sábado, 30 de abril de 2011

Revista Digital de Cultura de Cruz del Eje MACEDONIO BELARTE - AÑO 6 - Nº 67 - ABRIL 2011

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¿PORQUE PENSAMIENTO CRITICO?



JUSTIFICACIÓN:




Todo el mundo piensa; no solamente es el pensamiento parte de nuestra naturaleza sino que debemos reconocer que el acto de pensar está siempre relacionado con contenidos, no se produce en el vacío; cuando uno piensa está siempre pensando en algo o acerca de algo. Pero, mucho de nuestro pensar, en si mismo, es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo, tanto nuestra calidad de vida como la calidad de lo que producimos, hacemos o
construimos depende, precisamente, de la calidad de nuestro pensamiento. El pensamiento mediocre cuesta tanto en dinero como en calidad de vida. Por lo tanto, la excelencia en el pensamiento es muy deseable y esta, debe ejercitarse de manera sistemática.






DEFINICIÓN:



Aunque no hay unanimidad sobre lo qué es el Pensamiento Crítico, presentamos a continuación algunas definiciones que permitirán comprender mejor el concepto: A) “El pensamiento crítico es una forma de pensar de manera responsable relacionada con la capacidad de emitir buenos juicios. Es una forma de pensar por parte de quién está genuinamente interesado en obtener conocimiento y buscar la verdad y no simplemente salir victorioso cuando está argumentando” [1]. B) Según el consenso explicitado en el Informe Delphi [2], pensar
críticamente consiste en un proceso intelectual que, en forma decidida, regulada y autorregulada, busca llegar a un juicio razonable. Este se caracteriza por: 1) ser el producto de un esfuerzo de interpretación, análisis, evaluación e inferencia de las evidencias; y 2) puede ser explicado o justificado, por consideraciones evidenciables, conceptuales, contextuales y de criterios, en las que se fundamenta. C) Según Kurland, D.J., 1995; en sentido amplio, pensar críticamente está relacionado con la razón, la honestidad intelectual y la amplitud mental en contraposición a lo emocional, a la pereza intelectual y a la estrechez mental (mente estrecha). En consecuencia, pensar críticamente involucra seguir el hilo de las evidencias hasta donde ellas nos lleven, tener en cuenta todas las posibilidades, confiar en la razón más que en la emoción, ser precisos, considerar toda la gama de posibles puntos de vista y explicaciones, sopesar los efectos de las posibles motivaciones y prejuicios, estar más interesados en encontrar la verdad que en tener la razón, no rechazar ningún punto de vista así sea impopular, estar concientes de nuestros sesgos y prejuicios para impedir que influyan en nuestros juicios. D) El pensamiento crítico es esa forma de pensar – sobre cualquier tema, contenido o problema – con la cual el que piensa mejora la calidad de su pensamiento al adueñarse de las estructuras inherentes al acto de pensar y someterlas a estándares intelectuales.









COMO RESULTADO DE LO ANTERIOR:




Un pensador crítico y ejercitado: · Formula problemas y preguntas fundamentales, con claridad y precisión; · Reúne y evalúa información relevante utilizando ideas abstractas para interpretarla efectivamente; · Llega a conclusiones y a soluciones bien razonadas, y las somete a prueba confrontándolas con criterios y estándares relevantes; · Piensa, con mente abierta dentro de sistemas alternos de pensamiento; reconociendoy evaluando, según sea necesario, los supuestos, implicaciones y consecuencias prácticas de estos y, · Se comunica efectivamente con otros para idear soluciones a problemas complejos. Resumiendo, el pensamiento crítico es auto-dirigido, auto-disciplinado, autorregulado y auto-corregido. Requiere estándares rigurosos de excelencia y dominio consciente de su uso. Implica comunicarse efectivamente,habilidades para la solución de problemas y el compromiso de superar el egocentrismo natural del ser humano. Se necesitan entonces una serie de capacidades y disposiciones personales para poder pensar críticamente. Pero más importante aún, de acuerdo al Informe Delphi, es que exista una disposición generala pensar críticamente y el informe le da más valor a esta que a poseer las destrezas intelectuales de orden superior. Los pensadores críticos aplican rutinariamente los estándares intelectuales a los elementos del razonamiento para desarrollar las destrezas intelectuales esenciales.


























LOS ELEMENTOS DEL PENSAMIENTO





REALIZADO TENIENDO EN CUENTA LOS ESTÁNDARES INTELECTUALES UNIVERSALES

Claridad--> Exactitud--> Profundidad ----> Significado Precisión Pertinencia


UNA LISTA DE COTEJO PARA RAZONAR 1. Todo razonamiento tiene un PROPÓSITO. · Tómese el tiempo necesario para expresar su propósito con claridad. · Diferencie su propósito de otros propósitos relacionados. · Verifique periódicamente que continúa enfocado. · Escoja propósitos realistas y significativos. · Todo razonamiento es un intento de SOLUCIONAR un PROBLEMA, RESOLVER una PREGUNTA o EXPLICAR algo. · Tómese el tiempo necesario para expresar la pregunta en cuestión. · Formule la pregunta d
e varias formas para clarificar su alcance. · Divida la pregunta en sub-preguntas. · Identifique si la pregunta tiene solo una respuesta correcta, si se trata de una opinión o si requiere que se razone considerándola desde diversos puntos de vista. · Todo razonamiento se fundamenta en SUPUESTOS. · Identifique claramente los supuestos y determine si son justificables. · Considere cómo sus supuestos dan forma o determinan su punto de vista.2. Todo razonamiento se hace desde una PERSPECTIVA. · Identifique su punto de vista o perspectiva. · Busque otros puntos de vista e identifique las fortalezas y debilidades que tienen. · Esfuércese por ser imparcial al evaluar todos los puntos de vista. · Todo razonamiento se fundamenta en DATOS, INFORMACION y EVIDENCIA. · Limite sus afirmaciones a aquellas apoyadas por los datos que tenga disponibles. · Recopile tanto información contraria a su posición como información que la apoye. · Asegúrese que toda la información usada es clara, precisa y relevante para la pregunta en cuestión. · Asegúrese que ha recopilado suficiente información. · Todo razonamiento se expresa mediante CONCEPTOS e IDEAS que, de manera simultánea, le dan forma. · Identifique los conceptos claves y explíquelos con claridad. · Considere conceptos alternos o definiciones alternas de los conceptos. · Asegúrese que usa los conceptos con cuidado y precisión. · Todo razonamiento contiene INFERENCIAS o INTERPRETACIONES que llevan a CONCLUSIONES y dan significado a los datos. · Infiera sólo aquello que se desprenda de la evidencia. · Verifique que las inferencias sean consistentes entre sí. · Identifique las suposiciones que lo llevan a formular sus inferencias. · Todo razonamiento tiene o fin oIMPLICACIONES y CONSECUENCIAS. · Esboce las implicaciones y consecuencias de su razonamiento. · Identifique las implicaciones positivas y negativas. · Considere todas las consecuencias posibles.


NOTAS DEL EDITOR: [1]Hipólito González Zamora, Pensamiento Crítico y el Proyecto educativo de la Universidad Icesi, 2006, en prensa. [2] Proyecto Delphi http://www.insightassessment.com/dex.html CRÉDITOS: Este documento es un extracto de: · “Mini-Guía para el Pensamiento Crítico, Conceptos y Herramientas (Concepts and Tools)” que a su vez, hace parte de la serie “Guía del Pensador”, editada por el Dr. Richard Paul y la Dra. Linda
Elder, de la Fundación para el Pensamiento Crítico (http://www.criticalthinking.org). EDUTEKA recomienda ampliamente los documentos publicados en español por esta Fundación, los cuales puede acceder en la dirección: http://www.criticalthinking.org/resources/spanish.shtml · Hipólito González Zamora, Pensamiento Crítico y el Proyecto educativo de la Universidad Icesi, 2006, en prensa. · Proyecto Delphi http://www.insightassessment.com/dex.html


Fuente: Publicación de este documento en EDUTEKA: Abril 29 de 2006.










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BORGES Y ESPAÑA
El Libro Infinito



por Gustavo Martín Garzo




Borges tiene un relato que se titula El libro de arena. En él un hombre vende a otro un libro. Un libro cuyas páginas están hechas de arena, de forma que su contenido es infinito y caótico: «Sentí que era un objeto de pesadilla, una cosa obscena que inflamaba y corrompía la realidad». La búsqueda de la literatura es también la de ese libro infinito. Un libro cuya lectura, al contrario que en esta fábula, no corrompa la realidad sino que se añada a ella, ofreciéndonos desviaciones, puertas, salidas imprevistas. Es esto lo que justifica la atención sostenida que a lo largo de toda su vida Borges mostró por el mundo de los libros. Y esa actitud no es otra que la de los viejos buscadores de oro. Criban la arena de los sueños tratando de encontrar esa esquirla, esa piedrecita áurea que ilumine y dignifique la inacabable aventura humana. En el Otro poema de
los dones Borges agradece al divino laberinto de los efectos y de las causas, por la diversidad de la criaturas que forman este singular universo. Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises; por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad; por las místicas monedas de Ángel Silesio; por el último día de Sócrates; por aquel sueño del Islam que abarcó mil y una noches; por Swedenborg, que conversaba con los ángeles en las calles de Londres; por las rayas del tigre; por el lenguaje que puede simular la sabiduría; por el sueño y la muerte... Borges sabe que todos esos dones componen un único libro inagotable, que se confunde con la suma de todas las criaturas y que varía según los hombres. La literatura es el último intento de reconstruir un universo total. Tiene que ver con ese continuo desplazamiento de los signos y de los significados en una dinámica de vasos comunicantes que tiende a la universal equivalencia de todo con todo. Pero también, y sobre todo, con la criba del buscador de oro. No puede haber relato verdadero sin ese rastro áureo. Cada metáfora, cada acierto verbal, es una salpicadura, de forma que al terminar la lectura nuestros dedos, como los de la muchacha protagonista de un viejo relato portugués estarán teñidos de oro, y nos veremos llamados a sustituir, en lo más escondido del bosque, al guardián de ese Libro de arena que es el mundo del hombre. Lo que es lo mismo que afirmar que en toda historia que tenga un sentido se puede reconocer la primera historia nunca contada y la última, tras la cual el mundo no se dejaría contar ya en una historia. Jorge Luis Borges escribió cada uno de sus libros contra la idea de que ese momento pudiera haber llegado




