando en Irlanda, a pesar del terrorismo constante. Una versión de la balada popular "Danny Boy" en su disco de 1972 Memphis está considerada como una de las mejores hechas de esta canción.
Su contrato con la MGM finalizó en 1973 y firmó entonces con Mercury Records. En 1976 lo hizo con Monument, pero su carrera languideció hasta finales de los ochenta.
Curiosidades
Aunque falleció en 1988, su popularidad aumentó inesperadamente a principios de los noventa, gracias a la película Pretty Woman, que había tomado de su tema homónimo el título y una de las canciones de su banda sonora.
"You got it" fue su último éxito.
Su imagen en los años sesenta -caracterizada por un peculiar corte de pelo y por sus gafas de sol- sirvió de inspiración al escritor Stan Lee y al dibujante Steve Ditko -creadores de Spiderman- para poner rostro a uno de los villanos más peculiares de los comics del Hombre Araña: El Doctor Octopus.
En 1982 Van Halen versionó el tema 'Oh, Pretty Woman' para el álbum Diver Down.
La reconocida banda irlandesa Westlife ha interpretado en varias ocasiones su gran éxito "Oh, Pretty Woman".
Videos :
http://www.youtube.com/watch?v=0rlB_q6lJ5A
http://www.youtube.com/watch?v=mBrbpWwWafQ
http://www.youtube.com/watch?v=Uw0fngpM2GY
http://www.youtube.com/watch?v=0e3Wu8lP0WE
http://www.youtube.com/watch?v=tKAUtHOupzk
Sitio Web: http:// RoyOrbison.com
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La Presidenta sexy
*POR JUAN CARLOS VOLNOVICH
**(Psicoanalista)
En el momento de jurar como Presidenta de los argentinos, Cristina anticipó que, seguramente, a ella le iba a resultar más trabajosa su función por elhecho de ser mujer. No pudo avizorar, entonces, hasta qué punto la iba a convertirse en una misión imposible. No sólo por sucondición de mujer, No por victimizarse detrás de una identidad devaluada, sino por ser mujer a su manera.Mujer sin atenuantes que ejerce sin atenuantes el Poder. Hay en eso algo más que una cuestión de estilo. “Mujer sexy en el máximo poder de la Nación” es un problema de estructura. Y tal pareciera ser que esa característicadespierta un plus de odio. Se vuelve insoportable. De modo tal que esa iravisceral no se explica sólo como reacción a una política equivocada orespuesta indignada por la desilusión o la defraudación, no se agota en las razones.Lo insoportable se funda en la evidencia de una mujer sexuada que ejerce el Poder sin disimulo: que no apela a los estereotipos maternales que pudieran dulcificar su gestión. En ella, ese amor hacia los hijos no se vuelve virtud pública. Cristina renuncia a una abnegación que bien pudiera aligerarla y,así, tomar distancia de un modelo Bachelet o de un modelo Ángela Merkel, tan protectoras, ellas; tan maternales, tan trajecito sastre, tan antídotocontra la lujuria. Lejos de instalarse en el camino de una reina madre, deuna reina virgen, elude ese otro prejuicio patriarcal que supone a lasmujeres tontas pero sabias para la intriga y, sobre todo, expertas en elusufructo vicario del poder masculino. No es una Isabelita, ni tampoco una Evita, gorrión del General, que vive sólo para él y por él y que, llegado el caso, renuncia a los honores pero no a su puesto de lucha.Cristina no es una Hillary Clinton frustrada en el momento de dar el gransalto. Tampoco una Margaret Tatcher o una Golda Meier virilizadas por lafunción y administrando el poder de la misma manera que pudiera hacerlo un hombre.
Cristina es una mujer sexualmente atractiva, que tiene hijos y tiene marido. (No un príncipe consorte ni un padrino protector). Y, además, ejerce el Poder Supremo de la Nación y no elude, no seduce, no apela a las “malasartes” femeninas, no se refugia detrás de los varones poderosos y, paracolmo, levanta el dedo como Lenin. Ella ejerce el Poder y nos hace saber en cada momento quién es la que manda mientras genera como respuesta eseinterrogante airado de “¿Pero quién se cree que es?” Y no se trata de una creencia ni de un problema ontológico. Ella no es pero sabe muy bien queestá en el ejercicio de la Presidencia de la Nación y… nos lo recuerda.De modo tal que no son los enemigos los que cuentan. Después de todo ¿quépolítico no tiene enemigos, adversarios, contrincantes? Pero esa irairracional que le hace perder la compostura a la gente “bien”, ese exceso de indignación, ese “no me la banco”, “no lo soporto”, “la detesto”, viene deotra parte.
Ese plus de odio habita en aquellos que se sienten agraviados,testigos involuntarios de valores mancillados.Son las consecuencias, inevitables, de una estructura patriarcal resentidaen sus cimientos cuando una mujer sexy, no madre, no puta, no macho, nadatonta, se ubica en la punta de una pirámide jerárquica.-
*Dr. Juan Carlos Volnovich
Médico, estudiante de Psicología, desde el comienzo de su actividadprofesional (1964) se dedicó al psicoanálisis de niños. Formado en elInstituto de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina,renunció en 1971, integrando el Grupo Plataforma. Desde 1964 hasta 1971 fue médico concurrente del Departamento de Niños del Servicio de Psicopatología del Policlínico de Lanús. Durante los años de la dictadura militar en laArgentina (1976-1983) trabajó en el Servicio de Psiquiatría del HospitalPediátrico "William Soler" en La Habana, Cuba. Colaboró con numerososorganismos de Derechos Humanos en Argentina y en el exterior, especialmente con Abuelas de Plaza de Mayo. En la actualidad investiga la relación delpsicoanálisis con las teorías feministas.
