jueves, 30 de abril de 2009

revista digital de Cultura MACEDONIO BELARTE - AÑO IV - Nª XLIII - ABRIL 2009


panta rei
Música, libros, pensamiento y otros desechos humanos
El Mito Del Eterno Retorno : Arquetipos y Repetición

Mircea Eliade (1907-1986) fue un filósofo rumano y el más grande historiador de las religiones del siglo XX. Su mastodónica Historia De Las Ideas Religiosas es la obra definitiva sobre el tema, y demuestra una erudición y capacidad de integración de conocimientos casi sobrehumanas.
En El Mito Del Eterno Retorno (1951) es un repaso al pensamiento mítico arcaico en contraposición al pensamiento histórico moderno, y un duro ataque a este últimoLas sociedades arcaicas, pese a conocer también cierta forma de “historia”, se esfuerzan por no tenerla en cuenta.

· La filosofía occidental corre el peligro de tornarse “provinciana”: primero, por aislarse celosamente den su propia tradición e ignorar, por ejemplo, los problemas y las soluciones del pensamiento oriental; luego, por obstinarse en no reconocer más que las “situaciones” del hombre de las civilizaciones históricas, sin consideración por la experiencia del hombre “primitivo”.
· Las concepciones metafísicas del mundo arcaico no siempre se han formulado en un lenguaje teórico, pero el símbolo, el mito, el rito, [...] expresan un complejo sistema de afirmaciones coherentes sobre la realidad última de las cosas, sistema que puede considerarse en sí mismo como una metafísica.
· Para el hombre arcaico los objetos del mundo exterior no tienen valor intrínseco autónomo. Un objeto o una acción adquieren un valor y, de esta forma, llegan a ser reales, porque participa, de una manera u otra, en una realidad que los transciende.
· Los actos humanos, su significación, su valor, no están vinculados a su magnitud física bruta, sino a la calidad que les da el ser reproducción de un acto primordial, repetición de un ejemplar mítico. La nutrición no es una simple operación fisiológica; renueva una comunión. El casamiento y la orgía colectiva nos remiten a prototipos míticos, se reiteran porque fueron consagrados ab origine por dioses, antepasados o héroes.
· El mundo que nos rodea, civilizado por la mano del hombre, no adquiere más validez que la que debe al prototipo extraterrestre que le sirvió de modelo. El hombre construye según un arquetipo. No sólo su ciudad o su templo tienen modelos celestes, sino que así ocurre en toda la región en que mora, con los ríos que la riegan, los campos que le procuran su alimento, etc.
· Todo territorio que se ocupa con el fin de habitarlo o de utilizarlo como “espacio vital” es previamente transformado de “caos” en “cosmos”; es decir, que, por efecto del ritual, se le confiere una “forma” que lo convierte en real. (…) Lo real por excelencia es lo sagrado; pues sólo lo sagrado es de un modo absoluto, obra eficazmente, crea y hace durar las cosas.
· Repetición de la cosmogonía: toda creación repite el acto cosmogónico por excelencia: la creación del mundo, en consecuencia, todo lo fundado lo es en el centro del mundo (puesto que, como sabemos, la creación misma se efectuó a partir de un centro).
· El tiempo de un ritual cualquiera coincide con el tiempo mítico del “principio”. Por la repetición del acto cosmogónico, el tiempo concreto, en el cual se efectúa la construcción, se proyecta en el tiempo mítico, in illo tempore en que se produjo la fundación del mundo.
· “Debemos hacer lo que los dioses hicieron al principio”. “Así hicieron los dioses; así hacen los hombres”. Este adagio hindú resume toda la teoría subyacente en los ritos de todos los países. Encontramos esta teoría tanto en los pueblos llamados “primitivos” como en las culturas evolucionadas.




· Los ritos matrimoniales tienen también un modelo divino, y el casamiento humano reproduce la hierogamia, más particularmente la unión entre el cielo y la tierra. La mayoría de las orgías colectivas encuentran justificación ritual en la promoción de las fuerzas de la vegetación. Es indiferente saber en qué medida estos ritos crearon los mitos que los justifican. Lo que importa es el hecho de que tanto la orgía como el casamiento constituían rituales que imitaban actos divinos o ciertos episodios del drama sagrado del cosmos. Legitimación de los actos humanos por un modelo extrahumano.




· El hecho de que comprobemos que el mito ha seguido algunas veces al rito no hace disminuir en nada el carácter sagrado del ritual. El mito sólo es tardío en cuanto fórmula; pero en contenido es arcaico y se refiere a sacramentos, es decir, a actos que presuponen una realidad absoluta, extrahumana.
· El mundo arcaico ignora las actividades “profanas”: toda acción dotada de un sentido preciso -caza, pesca, agricultura, conflictos, sexualidad, etc.- participa de un modo u otro en lo sagrado. La mayoría de estas actividades han sufrido un largo proceso de desacralización.
· Luchas, conflictos, guerras, tienen la mayor parte de las veces una causa y una función rituales. (…) En ningún caso pueden explicarse la guerra o el duelo por motivos racionalistas.
· Ya que un objeto o un acto no es real más que en la medida en que imita o repite un arquetipo, los hombres tendrían, pues, la tendencia a hacerse arquetípicos y paradigmáticos. El hombre de las culturas tradicionales no se reconoce como real sino en la medida en que deja de ser él mismo (para un observador moderno) y se contenta con imitar y repetir los actos de otro. Esa ontología “primitiva” tiene una estructura platónica, y Platón podría ser considerado en este caso como el filósofo por excelencia de la “mentalidad primitiva”.
· Abolición del tiempo: un sacrificio, no sólo reproduce exactamente el sacrificio inicial revelado por un dios ab origine, sino que sucede en ese mismo momento mítico primordial; en otras palabras: todo sacrificio repite el sacrificio inicial y coincide con él. Hay abolición implícita del tiempo profano, de la duración, de la “historia”.
· El hombre de las culturas arcaicas soporta difícilmente la “historia” y se esfuerza por anularla en forma periódica.
· Para un moderno hipercrítico, la pretensión de Darío (que se juzgaba como un nuevo Thraetaona, héroe mítico iranio) podría significar jactancia o propaganda política, y la transformación mítica de los reyes paganos en dragones consistiría en la laboriosa invención de una minoría hebrea incapaz de soportar la “realidad histórica” y deseosa de consolarse a toda costa refugiándose en el mito y el wishful-thinking. Lo erróneo de una interpretación tal -puesto que para nada tiene en cuenta la estructura de la mentalidad arcaica- se relaciona, entre otras cosas, con el hecho de que la memoria popular aplica una articulación y una interpretación completamente análogas a los acontecimientos y a los personajes históricos.
· El carácter histórico de los personajes evocados por la poesía épica no se pone en duda, pero su historicidad no se resiste mucho tiempo a la acción corrosiva de la mitificación. El recuerdo de un acontecimiento histórico o de un personaje auténtico no subsisten más de dos o tres siglos en la memoria popular. Esto se debe al hecho de que la memoria popular retiene difícilmente acontecimientos “individuales” y figuras “auténticas”. Funciona por medio de estructuras diferentes; categorías en lugar de acontecimientos, arquetipos en vez de personajes históricos. La memoria colectiva es ahistórica.
· En cuanto a la objeción según la cual una supervivencia impersonal equivale a una muerte verdadera, únicamente es valedera desde el punto de vista de una “conciencia histórica”, en otras palabras, desde el punto de vista del hombre moderno, pues la conciencia arcaica no concede importancia alguna a los recuerdos “personales”










por Alejandro Delgado en Marzo 1, 2008.