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MACEDONIO FERNANDEZ








Macedonio Fernández (Buenos Ares, 1 de junio de 1874 - 10 de febrero de 1952). Escrit
or argentino, autor de una obra sumamente original y compleja, que incluye novelas, cuentos, poemas, artículos periodísticos, ensayos filosóficos y textos de naturaleza inclasificable. Ha ejercido una gran influencia sobre la literatura argentina posterior. Biografía Hijo de Macedonio Fernández, estanciero y militar, y de Rosa del Mazo Aguilar Ramos. En 1887 cursa sus estudios en el Colegio Nacional Central. Durante 1891-1892 publica en diversos periódicos una serie de páginas costumbristas incluidas más tarde en Papeles antiguos, primer volumen de sus Obras completas (Buenos Aires: Corregidor). Compañero y amigo íntimo de Jorge Guillermo Borges (padre de Jorge Luis Borges), comparten el interés por el estudio de la psicología de Herbert Spencer y por la filosofía de Arthur Schopenhauer. En 1897 la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires le otorga el título de doctor en jurisp
rudencia por una tesis titulada Sobre las peronas que todavía permanece inédita. Publica en La Montaña, diario socialista dirigido por Leopoldo Lugones y José Ingenieros. En 1898 recibe su diploma de abogado. Al año siguiente se casa con Elena de Obieta, con quien tendrá cuatro hijos. Publica en 1904 algunos poemas en la revista Martín Fierro (que no hay que confundir con revista vanguardista del mismo nombre publicada durante los años 20 y en la que tendrá un papel muy activo). En 1910 obtiene el cargo de Fiscal en el Juzgado Letrado de la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones, que desempeña durante algunos años. En 1920 muere su esposa. Los hijos quedan al cuidado de abuelos y tías. Abandona la profesión de abogado. Al volver Jorge Luis Borges de Europa en 1921, redescubre a Macedonio, con quien comienza una prolongada amistad. Borges, hacia 1960, dicta-ya ciego- un breve y sustancioso prólogo para una antología de Macedonio. Allí se nos dice que ninguna persona lo impresionó tanto como él. Hombre que no se cansaba de ocultar, antes que mostrar, su inteligencia proverbial. Macedonio prefería el tono de consulta modesta antes que el dictamen pontificador. Su tono habitual era el del ánimo perplejo. Lo caracterizaba la veneración de Cervantes, una cierta divinidad, para él. Detestaba todo aparato erudito, que entendía como una manera de eludir el pensamiento personal. De esta manera su actividad mental era incesante. Vivía desinteresado de las críticas ajenas, de confirmaciones o refutaciones exteriores. Con desparpajo y no cuestionada generosidad, atribuía su propia inteligencia a todos los hombres. Poseía la veneración supersticiosa de todo lo argentino. Y ejecutaba, en grado eminente, el arte de la soledad, y de la inacción. Sin hacer absolutamente nada, era capaz de permanecer solo, por horas. Pensar -no escribir- era su devota tarea. Aunque también solía, en la soledad de su pieza, o en la turbulencia de un café, abarrotar cuartillas en caligrafía minuciosa. Empero, no le asignaba valor a su palabra escrita. Dos temores lo atravesaban: el del dolor y el de la muerte. Borges conjetura que para eludir este último postuló la metafísica inexistencia del yo. En lo que concierne a la literatura, le importaba menos que el pensamiento y la publicación le era más indiferente que la literatura. Así, su vocación fundamental era la contemplativa y la persecución del desciframiento del misterio filosófico del universo. En 1928 se edita No toda es vigilia la de los ojos abiertos, a instancias de Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal. Publica al año siguiente Papeles de Recienvenido. Durante este período, se preocupa por crear expectat
ivas respecto a la posible aparición de la novela Museo de la Novela de la Eterna. En 1938 publica "Novela de Eterna" y la Niña del dolor, la "Dulce-persona" de un amor que no fue sabido, anticipación de Museo de la Novela de la Eterna. Tres años más tarde publica en Chile Una novela que comienza. En 1944 se publica una nueva edición de Papeles de Recienvenido. En 1947, Macedonio se instala en la casa de su hijo Adolfo, donde residirá hasta su muerte. Obras No toda es vigilia la de los ojos abiertos. Buenos Aires, Manuel Gleizer, 1928. Papeles de Recienvenido. Buenos Aires, Cuadernos del Plata, 1929. Una novela que comienza. Prólogo de Luis Alberto Sánchez. Santiago de Chile, Ercilla, c. 1940, port. 1941. Poemas. Prólogo de Natalicio González. México, Guarania, 1953. Museo de la Novela de la Eterna. Advertencia de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, CEAL, 1967. Museo de la novela eterna / Macedonio Fernández; edición de Fernando Rodríguez Lafuente. Cátedra, 1995. No toda es vigilia la de los ojos abiertos y otros escritos. Advertencia de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, CEAL, 1967. Cuadernos de todo y nada. Buenos Aires, Corregidor, 1972. 2a. ed. 1990. Teorías. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1974 (Obras completas, vol. III). Adriana Buenos Aires; última novela mala. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1975. (Obras completas, vol V). Museo de la Novela de la Eterna; primera novela buena. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1975. (Obras completas, vol VI). Epistolario. Ordenación y notas de Alicia Borinsky. Buenos Aires, Corregidor, 1976. (Obras completas, vol. II). Bibliografía ATTALA, Daniel (ed.). 2007. Impensador Mucho. Ensayos sobre Macedonio Fernández. Buenos Aires: Ediciones Corregidor. ATTALA, Daniel. 2009. Macedonio Fernández, lector del Quijote. Con referencia constante a J. L. Borges. Buenos Aires: Paradiso. CADUS, Raúl. 2007, La obra de arte en el pensar, Metafísica y literatura en Macedonio Fernandez. Córdoba: Alcion Editora. CAMBLONG, Ana. 2003. Macedonio. Retórica y política de los discursos paradójicos. Buenos Aires: Eudeba. CAMBLONG, Ana. 2007. Ensayos macedonianos. Buenos Aires: Ediciones Corregidor. ENGELBERT, Jo Anne. 1978. Macedonio Fernández and the Spanish American New Novel. New York: New York University Press. FERNÁNDEZ MORENO, César. 1960. Introducción a Macedonio Fernández. Buenos Aires: Talía. FERNÁNDEZ MORENO, César. 1982. "Vida y o
bra de Macedonio Fernández", en Museo de la Novela de la Eterna, ed. C. Fernández Moreno. Caracas: Ayacucho. FLAMMERSFELD, Waltraut. 1976. Macedonio Fernández (1874-1952): Reflexion und Negation als Bestimmungen der Modernität. Frankfurt: O. Lang. GARCÍA, Carlos. 2000. Crónica de una amistad. Macedonio Fernández/Jorge Luis Borges. Correspondencia 1922-1939. Buenos Aires: Ediciones Corregidor. GARCÍA, Germán. 1969. Hablan de Macedonio Fernández. Buenos Aires: Atuel. JITRIK, Noé. 2007. Historia crítica de la literatura argentina, vol. 7 Macedonio. Buenos Aires: Emecé. OBIETA, Adolfo de. 1999. Macedonio Fernádez. Memorias errantes, Buenos Aires: Corregidor. PRIETO, Julio. 2002. Desencuadernados: vanguardias ex-céntricas en el Río de la Plata. Rosario: Beatriz Viterbo. SALVADOR, Nelida. 1993. "Cronología", en M. Fernández, Museo de la Novela de la Eterna, Colección Archivos, edición crítica de Ana Camblong y Adolfo de Obieta. UYÀ, Josep Maria. 2009. "La intempèrie metafísica de Macedonio Fernandez", Girona. Documenta Universitaria Obtenido de : "http://es.wikipedia.org/wiki/Macedonio_Fern%C3%A1ndez"







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PUEBLOS ORIGINARIOS DE BIALET MASSÈ




Los primeros indicios de habitantes humanos en la región datan de alrededor de 10.000 años y se ubican en la región de Ayampitín, en el noroeste de la provincia de Córdoba. Los dueños y quienes obtenían el usufructo de las tierras eran, según escribían los españoles, los "naturales" o "Yndios", organizados en "pueblos" y "provincias indígenas". En las sierras habitaron los "Yndios" llamados "comechingones", aunque al momento de la fundación de Córdoba también se habían radicado tribus "sanavironas", provenientes del noreste de la actual provincia de Córdoba.
Los conquistadores reconocieron inicialmente a los aborígenes por el lugar (sacate) que ocupaban y respetaron las denominaciones que estos habían asignado a sus lugares en sus dialectos ("camiare" o "henia"). Aníbal Montes estimó en siete las zonas en la región de la "Camichingonia" donde "ninguna familia vivía aislada en las sierras" con una organización familiar consistente en un "pequeño pueblo con tierras de cultivo, algarrobales y cazaderos en propiedad colectiva y perfectamente amojonadas las tierras". La región llamada Valle de "Quisquisacate" ("unión o junta de ríos") estaba enmarcada entre las sierras que los españoles llamaron de Saldán, (las Sierras Chicas), al este, y "Viarapa", "Biarapa", o "Brarapa", (las Sierras Grandes), al Oeste, desde el arroyo "Ychu Cruz" al Sur hasta el arroyo "Suncho Guayco" al Norte, y era ocupada por los "Yndios de quisquisacate". Antonio Serrano, en su libro "Los Comechingones", menciona la "provincia" o "pueblo" de "Tohaen", y a su norte la "provincia" o valle de Camicosquín, con los pueblos de Camicosquina, Yacayasacat, Calachasat y Mainsacat. Consta también la existencia del "pueblo Pucharaba" entre Tohaen y Camincosquín.
El arqueólogo Sebastián Pastor nos propone analizar dos muy distintos momentos en la historia de los grupos originarios. Una 1ra etapa de cazadores-recolectores, donde los individuos y grupos eran preferentemente nómades y usaban campamentos de uso estacional; y una 2da etapa,
donde los individuos convivían en aldeas organizadas como grupos sedentarios de agricultores-ganaderos. En esta última forma de organización de los originales ocupantes de estas tierras, en tiempos cercanos a la llegada de los españoles, lo usual eran cortas distancias entre los pueblos. Pastor referencia en su "Historia Aborigen de las Sierras de Córdoba", por ej., "...pueblos como dos tiros de arcabuz los unos de los otros...", (200 o 300 metros). Lo expuesto nos plantea la posibilidad de mas de una aldea en una zona tan favorecida como el ancón de las Barrancas Bermejas y el arroyo Suncho Huaico. Al extremo norte del Quisquizacate, al pié de la Barrancas Bermejas, en el lugar llamado "Ancón de las Barrancas Bermejas" o "Ancón de Velásquez", se menciona en escrituras hispánicas un "pueblo viejo de los indios de Quisquisacate". Este lugar, actual localidad de Bialet Massé, donde el Dr. Bialet Massé asentó su fábrica de Cales Hidráulicas y Cemento "La Primera Argentina" y su Casa-Quinta, eran el lugar de vivienda y sementeras del "pueblo de Tohaen".


Fuente : http://www.forbox.com/museobialetmasse/pueblos_originarios.htm












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Cuestion de Eleccciones

Por Miguel Russo
mrusso@miradasalsur.com


Uno es un caso raro, rarísimo, de indio tehuelche terrateniente y multimillonario, una confluencia de características que roza, en un país que vivió matando indios (ese “otro” insólito, temid
o y odiado), el oxímoron. Un cacique que descansa en las miles de hectáreas que producen nunca se sabe bien qué cosa y que administran, con equívocos que nunca llegan a mellar la fortuna, dos inútiles para todo, Ñancul y la Chacha. Eso sí, vive en algo similar a la Recoleta aunque nunca abandona su ponchito, sus ojotas y su pluma. Es, así, el símbolo del poder más rancio de la patria agrícola-ganadera, esa patria (preferiblemente dicho con p mayúscula y olor a bosta pisada por una bota) que tanto volvió a presionar cuando vio decaer su poder con las retenciones de la 125 y transformó una generalidad geográfica en ideología: el campo en “el campo”. Y por eso se
lo elige.El otro es un pequeño, pequeñísimo industrial en bancarrota. Otro común, clasemediero típico que se junta a jugar al truco con sus amigos (un jubilado de mala muerte, un intelectual sin público, un empleado bancario de cuando ser empleado bancario significaba para toda la vida) para matar el tiempo y sentirse juntos. Otro más, sin aspavientos ni desmesuras, de camisa y pantalón, que sueña cuando sueña. Otro que sabe, con esa cierta incongruencia con que se saben las cosas verdaderas, que el destino –lo bueno y lo malo, lo buscado y lo esquivado– es plural, irremediablemente plural; otro que calza a la perfección en el esgunfie ante lo irremediable que unas décadas antes había predicado sin ansias de predicador un tal Roberto Arlt (ese otro más que, con el debido permiso solicitado a Respiración artificial de Ricardo Piglia, fue polea de transmisión hacia la genialidad hasta 1942, cuando dijo basta y se nos fue “redepente”). Otro que añora y pelea para no seguir añorando. Otro que quiere y da batalla por lo que quiere. Y por eso se lo elige.Uno se llama Patoruzú, aunque se llamó en un principio, allá por octubre de 1928, dos años antes del golpe de Estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen, Curuguá-Curiguagüiguá en el diario Crítica de Natalio Botana. Dicen, quienes investigan esas cosas, que el nombre de Patoruzú proviene de un dulce muy codiciado por esa época, la pasta de orozús. Lo cierto es que Patoruzú entraba y salía, primero tímidamente, después como pancho por su casa, de “Las aventuras de Don Gil Contento”, un rufián playboy y mequetrefe, creído de todo y poseedor de la nada, que más tarde se transformaría en el mandamás de la noche porteña, Isidoro Cañones, pero cedería terreno ante las ínfulas del cacique. Fue el hijo dilecto de Dante Quinterno quien, gracias a él, se convirtió en un millonario. Y por eso se lo elige.El otro se llama, lisa y llanamente, Juan Salvo, aunque todos lo conocerán como El Eternauta. Apareció por primera vez en la revista Hora Cero, en 1957, dos años después del golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón. Le debe su fisonomía a los dibujos de Francisco Solano López. Y fue el hijo dilecto de Héctor Germán Oesterheld quien, por él, se convirtió en un desaparecido. Y por eso se lo elige.Uno quiso escudarse en un delirio de inocencia que, a pesar de haber sido perdida, no se dejaba de añorar. Era el recuerdo de lo nunca vivido, el embrión del “qué suerte tienen de tenerme a mí”, la negación de las perplejidades. Era el émulo del héroe de historieta norteamericana pero sin ese ladero menor, suerte de persona dividida en dos, desmenuzado años más tarde por el deslumbrante análisis de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, Para leer al Pato Donald. Es decir, era Batman sin el adolescente Robin, Cisco Kid sin el tercermundista mexicano Pancho, Mandrake sin el negro Lothar, Tarzán sin la mona Chita, El Llanero Solitario sin el indio Toro. Uno y único contra todo, imponiendo su modo de entender el bien. Y por eso se lo elige.El otro buscó ser dentro de la conciencia social; quería aunar unos con otros, iguales con iguales a pesar de las desigualdades. Era, en el medio de la porfía por destruir, el soñador de un tiempo arrancado de cuajo y de otro que comenzaba a vislumbrarse. Era Robin y Pancho y Chita y Lothar y Toro comprendiendo su razón de ser, sacudiéndose de encima esa maldita costumbre de mirar desde abajo. Era la aceptación superadora del miedo y la negativa tajante a lo que haya lugar contra toda forma de opresión. Era echar la falta envido con 26 a la catástrofe y plantarse aunque vengan degollando. Era, como dicen muchos, vender cara la derrota, que es, como dicen algunos, la forma de garantizar la victoria. Era la seguridad de que la libertad se ejerce. Y por eso se lo elige.De Patoruzú, su creador, Quinterno, decía: “Es el hombre perfecto, dentro de la imperfección humana, o sea que configura el ser ideal que todos quisiéramos ser. La bondad de este indio noble puede alcanzar límites insospechados, pero no confundamos su credulidad y su ingenuidad con la necedad del lelo. Generoso hasta el asombro, su inmensa fortuna es, antes que suya, de todo aquel que la necesite. Sale invariablemente en defensa del débil y por una causa noble se juega íntegro, sin retaceos. Impulsivo y arrollador, no mide los riesgos que pueda correr su integridad física, como tampoco repara en las trampas que puedan tenderle la serie de truhanes que le salen al paso”. Pero no decía toda la verdad. Y por eso se lo elige.De Juan Salvo, del Eternauta, su creador, Oesterheld, decía: “En la aventura, el protagonismo siempre recae en un grupo de personas, más grande o más chico, conformando un héroe en grupo al que considero más valioso que al clásico héroe individual que triunfa sin ayuda de los otros”. Y decía toda la verdad. Y por eso se lo elige.Uno parecía flotar sobre las cosas. Como hacen los caballos cuando, en carrera, sólo los ve el ojo de una cámara fotográfica manejada por un escrutador receloso y experto en captar la veracidad de ciertos milagros, Patoruzú iba por la vida sin pisar la tierra. Sus pasos, marca en el orillo de su dibujante, eran sobre la nada y hacia la nada se dirigían siempre. Hasta se pueden ver las suelas de sus ojotas a cada paso acrobático. Y por eso se lo elige.El otro es raíz que se traslada hacia donde debe. Hunde sus pies en la realidad de manera de dejar huella, memoria de lo sucedido. Un gran paso para toda la humanidad, como todo paso. Sus suelas, si se las pudiera ver, si el dibujante quisiera mostrarlas, deberían estar irremediablemente gastadas. Pero, ¿para qué?, parece haberse preguntado alguna vez Oesterheld sin preguntárselo, ¿para qué? Entonces, las suelas de Salvo, como pedía Machado y cantaba Serrat y hacía cantar a todos, hacen camino al andar. Y por eso se lo elige.Uno tiene enemigos: el arquetípico sastre judío Popoff, usurero, turbio a la hora de los negocios; el hechicero en desgracia Chiquizuel y su elemental nieto Chupamiel que buscan, como las siniestras publicidades dibujadas con que la dictadura simbolizaba a la subversión, robar las tierras inconmensurables de Patoruzú. Y amigos: el ya mencionado capataz Ñancul, el coronel mal llevado Urbano Cañones, el enorme e idiota Upa. Y por eso se lo elige.El otro tiene enemigos: los cascarudos, los Gurbos, los Hombres-robots, los Ellos, los Manos (esa fantástica recreación del “no te metás” con esa glándula metida de prepo en el cuerpo que provoca la muerte al sentir miedo). Y amigos: Favalli, Polsky, Herbert. Y el cabo Amaya, el tornero Franco, el obrero Sosa. La sociedad. Y por eso se lo elige.Uno fue el personaje que Jorge Fontevecchia eligió para ser objeto de venta junto a su periódico Perfil.El otro anda pintado por las calles, símbolo, gratis, la mayoría de las veces.


Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/






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Domingo, 12 de diciembre de 2010

DE PESSOA A PESSOA



El rotundo y raro encanto de Fernando Pessoa, el más universal y el más portugués de los poetas, a lo largo del tiempo y las distintas canonizaciones, sigue generándose de boca en boca, de persona a persona. En esta ponencia presentada ante el reciente II Congreso Internacional Fernando Pessoa en Lisboa, Rodolfo Alonso repasa las particularidades de una obra singular y, entre ellas, una traducción argentina que se adelantó incluso a su edición en Portugal. Por Rodolfo Alonso Los argentinos bien podríamos preciarnos de haberlo descubierto. O, al menos, de haber sido uno de los primeros en hacerlo. Mucho antes de que empezara su consagración, cuando hasta en Portugal era casi desconocido, en 1961 Fabril Editora publica en Buenos Aires la primera traducción de Fernando Pessoa en América latina. Y fue, al mismo tiempo, la primera en castellano de todos sus heterónimos. El reconocimiento llegó incluso a Portugal, donde esa edición argentina tuvo el honor de ser celebrada en Lisboa por Maria Aliete Galhoz, que en 1963 dijo: “Rodolfo Alonso nos restituye un poeta a través del amor de otro poeta”. Cuando Aldo Pellegrini, siendo yo tan joven, me ofreció, a fines de 1959, seleccionar y traducir una amplia antología de Fernando Pessoa, recuerdo que fue arduo convencer a su cuñado, Francisco Caetano Dias. Como si su familia se avergonzara de ese extraño pariente de vida más que anónima, que recluyó bajo la humilde apariencia de esporádico traductor de correspondencia extranjera para casas comerciales la gestación de su “drama en gente”, la múltiple obra de creación que lo poblaba. Sólo se había vertido entonces en castellano a un único heterónimo: Alberto Caeiro (Madrid, 1957), en cuya introducción su traductor, Angel Crespo, afirmaba claramente: “Creo que éste es el primer libro de versos de Fernando Pessoa que ve la luz en nuestro país”. Pero lo relevante de esa primicia argentina (primera en castellano con los heterónimos, primera en América latina) no se limita a su concreción, de hecho pionera, sino también a la intensidad con que fue recibida en todo el ámbito de nuestra lengua. La aceptación de los lectores fue tan inmediata que en contado plazo, y sin publicidad alguna, exigió sucesivas reediciones, anticipando lo ahora evidente: Pessoa conquista sus admiradores de a uno, de persona a persona, por la propia potencialidad de sus poemas, sin que se trate en absoluto de un éxito programado, superficial, y de forma tan indeleble que todavía –me consta– aquella edición se conserva en bibliotecas privadas como un acontecimiento, y en el corazón y en la memoria como un entrañable compañero, de huella perdurable. Ahora que una canonización universal confirma la premonición de Adolfo Casais Monteiro, quien ya en 1958 lo vio como “el más universal y el más portugués de los poetas de este siglo”, me sigue sorprendiendo la exquisita avidez, la delicada fidelidad con que tantos lectores, en esta era de banalidad globalizada, viven como descubrimiento propio, trascendente y enriquecedor, a ese gran poeta distante, multifacético, exigente y oculto. Una de las condiciones de cuyo encanto será siempre el carácter auténticamente enigmático, la irónica altivez de quien supo desnudarse a fondo: “Trata de seducir con lo que hay en tu silencio” nos dejó dicho, en el inglés de su infancia. Poco habría importado a Pessoa que sus inquietudes cambiaran de sentido en el contexto de otras épocas. ¿Cómo iba a imaginarse lineal, definitivo, quien vio hacerse en sí mismo a diversos creadores, de personalidades y obras diferentes? ¿Cómo iba a resultar explícito el mosaico de una personalidad celosamente oculta detrás de fantasmas fascinantes: “Eras muchos, eras todos, / y nunca eras nadie”? Pero aún hoy, es del legendario baúl que en Lisboa conserva su disperso y al parecer infinito legado, de donde se continúa dando a luz nuevos libros de Pessoa. Y sus lectores, ya que se trata de obras exigentes, no son los de tanto best seller predigerido sino aquellos que, como dijo Ricardo Piglia, son los únicos para quienes vale la pena escribir: los que siguen buscando el texto único en la maraña de las librerías marginales. Pessoa no sólo concretó lo que el genial Rimbaud había intuido: “Car JE est un autre” (“Porque YO es otro”). También nos dejó no pocos enigmas contagiosos. El hecho sorprendente de que su apellido, “Pessoa”, signifique “Persona” en portugués, ya sería suficientemente premonitorio pero, además, su etimología nace en “Máscara”. De esas máscaras que son uno y muchos, de esas máscaras que revelan y velan, que cubren y descubren, Pessoa hizo nacer espejos, imborrables y hondos, que nos siguen hablando a la vez de él y de nosotros. Porque el arte no puede ser ni juego, ni entretenimiento, ni espectáculo, sino apuesta desmedida. Como él mismo afirmó: “La literatura es la prueba de que la vida no alcanza”. Messagem (1934) fue el único libro en portugués que Pessoa editó en vida. Presentado al concurso de un movimiento nacionalista, le fue creado un premio de “segunda categoría”, a cuya entrega no asistió. Pero así había comenzado a convertirse en ese “súper Camoens” a cuya necesidad aludió (aparentemente sin involucrarse) en una célebre carta. Imbuido en el mito que auguraba un mesiánico regreso del rey Don Sebastián para devolver a Portugal su edad de oro, resultaría muy pobre considerar apenas como argumentación patriótica (aunque no deja de serlo) a ese libro ejemplar, de deslumbrante y precisa limpidez. No sólo porque dijo: “Soy, de hecho, un nacionalista místico, un sebastianista racional. Pero soy, aparte de eso, y hasta en contradicción con eso, muchas otras cosas”, sino también porque añadió, frenando ensoñaciones imperiales: “Para el destino que presumo será el de Portugal, las colonias no son necesarias”. Porque era portugués, sí, pero también (“mi alma atlántica”) mediterráneo, europeo, universal. Y resulta llamativo que aluda a su época con la misma lucidez con que predice genialmente la nuestra: “El esfuerzo continuado que requiere producir incluso un pequeño poema bueno excede la incapacidad constructiva, la mezquindad del entendimiento, la futilidad de la sinceridad y la desordenada pobreza de imaginación que caracterizan a nuestros tiempos”. Anatema que se hace premonitorio en palabras nada complacientes: “Por un lado hay demasiada gente que escribe, que dibuja y que maltrata el arte de distintas maneras. Esto genera confusión. Por el otro lado, esta verdadera multitud de artistas hace de la publicidad y de la autoafirmación del más bajo nivel una defensa contra la oscuridad”. Susan Sontag afirmó que “el gusto es el contexto y el contexto ha cambiado”. Y Luis Cernuda señaló, citando a Bécquer, que la obra de arte alcanza las dimensiones de la imaginación que impresiona. Y se refería, sin duda, al legítimo alcance que una gran obra podía lograr, al ser descubierta y valorada por una cultura. Pero hoy, emasculándola al masificarla, oscureciéndola al exhibirla a plena luz, la sociedad de consumo destruye con bárbara inocencia el sentido crítico, la negatividad de una gran obra mediante el simple recurso de hacerla triunfar en el mercado, sin volverla cultura, no creo que sea posible con Pessoa. Su renombre no deriva de la aprobación masiva, sino que sus lectores siguen surgiendo espontáneamente, de uno en uno. A pesar de encontrarse traducido casi en todo el mundo, a pesar de los incontables estudios sobre su obra y su persona, algo lo mantiene fuera de la desoladora tiranía del mercado. Algo secreto seguirá siempre vigente en el Pessoa público. Algo intransferible. ¿Qué puede hacer la sociedad del espectáculo con alguien capaz de palabras tan ferozmente irrecuperables como éstas? “Si escribir –en el sentido de escribir para decir algo– es un acto que tiene el cuño de la mentira y el vicio, criticar cosas escritas no deja de tener su correspondiente aspecto de curiosidad mórbida o de futilidad perversa. Y cuando la crítica es, además, escrita, su inmoralidad esencial se refina hasta lo repugnante. Se contagia de la enfermedad del criticado: el hecho de existir en lo escrito.” Fernando Pessoa es felizmente irrecuperable. Como su gemelo no menos oscuro e indeleble, Franz Kafka, en una carta a de 1923, bien hubiera podido decirnos: “¿De qué estás hablando? ¿Qué ocurre? Literatura, ¿qué es eso? ¿De dónde viene? ¿Para qué sirve?”. Lo cual prueba que ambos fueron y son auténticos escritores, escritores de raza, nunca apenas meros literatos. ( Fragmento de la ponencia presentada ante el II Congreso Internacional Fernando Pessoa, organizado en Lisboa por la Casa Fernando Pessoa, del 23 al 25 de noviembre de 2010 ).-


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Martes, 8 de junio de 2010
II Jornadas Internacionales Ramón Gómez de la Serna
“Su fama mundana hizo olvidar la profundidad de su obra”


Miguel Vitagliano, Martín Greco y Juan Carlos Albert, estudiosos de la obra del escritor español, trazan un perfil para ayudar a entender una figura que fue legendaria mientras vivió en el extranjero, pero perdió potencia al radicarse en Buenos Aires.
Por Silvina Friera