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Política Latinoamericana . 3/04/2010
El progresismo y Malvinas
Por Enrique Lacolla
Todo es según el cristal con que se mira. El de nuestros progresistas suele estar bastante empañado.
Esta vez el nuevo aniversario de Malvinas no ha encontrado mucho eco en la prensa. Sin embargo, la naturaleza del momento por el que se está pasando en el viejo contencioso del Atlántico Sur merecía algo más que alguna mención anecdótica vinculada a las vivencias de los sobrevivientes del conflicto, como la que dedica La Nación a dos veteranos, uno argentino y el otro británico. Más allá de lo aleccionadora que resulta la comparación en lo referido al trato que uno y otro recibieron después de la guerra y a la forma en que el Estado favoreció –en el caso del inglés- o limitó -en el del argentino- las posibilidades de reingreso de ambos a la sociedad, falta, en esta como en otras evocaciones, una reflexión abarcadora que encuadre al problema en las líneas generales de la historia y de la actual configuración global. La prospección petrolífera que empresas británicas han comenzado en aguas del archipiélago, las protestas de nuestro gobierno, la cerrada negativa de su homólogo de Londres a tomar en consideración el tema de la soberanía y la toma de posición unánime de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en el sentido de respaldar el reclamo argentino en el asunto, son aspectos que deberían ser mencionados en cualquier referencia al aniversario cumplido el pasado viernes. El vigor con que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva manifestó su disgusto ante la inoperancia de las Naciones Unidas para forzar una negociación en este caso de coloniaje practicado por el Reino Unido a 14.000 kilómetros de distancia de sus costas, es también un dato que debería haber sido tomado en cuenta, en tanto representa una señal proveniente de una potencia mundial, de momento la más provista de fuerza diplomática para propulsar la unión iberoamericana.
Más inquietante aun resulta la desatención de Página 12 respecto al mismo tema. Este diario, de brillante concepción periodística, en su edición del 2 de Abril no hizo (o al menos no presentó en ningún lugar destacado) mención alguna al aniversario que se cumplía y al problema austral. Al día siguiente se limitó a informar sobre el discurso de la presidente Cristina Fernández en Ushuaia y a ofrecer algunas breves notas complementarias, de las cuales la más extensa era una dedicada a los castigos infligidos a los conscriptos de manos de la propia oficialidad durante la guerra. Este órgano de prensa que apoya al gobierno de Cristina Fernández y que hace gala de un progresismo de izquierda muy atento no sólo a los derechos humanos sino también a los temas vinculados al aborto y al matrimonio gay, no pareció encontrar conveniente o importante ocuparse a fondo de este asunto de relevante interés nacional. Y esto nos lleva a una vez más a interrogarnos acerca del papel que el progresismo, o cierto subgénero del mismo que gusta adornarse con ese apelativo, desempeña en las luchas por la liberación nacional.
No hay duda que en el caso de Página 12 sus editores han sabido sacudirse la intransigencia abstracta de muchos grupos de izquierda que no logran nunca acomodar sus objetivos a la realidad y que, por consiguiente, en situaciones señaladas por un avance popular enmarcado en límites burgueses, terminan jugando objetivamente a favor de la reacción al plantear, con carácter ineludible, exigencias que romperían antes de tiempo el provisorio frente popular que se ha formado. Pero esa superación a la que aludimos en el caso del matutino que mencionamos, no llega a asumir del todo aspectos tan esenciales como la comprensión dialéctica de los procesos sociales y, en especial, la significación decisiva que tiene la cuestión nacional en la definición de estos últimos. La geopolítica, otro factor esencial para la construcción de un destino comunitario, suele ser ignorada olímpicamente en cualquier evaluación que, desde el ángulo del espectro ideológico al que nos referimos, se ocupe de medir y evaluar las circunstancias en las cuales se ha de desarrollar el proceso social. De alguna manera la izquierda “pura” (“pura” en el sentido de su intransigencia ideológica y ética sin tachas) parecería estimar que ese vocablo está asociado de forma inexorable a las teorizaciones nazis sobre el Lebensraum o espacio vital y considerarlas por lo tanto como abominables y desechables.
La cuestión no es así, desde luego. No sólo porque la geopolítica suministra indicaciones válidas acerca de cómo una “causalidad espacial” de carácter geográfico contribuye a determinar los desarrollos de la política de poder, sino también porque sus principios son comprendidos y asumidos por las élites dirigentes de las grandes potencias, que obran en consecuencia y cuyos actos nos afectan. El mundo de hoy brinda una gran variedad de ejemplos acerca de cómo la geopolítica está presente en la evolución de las relaciones internacionales. Libros como los de Zbigniew Brzezinski El Gran Tablero Mundial o El dilema de Estados Unidos exponen claramente y casi sin eufemismos las líneas directrices de la actual política exterior norteamericana. A nadie se le puede escapar el carácter geopolítico que tienen acciones como la fragmentación de la ex Yugoslavia, el aliento a la disolución del ex imperio soviético a través de las “revoluciones naranja”, el cerco misilístico a Rusia, la desestabilización del Tibet como intento de amedrentar a China, la presencia estadounidense en Afganistán e Irak; el valor de Israel como bastión de la influencia occidental en Medio Oriente y la implantación de bases norteamericanas en Colombia.