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Psicología Jueves, 26 de Febrero de 2009
Cinco enseñanzas del budismo
“Despójate del futuro“”

El autor propone cinco enseñanzas que son el corazón de la práctica budista cotidiana: “estas verdades siempre son válidas y cualquiera, joven o viejo, puede entenderlas”.



Por Arnaud Maitland *

Amigos, un precioso cuerpo humano,/ por ser una ocasión única y la conjunción correcta,/ es muy difícil de hallar dentro de las seis formas de vida./ Tan encantado como un ciego/ que se topa accidentalmente con un tesoro escondido,/ usen este cuerpo para alcanzar prosperidad y bienaventuranza. (Longchempa, sabio budista del siglo XIV.)

¿Cómo podemos sacarle el máximo provecho a nuestra vida? Para un budista tibetano, la respuesta a esta pregunta siempre comienza contemplando nuestra enorme suerte por tener una existencia humana. Una imagen tradicional dice: “Tiene mayor probabilidad una tortuga de mar ciega de pasar su cabeza por el agujero de un yugo arrojado al océano, que nosotros de adquirir un cuerpo humano”. Entendiendo que la vida humana es un regalo precioso que debemos apreciar, un budista tradicional suele comenzar el día recitando un texto o una frase para invocar la apreciación del cuerpo, de la mente y de los sentidos, los medios de que disponemos para aprovechar al máximo nuestra vida.
Cinco verdades o enseñanzas dharma nos proveen la estructura que orienta hacia una vida plena de sentido. Estas verdades siempre son válidas, independientemente del tiempo y del espacio. En su simplicidad, cualquiera, joven o viejo, puede entenderlas. Estas cinco verdades centrales –apreciación, impermanencia, karma, inutilidad del sufrimiento innecesario y libertad– son el corazón de la práctica budista cotidiana.
Si no logramos integrar estas verdades de vida a las experiencias del día a día, sentimos una suerte de vacío. Algo indefinible nos está faltando. Nuestras metas permanecen inalcanzables, nos sentimos incomprendidos. Las frustraciones, las emociones, las lágrimas, las resistencias internas y la esperanza infundada de que algún día todo esto mejorará espontáneamente, todo ello es indicio de la falta de conocimiento.
Encarnando estas cinco verdades a través de la meditación y la ejercitación, podremos acceder a la profundidad que tanto anhelamos. Nuestra vida adquirirá dimensión espiritual. A medida que estas verdades formen parte de lo que pensamos, decimos y hacemos, viviremos más armoniosamente con las cosas como son, sin arrepentimiento ni tiempo malgastado. Si estas verdades están presentes en nuestra mente, estaremos preparados para cuando la muerte nos alcance. Ellas forman un marco referencial en el que la mente se despliega hacia su intrínseca perfección. En las páginas siguientes expondré mis propias reflexiones acerca de su importancia, y para ello me basaré en mis estudios y en mi experiencia a través de estos años, cuando me propuse comprender el significado de estas enseñanzas básicas, pero profundas.

Apreciación
El camino espiritual comienza al darnos cuenta de que nuestra vida y la de todos los seres sintientes tienen valor y merece respeto. Cada ser humano tiene cuerpo, mente y la energía vital para usarlos de manera provechosa. Se puede ser feliz y ser útil a los demás de muchas maneras diferentes. El poder apreciar estas oportunidades es la clave de una existencia plena de sentido.
Nuestro cerebro y los circuitos neuroquímicos prosperan en la apreciación. La investigación científica muestra que, así como la adquisición de nuevas destrezas estimula la producción de neuronas, generar sentimientos de apreciación también incrementa la cantidad de neuronas en el cerebro. La gratitud y la apreciación fortalecen el sistema inmunológico, además de otros sistemas en el organismo. Mejora la circulación y hace que la mirada adquiera brillo. Según las enseñanzas budistas, esta vivacidad y vitalidad son nuestro patrimonio.
Como toda actitud mental, desarrollar la apreciación es cuestión de costumbre. Cuando estamos entrampados en pautas negativas, parece que no hay nada que apreciar: toda nuestra energía parece centrarse en los problemas. El negativismo tiene su propia lógica apremiante. Sin embargo, aun cuando no nos sintamos particularmente agradecidos, podemos aprender a despertarnos a los aspectos positivos de cualquier experiencia del momento.
Así como adquirimos pautas negativas por la repetición constante de pensamientos y sentimientos negativos, podemos desarrollar la apreciación cultivando pensamientos y sentimientos de gratitud. Todo sentimiento de apreciación, hasta el más pequeño, estimula nuestra energía y nuestro entusiasmo, y nos impulsa a avanzar. Pronto la mente se acostumbra a la energía vital de los sentimientos y los pensamientos positivos, se pone en marcha una transformación interior y nuestra inteligencia y energía asumen nuevas formas.
Podemos comenzar apreciando todo lo que aprendimos y realizamos hasta este momento. Luego, podemos apreciar las posibilidades latentes en nuestras circunstancias actuales. ¿Cuánta más sabiduría y amor somos capaces de vivenciar antes de morir? En momentos de crisis, la apreciación puede ser un potente remedio. Podemos preguntarnos: “A pesar de todos mis problemas, ¿qué hay de bueno detrás de esta situación y en mi vida?”; “¿De qué cosas estoy seguro entre tanto cambio e incertidumbre?”. Plantearse estas preguntas genera apreciación.
Buscamos soluciones al preguntarnos cosas del tipo: “¿Cómo puedo mejorar esta situación?” y escuchando la respuesta. La gratitud por la orientación que recibimos nos ayuda a entender que ninguna condición es definitiva, ningún sufrimiento es desesperanzado. Cada situación nos brinda la oportunidad de abrirnos a un conocimiento más amplio. Al profundizar la apreciación, nacen el amor y la sabiduría.