Radicado en Argentina desde 1936, De la Serna sufrió persecuciones por haber simpatizado con el peronismo. Escribir es como tirarse de un rascacielos. Ramón Gómez de la Serna lo dijo. Y lo hizo. El artista iconoclasta se lanzó en España –donde nació en 1888– y en Argentina, lugar en el mundo que eligió en 1936 para vivir “esa paz que sólo se respira en América”. Unos años antes de exiliarse de la “actualidad de la ametralladora”, de los desastres de la guerra civil, fue recibido aquí como una celebridad. Representaba la modernidad de las primeras décadas del siglo XX; fue el divulgador de las vanguardias europeas desde su concurrida tertulia, en el café de Pombo, tradujo el manifiesto futurista de Marinetti, propagó la pintura cubista, el jazz, el cine sonoro, el surrealismo.
Los ultraístas y la Generación del ’27 (García Lorca, Cernuda, Aleixandre) lo reconocieron como uno de sus pocos maestros. Por los pagos rioplatenses, el grupo reunido en torno del periódico Martín Fierro lo admiró, a veces hasta el plagio. Y lo usó como bandera en polémicas literarias con el grupo de Boedo. Para los boedistas el creador del género literario conocido como greguerías encarnaba la frivolidad, el arte por el arte, la revolución sólo en el estilo. “Ramón”, como le gustaba que lo llamaran, cultivó esa penosa y nefasta manía de escribir: publicó muchísimos artículos en diarios y revistas –con la urgencia periodística tensionando los textos hasta los límites del lenguaje– y un puñado de libros. Pero su adhesión al peronismo hipotecó su futuro. Y su prestigio. Después de 1955 fue “enterrado en vida”, antes de que le llegara la muerte en Buenos Aires, en 1963.
Las II Jornadas Internacionales Ramón Gómez de la Serna, que comenzaron ayer en el Malba y terminarán mañana (ver aparte), se proponen como “una tertulia en medio del océano”, un modo de acortar distancias y encontrar coincidencias entre ramonianos, escritores y estudiosos de Europa y América. Organizadas por los coordinadores del Boletín Ramón, Juan Carlos Albert (Madrid), Carlos García (Hamburgo) y Martín Greco (Buenos Aires), participarán, además, Miguel Vitagliano, Sylvia Saítta, Laura Yusem, Ioana Zlotescu, Roberto Yahni, Jerónimo Ledesma, Patricia Artundo, Rilo Chmielorz, Evelyn Hafter, Raquel Macciuci y Mónica Scordamaglia. Ya sucedió una suelta de greguerías, atadas a globos, tal como hacía el escritor en sus conferencias. Albert, el que soltó las greguerías después de repasar la vida y obra del escritor, dice que Gómez de la Serna siempre estuvo presente entre los protagonistas de la cultura: “La obra de Ramón ha significado una especie de ‘iluminación’ y de recordatorio-ejemplo permanente de una cierta manera de ‘ver’ la realidad. El rescate actual de Ramón no sería más que una especie de afloramiento circunstancial de esa corriente subterránea que creo que siempre ha existido”. La obra de uno de los más importantes y caudalosos escritores de lengua española del siglo XX parece un recuerdo “archivado” que relampaguea de tanto en tanto –de un tiempo a esta parte con mayor insistencia– por el fervor de lectores y especialistas. “Quizá la sociedad no tiene la capacidad suficiente para cuidar de sus propias figuras importantes”, conjetura Albert intentando desmontar ese olvido. “El mismo Ramón buscaba, desde un cierto punto de vista, borrar sus huellas; evitaba representar un papel cerrado, acabado, definitivo. Quizá sabía que su forma de ser se acoplaba mejor a un modelo de persona que, al renunciar al producto final brillante, en beneficio de una obra de alguna forma inacabada por imperfecta, se movía mejor en el terreno de una cierta irresponsabilidad, en un segunda línea alejada de las exigencias de una vida pública marcada por la imagen ante los demás. Por eso su humorismo, que en el fondo no era sino una forma de no otorgar importancia a las cosas que a su juicio no debían tenerla. Ramón sabía que su espacio era el inmediato con la vida, y sabía que si se alejaba de él, se perdía. Su obra –y su vida– es por esto un poco huidiza, nunca acaba de ofrecer un perfil rematado.” Martín Greco, escritor, investigador, guionista de cine y docente, define la escritura de Gómez de la Serna como vanguardista, “en el sentido de que rehúye deliberadamente la perfección, elude siempre los lugares comunes; es incesante, ilimitada, no tiene centro, puede crecer en cualquier dirección, en un proceso de fragmentación y collage de elementos disímiles, a veces reunidos por simple azar, donde no sólo se desvanece el texto como unidad, sino también el yo detrás del texto”. Sobre la invención ramoniana, la greguería, el investigador que ha publicado numerosos artículos sobre el escritor precisa que en la mayoría de los casos se trata simplemente de una frase. “Pero no es un refrán, ni un haiku, ni una máxima moral”, aclara. “La greguería es un destello de la inteligencia, la búsqueda de una analogía inesperada, una mirada sorprendida del mundo, una mezcla de humor y de poesía”, pondera Greco. Y cita, a modo de prueba, unas cuantas: “La muerte es hereditaria”, “La soda es agua que sabe a pie dormido”, “El dinero es el papel secante del sudor ajeno” y “El sueño es un depósito de objetos extraviados”, entre otras. Precursor de las performances, en sus conferencias Gómez de la Serna se disfrazaba de Napoleón o se pintaba la cara de negro, soltaba greguerías atadas a globos, iluminaba la sala con una vela especial que comía al final, pronunciaba discursos desde un trapecio de circo o montado a un elefante y daba entrevistas en aeroplanos. “Todo esto le proporcionó una enorme fama mundana que hizo olvidar en cierto modo la profundidad de su obra”, sugiere Greco. Cuando el escritor anunció su primera visita a Buenos Aires en 1925, los jóvenes de vanguardia publicaron un suplemento de bienvenida en Martín Fierro. “Esperaban recibirlo con un ‘Banquete en movimiento’, recorriendo las calles en ómnibus convertidos en comedores y deteniéndose en alguna plaza para leer los discursos. Pero Ramón, que era un gran miedoso, no se atrevió esa vez a atravesar el Atlántico y la visita se demoró algunos años.” Finalmente llegó en 1931 y 1933. Y fue recibido como una celebridad. “Una de sus conferencias más recordadas era la ‘conferencia-maleta’, en la cual iba extrayendo de una valija los objetos más variados, que le servían de excusa para pronunciar greguerías. Al final rompía a martillazos el objeto más cursi”, repasa Greco. Ramón fue el vanguardista que salió a la calle y observó el mundo con una mirada nueva. Se definía fundamentalmente como un “mirador”. “Es enorme la similitud con Oliverio Girondo, que escribió que ‘la costumbre nos teje una telaraña en las pupilas’”, compara Greco. “Muchos acusaron a Girondo de plagiar en su primer libro a Ramón. Aunque es indudable que hay cierta influencia del español sobre el argentino, creo que más que nada eran dos espíritus afines. Una de las primeras reseñas del libro de Girondo la hizo justamente Ramón para un diario de Madrid. Lo elogiaba mucho, aun sin conocerlo. Cuando Oliverio volvió a Europa, fue a visitar a Ramón y le agradeció esa reseña. Se hicieron amigos para toda la vida. Oliverio tenía dos atributos que no suelen aparecer juntos: era millonario y generoso, y ayudó varias veces a Ramón. En especial, le giró el dinero con el que pagar los pasajes en barco cuando estalló la Guerra Civil Española, y Ramón escapó de Madrid para refugiarse en Buenos Aires, donde se quedó.” Gómez de la Serna no olvidaría la generosidad de Girondo, a quien le agradeció públicamente en su autobiografía Automoribundia (1948). Vitagliano recuerda que Cortázar fue lector de Gómez de la Serna. “Historias de cronopios y famas está cruzado por las greguerías, y también Rayuela”, subraya el escritor. “En los ’50 y los ’60 sobre todo, que tanto podían tener en común con la vanguardia de Gómez de la Serna, prefirieron colocarlo a la retaguardia, o a un costado. Me refiero a la cultura del Río de la Plata. Acaso no haya habido sólo una razón, pero sin duda una de ellas fue que se trataba de un español y no de un francés, y que se llamaba Ramón, no Rafael ni mucho menos Pablo. Ramón es un nombre que parece llevarse a las patadas con la cultura en Argentina, es nombre de entrenador de fútbol, hasta Palito Ortega lo ocultó durante mucho tiempo; por eso los Ramones tuvieron tantos seguidores aquí, porque eran una banda punk, y por eso Berni eligió el nombre de Ramona para su provocativa heroína”, examina con ironía el escritor. “Para mí Gómez de la Serna seguirá llamándose por su apellido, pero me encanta oír que también es Ramón. En esa tirantez también ubico a la literatura”, postula. Los primeros años del exilio fueron difíciles. “Durante la guerra civil trató de mantenerse neutral, pero eso le valió la antipatía de los dos bandos enfrentados y acabó apartándose de los círculos republicanos y enemistándose con compatriotas emigrados como Rafael Alberti”, explica Greco. “Los tiempos de la vanguardia habían terminado y la politización creciente hizo que su literatura quedara fuera de lugar. Ya dijo Borges que el esnobismo es la más sincera de las pasiones argentinas. Gómez de la Serna era buscado y admirado mientras vivía en España y sólo venía a dar conferencias. Pero cuando se instaló definitivamente en Buenos Aires perdió su aura de celebridad inalcanzable.” Para vivir tenía que escribir por mes más de veinte artículos. “Así se fue aislando, porque para poder cumplir con estas exigencias escribía más de doce horas diarias”, señala Greco. “Sus obras completas forman veinte tomos de mil páginas cada uno, aun sin incluir la enorme masa de textos que jamás fueron recogidos en volumen y que de a poco vamos descubriendo.” Responsable del libro La penosa manía de escribir, que recopila más de cincuenta artículos, casi todos inéditos, aparecidos en los ’40 y ’50 en la revista argentina Saber Vivir, Greco próximamente editará las notas publicadas en el diario El Mundo, donde Ramón era una de las estrellas literarias y compartía las páginas con Roberto Arlt, Enrique González Tuñón y Nicolás Olivari, entre otros. Pese a las diferencias estéticas, Borges siempre tuvo un gran respeto literario por Gómez de la Serna. “Lo convocó para todas sus iniciativas culturales, en revistas y antologías”, confirma Greco. “Macedonio Fernández fue un gran amigo de Ramón. Lo consideraba el Poeta Máximo y lo definía como ‘el mayor realista del mundo como no es’. Macedonio, Oliverio y Ramón formaron el más grande trío de escritores marginales de la cultura argentina de la época. No es casual que fueran amigos. Con Victoria Ocampo, Ramón se vinculó en París en la década del ’20, en un grupo que incluía a Jean Cocteau y Ortega y Gasset. Ramón colaboró desde los primeros números en Sur. Pero luego en Argentina la relación con Ocampo se enfrió, y ante el advenimiento del peronismo la separación fue definitiva.” Hubo un hecho que resultó central en la vida del escritor, un único viaje a España en 1949. En una entrevista con la prensa española pronunció grandes elogios a Perón y Evita. La noticia llegó a Argentina; el reportaje se reprodujo en las páginas de Sur. Ramón sufrió el desprecio de los intelectuales antiperonistas y perdió su colaboración mensual en La Nación, iniciada en 1928. “Sabemos por una carta inédita que Ramón, desesperado, le pidió a su amigo José Ignacio Ramos, consejero de la embajada española, que intercediera ante las autoridades de prensa para ‘encontrar una colaboración asidua en que yo diese la nota mía de la ciudad y en la lucha periodística los periódicos peronistas diesen más batalla literaria a los otros’. Esa batalla era desde luego puramente literaria”, advierte Greco. “Ramón jamás tuvo un empleo público, ni escribió nada sobre política, ni perteneció a ningún partido. Su peronismo era más bien lírico; sentía gratitud porque Perón había enviado alimentos a la empobrecida España de la posguerra.” Fiel a su radical individualismo en todo, según Albert, no fue un escritor, ni una persona, que permitió que sobre él se montara una industria cultural. “Pero dio de comer sentimentalmente a muchísimas personas que lo mantuvieron casi en secreto.” El especialista no cree que estas jornadas internacionales sirvan para proclamar que se ha superado el olvido. “Falta la declaración de olvido y falta también, por tanto, la anulación de la misma”, ironiza. “Quizás ahora podemos aceptar su evolución personal sin estigmatizarle, y podemos aceptar su desmesura sin echársela en cara, y podemos disfrutar sus greguerías sin reducirlo a ellas.” Uno de los primeros en revalorizar a Gómez de la Serna, quince años después de su muerte, fue Cortázar. “En un artículo confesó la influencia que Ramón había ejercido sobre él y destacó su importancia en la historia de la literatura en lengua española. Lo mismo hicieron Pablo Neruda y Octavio Paz”, enumera Greco.
En 1996 comenzó la empresa de la publicación de las Obras completas, bajo la dirección de Zlotescu, la más profunda investigadora ramoniana (ver aparte), que va por los 18 tomos. Albert interpreta que la única respetabilidad que anhelaba Gómez de la Serna era la que surgiera de la fidelidad de su obra con su propia personalidad. “Esto le exigía deshacerse todos los días en la mirada sobre las cosas, en la mirada cargada de recuerdo de lo vivido que le iluminase las relaciones insospechadas que hay entre las cosas, los momentos y los sentimientos. Podría decirse que su tarea fue conscientemente la de aprovisionador de ideas. Ramón se situó en el primer momento de la creación, el momento en que nace la primera imagen cada vez, y él nos la muestra con la candidez del descubridor, con la alegría de quien sabe que está contribuyendo a entender mejor el mundo”, fundamenta. “Debemos estar agradecidos a la incontinencia ramoniana, pues gracias a ella no sólo podemos leer más obra suya, sino que la podemos leer menos manipulada, más virgen, más en estado puro, más ‘materia’ para nuestro uso, menos producto acabado”, comenta Albert. “La comida que proporciona es una comida poco cocinada. Podríamos decir que es deconstruida, fragmentaria, y más cosas; entraríamos en terrenos más prestigiosos, pero más alejados de su quehacer. Si lo leemos y nos gusta, encantados.”