Pretextos como el narcoterrorismo o el fundamentalismo islámico para excusar el intervencionismo militar en el tercer mundo no deberían convencer a nadie, toda vez que las políticas aplicadas para reprimirlos, lejos de conseguir su supresión, los exacerban y sirven en realidad para justificar los desplazamientos imperialistas con el manto de un hipócrita barniz moral. En efecto, más que en domar esos males, las políticas empleadas para reducirlos están pensadas, el fondo, para incentivarlos. La persistencia del problema de la droga permitiría dormir la capacidad de resistencia o las veleidades de insurrección de la creciente masa de desarraigados que el sistema produce en su propio seno a medida que avanza la concentración de la riqueza en unas pocas manos; por otro lado, la guerra infinita y de baja intensidad contra los rogue states y los outlaws fundamentalistas es el elemento ideal que el imperialismo necesita para explicar su presencia en los rincones del globo dotados de mayor valor geoestratégico.
La impotencia ante la realidad
Es esta incapacidad de la progresía para valorar la complejidad de factores que componen la realidad lo que explica su impotencia. Immanuel Wallerstein se interrogaba hace poco sobre la renuencia de la izquierda brasileña en apoyar a Lula. Analizando una serie de reportajes publicados por el principal periódico de izquierda de ese país, Brasil de Fato, a cuatro intelectuales progresistas a propósito del trigésimo aniversario de la fundación del PT, Wallerstein observa que su resistencia al gobierno de Lula proviene en gran medida de la incapacidad que la izquierda tuvo siempre en el sentido de seguir siendo popular y al mismo tiempo permanecer a la izquierda del espectro ideológico. Para estos observadores el “lulismo” ha abandonado los principios y los objetivos políticos que enarbolara para llegar al gobierno, se ha convertido en uno más de los partidos que forman parte de la “mermelada política” brasileña y se ha mimetizado con el conservadurismo y el populismo.
Sin duda que la política económica del gobierno del PT es pragmática y en gran medida aplica o ha aplicado recetas neoliberales, moderadas por un programa de centro izquierda de corte pequeño burgués; pero al mismo tiempo ha seguido incrementando el potencial industrial de su país, lo ha proyectado al nivel de una potencia económica de primer plano en el concierto mundial y, sobre todo, ha desplegado un dinamismo en su política exterior que ha hecho que Fidel Castro exalte la forma en que “ese trabajador metalúrgico (Lula) se ha convertido a sí mismo en un distinguido y prestigioso hombre de estado cuya voz es escuchada respetuosamente en las reuniones internacionales”. En otras observaciones de Castro respecto a Lula sólo cabe encontrar expresiones de cálida amistad y respeto, y una actitud comprensiva respecto de las inevitables concesiones que el mandatario brasileño debe hacer al pragmatismo político, inclusive en lo referido a la producción de etanol.
¿Qué explica la diferencia de actitud entre los intelectuales de izquierda que se separan de Lula o lo condenan, y la de un conductor cuyos pergaminos revolucionarios no discute nadie?
Es bastante simple: los progresistas latinoamericanos (y de otras latitudes), descritos en términos genéricos, adolecen de un temor al populismo que no es otra cosa, en última instancia, que la expresión de su incompetencia política y su miedo a ejercer el poder. Son tan exigentes que la meta que se ponen delante de sí les es siempre inalcanzable. Pero mientras tanto se sienten cómodos en el trono de la indignación moral, que en algunas ocasiones no deja de ofrecer buenos réditos económicos. Fidel, en cambio, es un revolucionario realista abierto a la comprensión de la complejidad de las cosas.
Esa exquisitez que se arropa en una ética que se supone inmarcesible es lo que suele confundir a la progresía respecto a episodios como el de Malvinas. En cualquier evocación de ese acontecimiento se preocupan en primer término por resaltar el carácter oportunista que tuvo la operación, que habría estado forzada por una fuga hacia delante de la dictadura, derivada de lo cada vez más insostenible de la situación interna de nuestro país. El progresismo asimismo hizo un acompañamiento vergonzante a los intentos de “desmalvinización” como los protagonizados por los gobiernos constitucionales que siguieron a la dictadura y que tuvieron su reflejo cinematográfico en películas como Los chicos de la guerra e Iluminados por el fuego.
En efecto la desmalvinización, iniciada en 1982, cuando el gobierno militar escondió a los veteranos que volvían del archipiélago impidiéndoles recibir el homenaje popular que merecían y que habría actuado como bálsamo de las heridas físicas y psicológicas que sufrían, fue proseguida por los gobiernos constitucionales que siguieron a la dictadura. De una manera lateral, pero de una forma también perversa, el progresismo en general contribuyó a esa desmalvinización a través de la “compasión” en que envolvió a los “chicos de la guerra”, convertidos en víctimas sacrificiales de un emprendimiento que no habría tenido pies ni cabeza y que habría sido montado por la dictadura tan sólo para salvar su propio pellejo embarcándose en una aventura militar que se presumía fácil.
Ahora bien, más allá de la imbecilidad de este último cálculo, derivado del infantilismo de creer en el apoyo que la causa Malvinas encontraría en Washington, no parece probable que haya sido el solo oportunismo el factor que determinó el desembarco. Se trató de una operación planificada y que respondía a determinaciones geopolíticas de bulto, como la presunción de la existencia de grandes reservas petrolíferas en la cuenca Malvinas, presunción que había llevado a Gran Bretaña, desde 1975, a poner en una vía muerta a las negociaciones en torno del destino de las islas.