Impermanencia
Entender la impermanencia enciende nuestra pasión por explorar aun más nuestro potencial. Se considera que el hombre vive en promedio unas cuatro mil semanas. Es como si viviéramos un tiempo prestado y un reloj de arena invisible midiera los días dejando caer los granitos. ¿Cuántos días nos quedan? Cada vez nos queda menos tiempo. Estamos seguros de que vamos a morir; lo que no sabemos es cuándo ni cómo. Nuestra respiración nos une a la vida. Un día, después de haber inhalado varias veces, exhalaremos por última vez y ése será el fin de esta vida. Toda vida tiene un plazo. Todo momento –sobre todo éste– cuenta.
La impermanencia quizá sea la principal característica de la existencia humana. En nuestra vida diaria, los buenos y los malos momentos vienen y van. Los niños crecen y los adultos envejecen. La vida se perpetúa en infinitos ciclos. Todo tiene un comienzo, un centro y un final, cada comienzo contiene su propio fin y cada fin encierra la promesa de un nuevo comienzo. Nada permanece tal como es ahora: el presente no vuelve. Parte del arte de vivir es poder comenzar bien cada momento, centrar la atención, soltarse gentilmente y, luego, despedirse dándole a cada instante sus propias cualidades.
Un día que no concluyó adecuadamente proyectará los elementos no procesados al día siguiente. Quizá sea algo que descuidamos o pasamos por alto, o un sentimiento que no hemos podido sentir; cualquiera sea su forma, los elementos del día no resueltos nos acompañan como un equipaje molesto. La frustración de hoy obedece a causas que ocurrieron en el pasado; si tampoco cuestionamos nuestro desengaño, éste se convierte en otro resto de experiencia antigua que va apilándose como basura en una esquina.
Si experimentamos la transición de un día al otro con conciencia, podemos ingresar en el futuro con una mente más liviana y abierta. Al finalizar el día o una fase, podemos pasar revista a todo: recuerdos intensos, logros, arrepentimiento y remordimiento. Aceptamos lo ocurrido y, luego, lo dejamos ir. Así, la transición al día siguiente es más fácil. Ya no cargamos con el peso de relaciones tirantes o penosos recuerdos de nuestras acciones desconsideradas. Nada pesa sobre nuestra conciencia; los pensamientos culposos o la pena de sí no nos consumen. Hasta la muerte se convierte en algo para celebrar, como un nacimiento, una vida valiosa que concluye y el comienzo de algo nuevo.
Impermanencia no es un simple concepto, sino una experiencia vital. Con la práctica, mente y corazón se familiarizan con la impermanencia, y nos movemos con el cambio en lugar de resistirlo. Hay un método para ser conscientes del paso del tiempo: se trata de focalizar la conciencia en el ciclo de la respiración, centrándonos en cada inspiración y exhalación de manera neutra. A medida que nos acoplamos al ritmo de la respiración, la cualidad siempre cambiante del tiempo se vuelve inseparable de la conciencia. La apreciación por el flujo constante del tiempo pasa a ser algo natural en nuestra vida cotidiana. Consustanciados con el flujo, nos sentimos cómodos con el cambio. La impermanencia ya no es más un obstáculo o una amenaza, sino la puerta hacia el cambio positivo.

Karma
En el budismo, la conexión causa-efecto se conoce como ley del karma. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos –o dejamos de hacer– tiene sus consecuencias. Hasta el pensamiento más fugaz, la palabra más simple, el más pequeño gesto, todo tiene sus efectos. Nuestra conducta anterior nos ha conducido a las actuales circunstancias. La tensión corporal expresa la verdad del karma, así como nuestro cuerpo guarda el registro de nuestro pasado. Si nos falta alguna cualidad en nuestra vida es porque no la introdujimos previamente; sin una causa en particular no podemos esperar el resultado correspondiente. De la misma manera, nuestras acciones en el presente determinan nuestra felicidad futura. Aunque quisiera intentarlo, nadie puede arreglarnos la vida. La gracia no nos llega de afuera, sino de nuestro interior.
Es fácil confundir karma con destino. Y decimos “Oh, ése es mi karma”, mientras suspiramos con resignación. Esta respuesta tiende a eximirnos de nuestra responsabilidad, como si dijéramos “en realidad no es mi culpa”. La raíz de la palabra karma es “kr”, que significa “hacer”, “realizar” o “llevar a cabo”. Karma se refiere a acción o motivación, y también a resultado. Si la motivación de los pensamientos es impura, será imposible lograr un resultado plenamente positivo. Una intención negativa socava el valor del ser humano y causa sufrimiento innecesario a todos; no puede producir un resultado constructivo. Sólo una actitud positiva puede, eventualmente, generar un resultado positivo.
Dado que nuestra conducta tiende a ser una mezcla de intenciones positivas y negativas, puede resultar difícil distinguir los efectos de nuestros actos. Sin embargo, si aprendemos a seguir nuestras motivaciones en sus desvíos y logramos enderezarlas una y otra vez, con el tiempo obtendremos los resultados deseados. Los actos madurarán según cómo fueron realizados. Sus resultados revelan nuestra intención. Si las cualidades del cuidado y la atención focalizada son parte de un proyecto, seguramente se manifestarán en los resultados. Nuestro buen karma se multiplicará geométricamente en la medida en que otros se beneficien de nuestra obra y que los resultados perduren. Karma positivo significa sabiduría en acción.

Sufrimiento innecesario
En un sentido la mente es neutral, tan capaz de producir felicidad como dolor. No tiene preferencias por una expresión alegre sobre una enojada, o viceversa. No obstante, es cierto que la manera en que funciona la mente –a gran escala o limitada– determina nuestra forma de vida. Si la mente genera felicidad, nuestra experiencia será positiva; si, en cambio, funciona para generar sufrimiento, nuestra experiencia será negativa. Dado que la naturaleza de la mente es neutral, es posible reducir las causas del sufrimiento y fortalecer las de la felicidad.
Un trozo de tela mojado en aceite se empapará de aceite; de la misma manera, los seres humanos asumen las características del ambiente que los rodea. Algunos aprenden desde niños a desconfiar de sus propios sentimientos y pensamientos, lo cual desemboca en alienación respecto de sí mismos y de los demás. Una vez consolidada semejante pauta de desconfianza de sí mismo, ésta tiende a moldear todas las experiencias siguientes. A cualquier edad podemos buscar validación adhiriendo a las normas y valores de otras personas, tomando las expectativas del mundo que nos rodea como la vara que usaremos para medirnos. Al no reconocer nuestro propio valor, somos incapaces de reconocer y apreciar cualidades especiales en los demás.
Los atletas luchan para sobreponerse a pautas personales que socavan su performance proponiéndose aprender de los obstáculos y aprovechar al máximo su talento. También nosotros podemos proponernos abordar los obstáculos en nuestro camino como maestros, es decir, en tanto oportunidades para fortalecer nuestros recursos mentales y de energía. Seremos más sabios reconociendo nuestros errores y aprendiendo de ellos. Nuestras frustraciones, el desamparo y la resistencia a la vida pueden convertirse en importantes fuentes de conocimiento. Observando lo que se esconde detrás de estas experiencias, podemos aprender a descifrar sus mensajes ocultos. Entonces, los contratiempos ya no lograrán desviarnos de nuestro camino porque sabemos que son una fuente invalorable de autocomprensión.
El sufrimiento ocurre en el cuerpo y en la mente, por lo tanto debemos buscar las soluciones en ambas instancias. A través de la pena y el dolor, la vida nos informa de aspectos de nuestro ser que permanecen poco desarrollados. Aunque no siempre podamos descifrar el mensaje o seamos inconscientes de gran parte del conocimiento que yace velado en nuestro interior, aun así podemos reunir la confianza necesaria para profundizar, recordando que somos responsables de nuestras propias desilusiones. En lugar de buscar un culpable afuera, podemos optar por el camino más sensato, el de examinar las causas de nuestro sufrimiento y la dinámica que lo sostiene. Una base sólida de autoconocimiento puede reemplazar gradualmente la base inestable del yo que sufre sin saber por qué. Porque nos ayuda a descubrir las condiciones que conducen a la felicidad, el sufrimiento nos muestra el camino a la libertad.