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El basurero humano de Argentina






A 40 kilómetros de Buenos Aires, capital de un país cuya economía crece al 7 por ciento, una legión de indigentes lucha cada día por los desperdicios con los que sobrevivir CARMEN DE CARLOS / BUENOS AIRES Día 27/02/2011 - 00.41h C. DE CARLOS






Gastón buscaba hierro y sólo encontró comida caducada


La jauría de miserables espera a diario su ración de desperdicios en un vertedero estatal gigante conocido como el «cinturón ecológico» del Ceamse. Centenares de chicos, mujeres, hombres y viejos, aguardan la señal de la Policía, el pistoletazo mudo de salida que les autoriza a adentrarse en una montaña de basura diferente: los desechos de los supermercados, de las grandes superficies, de las cadenas de tiendas… Un almacén, revuelto a cielo abierto, de salchichas, carne picada, comida para animales y productos lácteos; pero también, de muebles defectuosos, electrodomésticos o equipos electrónicos descartados. La mayoría de los «villeros» (habitantes de barrios de chabolas) llegan en bicicletas desvencijadas, en carros que tiran como bueyes o andando. Aguardan a las cinco y media de la tarde. A esa hora los agentes, con sus impecables uniformes azul marino, sus gafas oscuras y sus porras en la cintura, levantan el telón para que empiece otra sesión de la última tragedia argentina, la del hambre, la de la pescadilla de la miseria que se muerde la cola, engulle con una mano y con la otra llena sacos de alimentos vencidos. Es el primer acto que hace girar la rueda del comercio de los desperdicios que terminan en las calles de las villas miseria. También, en pequeños comercios sin escrúpulos que revenden las cajas de hamburguesas pisoteadas con el rezumo de las bolsas rotas de leche. Carrera contrarreloj Sandra lleva tres años sin faltar un día al Ceamse, «los domingos no vengo porque no funciona», se lamenta. La mujer, de 41 años, recorre varios kilómetros empujando un trasportín de hierro oxidado con dos ruedas enormes. «Lo subo —explica— para mi marido, mi hermano y mi cuñado. A cada uno le cobro 20 pesos (unos 5 euros). Luego, ellos lo llenan con la “mercadería”». Su familia forma parte del 30 por ciento largo de pobres que la consultora Ecolatina tiene registrados en Argentina. O, quizás, debería estar incluida en las estadísticas que arrojan un 10,6 por ciento de indigentes. El camino que conduce al Ceamse, en la localidad bonaerense de José León Suárez, es de tierra. La cuesta que desemboca en una de las dos colinas que vomita basura sin descanso se hace polvareda en cuanto arranca la carrera contrarreloj por ser el primero en llegar a la cima del basurero. «Antes que nosotros —coinciden— roba la Policía. Ellos se llevan lo mejor: equipos de música, heladeras… Esto es ilegal pero como luego nos ceden el turno, somos su coartada. Es una suerte porque si no, no sé de qué viviríamos». A Sandra le acompaña Erika, de 9 años, la menor de sus siete hijos y a ésta la escolta Joel, un amigo de 8 . Viven cerca, en la Villa de la Cárcova, donde este mes hicieron descarrilar el ferrocarril con troncos y piedras. «Dicen que fuimos nosotros pero se salió solo porque las vías están desgastadas», asegura. El asalto al tren, —el último de media docena similares— que transportaba repuestos y metal se saldó con dos muertes. «La Policía tiraba balas de goma. Como no podía evitar el saqueo, al final dejaba que la gente se llevara las cosas. Todo se pudrió cuando llegó la banda de la villa. Esos tiraban con plomo y los agentes, entonces, cambiaron la munición y pasó lo que pasó», relata la mujer. «Pañales, chorizos, mollejas, asado, yerba (mate), aceite, fideos, arroz, latas de atún, pienso, avena» son algunos de los productos que Sandra —pese a lo que dijo— saca del basurero y acomoda en la carretilla. El remolino humano, acompañado de una nube de moscas, hurga en la zona de los lácteos. Allí mismo, con 35 grados de calor, abre litros de tetrabrik, yogures, flanes, Actimel... El olor es nauseabundo pero ellos no lo perciben. Un hombre bebe a morro un trago de leche. Lo escupe y prueba con otro envase. Sobre tierra firme, desde un puñado de metros, la Policía observa el espectáculo. En las tripas de la montaña, las ratas siguen su olfato y afilan los dientes con el banquete. ¿Con qué cubierto se come esto? Con las manos, sucias, cortadas, con heridas, sin ellas, con pus y hasta con guantes. Los miserables sonríen, celebran el hallazgo de una pieza jugosa. Salen embadurnados de nata o de sangre de la sabrosa vaca argentina. Chapotean. Las bolsas de chorizos y carne de primera chorrean. «Se lava, se come y se vende», festeja Sandra. Estamos en el corazón de la Pampa húmeda, tierra de riqueza natural, en el país de la soja (Argentina es el primer exportador del mundo de aceite de soja), del ganado, de los cereales, en la nación que presume de crecer una media del 7 por ciento desde que el primer Kirchner llegó a la Presidencia (2003). Ailen, de 9 años y Jenny, de 14, llevan dos acudiendo todas las tardes a «la quema», como llaman al estercolero donde, se supone, se incineraban los despojos. La menor, sonriente, da cuenta de carrerilla del botín. Menos suerte tuvo Gastón, es la primera vez que viene. «Buscaba metal, aluminio, cobre, bronce —a pie de la autopista, junto a un peaje, hay compradores esperando— pero no encontré. Me llevo yogures», cuenta sentado sobre papeles y plástico, dos artículos bien valorados. A su lado desfilan hombres más fuertes, cargan un saco con 40 kilos de avena, otro de 60 con comida para perros. «En una ocasión descubrimos un gato hidráulico», recuerda Sandra. Junto a ella, se llevan mesas, sillas de plástico y hasta un pupitre con su envoltorio. Desechos humanos y de otras carnes se confunden. Algo así debió pasarle a Diego Duarte, un joven al que se tragó la montaña de basura. Desaparecido en marzo de 2004 entre toneladas y toneladas de desperdicios de camiones que llegan de más de 34 municipios, el 86 por ciento de la basura de la capital y de parte de la provincia más grande de Argentina. Su cuerpo se lo tragó la montaña mágica del Ceamse. La escritora argentina Alicia Dujovne le dedica su último libro: ¿Quién mató a Diego Duarte? Prohibido filmar A los que hocican entre los despojos los llaman «cartoneros» o «cirujas» (de cirujanos) pero son los nuevos esclavos de la miseria argentina, una herida infectada que comenzó a supurar hace una década. «Solo en la ciudad de Buenos Aires hay 160.000 habitantes en las villas», reconoce el ex ministro Daniel Filmus, candidato kirchnerista a la Jefatura de la capital. Una hora larga, depende del humor de los policías, es el tiempo límite para llenar los sacos o las bolsas. Después, el hormiguero humano comienza su retirada en fila india, sin alboroto. Un muchacho carga dos televisores de pantalla plana con el cristal resquebrajado. «Con estos y otros monta uno nuevo», garantiza Sandra. En los alrededores del estercolero del Ceamse —potestad estatal bajo la tutela de los Gobiernos provinciales y de la ciudad de Buenos Aires—, se multiplican las villas. De ellas vienen y a ellas vuelven «los jornaleros» después de la colecta. Se entra disfrazado de suciedad. Confundirse con el hambre, respirar por la boca y aguantar las arcadas es lograr que los agentes no te expulsen. Las fotos, como la comida, se roban hasta que te descubren. Entonces, la Policía de azul se acerca con la porra, con las gafas oscuras: prohibido filmar, prohibido hacer fotos. La puerta de salida es el campo. «Turista excéntrica», debieron de pensar.


Fuente : http://www.abc.es/20110227/internacional/abci-basurero-argentina-201102262338.html













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LA PSICOSIS DEL OPOSITOR








El nivel de enajenación de la realidad, negación, alucinación y obsesión que están demostrando los opositores al modelo Kirchnerista (sean dirigentes políticos, empresariales o periodistas) está rozando la psicosis.Un psicótico es un tipo que padece una grave enfermedad que le genera problemas para percibir la realidad, se llena de ideas delirantes y va quedando disociado de la sociedad. Los "psicóticos O" (que padecen la psicosis del opositor) sufren mucho. Se vuelven seres sombríos, amargos, la envidia y los fracasos acumulados los perjudican a niveles de calamidad, vivir en la equivocación los trastorna y se convierten en seres feos, torcidos e infelices. Los síntomas que padecen los desdichados psicóticos son alucinaciones (percepciones de cosas que no existen, que pueden ser auditivas, visuales, etc). Por ejemplo: perciben como débil al fuerte, (lo que además te convierte literalmente en un pelotudo), consideran que hay un clima de violencia callejera a punto de estallar, escuchan voces que les dicen “los quiero matar”, imaginan emboscadas de piquetes armados hasta los dientes, contra dóciles tractores o hacen caprichosas proyecciones de que estaremos fatalmente sin luz, sin gas, sin autos o sin trigo; padecen sensación de persecución, (unos creen que los acosan porque escribieron un libro estúpido y fantasioso, otros anuncian un muerto periodista mientras rezan que nadie descubra su pasado).También sufren fantasías de grandeza (creen que nadie puede desafiarlos) y perturbaciones religiosas… (hay una a quien Dios en persona se le presentó DOS veces, para decirle que no flaquee (difícil), que tiene que ser presidenta…). Creen leer el futuro y saber de qué están hablando, pero solo predicen sus siniestros deseos, que nunca se cumplen y se van hundiendo en la enfermedad. También incuban ideas delirantes y ofensivas como que Néstor la fajaba a Cristina. O que velamos a nuestros muertos en cajones vacíos o que una masiva manifestación de dolor popular fue organizada por un grupo de teatro y que todos los participantes entonces, serían extras, o al menos gente arriada por el chori y la coca.Buscan paralelos insólitos entre una juventud comprometida y participativa con la juventud hitleriana.Proponen unidades imposibles, los que quieren a Videla junto a los que lo quieren… preso. Matan o mandan matar a un tipo, se corrompen y venden agüita salada en vez de remedios oncológicos a sus propios compañeros, y cuando los meten en cana, se declaran perseguidos políticos. Otro síntoma común de la "psicosis del opositor" es el lenguaje desorganizado e incoherente, en algunos casos con una profunda pobreza de sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, preposiciones, conjunciones y pronombres, que los hace blablar de lo que no conocen con un apuntador detrás de la oreja y con una papa en la boca. En otros casos se hace muy difícil seguir el hilo de sus elucubraciones fantásticas, por eso el “psicótico O” repite: “¿me siguen?”… (No gordi, ya nadie te sigue… ni con un GPS.)Además padecen de abulia o apatía, que es una falta de voluntad o incapacidad para persistir o para iniciar una actividad, así que se toman vacaciones a cada rato. Pero éstos no se enfermaron ahora, eran así desde antes…Otros repiten frases incomprensibles, como cuando sostienen que éste es un gobierno de derecha, o cuando se ofuscan remachando “¡Sunescándalunabuso!. Repiten como loros que el país está aislado del mundo, porque no andamos pidiendo créditos… y los que están aislados son ellos: aislados de la realidad. Lo peor es que niegan las propias encuestas que encargan, porque se enfurecen con los desastrosos resultados que arrojan. Y suman papelones y descrédito. Últimamente aparecieron esos cables de Wikileaks, convenientemente ocultados e ignorados por Clarín y sus esclavos (para cuándo una suelta de esclavos? Eh Clarín?? Para cuándo?), que dejaron en off side a varios: al propio Clarín, a Duhalde y al pelotudo de Macri, que bien podrían comprarse un chalet en Off Side o en la luna y quedarse a vivir ahí… porque no pegan una. Se cansaron de ir a llorar y suplicar a la embajada yanky para que actúen contra el gobierno que la mayoría de los argentinos quiere tener. Encima pasan datos absolutamente erróneos y pronósticos erradísimos: después de Piñera en Chile, predijeron una ola de gobiernos de derecha, pero va Dilma y gana en Brasil… “Mi amigo” Diego Guelar predijo en agosto de 2008 que los Kirchner no duraban 60 días más: eso hubiera sido en octubre de 2008… pero lo mismo no le creyeron porque ya había predicho que para las elecciones de 2007 Néstor iba a buscar su reelección y terminó siendo Cristina presidenta… Aman a Bush y tienen tanto criterio como mi vecino facho de la esquina, que vive buscando quién le escuche las barbaridades que piensa. Estos seres trágicos, fracasados e irritantes me agotan. Me cansan y me debilitan… por eso los tuve abandonados, amiguitos lectores del blog que me indagaban “¿qué pasa que no escribís?”. Espero no cansarme de nuevo en breve, porque yo también extrañé esta comunicación.Se vemo.