La escasa o nula disposición de nuestros progresistas para percibir este dato, se da de la mano con su incapacidad para comprender el carácter dialéctico del acontecer histórico. Pues lo de Malvinas se puso de manifiesto, desde un primer momento, como una de esas paradojas monumentales que Hegel denominó “ironías de la Historia”. Que un gobierno militar de un anticomunismo acérrimo y enfeudado a Estados Unidos se atreviese a enfrentar al principal aliado de este y a romper la homogeneidad –presunta- de la alianza occidental de la cual ese gobierno creía formar parte desde una posición subordinada, era un acto de una torpeza tan supina que no podía sino trastocar los elementos que configuraban la posición de la Argentina en el mapa, poner de manifiesto cuál era la fuerza real a la que el país debía enfrentarse y donde estaban los aliados que requería. Así las cosas, los verdugos de la guerrilla guevarista de pronto hubieron de encontrarse abrazados a Fidel Castro a través del canciller Nicanor Costa Méndez…
¿No es este un proceso formidable para extraer lecciones de él? El progresismo cree que no. En realidad ni se plantea leer lo acontecido como un proceso. Más bien entiende que las cosas son como son, que no evolucionan, que quien fue “malo” una vez ha de serlo siempre y de la misma manera. No comprende que la realidad es multifacética y cambiante y que, si bien es necesario poseer una línea conductora que resguarde los principios a los que se quiere servir y las metas a las que se pretende alcanzar, esa directriz no está allí para paralizarnos en una actitud admonitora y estatuaria, sino para sostener como una flexible columna vertebral los movimientos a que se ve obligado a hacer el cuerpo.
Se trata de un viejo dilema que recorre la práctica política: cómo adaptarse a la sinuosidad del camino sin derrapar ni perder el rumbo. De cómo se lo vaya resolviendo dependerá mucho de lo que para nosotros se fraguará en el futuro.
Fuente: http://www.enriquelacolla.com.ar/
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Lo profundo en Macri
Por Sandra Russo
Podría haber sido apenas un intento de estrategia para desviar la atención del escándalo de las escuchas clandestinas, ahora que está cerca el llamado a indagatoria. Acá se confunde mucho todo. Acá en la Capital, digo. Macri confundió siempre la iniciativa política con una conferencia de prensa a la que vayan todos los grandes medios. Su naturaleza le hace confundir las cosas. Es un hijo electrónico de la videopolítica, un funcionario de la nueva estirpe, que es la que no gasta la suela de los zapatos en el territorio sino la cuenta corriente en consultorías.
Ellos creen que los medios son todopoderosos, y que son la clave del éxito. En junio, De Narváez vio el milagro y reforzó la fe en la especie. Los hijos de la videopolítica, asesorados por remanentes de los ’90 como Jaime Durán Barba, desprecian profundamente la política y hasta subjetivamente funcionan como empresarios. Creen que todo en la vida es cuestión de marketing: de la personalidad ha quedado viva apenas la imagen, que se puede colorear a gusto sólo con ser anunciante en los grandes medios. A veces ni siquiera hace falta. Se impone la solidaridad de clase, la única forma de solidaridad que respetan.
Con todo el gabinete alrededor, anunció su proyecto de encarcelar a trapitos y encapuchados. Nombró eso como “plan de seguridad”, en un primer deslizamiento de sentido tan burdo, que sólo puede pergeñarse desde la sobreestimación de la propia impunidad.
La seguridad de la Capital no está amenazada ni por trapitos ni por encapuchados. Más bien se trata de dos simplificaciones profundamente discriminatorias, como se ve en el hecho de pegarlas con moco a la inseguridad. Debajo de los trapitos y las capuchas hay personas que Macri no ve como tales y a quienes no les reconoce derechos. Los trata como si no tuvieran espíritu, como si fueran los extras de Thriller, bultos en las calles, la famosa masa indivisible.
Macri no quiere gobernar para nadie que no pueda pagarse un colegio privado. Ahí ha plantado su bandera. Busca empatía en esos sectores acomodados porteños, y en los medios, naturalmente, donde siempre un paso de baile garpa más que andar tocando timbre. Como esta vez tenía que justificar un proyecto innecesario e inesperado, alguien le dijo: “Decí que tocaste timbres”. Es decir: Macri afirma recoger un clamor vecinal cuando propone mandar a la cárcel a trapitos y encapuchados.
El diálogo que mantuvo con Nelson Castro en Radio Mitre quedará para la historia de la videopolítica, también como fenómeno en caída libre. Este país está, pese a los medios, politizado como nunca antes en la democracia, y ésa es una grieta del poder que mantiene en suspenso la Ley de Medios. Los griegos dirían que es hybris: el pecado del exceso. Mientras mantuvieron la ficción de “la independencia”, pudieron trabajar tranquilos en el tallado de la opinión pública, predisponiéndola bien o mal de acuerdo con sus intereses. Pero se pasaron de rosca. Su sobreestimación se correspondía con una subestimación cerril de la capacidad deductiva y reflexiva de las audiencias. A veces uno acepta que le mientan, pero sin que se dé cuenta. Todo debe funcionar de acuerdo con ese contrato en el que emisor y receptor se mecen creyéndose un relato. Pero cuando la realidad mete la cuña, cuando la evidencia del fraude informativo es ostentosa, una parte aún imprecisa del público se retira de escena.