Libertad
El budismo tibetano sugiere que existen cuatro puertas que conducen a la libertad. La primera puerta tiene un cartel que dice: “Olvida el pasado”. No te aferres a aquello que te ocurrió anteriormente porque podrías perderte todo lo que la vida tiene para ofrecerte. Considera el pasado como una ciudad que has dejado atrás y atraviesa la primera puerta sin arrepentimiento. El cartel en la segunda puerta dice: “Participa en todo lo que ocurre en este momento, no te retengas”. La llave que encaja en la cerradura de esta puerta es la participación plena. Cada vez que te entregues con el alma y el corazón se abrirá la segunda puerta. Cuando no estés obsesionado con el pasado y te halles totalmente inmerso en el presente –en tu trabajo y en tu amor por la vida y por otros seres– naturalmente llegas a la tercera puerta, cuyo cartel dice: “Abandona todo sentido del yo”. En lugar de detenerte en preocupaciones egoístas centrándote en todo lo bueno que pueden procurarte tus actos –como lograr fama y fortuna–, te centras en ser y en hacer con pasión: en experiencia y vida desligada del yo. Ahora, de la manera menos pensada, te hallas frente a la cuarta y última puerta: “Despójate de toda idea de futuro”. Cuando tu mente deje de divagar por el futuro, por aquello que serás o harás más adelante, te quedarás con el ahora, y la última puerta se abrirá de par en par. Sin pasado, totalmente comprometido, liberado del yo y sin expectativas, serás libre.
Nos han condicionado a creer que los seres humanos se encuentran imposibilitados de cambiar sustancialmente. Es el conocido “Yo soy así”. Si bien a veces nos sentimos contentos, libres y seguros de nosotros mismos, no tenemos control sobre esos estados de ánimo y no podemos sostenerlos. A la larga nos sentimos frustrados al comprobar nuestra impotencia y nuestra incapacidad para manejar nuestra vida. Si no trabajamos con esa frustración, podremos terminar en un camino sin salida, confiando nuestra sed de libertad interior a un diario íntimo, o encerrándola en algún rincón privado de nuestra mente.
Hay otra manera. Cuando logramos prestar atención a nuestras emociones negativas sin la compulsión de actuarlas, la conciencia se expande y descubrimos que somos libres de elegir la cualidad de nuestras actitudes y respuestas. La conducta compulsiva cede, y los pensamientos constructivos y los actos positivos surgen con mayor facilidad y naturalidad. Ya dejamos de correr detrás de aquello que nos hace felices o de evitar lo que nos ofende. Erigimos nuestro hogar en el espacio y en el poder de la mente abierta, antes que en los límites del yo mismo. La vida es lo que hacemos de ella, y el tiempo nos ofrece oportunidades de cambiar y crecer.
La reflexión sobre estas cinco verdades –apreciación, impermanencia, karma, sufrimiento innecesario y libertad– puede encender una transformación interior que ponga fin a la punzada de la impotencia. Nos damos cuenta de que no saber cómo darles un giro positivo a nuestras emociones también es conocimiento. Sabemos que no sabemos, todavía no tenemos el conocimiento que necesitamos. Pero las respuestas no se producen a través del intelecto. Las enseñanzas budistas ofrecen el insight así como también un camino de acción para fortalecer nuestra capacidad de conocer. A nosotros nos corresponde elegirlo, y esta libertad de elección es la libertad de ser.
En el budismo, todos somos estudiantes de por vida. El proceso de desarrollar la conciencia es como tallar un diamante: la paciencia y la pericia harán aparecer las cualidades más exquisitas de la piedra. El proceso de despertar la conciencia tiene múltiples facetas, que cobran sentido y belleza con tiempo y trabajo. A medida que empezamos a entender y encarnar las cinco verdades, esperanza y temor se convierten en certeza y confianza.
Los textos clásicos del budismo se refieren a este viaje como el Camino de los Héroes. El sobreponerse a las pautas personales y culturales requiere coraje heroico y resolución. Como reza un antiguo dicho tibetano, “deberá crecer un hueso en nuestro corazón”.

* Fragmento de Vivir sin arrepentimiento. La experiencia humana a la luz del budismo tibetano (ed. Norma).
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DialogosLunes, 28 de Julio de 2008
Marie-Monique Robin, autora del best seller "El mundo según Monsanto" que llegará en diciembre a la Argentina

“Un pueblo que se dedica a un solo cultivo se suicida”



El ensayo periodístico más leído de los últimos meses en Francia esta dedicado en gran parte a la Argentina. En esta entrevista, su autora, Marie-Monique Robin se pregunta qué pudo haber ocurrido para que “Eduardo Buzzi cambie de bando en tres años”.

Por Heber Ostroviesky y Enrique Schmukler
Desde París

–¿Cuáles son los aspectos ligados al modelo de explotación agrícola en Argentina que, según lo que usted pudo investigar en nuestro país, han quedado hasta ahora afuera de la discusión política?

–Si bien es necesario que el Gobierno intente reglamentar las exportaciones debería, sobre todo, limitar la expansión absolutamente demencial de la soja transgénica. Aunque las retenciones contribuyen a limitar la producción indiscriminada, no es suficiente. A mi juicio es urgente analizar el peligro de los organismos genéticamente modificados (OGM) a fondo. En la actualidad la producción cubre un total de 18 millones de hectáreas. ¿Y esto que quiere decir? Una sola cosa: aumento del monocultivo. Se trata de una constatación que, para mí, es inobjetable y confirma lo que había observado hace tres años, en otra visita que hice a la Argentina. La frase “Un pueblo que se dedica al monocultivo se suicida” es evidente en este caso. Lo que hay que entender es que la expansión de la soja transgénica va en detrimento de los pequeños y medianos productores, al verse obligados a abandonar la producción de alimentos para la población. En primer lugar, porque las semillas que suministra la multinacional Monsanto, de nombre Roundup Ready (Soja RR), se fumigan con el herbicida Roundup, de modo que el resto de las tierras queda contaminado, puesto que es un herbicida muy volátil. Es decir, los pequeños agricultores deben abandonar su hacienda porque sus plantaciones son sencillamente destruidas por el herbicida. La soja provoca problemas sanitarios graves. Y esto ha sido confirmado por un informe del Hospital Italiano de Rosario. Pero también constituye un terrible problema social. No regular la producción de soja transgénica es darle la llave de la agricultura del país a unos inversores que nada tienen que ver con la agricultura. Darles todo el poder de maniobra a los “pools de siembra”, como lo describía Eduardo Buzzi en una entrevista que le realicé en 2005, es poner en juego la seguridad alimentaria de la Argentina.
–¿Cómo fue el desembarco de las semillas de Monsanto en la producción agrícola Argentina? ¿Tuvo resistencias este modelo?
–En 2005 Monsanto y el gobierno argentino estaban en medio de un conflicto por el tema de las regalías que la multinacional estadounidense pretendía cobrar por la exportación de la soja, ya que Argentina no reconoce la patente que reclama Monsanto sobre el gen Roundup Ready. Por ese tiempo Monsanto quería cobrarle 15 dólares a cada cargamento de granos o harina de soja a su llegada a los puertos europeos, ante la imposibilidad de cobrar tres dólares a los productores en territorio argentino. Allí Monsanto comenzaba a mostrar su verdadera cara. Pero antes, en la década de 1990, la totalidad de los productores recibieron a esta empresa con entusiasmo, por supuesto. Recuerdo haber entrevistado a agricultores que me dijeron que, al principio, llamaban a las semillas transgénicas “semillas mágicas”. Inclusive Buzzi me había dicho en esa oportunidad: “Nosotros sostuvimos ese modelo, pero caímos en la trampa. Estaba todo calculado”.