Fuente:Informó: Corriente Revolucionaria Eva Perón.
E-mail: prensacorrienteevaperon@gmail.com
















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Por izquierda y derecha
Por Jorge Fontevecchia








La militante del PO baleada junto a Frerreyra superó el coma y la terapia intensiva. El asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra y la detención de Pedraza, como la rápida liberación del Momo Venegas o los contactos de Moyano con Duhalde, tienen un denominador común. Son el núcleo duro de la ambivalencia kirchnerista y dan cuenta de su mayor debilidad estructural, pero también de su mayor fortaleza electoral. El aparato peronista es adaptable tanto para disputarle territorio a la izquierda –La Cámpora y la juventud K contra el Partido Obrero en los centros estudiantiles de las universidades–, como por derecha con Scioli, Reutemann, Duhalde y hasta De Narváez, dependiendo de las necesidades del momento. Es en el sindicalismo donde esta batalla pluri-ideológica se manifiesta de manera más primitiva y por ende –literalmente– más descarnada. Los caciques obreros peronistas abominan de la izquierda, a la que ven como su competidora al momento de conseguir afiliados. En esto no se diferencian los que están en la CGT oficialista y los de la opositora CGT Azul y Blanca. Venegas lo dijo en el reportaje largo del domingo pasado en PERFIL: “Moyano piensa parecido a mí”. Antes había dicho que “nos gobiernan los que Perón echó de la Plaza”. Una competencia por la clientela con la izquierda no peronista se produce también en las organizaciones sociales genéricamente llamadas piqueteras: también en el reportaje largo –pero del domingo anterior–, Milagro Sala habló pestes del Perro Santillán, de la Corriente Clasista y Combativa y hasta de la visita que hizo a Jujuy Victoria Donda, del Proyecto Sur de Pino Solanas. Pero la menor cantidad de historia y recursos propios de las organizaciones sociales en comparación con los sindicatos que llevan décadas de construir aparatos y burocracia, hace que en el gremialismo las batallas sean más contundentes. El Partido Obrero tiene su rama juvenil que compite con el kirchnerismo, pero corrió sangre cuando la discordia puso en disputa la rama sindical del PO con el gremialismo peronista. Tan contradictorio y peligroso era para el kirchnerismo que se los pudiera correr por izquierda, que hasta algunos atribuyen el infarto que llevó a la muerte a Néstor Kirchner al disgusto que le provocó el asesinato de Ferreyra. El kirchnerismo lleva adelante dos guerras simultáneas: hacia adentro del partido peronista debe pasar a retiro a los dirigentes de peso que ya tenían poder antes de su llegada al poder, la mayoría de derecha, y ocupar esos espacios con dirigentes propios y afines al campo progresista. Y hacia afuera del peronismo, debe anular a los partidos de izquierda y ocupar ese territorio para no correr el riesgo de quedar posicionado como falso progresista. Cada vez que logra cerrar esas dos compuertas es imbatible, como sucedió en 2005 con Néstor Kirchner y en 2007 con Cristina. Cuando sus contradicciones quedan expuestas sin solución, pierde doblemente tanto con De Narváez como con el panradicalismo, como sucedió en 2009. O gana todos los premios, lo que parecería que volverá a suceder en 2011, o pierde dentro y fuera del peronismo, lo que pasó en las últimas elecciones y algún día se repetirá, porque nada es eterno. El kirchnerismo precisa no perder la autoridad moral de ser la fuerza más progresista posible del país y, al mismo tiempo, necesita ser quien garantice la gobernabilidad controlando la calle. O sea: a los sindicatos y las organizaciones sociales. No podría el electoralmente modesto Partido Obrero producir tanto tembladeral en el kirchnerismo si no fuera porque sus acciones atacan justo el punto de equilibrio entre derecha e izquierda del frente gobernante. Disputándole la juventud y los gremios deja en evidencia los matices conservadores de la alianza oficialista. Después de pasar un mes en coma farmacológico, otro en terapia intensiva y otro más en terapia intermedia, Elsa Rodríguez, la otra militante del PO baleada el 20 de octubre pasado por la patota de la Unión Ferroviaria, dejó el hospital y, si bien no puede hablar ni moverse (ver página 5), tras la detención de Pedraza pudo sacarse una foto con el puño levantado y el gorro rojo del PO que su partido difundió como símbolo de resistencia ante el kirchnerismo. Sabbatella y las colectoras en la provincia de Buenos Aires son un derivado más de aquella alquimia que comenzó Néstor Kirchner con la transversalidad hace ocho años.


Fuente : http://www.perfil.com.ar/


















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25/02/11
Preguntas de la historia










El análisis de una experiencia que no admitió neutralidades es la tarea que acomete Jorge Saborido en un libro que evalúa los intentos soviéticos de construir una nueva sociedad. POR Isidoro Gilbert Los tiempos de la Unión Soviética marcaron el siglo XX, y significaron el objetivo de una experiencia que en teoría intentó poner en práctica las ideas transformadoras de Carlos Marx, quien pensó que el capitalismo desarrollado daría paso a la construcción de una nueva sociedad, la socialista, y en su despliegue, a la comunista, una organización social que se regiría por el apotegma “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”. Veinte años después de la implosión de la URSS, Jorge Saborido, desde la Argentina, pero con documentación diversificada, incluso papeles que salieron de la oscuridad, ha escrito con suceso esta Historia de la Unión Soviética que sin duda será texto de las cátedras de historia contemporánea y que bien puede interesar a aquellos que quieren saber sobre esa experiencia y el porqué de su estrepitosa caída. Uno encuentra que hay gran conocimiento del tema abordado más allá de discrepancias con la caracterización de la Gran Guerra: precisamente su carácter interimperialista le permitió a Lenin formular su tesis sobre el eslabón más débil del capitalismo, con la que supuso burlar la tesis marxista sobre el impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo para dar paso al socialismo. O la afirmación de que, excepto Gran Bretaña, “no hubo gobierno extranjero que se propusiera seriamente derrocar a los comunistas”. Saborido presenta hechos y en ocasiones toma de terceros hipótesis, por caso, si después de la Revolución de febrero de 1917, que acabó con siglos de autocracia zarista, cuando se abrió “un abanico de posibilidades de los cuales la Revolución de Octubre era una de las más impensadas” era inevitable el asalto al poder por los bolcheviques. Pregunta si “un gobierno de los sóviets de amplia coalición (no) disponía de un mayor margen de posibilidades para desplegar un accionar que no condujera a los indecibles sufrimientos a los que se vio sometido el pueblo ruso por lo menos durante los cuatro años siguientes”. No era lo que pensaban Lenin y Trotsky. Lo real: los bolcheviques instauraron la dictadura del proletariado y pusieron en marcha sus visiones del cambio, con las secuelas de tragedias para algunos, heroísmo para otros, de una experiencia histórica que no tiene neutrales. EL ESTALINISMO El relato está basado en estudiosos norteamericanos y europeos de gran erudición, y ofrece al lector al concluir cada período con que está metodizada la historia, hipótesis de conservadores y reformistas. Eso sí: da una vuelta de campana sobre la historia oficial que construyó Stalin cuando se hizo del poder, luego de la muerte de Lenin y de desplazar a cada uno de sus adversarios para lograr su cometido e imponer su concepción de “socialismo en un solo país”, contra el criterio de “revolución permanente” de Trotsky. He aquí un momento crucial de la historia y de su investigador: el estalinismo. ¿Fue una consecuencia inevitable del leninismo, o una tergiversación del mismo? Los historiadores contemporáneos no se ponen de acuerdo y Saborido permite al lector conocer diversas opiniones. El socialismo de Stalin, dice, no fue el previsto ni por Marx y Engels ni el mismo Lenin, porque era el socialismo de la pobreza. Robert Tucker, un estudioso de ese período citado en el trabajo, sostiene que el “estalinismo fue una revolución desde arriba, y a pesar de sus elementos conservadores y reaccionarios forma parte del proceso revolucionario ruso”. Es lo que permitiría entender por qué el Mariscal industrializó al país, modificó radicalmente el agro, desplegó el sistema educativo, preparó al país para la defensa, porque –dice Saborido– Stalin siempre pensó que Alemania iba a atacar a la URSS, aunque en 1941 supuso otra cosa. Saborido condena el Gran Terror, los Gulag o el desprecio a toda forma institucional del país, pero no acepta la dupla Stalin-Hitler, porque el primero se reivindicaba como heredero de una filosofía universal humanista y la represión estaba destinada a “transformar un país atrasado en un país industrial”, mientras que “la violencia nazi no puso en discusión el poder de las clases tradicionales” y fue racista. La “Gran Guerra Patria”, como Stalin calificó la lucha contra el invasor nazi para ganar apoyo de la Iglesia Ortodoxa, es una de las más atractivas del estudio. No solamente por los detalles de batallas claves (no tiene el relieve necesario la de Kursk), o como funcionó la economía, sino como reaccionó la sociedad en esos tiempos, esa sociedad que había vivido la revolución, la guerra civil, el hambre, la represión, pero también los nuevos tiempos de una nación que cambió de cuajo. La apertura de los archivos ha permitido conocer mejor las vacilaciones de Stalin al iniciarse la guerra y su papel, de mayor relieve como político que como conductor militar. REFORMA Y RESTAURACION Las etapas posteriores, las de Nikita Kruschev y Leonid Brezhnev, son la de un reformador que sale del riñón del estalinismo e intenta destruirlo, en el primer caso, como la de su parcial restaurador, Brezhnev, sin los elementos del terror (Nikita, al ser desplazado, ni siquiera es arrestado, una novedad). Pero sí con el regreso a los criterios más conservadores y sus secuelas: la pobreza intelectual, la caída de calidad del cine, el incremento del número de parejas divorciadas, el mayor alcoholismo. Pero estos, a la vez, son tiempos de conquista del espacio, de mejoramiento del nivel de vida, de desafíos al capitalismo, igualándolo y, en algunos rubros (carbón, acero), superándolo. El poder soviético, con estos dos líderes, se propuso dos objetivos aparentemente contradictorios: promover la coexistencia pacífica –no importa cuáles fueron las razones, pero era prédica sincera– y ganarle espacios a los Estados Unidos en el Tercer Mundo. Este último tuvo momentos de tensión como el caso de los misiles en Cuba. En Angola, Moscú actuó por su aliado Cuba y derrotó a Estados Unidos representado por las tropas de Pretoria en Cuito Canavalle. Esta batalla abrió el camino a la libertad de Nelson Mandela y el fin del apartheid. La derrota americana en Vietnam agrandó el papel de los soviéticos y sus avances económicos en las décadas del 60 y 70, los ilusionaron con sentar las bases del comunismo. Cuando este crecimiento encontró sus cuellos de botella y el capitalismo adoptó la revolución tecnológica, la URSS empezó a carecer de respuestas: “el progreso tecnológico… no pudo ser alcanzado a partir de las características de una estructura productiva rígidamente organizada, en la que hubo poco espacio para la innovación”, sostiene Saborido, con la excepción del complejo militar. Estos fueron los desafíos que afrontó Gorbachov: no pudo con ellos y el sistema implosionó. El sovietólogo conservador Richard Pipes se preguntó si la idea había salido mal o había sido una idea mala, esta de construir una nueva sociedad. Saborido interroga si el atraso de Rusia en 1917 no contradecía la tesis de Marx para construir el socialismo y si no fue “el vicio de origen, la causa principal del fracaso de la experiencia soviética”. Un libro recomendable.-




Fuente : http://www.revistaenie.clarin.com/


















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Opinión
Hegemonía cultural del kirchnerismo
Beatriz Sarlo Para LA NACION
Viernes 04 de marzo de 2011