Nelson Castro le dijo que el anuncio le había parecido “oportunista” porque parecía salir al cruce de un nuevo escándalo a raíz de la Policía Metropolitana, y que le hacía una objeción, porque meter presos a trapitos y encapuchados no le parecía una medida “profunda”. Hasta ahí todos entendimos lo que quería decir Nelson Castro, porque a muchos el anuncio de Macri nos parece, además, cosmético, si no es más que barrer la mugre debajo de la alfombra. Pero Macri contestó: “¿Qué me está pidiendo? No podemos matarlos a todos. Eso es inaplicable”. Nelson Castro se quedó estupefacto.
La profundización del modelo macrista, según el entendimiento del líder partidario, sería matarlos a todos. Sería inaplicable, en efecto. Es la utopía de la ultraderecha que representa Macri. Son declaraciones fundantes de esa ultraderecha ideológica que no cree ni siquiera que los pobres están para que los exploten. La robotización los hace innecesarios. Sobran, molestan. Se trata de eliminarlos desmantelándoles los hospitales y abandonando sus escuelas, quitándolos de la agenda. Se los elimina también cerrando los talleres culturales, los merenderos, los clubes, quitándolos del presupuesto. Pero hay un plus en la ideología que a su pesar, pobre, despliega Macri, que lo lleva más allá. El los ataca hasta donde puede. Una solución final no daría bien en las encuestas, pero es lo que se le ocurre, antes que más trabajo o más educación, cuando se le habla de “profundidad”.
La videopolítica de la que Macri es producto depara estas sorpresas. El que imita a Freddie Mercury puede llegar al gobierno diciendo diez frases hechas y puede ser alguien para quien “matarlos a todos” tenga el problema de ser “inaplicable”. Mientras tanto, con la Ley de Medios suspendida por jueces que fallan políticamente, la grieta crece. Se filtra y derrama la militancia y la conciencia generalizada de ser idiotas útiles de entrevistados y entrevistadores. Se mete la cuña, se hace palanca con la evidencia de que por ahí no es sino en la calle.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/contratapa/13-143163-2010-04-03.html
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La historia del Indio Arbolito, por Osvaldo Bayer
Acá está la historia del indio Arbolito, vindicador de los ranqueles, asesino del Coronel Rauch. Para saber de dónde viene el nombre de la excelente banda homónima y para preguntarnos si no tenemos que hacer un borrón y cuenta nueva definitiva con los nombres de calles, pueblos y ciudades.Todo relatado por el historiador Osvaldo Bayer. Gracias Don Osvaldo….“En el año 1826, el gobierno de Bernardino Rivadavia, contrató al oficial prusiano Rauch, nada menos que para matar indios, su misión era limpiar la pampa bonaerense de los ranqueles, esos hermosos indios que poblaban estas zonas con absoluta libertad.Bien, este oficial prusiano comenzó la liquidación de estos indios, y se guardan sus partes militares que hablan de su profunda sabiduría. Por ejemplo, dice que los indios ranqueles no tienen salvación porque no tienen sentido de la propiedad, también señalaba que los indios ranqueles eran anarquistas, así tal cual.
Bien, él se adelantaba, era un oficial prusiano muy valiente, se adelantaba a sus tropas 200 metros por lo menos blandiendo su espada y se encontró con la horma de su zapato, porque después de haber escrito un parte donde decía “hoy hemos ahorrado balas, degollamos a 27 ranqueles”, un indio joven, apuesto, alto de pelo largo, al que llamaban “Arbolito” lo estuvo esperando en una hondonada, y cuando pasó este coronel a toda velocidad en su corcel, se le fue detrás, le boleó el caballo, cayó el militar europeo, y el indio Arbolito cometió el sacrilegio de cortarle la cabeza. Así vengaba a tantos de sus compañeros de las pampas.La Ciudad de Buenos Aires recibió con toda pompa el cadáver del militar europeo muerto de esa manera. Señalan los historiadores que fueron las exequias, las ricas de todo ese período argentino.Arbolito se perdió en la inmensidad de las pampas, ya nadie lo recuerda. La ciudad donde ocurrieron los hechos se llama hoy Coronel Rauch, y muchas calles recuerdan al oficial prusiano, pero ninguna a ese héroe de las pampas… el querido Arbolito”.
Osvaldo Bayer. 13-11-2005.-
Fuente: http://www.bt2c.com/blog/
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Humberto Costantini, Cuentos completos
Uno de los mejores exponentes de la literatura argentina y, al mismo tiempo, uno de los menos reconocidos, Humberto Costantini, no tiene todavía una edición completa de sus obras. Ediciones ryr sacará a la luz el próximo mes un primer volumen con la totalidad de los cuentos del gran escritor. En esta sección de El Aromo ofrecemos al lector un adelanto, compuesto por un fragmento del prólogo de Rosana López Rodriguez y un cuento de Costantini.