–¿De qué se trata el llamado “principio de equivalencia en sustancia”, retomado en Argentina?
–Este principio aceptado inicialmente en los Estados Unidos no tiene ninguna base científica que lo valide. Sin embargo, al impedir que los OGM sean considerados como aditivos alimentarios, las empresas de biotecnología pudieron evadir pruebas toxicológicas y evitar el etiquetado especial de sus productos. La decisión que permitió comercializar los OGM sin ninguna evaluación fue aceptada también en la Argentina. Gracias a estas mentiras los OGM llegaron al país y desde allí invadieron Paraguay y Brasil, donde no estaban autorizados. Como me había dicho Eduardo Buzzi en 2005, se trató de una estrategia planificada por Monsanto para forzar la legalización y generalización de los OGM. Como Brasil no autorizaba los transgénicos, Monsanto se implantó en la Argentina de Menem y desde allí elaboró su estrategia, que terminó contaminando a buena parte de América del Sur.

–¿Le parece lógico que durante el conflicto por las retenciones, el presidente de la Federación Agraria Argentina se uniera a los “pools de la siembra”, como él mismo los apodaba?
–Que Eduardo Buzzi en un comienzo haya defendido el modelo de la soja transgénica es posible, porque para él, como para muchos productores, se trataba de “semillas mágicas”. Es decir, se puede entender que los productores, dejándose llevar por la propaganda fraudulenta, hayan creído en lo que Monsanto les prometía. Lo realmente curioso, y que da lugar a sospechas, es que hoy en día Bu-zzi se haya cambiado de bando, por así decirlo, y comulgue con los “pools de la siembra”, que en 2005 le habían tendido una trampa. Me pregunto ¿qué habrá pasado desde 2005 que explique ese cambio abrupto de posición? Yo filmé a Buzzi hace tres años para un documental sobre la soja en Argentina, que transmitió la cadena francoalemana Arte. Allí, Eduardo Buzzi hacía un balance del modelo agrícola sojero, y concluía señalando que lo único que podía garantizar la seguridad alimentaria del país era la pequeña y mediana agricultura, a partir del suministro de cultivos diversificados. En esa oportunidad, Buzzi diferenciaba a los productores nucleados en la Federación Agraria de lo que él llamaba “un modelo agrícola destinado al agrobusiness”. Ahora bien: ¿qué hace hoy en día Buzzi? Está con los “pools de la siembra”. ¿Qué pasó? No sé exactamente, no tengo pruebas. Todo lo que puedo decir es que Monsanto desembarcó en Argentina en 1997, e impuso los OGM en un gobierno corrupto como el de Carlos Menem. Y en esa operación es muy probable que haya habido maniobras oscuras. Monsanto tiene una vasta experiencia en hacer cambiar de opinión a la gente.

–En uno de los capítulos de su libro, usted habla del rol que juegan ciertos medios de comunicación en la difusión y apoyo de los OGM en nuestro país. ¿En que consiste este apoyo concretamente?
–Hay medios de comunicación en Argentina que hacen claramente propaganda de los OGM. Al leer diarios como Clarín vemos perfectamente este tipo de discursos y nos hace por lo menos sospechar que, en ese ámbito, habría también una importante corrupción. Cuando uno lee los artículos de su colega Héctor Huergo de Clarín Rural, no puede más que preguntarse cuál es la relación de este hombre con Monsanto. Lo que escribe es propaganda pura, con informaciones falsas. Se les quiere hacer creer a los lectores que van a terminar con el hambre gracias a los OGM, que no habrá más problemas de malnutrición, pero es mentira. Estas cosas hay que investigarlas en profundidad. Hay que tener en cuenta que Monsanto es capaz de corromper al más fuerte. En Indonesia, por ejemplo, hay casos probados y condenas a Monsanto por corromper a más de cien funcionarios del gobierno.

–En general, los antecedentes non sanctos de Monsanto son poco a nada conocidos, o por lo menos no han sido lo suficientemente difundidos...
–En Argentina los medios no dicen que Monsanto ha sido condenada en Estados Unidos y Francia por publicidad falsa, que no tienen más derecho a marcar en sus productos que no afectan al medioambiente. He verificado en varios países la manera de actuar de Monsanto: compran... En el libro y en el film se demuestra que hubo científicos comprados durante más de 20 años para contar mentiras. Hoy sabemos que el Roundup es cancerígeno. Está claro que en un tiempo será prohibido, como ocurrió con tantos productos de Monsanto en el pasado (el PCB, la dioxina, entre otros) que generaron polución en el planeta por cuarenta años y que finalmente fueron prohibidos. El Roundup es altamente tóxico, en la Argentina más de la mitad de las tierras cultivadas son regadas con un producto que no es biodegradable, que llega a las napas freáticas, que contamina los suelos. Al ritmo actual, a mediano plazo los suelos serán inutilizables. Los OGM manipulados resisten al Roundup y lo absorben. Cuando una madre argentina les da la denominada leche de soja a sus hijos, les está dando un producto regado con una sustancia tóxica. Hoy tienen la oportunidad de hacer un balance y sacar conclusiones, es lo que debería hacer el Parlamento. Hoy los productores ya no pueden decir que no saben. Hoy hay pruebas, tenemos los datos. Sabemos que la soja transgénica va a generar enfermedades y va a disminuir el rendimiento de la tierra. En Argentina hay que hacer una evaluación seria antes de que sea demasiado tarde. Hay que dejar bien claro que esta empresa no quiere ganarle al hambre sino hacer grandes negocios.