El candombe "Nunca menos", que se escucha durante las trasmisiones del programa oficial Fútbol para Todos, no es una pieza cualquiera de la agitación y propaganda kirchnerista. No se lo puede sumar a la serie de afiches, avisos de televisión y otras muestras convencionales o previsibles de ese dispositivo que emplea mucha gente y gasta mucha plata. Es más que cualquiera de esas piezas publicitarias. Desde el título, "Nunca menos", se pone en línea con dos palabras que han marcado el último cuarto de siglo: "Nunca más". Este sería, entonces, el gobierno que no retrocede en su política de derechos humanos y ha hecho propia la expresión que dio título al informe de la Conadep, creación de Raúl Alfonsín. Y sería también el gobierno que no retrocede en políticas sociales. Con la conjunción de "nunca más" y "nunca menos", el kirchnerismo alcanzó una fórmula sintética y de gran impacto. Cristina Kirchner, su comité central y la juventud kirchnerista son la síntesis de esos dos "nunca". Tengo, por primera vez, la sensación de que así se expresa una hegemonía cultural no simplemente en el vago sentido de llamar hegemonía a cualquier intento de dirección de la sociedad, sino a una trama donde se entrecruzan política, cultura, costumbres, tradiciones y estilos. Fontova, en el video que muestra la grabación de "Nunca menos" en el centro cultural apropiadamente llamado Homero Manzi, dice: "Es la primera vez en mi vida que algo en la política me cierra, a pesar de que muchas voces de culebra están diciendo que está todo mal; Cristina es una mujer alucinante". Nadie hasta el momento se preocupaba mucho de las opiniones de Fontova en relación con tal o cual gobierno; pero ahora su voz dice algo que otros quieren escuchar y decir, incluido el adjetivo "alucinante". Fontova flasheó con Cristina. Horacio Bochoux (autor del candombe oficialista) explicó que "la decisión es que los doscientos que vinieron estén en la grabación"; doscientas voces, en un "grado místico y de voluntad militante", aporta Quito Aragón, de la Agrupación Martín Fierro, son la "expresión cultural" de reconocimiento a Kirchner. "No pensamos esto como artistas liberales que quieren hacer un hit. " Para un buen kirchnerista, "liberal" es siempre una calificación despectiva. Está todo colgado en la página de Télam y vale la pena verlo. Gramsci diferenció la hegemonía de la dirección impuesta verticalmente, de arriba hacia abajo. La hegemonía, en el sentido gramsciano, equilibra fuerza y consentimiento. La dominación resulta del solo ejercicio político; la hegemonía es producto de fuerzas sociales y culturales. No es simple coerción, aunque implica que el poder político intervenga en la vida cotidiana, dándole su forma cultural a la dominación. La hegemonía cultural no es siempre una marca autoritaria. Esto vale la pena aclararlo porque se la ha venido confundiendo. Es posible pensar en una hegemonía democrática, pluralista, como la que brevemente vivió la Argentina en los años ochenta. "Nunca menos" salió bien en términos de hegemonía. Produce identificación por dos caminos. Por un lado, expresa en términos sentimentales un mensaje político. Se diferencia del tono más sencillo de las clásicas marchas -para empezar, de la peronista- por la abundancia de imágenes románticas enhebradas: "Lágrimas que riegan todo el suelo en primavera/ de tu mañana azul/ que llora y ríe/ nombre que se talla para siempre en la madera/ de los que sin estar/ están y viven". Que los recursos sean predominantemente afectivos sintoniza perfectamente con un clima de época, donde todas las cuestiones tienen un procesamiento fuertemente "subjetivo". En segundo lugar, es música del momento. Ya es inconcebible una canción partidaria que no se ajuste al vocabulario de la música pop, de la balada romántica. Pero el principal acierto es que el audio y el video de "Nunca menos" conservan algo de improvisado, de música de estudio barrial, improvisada por un grupo de amigos; no tiene el gloss y la ecualización perfecta de la música mp3. En el fondo de "Nunca menos" hay una ilusoria visión de pueblo sencillo, aunque los rostros y voces sean de Fontova, Lito Cruz, Víctor Laplace, Gustavo Garzón, Daniel Fanego, Guillermo Fernández, y, ¿por qué no?, el senador Eric Calcagno. Desde los festejos del Bicentenario (alguna imagen del carrusel de las Madres aparece en el video "Nunca menos"), desde la reinvención del combate de Vuelta de Obligado, el kirchnerismo pareció comprender, por fin, algo que Juan Carlos Portantiero señaló hace muchos años. En la crisis del Estado de bienestar, Portantiero descubría una crisis de organización de la vida cotidiana, una crisis cultural de las clases populares: con el Estado de bienestar desaparecían las instituciones que, por debajo, sostenían el día a día. Sólo hay que pensar en la villa miseria actual, donde la ausencia de Estado afecta, en primer lugar, a quienes viven allí. La hegemonía siempre implica algún tipo de organización material y simbólica. Hoy los planes sociales pautan el mundo de los pobres. Pero ahora el kirchnerismo percibe que eso no basta. Fútbol para Todos es el escenario de una comunidad cultural que sirve también como extenso y penetrante aparato de agitación y propaganda oficialista, pagado con presupuesto público. Hace pocos días, la Presidenta le agregó deportes variados a esa iniciativa (incluso finales de tenis o rugby con participación nacional). El escenario es televisivo porque la cultura hoy pasa, para ricos y pobres, por las pantallas. Además es mucho más fácil arreglar con la AFA la transmisión del fútbol que organizar cientos de campeonatos infantiles y juveniles repitiendo el modelo de la Fundación Eva Perón. Y, finalmente, ¿quién será tan desalmado como para condenar que la gente pueda ver partidos gratis?, ¿qué marmota saldrá a decir que es preferible invertir ese dinero en que los chicos pobres tengan acceso al deporte?, ¿quién va a exponerse de ese modo cruento en un año de elecciones? Los gobiernos necesitan producir un bien que escasea en las sociedades actuales. Necesitan producir convencimiento en los gobernados. No se trata de saber si Kirchner fue hasta donde asegura la canción "Nunca menos". Se trata de que todos crean que fue hasta allí. Ese convencimiento va más lejos que los datos materiales y es un objeto raro y frágil: una creencia. La hegemonía cultural se sostiene en creencias, que incluso pueden contradecir datos objetivos, aunque no pueden hacerlo de manera permanente. Por eso, porque, además de creencias, la materialidad social tiene su peso, una hegemonía no puede pasar por alto el cambio en las bases materiales. Durante un tiempo se podrá pensar "nunca menos" que un plan social, pero no por un lapso ilimitado, salvo que se intente el experimento siniestro de una sociedad ya no partida entre ricos y pobres, sino entre quienes pertenecen al mundo del trabajo y quienes nunca van a entrar en él. En ese caso, habrá que escribir la canción de los desocupados: "Nunca allí". Durante el primer peronismo, los chicos de los campeonatos infantiles cantaban una marcha cuyos dos primeras versos eran: "A Evita le debemos nuestro club, por eso le guardamos gratitud". No se trataba de una fantasía. Hoy, marchas como ésa ya no expresan la estética popular; es el momento de los candombes (todavía nos deben una cumbia) cuya letra no podría ser "A Néstor le debemos nuestro club". A los letristas militantes les toca la difícil tarea de difundir la canción a los deportes televisados: nunca menos canales ni menos partidos, todos los torneos, todas las finales. Gramsci, en sus Cuadernos de la cárcel, escribía que la hegemonía cultural, esa creencia indispensable y misteriosa, debía apoyarse en cambios en los centros decisivos de la economía. Naturalmete no estaba pensando en los subsidios.


Fuente : http://www.lanacion.com.ar/
Video: http://www.youtube.com/watch?v=G9l5XAFlSkI








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viernes 4 de marzo de 2011
La Dimensión Fractal y las perplejidades de los economistas


Ricardo San Esteban (Especial para ARGENPRESS CULTURAL)




La idea de una evolución caótica fue anunciada por el marxismo, aún cuando en aquel entonces no se contaba con los elementos actuales. Sin embargo, ella ha sido confirmada por la praxis científica y actualmente es admitida por casi todas las corrientes, y no sólo acerca del desarrollo temporal, sino sobre otros aspectos esenciales de la realidad, ahora profundizados, aunque, claro está, ocultando celosamente la paternidad de Marx y Engels. Lo que hoy los científicos caracterizan como reduccionismo tiene su equivalencia en aquello que los marxistas definían como modo metafísico del pensamiento, pero aún se sigue pensando rígidamente, como cuando Engels señalaba que los científicos tienen que aprender a pensar dialécticamente aunque son, por ahora, pocos quienes lo hacen. El conflicto entre los descubrimientos que se han hecho y el viejo modo tradicional de pensamiento constituye la explicación de la confusión ilimitada que ahora reina en la ciencia teórica natural y que reduce a ambos, maestros y estudiantes, escritores y lectores, a la desesperación. En el terreno de las ciencias económicas es donde nos hallamos más atrasados, debido a la renuencia en admitir que la complejidad casi ilimitada de la sociedad humana requiere ser abordada con toda una nueva artillería. Un creciente número de científicos, al advertir su fracaso en cuanto a crear modelos económicos viables, en diversos países, se empieza a rebelar contra las ortodoxias y buscan soluciones nuevas, habida cuenta que el sistema social es un sistema dinámico no-lineal. Como decíamos en otra parte de nuestro trabajo, actualmente se pone el acento en lo problemático y no tanto en lo aseverativo. No sabemos bien cómo va a terminar la historia, pero, eso sí, la apariencia caótica confirma su naturaleza altamente estructurada y en ella podemos observar un tránsito de lo simple a lo complejo. Por otro lado, en el seno de la vieja sociedad, en medio de los sufrimientos provocados por el agravamiento de esta crisis total, despuntan ya elementos de lo nuevo. Como ya hemos señalado, tanto las corrientes neoliberales como las keynesianas que han campeado por estos años criticaban, entre muchas otras cosas, el concepto marxista del producto social, concepto éste que desestimaba el tiempo cronológico en el cálculo de la productividad y que en cambio tomaba en cuenta el tiempo de trabajo, no divisible en horas y minutos. Como hemos dicho, el tiempo de trabajo y especialmente aquella parte del mismo que no es remunerada constituye el elemento del sistema capitalista. La política anticíclica preconizada por las corrientes burguesas del pensamiento económico consistía en la determinación de objetivos económicos en función del tiempo cronológico lineal, desestimando o pretendiendo burlar los procesos de crisis cíclicas y crisis general. En una situación dada de empleo completo –decían- para mantener el nivel de actividad o, mejor aún, para el aprovechamiento óptimo de los factores, se hacía necesario que el producto social bruto aumentase, dentro de g años, en un c por ciento. Una vez determinada esa meta y calculado el importe de los gastos de consumo –función del nivel de ingreso- era posible indicar la suma de inversiones privadas y públicas necesarias para mantener estable el sistema. Actualmente se comprueba que ningún reloj puede ser utilizado para medir el éxito de los modelos económicos, pues en la economía real aparecen series aleatorias de intervalos de tiempo entre los cambios. Es decir, el desarrollo es dialéctico y se comporta en forma caótica. La aceleración caótica se da en todos los órdenes y se grafica en los diagramas de bifurcación que indican el posible comportamiento de un sistema que se aleja de equilibrio. En el primer punto de crisis se producen dos ramificaciones y de tales ramas parten otras, más pequeñas, y así sucesivamente hasta conformar un árbol o una fronda, que oculta un extenso cúmulo de posibilidades. Pese a esta conducta irregular, el caos se interpreta como regido por atractores, tal como lo demostraron David Ruelle y Floris Takeus en 1971, en su tesis sobre la naturaleza de la turbulencia. Estos investigadores comenzaron por algo muy simple: estudiar lo que sucede cuando se abre totalmente una canilla, y el agua, que antes fluía con suavidad, cambia hacia un flujo turbulento. De este fenómeno común partieron estudios que llevaron a conclusiones inesperadas, al descubrimiento de un endriago alucinante llamado atractor extraño. Uno de los investigadores, David Ruelle, observó las volutas de humo emanadas de un cigarrillo, viendo que a cierta altura aparecían oscilaciones incomprensibles y el sistema parecía comportarse locamente. Luego de Ruelle, investigadores de toda laya y en todos los campos de la ciencia han tratado de analizar este comportamiento de la materia con el uso de modernos ordenadores. Un atractor extraño -también llamado atractor caótico- es muy distinto de otros atractores con los que trabajan los científicos (puntos fijos y ciclos límite) utilizados para analizar simples sistemas estables que se repiten en el tiempo. Aún cuando el atractor extraño también es estable, posee diferencias esenciales, pues al contrario de un ciclo límite, muestra una sensibilidad muy acentuada respecto de las condiciones iniciales. El comportamiento a largo plazo de un sistema atrapado por un atractor extraño depende de cómo comenzó el sistema, hasta en sus detalles más pequeños, y luego, de su historia problemática. Por otro lado –y esto es lo que en la economía no vieron o no pudieron ver quienes quisieron desarrollar una política anticíclica- a diferencia de un ciclo límite, se trata de un objeto fractal. El término fractal apareció en 1975 de la mano de Benoit Mandelbrot, quien lo utilizó para describir la geometría particular de formas irregulares que poseen un mismo aspecto en todas sus escalas de longitud. De la misma forma, prescindiendo de la medida en que se amplíe, cualquier región de un atractor extraño contiene esencialmente toda la estructura del atractor. Las investigaciones de Mandelbrot han modificado el concepto que se tenía acerca de las dimensiones. Todos considerábamos empíricamente que, por ejemplo, una línea posee una sola dimensión, y el área de un rectángulo, dos. Pero los objetos, en realidad, poseen dimensión fraccional o fractal. Mandelbrot hizo célebre aquella pregunta acerca de qué longitud tiene la costa de Gran Bretaña, concluyendo que la respuesta depende de la escala de longitud escogida para medir el litoral, así como de la certeza de que la realidad no es nunca unidimensional. La distancia lineal de un mapa nos ofrece una cifra, pero si caminamos a lo largo de la costa veremos que la línea marítima se alarga, tomando en cuenta recodos, cabos, puntas y bahías. Además es claro que la contestación a la pregunta de Mandelbrot depende de la escala empleada, pues existe una estructura en todas las escalas de longitud. Si lográramos reducir esas escalas de longitud a lo infinitesimal, la línea costera poseería una longitud infinita. Lo paradójico es que esa línea infinita encierra un área finita, como lo era en aquel caso el territorio de Gran Bretaña o cualquier territorio. El descubrimiento de las estructuras fractales ha revelado una nueva forma de contemplar los infinitos niveles de complejización del sistema materia. Los atractores extraños desbaratan aquello que se llama el determinismo simétrico del tiempo, que ahora se lo puede definir como de dimensión fractal y es en ese sentido -en economía- en el que hay que analizar la productividad y el tiempo de trabajo necesario. La circunstancia de que la dimensionalidad de un atractor extraño sea fractal debe prepararnos para su otra propiedad, el caos. El atractor contiene infinitas posibilidades, aunque confinado a una región finita, el sistema dado. El caos no lineal posee, asimismo, un antagonista: la autoorganización, y el conflicto entre ambas se resuelve por el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo. Debido a ello no se puede definir la productividad social por unidad de tiempo lineal de ocupación de la fuerza de trabajo, porque en este caso se soslaya la acción del atractor extraño –la contradicción fundamental- y el comportamiento caótico no lineal. Tanto el tiempo de trabajo como el desarrollo de las fuerzas productivas están regladas por atractores extraños de dimensionalidad fractal. Como ya hemos dicho, la categoría tiempo de trabajo se compone de múltiples aspectos que casi no tienen que ver con la unidad de tiempo cronológico. Dicho tiempo de trabajo equivale al desarrollo del sistema de la sociedad humana en lo fractal y caótico que le es, y por ende no es medible ni cronometrable sino en sus aspectos externos. En realidad, equivale a los músculos, cerebro, pensamiento y obra de toda la sucesiva humanidad, a su papel como elemento del sistema –lo que equivale a constituir la esencia del ser humano- y en definitiva, a su pertenencia a lo inconmensurable.