Humberto Costantini, único hijo de una familia proveniente de Italia, de origen judío sefardí, nació el 8 de abril de 1924 en la capital argentina. Pasó su infancia en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, pero su profesión, médico veterinario, lo llevará a radicarse por un tiempo en Lobería, provincia de Buenos Aires. Casado con Nela Nur Fernández, tuvieron dos hijas, Violeta y Ana. En 1953 regresó a Buenos Aires donde, dos años, después nacería el último hijo del matrimonio, Daniel. En el duro oficio de mantener una familia, el de “veterinaria” fue sólo uno de los varios que debió desplegar. La literatura sería, por el contrario, una pasión permanente.La escasa consideración que Costantini ha merecido por parte del gran público argentino contrasta, sin embargo, con su éxito internacional. De dioses, hombrecitos y policías vendió un millón de ejemplares en la entonces URSS y La larga noche de Francisco Sanctis ya llevaba, en 1987, cuatro ediciones en inglés, una en noruego y otra en hebreo. El resto de su producción conoció también otros países y diversos idiomas: alemán, finlandés, polaco, búlgaro, ucraniano, sueco.En 1987 falleció dando una dura batalla contra una enfermedad que le dejaba poco tiempo para lo que más quería: escribir. No por casualidad, su última hora le llegó en eso: solía decir que mientras no terminara la novela en la que estaba entusiasmado, no se iba a morir. Lamentablemente, no fue así y nos dejó inconclusa la historia de una prostituta judía atrapada en las redes de la Zwi Migdal, dos tomos aún inéditos con título La rapsodia de Raquel Liberman. Sin embargo, contra toda tristeza y toda tragedia, su pronóstico se ha cumplido, porque su escritura nos ha dejado un hombre que nunca terminará de morir. Entre 1924 y 1987, su vida y esa obra.Su primera publicación fue un libro de cuentos, De por aquí nomás, en 1958. Los que siguieron (1963) fueron los de Un señor alto, rubio, de bigotes. Un año después llegó el teatro, con Tres monólogos (“Estimado prócer”, “La llave” y “Un señor alto, rubio, de bigotes”). Su primer poemario data del ’66, Cuestiones con la vida. Otro libro de cuentos sale a la luz en el ’67, Una vieja historia de caminantes. Háblenme de Funes, de 1970, constaría de tres novelas breves, como veremos, con modo en disputa: prosa poética o poesía narrativa. En 1973, escribió el Libro de Trelew, un homenaje épico a los compañeros fusilados el 22 de agosto de 1972 en la cárcel homónima. Más cuestiones con la vida es el segundo libro de poemas, del año 1974, una edición aumentada de la primera, con varias revisiones. Fue el número 5 de la colección La pluma y la palabra, de la editorial Papeles de Buenos Aires, dirigida por Roberto Santoro. Bandeo (1975) es la última colección de cuentos publicada antes del exilio, en junio de 1976. De dioses, hombrecitos y policías, una novela escrita en la dictadura, mientras el autor se veía obligado a escapar de la persecución política, a vivir en la clandestinidad y a contar a los compañeros caídos, se publicó en México en 1979. Ésta, como en su momento Mascaró, de Haroldo Conti, compañero de militancia, fue Premio Casa de las Américas en 1979.En México volvió a la producción teatral con Una pipa larga, larga con cabeza de jabalí de 1981, una obra para niños que ese mismo año recibió el Premio Nacional de Teatro. Su segunda novela, La larga noche de Francisco Sanctis, de 1984, precedió la publicación de los cuentos de En la noche, un año más tarde. Dos de ellos ya habían sido premiados: “Cacería sangrienta o la daga de Pat Sullivan” había ganado el Concurso Hispanoamericano de Cuentos de Puebla (en 1978) y “Fin de semana”, el de la revista Plural, en 1982. Durante su exilio dirigió talleres literarios, fue secretario de redacción de unomásuno desde el momento de su fundación en 1977, e hizo programas en radio.
Regresó al país en 1983, trayéndose Chau, Pericles, que se editó en 1986 junto con sus otras obras teatrales. Una reflexión acerca de la devastación de la sociedad y la cultura argentinas después de los ’70, de cuya superación Costantini se manifestaba pesimista: “los griegos están esperando desde hace 2.500 años la repetición de su prodigio. Nosotros, que hemos gestado hechos como un cuento de Borges, un tango de Arolas, una zamba de Dávalos y Falú, ¿podemos estar tan seguros de que esos lujos de la cultura argentina volverán a repetirse?” (1) Sin embargo, ya en el país, el autor reconocerá su fe recobrada por la democracia burguesa, insinuando una respuesta positiva. (2)Costantini, un apasionado de la “música ciudadana”, también compuso letras de tango y milongas, algunas de las cuales llegaron a grabarse. Una de ellas puede apreciarse en la página cultural de La Razón, de 1985, donde se publicó la “Milonga de aquella yunta”, con música del compositor Osvaldo Avena, donde se canta el encuentro entre “Mate Cosido” y Juan Bautista Bairoletto.
Escritor por vocación, Costantini se involucró activamente en política desde su época de estudiante universitario, ligado al Partido Comunista y enfrentado a la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación de derecha católica que funcionó como fuerza de choque del peronismo. Así y todo, mantuvo serias discrepancias programáticas en torno a la dirección burocrática y stalinista y, finalmente, abandonó el partido.También desarrolló una importante actividad gremial, en particular, en la SADE. En 1973, se presentó a elecciones como candidato a presidente por la lista Movimiento de Escritores por la Liberación Nacional. El vicepresidente, Raúl Larra. Los secretarios, Juan José Manauta y Roberto Santoro y el tesorero, un poeta cuya desaparición hemos sufrido recientemente, Julio César Silvain. Lubrano Zas, Armando Tejada Gómez y Marcos Silber también integraban la lista. Dos años después participó como vocal titular con la Agrupación Gremial de Escritores, un frente cuya lista estaba encabezada por Elías Castelnuovo y Bernardo Kordon. El candidato a secretario era David Viñas; el resto se integraba con Roberto Santoro, Alberto Luis Ponzo, Rafael Vásquez, María Rosa Oliver, Iverna Codina, Héctor Borda Leaño, Carlos Alberto Brocato, Alberto Costa, Luciana Daelli, Guillermo Harispe, Isidoro Blaistein, Hebe Benasso, Hugo Ditaranto, Martín Campos, Simón Kargieman, Lubrano Zas, Nira Etchenique, Liliana Heker y María Cristina Taborda. En ninguna de las dos ocasiones ganaron.Con relación a su militancia partidaria, ya por esta época formaba parte del PRT, al igual que Conti y Santoro. Amenazado, dejó el país por ocho años. Una vez de regreso, se lo escuchó esperanzado. La apertura democrática después de la derrota de los ’70 fue, para muchos artistas e intelectuales que habían luchado por una sociedad distinta, una forma de creer que no se había perdido todo. En sus últimas declaraciones queda claro que Costantini había abandonado, junto con el largo sufrimiento y la distancia, la identidad política que había abrazado en los ’70, aunque seguía convencido de la necesidad de un mundo mejor.Aun así, su literatura traiciona las ideas políticas de su última etapa. Plena de confianza en la vida, la narrativa de Costantini reivindica el movimiento y la transformación y da testimonio de rebeldía frente al poder y el statu quo. “¡Diga algo doctor!”, perteneciente a su primer libro de cuentos, es prueba de lo que decimos.