–Los países europeos debaten en la actualidad sobre los OGM y estudian los controles a poner en práctica. ¿Cuál es la situación en Francia?
–En Francia, al igual que en el resto de los países, hay sectores que proponen legalizarlos. Conozco bien al sector del campo francés porque soy hija de agricultores. Estamos en lo que yo llamaría una guerra de información. Hay agricultores que durante encuentros de discusión me dicen que los OGM les permitirían usar menos pesticidas. ¡Cómo menos pesticidas! Si se trata de plantas que producen tóxicos y que desarrollan una resistencia cada vez mayor a los pesticidas utilizados. Cuando la discusión es profunda se entiende, pero hay una enorme propaganda. Claro que los agricultores, no los pools de siembra que son industriales y especuladores, tienen problemas en todo el mundo. Los verdaderos agricultores son víctimas de estos nuevos modelos, no les alcanza para vivir y se los inunda con la publicidad de estas “semillas mágicas”. En Francia también existe un lobby muy fuerte de los grandes agricultores que militan por la introducción de los OGM. También hay diputados franceses que mienten en la Asamblea Nacional en defensa de los intereses de estas empresas. En Francia, algunos senadores tuvieron el coraje de denunciar que los legisladores son presionados por Monsanto. El aspecto esencial de esta disputa es controlar las semillas, que son el primer eslabón de la cadena alimentaría. Lo que le interesa a Monsanto es vender el Roundup y tener las patentes sobre las semillas para luego cobrar las regalías sobre la producción ajena. Hoy, en países como la India, sólo hay semillas transgénicas. Monsanto compró todas las empresas semilleras, y los campesinos que comienzan a ver los efectos negativos ya no tienen cómo volver atrás. Peor aún, los agricultores deben pagarle regalías a Monsanto al utilizar las semillas o les mandan la policía. Es un negocio redondo. Lo mismo intentó Monsanto en la Argentina. Primero dijeron que no cobrarían regalías, pero en 2005 cambiaron el discurso por el de o nos pagan o vamos a un conflicto fuerte.

–¿Cómo puede salir Argentina de este chantaje que usted describe?
–Todavía es posible. Recordemos que Monsanto tuvo mucha suerte, porque Argentina no era un país productor de soja. El primer productor de soja en América latina era Brasil. Si Argentina hoy es un enorme productor se debe a una circunstancia particular: la gran crisis del 2001. Argentina necesitaba encontrar una salida, y al mismo tiempo la crisis de la vaca loca en Europa generó la prohibición de harinas animales y la necesidad de soja. Esta doble coincidencia benefició a Monsanto. Pero en la actualidad la mitad de los campos de la Argentina están contaminados de OGM, y ésta es una lógica muy cercana a la de tener un país endeudado. Continuar con este modelo sin regulaciones importantes sería pensar a cortísimo plazo. Ya no se trata de la salida de una crisis extrema sino de la viabilidad de un modelo a largo plazo. Esto significa analizar todos los datos y actuar en consecuencia con una visión clara. No hay que olvidar que por el momento Argentina no reconoce la patente sobre el gen Roundup Ready, pero las presiones en la Organización Mundial de Comercio son enormes. Si se llega a la uniformización del sistema de patentes, es decir a la imposición del sistema norteamericano, los problemas de Argentina serán mayores. El debate ciudadano sobre estos temas es fundamental, el debate político en el Parlamento es esencial aunque genere manifestaciones. En Europa, los movimientos de resistencia a los OGM son cada vez más fuertes, debemos alentar la agricultura natural que es la única salida. La pregunta es cómo volver a estos modelos naturales cuando Argentina tiene 18 millones de hectáreas regadas con Roundup.

–¿Está al tanto de que el sector que se opone a las retenciones subraya que, con el avance de la producción de la soja se ganará la guerra contra el hambre?
–Sí, lo sé, y es completamente falso. Los OGM son todo lo contrario, reproducen el hambre a largo plazo justamente porque condenan a los países al monocultivo, como señalaba antes. La prueba está en que, con el avance de la soja, en la Argentina un alto porcentaje de los tambos se están cerrando, por culpa del Roundup desperdigado por los pastizales. La soja se cultiva cerca de donde pastan los animales. Una vez que las vacas se alimentan de las hierbas contaminadas con herbicida quedan afuera del proceso de producción de productos lácteos. Lo mismo ocurre con la producción de arroz y lentejas, que están en la base de la cultura alimentaria argentina, que también ha disminuido considerablemente, sin contar el hecho de las grandes superficies de árboles que fueron arrancados para cultivar soja, sobre todo en el norte del país. Todo un desastre ecológico destinado a producir alimento para vacunos, bobinos y pollos de Europa.-





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Dos cuentos de Macedonio Fernández

TRES COCINEROS Y UN HUEVO FRITO


Hay tres cocineros en un hotel; el primero llama al segundo y ledice: "Atiéndeme ese huevo frito; debe ser así: no muy pasado, regular sal,sin vinagre"; pero a este segundo viene su mujer a decir que le han robadola cartera, por lo que se dirige al tercero: "Por favor, atiéndeme estehuevo frito que me encargó Nicolás y debe ser así y así" y parte a ver cómole habían robado a su mujer.Como el primer cocinero no llega, el huevo está hecho y no se sabe aquién servirlo; se le encarga entonces al mensajero llevarlo al mozo que lopidió, previa averiguación del caso; pero el mozo no aparece y el huevo entanto se enfría y marchita. Después de molestar con preguntas a todos losclientes del hotel se da con el que había pedido el huevo frito. El clientemira detenidamente, saborea, compara con sus recuerdos y dice que en suvida ha comido un huevo frito más delicioso, más perfectamente hecho.Como el gran jefe de fiscalización de los procedimientos culinariosllega a saber todo lo que había pasado y conoce los encomios, resuelve:cambiar el nombre del hotel (pues el cliente se había retirado haciéndolegran propaganda) llamándolo Hotel de los 3 Cocineros y 1 Huevo Frito, yestatuye en las reglas culinarias que todo huevo frito debe ser en unatercera parte trabajado por un diferente
cocinero.
COLABORACIÓN DE LAS COSAS

Empieza una discusión cualquiera en una casa cualquiera pues llega unesposo cualquiera y busca la sartén ya que él es quien sabe hacer lascomidas de sartén y ésta no aparece. Crece la discusión; llegan parientes.Se oye un ruido. Sigue la discusión. Se busca una segunda sartén que acasoexistió alguna vez. El ruido aumenta. Tac, tac, tac. No se concluye deesclarecer qué ha pasado con la sartén, que además no era vieja; seescuchan imputaciones recíprocas, se intercambian hipótesis; se examinanrincones de la cocina por donde no suele andar la escoba. Tac, tac, tac. Alfin, se aclara el misterio: lo que venía cayendo escalón por escalón era lasartén. Ahora sólo falta la explicación del misterio: el niño, de cincoaños, la había llevado hasta la azotea, sin pensar que correspondierarestituirla a la cocina; al alejarse por ser llamado de pronto por lamadre, después de haber estado sentado en el primer escalón de la escalera,la sartén quedó allí. Cuando trascendió el clima agrio de la discusiónconyugal, la sartén para hacer quedar bien al niño, culpable de todo elingrato episodio, se desliza escalones abajo y su insólita presencia a laentrada de la cocina calma la discordia.Nadie supo que no fue la casualidad, sino la sartén. Y si es verdadque puede haberle costado poco por haber sido dejada muy al borde delescalón, no debe menospreciarse su mérito.-


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BORGES, poemas

EL INSTANTE

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?