Fuente: http://cultural.argenpress.info/








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La Militancia K


Por Eduardo Alberto Planas






Con que ligereza se analizan ciertos temas. En un artículo de este mismo sitio www.sosperiodista.com.ar se critica la presunta liviandad de la militancia kirchnerista actual por escribir en las arenas de una playa argentina “Cristina 2011”. Se cita al filosofo Abraham para criticar al gobierno actual y al anterior, de Néstor Kirchner, ya que es peligroso rescatar la militancia de los años setenta, “debido a lo mal que termino esa década”. Por otro lado, en otro publicado por el diario La Voz del Interior del día Domingo 20 de Febrero de 2011, firmado por Carlos Sachetto, se hace mención a que parecería que algunos “gordos” de la CGT estarían molestos por el avance de los “zurdos” en el gobierno, aduciendo a ello a que últimamente CFK ha nombrado en distintas áreas del mismo, sobre todo en empresas estatales y a segundas líneas del gobierno, a dirigentes de La Cámpora, agrupación que dirige en hijo del fallecido ex presidente, Máximo Kirchner. La Revista Perfil pareciera estar obsesionada con el tema de los jóvenes militantes kirchneristas. Es que habían “invisibilizado” todo ello. De repente “de la nada” surgieron miles de jóvenes en el sepelio de Néstor y ahora están militando en pos de Cristina 2011.
Marcos Aguinis en el programa de Marianito Grondona deliraba comparando a estos jóvenes con las “milicias hitlerianas”. Un médico allí. Sobre el tema de la “invisibilización” que realizan los medios de ciertos temas o personas nos ocuparemos en otro artículo, porque da para mucho. Debemos decir que desde el inicio ya que el título del artículo publicado en el matutino local, trasunta un tinte reaccionario. Se llama Ecos del pasado. El periodista, señala que la agrupación mencionada “reproduce un esquema organizativo similar a la de la JP Regionales de hace 40 años”. (¿Y esto que tiene que ver?) Luego sigue:”Hasta sus consignas son las mismas”. Preocupado el periodista dice que: “El jueves pasado, en la inauguración del estadio único de La Plata, una gran bandera de esa agrupación revivía el clásico estandarte “Liberación o Dependencia”. Claro, años de “relaciones carnales obnubilan a cualquiera… Señala también el periodista que: “En esta plataforma conviven sectores ideológicamente antagónicos, como los sindicatos de la CGT, los caciques territoriales del peronismo ortodoxo y los jóvenes de izquierda de la Agrupación La Campora. Y se pregunta alarmado: ¿No fueron estos mismos sectores los que protagonizaron la sangrienta interna de los años 70? (Sic) Estimo que con ello una vez más se ha apelado a la perimida y retrógrada Teoría de los Dos Demonios así como se deja un mensaje subliminal reaccionario, de no participación. Pero vamos por partes, diría Jack:


I)- Génesis de la violencia política en la Argentina moderna:


El origen de la violencia política en nuestro país, en la época moderna, comenzó el 16 de Junio de 1955 con los bombardeos a Plaza de Mayo, en donde no se sabe la cantidad exacta de personas que murieron masacradas, por una flota de aviones Gloster Metheor de la Marina y la Fuerza Aérea. Gente inocente. Empleados que iban a su trabajo, niños que iban al colegio. Un día común, una mañana ordinaria fue interrumpida por el ruido de los aviones de la muerte, que arrojaron impunemente sus bombas sobre civiles inocentes.


II)-Error en la caracterización de los gobiernos posteriores a 1955.


Otro gran error es visualizar a los gobiernos que sucedieron al peronismo, como gobiernos “moderados” a los cuales también se les otorga el beneficio del olvido en cuanto a los crímenes cometidos entre 1955 y 1966. Crímenes que necesariamente no pasan solo por matar sino también por discriminar, encarcelar, perseguir, torturar, humillar, apalear, violentar, a la gran masa del pueblo argentino que sigue siendo peronista y fiel a las tres banderas históricas del Movimiento. Si hiciésemos un «racconto» de esos hechos, no nos alcanzarían los dedos de las manos para enunciarlos y ordenarlos en el tiempo. 1. Los bombardeos a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955. Más de 250 muertos, el triple de heridos por lo menos y numerosos mutilados. ¿Alguien sabe o recuerda al menos el nombre y apellido de uno de esos muertos? 2. El golpe militar, violento y sangriento contra el gobierno popular y constitucional de Perón elegido por el 62,49% de los votos. 3. Adhesión de ese gobierno de facto oligárquico y elitista surgido (Lonardi primero, Aramburu y Rojas después), a los planes de entrega determinados por el FMI. Todavía estamos pagando...- 4. Intervención a la Confederación General del Trabajo (CGT) que tenía para ese entonces más de 5 millones de trabajadores afiliados y organizados. 5. Recordemos el famoso decreto ley 4.161 (ustedes ya saben a cual me refiero) por el cual se prohibía desde el odio y el revanchismo ser peronista. 6. El robo del cadáver de Eva Perón. Abanderada de los Humildes y Jefa Espiritual de la Nación, pero por sobre todos las cosas, mentora de las milicias obreras armadas de autodenfesa del gobierno nacional y popular peronista. Los gorilas, ya en ese entonces, sabían a quien tenían que hacer desaparecer.... 7. En esos primeros años las fuerzas militares y policiales detuvieron a miles de personas, muchos de ellos fueron torturados y asesinados, otros fueron enviados a las cárceles del extremo sur del país. La policía disparó contra las movilizaciones de trabajadores y asesinó a varios obreros del surco, del puerto, metalúrgicos; decenas de miles de personas fueron inhabilitadas para ejercer cargos gremiales y políticos, miles figuraron en las listas negras y no pudieron trabajar... 8. Los fusilamientos de obreros y civiles peronistas en junio de 1956 por la reacción. 9. El voto en blanco triunfante del peronismo proscripto en las elecciones constituyentes de 1957, que demuestra que ese pueblo no cambia de idea... 10. La traición de Frondizi en 1958, que sube como presidente con los votos peronistas y luego hace todo lo contrario a lo prometido desde el llano. Como puede apreciarse Menem tuvo en quien inspirarse... 11. El famoso Plan CONINTES instrumentado por el gobierno frondizista que llena nuevamente las cárceles y prisiones del país con obreros y militantes peronistas, que resisten los planes recesivos y entreguistas del imperialismo y la oligarquía. 12. Las elecciones del 18 de marzo de 1962 en Buenos Aires, que gana el candidato peronista Andrés Framini y por eso, precisamente por eso, son anuladas de un plumazo, o mejor dicho habría que decir de un sablazo, por los militares - verdadero poder detrás del trono - que aprovechan la circunstancias además, para destituir a un Frondizi que ya no les sirve para nada. Y así podríamos seguir con holgura citando barbaridades hasta 1966. Inclusive durante el gobierno de Illia, quién concurrió a elecciones aceptando la proscripción del peronismo, subió con tan solo el 22% de los votos. Si hubiera sido democrático en serio hubiera llamado a elecciones libres sin proscripciones al otro día de asumir. No, jugaban al “peronismo sin Perón”, “al neoperonismo”, en el que también estaban viejos dirigentes partidocráticos del peronismo y burócratas sindicales. Por eso el fracaso del OPERATIVO RETORNO en 1964, por la defección del vandorismo y la orden del gobierno “democrático” de Illia de detener a Perón en Brasil, en concordancia con lo solicitado por la Embajada yanqui. Vale decir que el origen de la violencia política en la argentina moderna se debe en gran parte a la PROSCRIPCION durante 18 largos años (desde 1955 hasta 1973) del movimiento político mayoritario en el país: EL PERONISMO. Después de 1966 la violencia ejercida por un gobierno despótico y autoritario conducido por el sátrapa ONGANIA, abarcó a todos los aspectos de la vida de un país: política, gremial, estudiantil, universitaria, cultural. Un gobierno pomposamente llamado Revolución Argentina que pretendía estar 30 años en el poder.


III)-El Golpe cívico-militar oligárquico imperialista del 24 de marzo de 1976.


Con respecto a lo sucedido a fines de la década del 70, no debe dejar de recordarse que el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 fue efectuado por las cúpulas militares con el objetivo de implantar con la fuerza de las bayonetas un plan político, económico, social y cultural, que viene a ser lo que se llama NEOLIBERALISMO, de exclusión social, destrucción del aparato productivo nacional, apertura de la economía, endeudamiento externo, corrupción y especulación rentístico financiera. Para aplicarlo tenían que eliminar todo atisbo de oposición. Democráticamente -vía Consenso de Washington- lo aplicó después MENEM sin bayonetas. El Menemismo fue la continuación ideológica del “Proceso”. Para ello debieron desestabilizar un gobierno que si bien era democrático, practicaba el terrorismo de Estado, me refiero al gobierno de Isabel Perón, pero que había llamado a elecciones para Octubre de 1976. Además había los remedios institucionales que preveía la Constitución en todo caso para salir de esa crisis. Para crear una sensación de caos e inseguridad se provocaron todo tipo de acciones para generar esa situación de inestabilidad y poder realizar el Golpe de Estado. Es decir hicieron inteligencia para preparar a la gente para el Golpe. Por ejemplo, ahora se ha sabido merced al llamado el juicio del siglo, a los dictadores Videla y Menéndez en nuestra Ciudad recientemente y por el libro de Miguel Robles, intitulado “La Búsqueda”, que el D2 (Departamento de Informaciones de la Policía de la Provincia de Córdoba), con sede en Pasaje Cuzco, (hoy Pje. Santa Catalina donde actualmente está el Archivo de la Memoria), durante el año 1975 y bajo los órdenes de Telleldin, y prácticamente ya actuando como COMANDO LIBERTADORES DE AMERICA, realizaron múltiples atentados con bombas, secuestro de personas y robos domiciliarios, así como ejecuciones de policías, (entre ellos el padre del autor del libro Comisario Robles) adjudicándoselos luego a la organización político militar Montoneros, para así crear un campo propicio para justificar el GOLPE DE ESTADO. Entre estos crímenes se cuenta la de varios policías, incluso del mismo D2”, (cuyos nombres se dan en el libro mencionado) y la bomba colocada por ejemplo, en el cine CINERAMA. Vale decir que no se debe analizar tan simplemente ciertas cuestiones, tan dolorosas para los argentinos, para todos aquellos que luchaban por una patria más justa y más digna. La décadas del 60 y del 70 fueron pletóricas de sueños y utopías. Es la historia de una generación que lucho por un mundo mejor. No “terminó mal” por culpa de aquellos que bregaban por esa causa noble y justa, sino como siempre lo ha sido a lo largo de nuestra historia, (porque todos los golpes de Estados fueron intentos de restauración del modelo oligárquico imperialista,), por la violencia ejercida en contra del pueblo por la oligarquía (Martínez de Hoz y cómplices, léase Cavallo, etc.) que utilizó al partido militar para implantar su plan político económico y social, que preveía inicialmente el exterminio masivo de casi toda una generación. La Teoría de los Dos Demonios lleva implícito un mensaje subliminar de no participar. No te metas en política porque sino… Este gobierno y el anterior han reivindicado la política como el instrumento de transformación de la realidad. Y han rescatado la Militancia de los 70 como ejemplo de lucha por los ideales, sin llegar a sacralizarla, admitiendo los errores cometidos. Además es cierto que las circunstancias políticos tanto nacionales como internacionales son totalmente distintas. El hecho de la proscripción durante tanto tiempo del peronismo y sobre todo el tremendo autoritarismo del Onganiato que cerró todas posibilidades de participación, llevo a lo que se llamó la radicalización y peronización de las capas medias y a asumir como única forma legítima de terminar con una tiranía la lucha armada. En su momento grandes masas de la población aplaudían las acciones de las organizaciones político-militares. Pero ahora la situación es totalmente distinta. El país es distinto, el contexto político, cultural e histórico es distinto. El mundo es distinto. Latinoamérica es distinta. La militancia K existe, está conformada por miles de jóvenes y no tanto. como los Autoconvocados K, Las Kristinas, y diversas agrupaciones, organizaciones libres del pueblo, políticas y sociales, que a lo largo y a lo ancho del país se van formando o vienen ya trabajando para defender y profundizar este gobierno nacional y popular en marcha hacia la liberación. La militancia K existe.
Es la continuación – pero adecuada a este nuevo contexto político social y hasta cultural- del proyecto de liberación derrotado pero no vencido en 1976. Es algo que viene desde los albores de nuestra misma patria. Aclaremos esto sí: hoy en el peronismo las cosas se resuelven como debe ser en democracia, por los VOTOS.


Eduardo Alberto Planas, Ciudad de Còrdoba, Febrero 2011.-





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