NOTAS:
1. Clarín Revista, edición nº 14.048, s/f.2. “Quizá esta visión apocalíptica ya haya envejecido: la democracia –por suerte- nos devuelve la fe”. Mercado, 5 de abril de 1984.
POEMA:
Puntualizo
No que me falten dudas o tristezas,
ni que me encuentre en déficit de penas,
ni que sea pobre en soledad o miedos,
ni que no tenga una vulgar neurosis
donde caerme muerto.
No, nada de eso,
gracias a dios
yo tengo
mi cuentita en el banco del esgunfio
como cualquier mortal.
Sólo ocurre
que las penas son bichos nauseabundos,
la soledad voltea como el tifus,
los rompimientos vienen generalmente
con gritos, puertas, odios,
puteadas furibundas,
manos en el pescuezo,
y a veces con un llanto
blando, sonso, de niño , interminable,
mendigando un perdon.
Sólo que la tristeza
es sucia, miserable, austada e inútil,
refractaria a la máquina
y a los lindos colores del crepúsculo.
Sólo que la neurosis, que quiere que le diga,
se parece bastante a la idiotez.
Humberto Costantini
Fuente:
http://www.elortiba.org/hconst.html
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Lo que nos faltaba: senos y nalgas terroristas
J. M. Álvarez
Rebelión
Según el portal yahel.wordpress, el servicio secreto británico (MI-5), sospecha que médicos musulmanes (terroristas, por supuesto), se han especializado en cirugía estética en varios hospitales de Gran Bretaña con la aviesa intención de, al regresar a sus países de origen, introducir explosivos en prótesis mamarias que implantarían en mujeres suicidas.
Ignoro si les resultará fácil encontrar demanda porque, por razones culturales y religiosas, no creo que abunden chicas musulmanas ansiando tetas de plástico como ocurre con las burguesas adineradas de Occidente. Para colmo, los agentes británicos dicen que los pérfidos galenos también pretenden insertar explosivos en las nalgas de los hombres. Esto no es ninguna broma. Me limito a opinar sobre una noticia publicada en el portal arriba indicado.
La maniobra estratégica consiste en introducir, durante el proceso quirúrgico, varios gramos de pentrita, sustancia explosiva que, aunque en pequeñas cantidades, puede provocar un orificio importante en el fuselaje de los aviones, que provocaría el desgobierno de la aeronave. Los expertos creen que un hombre con un trasero implantado, o una mujer con turgentes órganos glandulosos bien retocados, serían indetectables para los equipos de seguridad de los aeropuertos.
En fin. La paranoia occidental no tiene límites. Cualquier día nos dirán que los terroristas malos (porque los hay buenos, depende el bando donde estén ubicados) pueden esconder un artefacto con dos mini-cabezas nucleares, insertado en el aparato reproductor masculino. Ni el doctor Bacterio lo haría mejor. Todo vale con tal de justificar los crímenes que los imperialistas cometen en medio mundo, para prolongar la agonía del capitalismo.
Fuente:
http://jmalvarezblog.blogspot.com/
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El cigarrillo mata en el país a una persona cada 15 minutos
Fumadores sufren 70% más complicaciones en operaciones
Datos difundidos por el Ministerio de Salud de la Nación aseguran que los fallecimientos por tabaco son cerca de 40 mil al año. "Un fumador vive 10 años menos que una persona que no fuma", dijo un neumonólogo en Radio 10
Si bien en los últimos años decreció el consumo de tabaco entre los adultos argentinos de un 39,8 a un 33,4%, desde la cartera sanitaria nacional confirmaron que anualmente mueren 40 mil habitantes a causa de la adicción al cigarrillo algunos y del contacto con el humo, otros. Esta cifra se corresponde con 109,58 decesos al día, y a un fallecimiento cada 15 minutos.
Saúl Shiffman, experto en tabacología y consultor para estrategias de salud pública sobre consumo de cigarrillos de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos), aseguró que las personas que no fuman tienen igualmente un 53% de chances de morir por entrar en contacto con las toxinas de los que sí lo hacen.
En tanto, y según datos obtenidos por el Programa Respire del Hospital Británico de Buenos Aires, de los 8 millones de fumadores que existen en el país, 4 millones van a fallecer a causa de su adicción. El neumonólogo Alejandro Videla, del Hospital Universitario Austral, coincidió en estas cifras. "La mitad de las personas que fuma se muere por las consecuencias derivadas del consumo de cigarrillos", sostuvo el especialista, en diálogo con Radio 10.