El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.


Jorge Luis Borges, 1964


LA BUSCA

Al término de tres generaciones
vuelvo a los campos de los Acevedo,
que fueron mis mayores. Vagamente
los he buscado en esta vieja casa
blanca y rectangular, en la frescura
de sus dos galerías, en la sombra
creciente que proyectan los pilares,
en el intemporal grito del pájaro,
en la lluvia que abruma la azotea,
en el crepúsculo de los espejos,
en un reflejo, un eco, que fue suyo
y que ahora es mío, sin que yo lo sepa.
He mirado los hierros de la reja
que detuvo las lanzas del desierto,
la palmera partida por el rayo,
los negros toros de Aberdeen, la tarde,
las casuarinas que ellos nunca vieron.
Aquí fueron la espada y el peligro,
las duras proscripciones, las patriadas;
firmes en el caballo, aquí rigieron
la sin principio y la sin fin llanura
los estancieros de las largas leguas.
Pedro Pascual, Miguel, Judas Tadeo...
Quién me dirá si misteriosamente,
bajo este techo de una sola noche,
más allá de los años y del polvo,
más allá del cristal de la memoria,
no nos hemos unido y confundido,
yo en el sueño, pero ellos en la muerte.


Jorge Luis Borges, 1972


LOS ENIGMAS

Yo que soy el que ahora está cantando
seré mañana el misterioso, el muerto,
el morador de un mágico y desierto
orbe sin antes ni después ni cuándo.

Así afirma la mística. Me creo
indigno del Infierno o de la Gloria,
pero nada predigo. Nuestra historia
cambia como las formas de Proteo.

¿Qué errante laberinto, qué blancura
ciega de resplandor será mi suerte,
cuando me entregue el fin de esta aventura

la curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
ser para siempre; pero no haber sido.


Jorge Luis Borges


MIS LIBROS

Mis libros (que no saben que yo existo)
son tan parte de mí como este rostro
de sienes grises y de grises ojos
que vanamente busco en los cristales
y que recorro con la mano cóncava.
No sin alguna lógica amargura
pienso que las palabras esenciales
que me expresan están en esas hojas
que no saben quién soy, no en las que he escrito.
Mejor así. Las voces de los muertos
me dirán para siempre.


Jorge Luis Borges


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Buenos Aires Económico.
por Eduardo Anguita
Pío Laghi, los secretos vaticanos




13-01-2009

Entró en el vaticano durante el papado de Pío XII, quien apoyó el nazismo.

La muerte del cardenal Pío Laghi reaviva el debate sobre el rol de la Iglesia Católica durante la última dictadura militar y, en particular, sobre el rol de un hombre de la alta jerarquía de un Estado no democrático como es el Vaticano.
Laghi entró en la Secretaría de Estado vaticana durante el papado (equivalente a un reinado) de Eugenio Pacelli, conocido como Pío XII, una figura central del apoyo católico al nazismo, al fascismo y al falangismo. La Iglesia dio respaldo a los tres regímenes sencillamente porque se trataba de tres naciones con masiva cantidad de católicos y, de esa manera, se garantizaba la influencia en las decisiones que tomaran tanto Hitler, como Mussolini y Franco. La muerte de Pacelli –en 1958, cuando no quedaban vestigios de defensa de esos sistemas– provocó un cambio de rumbo en el Vaticano: el grupo de cardenales que elige al Papa designó a Angelo Roncalli, que adquirió el nombre de Juan XXIII, y los católicos lo llamaron “el Bueno”, como si ese gesto alcanzara para conjurar la imagen fascista del difunto Pacelli. El Bueno duró poco y en 1963 llegó Giovanni Montini, quien se hizo llamar Paulo VI, un Papa que sacó su cabeza de Europa y se dio cuenta de que la disputa era por el cristianismo de las ex colonias de los imperios europeos, especialmente las ex colonias españolas. Así, a Paulo VI fue a quien le tocó el destape de un debate al interior de la cerrada estructura católica: abrió el Concilio Vaticano II en Roma, que fue el antecedente de la reunión de obispos latinoamericanos en Medellín en el caliente año 1968. Allí tomó una dimensión dramática la llamada iglesia de los pobres, porque hasta entonces Latinoamérica era sólo el patio trasero de los Estados Unidos y las revueltas contra las dictaduras eran encarnadas, en todos los países, por católicos militantes que veían con buenos ojos la triunfante Revolución Cubana y que no despreciaron la resistencia activa a los regímenes oligárquicos apoyados por la CIA y el Departamento de Estado norteamericano. La reunión de obispos en Medellín fue dos años después de la muerte del sacerdote Camilo Torres Restrepo, un intelectual proveniente de una familia tradicional colombiana que no dudó en tomar las armas contra el contubernio liberal conservador que masacraba a los opositores. La reunión de obispos de Medellín fue histórica porque muchos católicos recuperaron la mística en una religión que, en ese encuentro, fue caja de resonancia en un continente silenciado, cuyas únicas voces eran las de la prensa pronorteamericana. Así, en Medellín, la reforma agraria fue consagrada como un derecho para los pueblos latinoamericanos. En ese mismo año 1968, surge en la Argentina el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y adquirió ese nombre porque, a diferencia de otros países de la región, acá no había obispos que encarnaran esa visión renovadora en el catolicismo. El nombre de Carlos Mugica empezaba a tomar dimensión, porque había ido a Bolivia a pedir que la dictadura de ese país entregara el cuerpo de Ernesto Guevara a los argentinos, porque se pasaba el día en la villa de Retiro y porque, además, era profesor de teología y filosofía en El Salvador y provenía de una familia aristocrática. Es importante tomar dimensión de que el Vaticano abría una compuerta para borrar una imagen nefasta y así daba protagonismo, al menos en Latinoamérica, a sectores que perseguían un cambio genuino. Laghi en la Argentina.