El experto también remarcó el crecimiento de este mal hábito entre los adolescentes de entre 13 y 15 años, cuyas consecuencias pueden ser nefastas. Un 32% de ellos fuma activamente, y el resto, 76%, es fumador pasivo.
"Una persona joven, generalmente cuando empieza (con el hábito), empieza fumando cantidades pequeñas: nadie empieza de golpe. Pero a lo largo del tiempo, mientras exista el consumo de cigarrillos, en algún momento puede cambiar el patrón y la persona empezar a consumir grandes cantidades", señaló Videla.
El peligro del "humo de tercera mano"
Videla, en consonancia con todos los especialistas a nivel mundial, recordó lo nocivo que es el conocido como "humo de tercera mano", un nuevo concepto que ya preocupa los médicos, sobre todo por la falta de información de los fumadores al respecto.
Por "humo de tercera mano" se entiende, según recientes estudios, a la contaminación residual que deja el tabaco cuando ya está apagado. Las partículas nocivas se mantienen en el adicto incluso hasta varias horas después de apagar el cigarrillo en las manos y prendas, impregnando así las superficies de su hogar o sitio de trabajo y aumentando los riesgos para los no fumadores. También el aire que exhala el sujeto contiene toxinas por tiempo prolongado.
Al respecto, el experto señaló que en aquellas familias en las que el padre sale a un balcón o un patio a fumar para no afectar al resto no existe una protección mayor. "(Esto) no es real, porque va, fuma afuera y cuando vuelve, como sigue eliminando residuos en el ambiente del aire que exhala, las 4.000 sustancias tóxicas que tiene el cigarrillo siguen afectando a los chicos también", explicó.
"Fumar afuera de la casa protege parcialmente pero no es una protección total", añadió.
Y, para finalizar, Videla sentenció: "En promedio, un fumador vive 10 años menos que una persona que no fuma".
Fuente : www.infobae.com.ar
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POEMAS
Selàndote
A Lhasa de Sela
Quiero creer en lo que dices,
Que ya no hay màs maldad, ni
hambre, ni miedo, ni soledad.
Ya no hay màs dolor, nadie que sufra
por un amor, nadie màs que yo.
Que se rìen de tu ansiedad, y
Llaman a tu poesìa, vanidad.
Que no hay mas traiciòn, y
No sabes para que sirve
Ahora tu corazòn.
Al àrbol del olvido
con los recuerdos,
los miedos, las angustias,
el dolor, el cotidiano dolor
que nos acompaña.
Toda repetición es una ofensa
Y todo supresiòn es un olvido,
Como bièn dices, sin escuchar
a los envenenados por la muerte,
Para al final resurgir.
Josè Luis Planas Osorio
Cruz del Eje, 30 de Marzo de 2010
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Consìguelo
Podrìa escribir
los versos màs bellos
en este dìa
inspiràndome
en tu juvenil lozanìa.
Dices que tu vida es
“corta y agitada”
Eso lo puedo aceptar,
Pero me dices que es
“a veces triste” y eso…
No te lo puedo creer
porque tu alegrìa
ya contagia mi vivir,
si vieras amiga mìa
¡lo que me hace sentir!
Tù me das fuerzas…
la misma que te quiero
de algùn modo infundir
para que tu vida transcurra
no ya sobre rosas
porque èstas tieneneespinas
que te pueden herir.
Mas, si apuntas a algo
mi gran deseo por vos
es que ¡lo puedas conseguir!.
OSCAR B. NICOLA
Etruria, Còrdoba
¿Qué si te extraño?
“ Lo que me consuela de tu ausencia
es que siempre estàs presente…”
¿Què si te extraño?
a mares
no son mis ojos dos rìos
por esas casualidades.
Serà porque de acostumbrado
pienso en vos y me resisto
a lanzar en forma de alarido
tu nombre en plena soledad.
Pienso… y te apareces
con tu figura longilìnea
y tu voz inconfundible
Que serena mi impaciencia.
Preguntè, sòlo preguntè
¿Volveràs?… y la luz se hizo
fuè tal mi seguridad
que por primera vez tranquilicè.
A tu presencia me acostumbrè
y en estos dìas que pawsaron,
se congojò mi corazòn
que volviò a sentir tu ausencia.
¡Que si te extraño?
¡ a mares…!
son tus ojos dos soles
que me alumbran, ¡me hacen feliz!
OSCAR B. NICOLA
Etruria, Còrdoba
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Macedonio Belarte
AÑO V- Nº LV, VIERNES 30 DE ABRIL DE 2010
Revista Digital de Cultura de Cruz del Eje
Arte, Cine, Literatura, Música, Poesía, , Historia, Tecnologìa, Política, Filosofía
Los Dioscuros y la Santa Piedra
Sumario:
Un travelling en Cruz del Eje. 01 / Operaciòn polìtica en la Web. 03 / “El Secreto de sus ojos” o pequeñas reflexiones judiciales. 06 / Todos de espaldas. 10 / Còrdoba y su ADN clerical. 12 / Perspectivas acerca del Bicentenario. 14 / La Comunidad Organizada. 16 / Roy Orbison. 22 / La Presidenta sexy. 25 / El progresismo y Malvinas. 27 /Lo profundo en Macri. 31 / La historia del Indio Arbolito, por Osvaldo Bayer . 33 / Humberto Costantini, Cuentos completos. 34 / Lo que nos faltaba: senos y nalgas terroristas. 37 / El cigarrillo mata en el paìs a una persona cada 15 minutos.38 / Poemas. 40
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