Paulo VI designó a Laghi como embajador en Buenos Aires unos días antes de que Mugica fuera asesinado por la Triple A y llegó al país justo cuando moría Perón y José López Rega se convertía en la figura central del gobierno de la viuda de Perón, quien asumía la presidencia. Los servicios de información vaticanos son de los mejores del mundo. Sería muy ingenuo pensar que Laghi no supiera que venía a un país convulsionado, en el cual la Iglesia Católica había jugado un rol decisivo en la caída de Perón en 1955 y que tenía una cúpula reaccionaria, sostenedora de todos los golpes de Estado posteriores. Pero, además, Laghi no podía desconocer que López Rega era parte de una red internacional con vínculos sólidos en el mismo Vaticano. En efecto: pertenecía a la logia Propaganda Due (P2), de la que formaban parte empresarios católicos encumbrados y los directivos del Banco Ambrosiano, entonces la banca oficial vaticana. Otro integrante de la P2 fue Emilio Eduardo Massera, a quien el mismo Perón nombró jefe de la Armada, porque lo consideraba una alternativa a la tradicional jerarquía gorila de esa fuerza. Una interesante biografía autorizada de Laghi (de los periodistas Bruno Passarelli y Fernando Elenberg) fue publicada hace una década. Intenta justificar el costado progresista del embajador vaticano diciendo que su misión era remozar la reaccionaria jerarquía católica cuya figura máxima era Antonio Caggiano, hombre de Pío XII y artífice de buena parte de la llegada de los nazis a la Argentina. Caggiano era un antisemita confeso y tenía estrechas relaciones con el generalato, entre quienes defendía la estirpe nacional socialista. Aunque los católicos argentinos prefieran relativizar lo que era Caggiano, su figura no alcanza para ocultar el rol de la Iglesia de Roma en la matanza argentina. Passarelli y Elenberg, corresponsales en Roma de Gente y La Prensa, representan la visión de las empresas periodísticas comprometidas desde siempre con los regímenes dictatoriales. Desde ese lugar, citar a Jacobo Timerman para tratar de suavizar el rol de Laghi es tan desproporcionado que cae en el cinismo completo. Laghi no era antisemita y tenía un trato afable con el periodista y editor, pero la pregunta no es si Laghi era un buen diplomático, sino si el Vaticano avaló –o participó del diseño– de la política de desaparición sistemática de personas. Porque basta recordar que el mismo Timerman citó sus diálogos con altos jefes militares cuando empezaron las desapariciones. Fusilen –les dijo Timerman– pero no hagan desparecer. A lo cual la respuesta era contundente: en un país católico, el Vaticano no va a avalar nunca la pena de muerte. El peso de la verdad. Laghi jugaba al tenis con Massera, pero también fue denunciado por sobrevivientes de haber visitado campos ilegales de detención. Maltrató a las Madres de Plaza de Mayo. Le sugirió a Juan Pablo II (quien lo ratificó en Buenos Aires) la inconveniencia de recibir a esas mujeres así como al dirigente obrero católico Raimundo Ongaro (a quien la Triple A le había matado un hijo). Pero sí fue el artífice de que el Papa recibiera a Massera, responsable del principal campo de concentración del país.

Y si el otro argumento para compensar estos horrores es que, dentro del Episcopado, Laghi impulsó a obispos carismáticos como Jorge Cassaretto y Justo Laguna, la pregunta es: ¿qué hicieron estos obispos en materia de derechos humanos más allá de jugar en un ala distinta que los cardenales comprometidos con la dictadura? La respuesta, guste o no, es que no hicieron absolutamente nada. Porque silenciar el asesinato del obispo de La Rioja es matar dos veces al “Pelado” Angelelli, quien había participado activamente en el Concilio Vaticano II, había apoyado calurosamente el encuentro de Medellín y había sido nombrado en su puesto nada menos que por Paulo VI, tiempo antes de mandar a Laghi a la Argentina.

Pero la última pregunta, para volver al principio de este artículo, es si a un hombre de Estado se lo debe juzgar por sus gestos personales o por el cumplimiento de sus misiones. Laghi, como todos, habrá tenido conductas privadas más o menos aceptables, pero fue el ojo y el oído del Vaticano en un país donde desaparecieron miles y miles de personas. Jamás tuvo una palabra –tampoco por supuesto en el libro de los periodistas de Gente y La Prensa– para reconocer semejante tragedia. Fue el embajador de un Estado donde las decisiones las toma un hombre al que llaman “el romano pontífice”, que dice ser el enviado de Cristo en la Tierra y que lo eligen –hasta que muera– un grupo reducido de hombres llamado el Colegio Cardenalicio y que está compuesto por algo menos de setenta ancianos que, a su vez, fueron nombrados por un Papa anterior al que van a elegir. Eso sí: esos hombres, que ni siquiera aceptan la igualdad de derechos de la mujer, se consideran a sí mismos –y buena parte de la sociedad los acepta como tales– los indicados para diferenciar el bien del mal. Laghi murió el domingo pasado. Estuvo en la Argentina seis años y medio, se fue unos pocos meses antes de que su amigo Massera y su no tan amigo Videla dejaran sus cargos. ¿Se llevó los secretos a la tumba? Desde ya que no: los archivos vaticanos tienen todo a buen resguardo. No son cosas para que el resto de los mortales sepan.



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Mañana, el decrecimiento
Alain de Benoist
Éditions Edite. Paris 2007
(pp. 76-80)

El siglo XX, en los países occidentales, fue también el de la cuasi-desaparición de la cultura campesina, reconvertida en objeto de la cultura del recuerdo, y de la condensación del mundo en un vasto sistema de artificialidad, verdadera revolución silenciosa de la que se está lejos aún haber medido todo su alcance. La mayoría de la población mundial vive hoy en zona urbana, contra un 14% solamente en 1900. Esta cuasi-desaparición del campesinado modificó radicalmente la relación del hombre con su medio natural de vida, haciéndole perder de vista la interdependencia de todos los componentes de la biosfera. La vida se ha vuelto de manera cada vez más exclusiva un asunto de artificios, confiriendo así la ilusión de poder existir fuera suelo, sin deber preocuparse más de los equilibrios naturales. La "humanización", singularmente desde Kant, ha sido puesta al mismo tiempo como sinónimo de un "extracción de la naturaleza" (cuanto más se artificializa el hombre, más se supone emancipado y llegado a ser el mismo). Con la búsqueda del crecimiento a todo precio, el progreso "prometeico" de la humanidad se ha identificado al aumento de la producción, sin consideración de las destrucciones infligidas a este medio ambiente que, para el hombre, no significaba existencialmente nada.

La subida de la obesidad en los países occidentales tiene valor de símbolo. Es toda la sociedad occidental la se ha llegado a ser obesa por bulimia de consumo y beneficio. El objetivo de la Forma-Capital es la acumulación ilimitada del capital, concebido como un valor en si que devalúa todos los otros. Su motor es el ideal delirante de la expansión indefinida, de la ilimitación del Gestell (soporte), que está en obra en la lógica económica y comercial. Es a esta hibris que la ecología opone la phronesis, la virtud de prudencia que aspira al equilibrio armonioso. Entre 1950 y hoy, el comercio internacional se ha multiplicado por 18, y el crecimiento económico ha sido más fuerte que el registrado desde los principios de la historia humana. Si tal crecimiento engendrara mecánicamente el bienestar, se viviría hoy día en el paraíso, lo que dista mucho de ser el caso. El planeta es cada día más feo, más pobre, más uniforme. Se transforma en un extenso depósito de basuras donde el aire, en el sentido literal del término, se vuelve irrespirable.

Nietzsche, en un pasaje famoso, pretendía explicar "cómo el mundo verdadero se ha convertido en una fábula". Vivimos en esta fábula, que se pretende más real que lo real, y cree incluso poder instituirse como correspondiente al advenimiento del "reino de lo real". Una tal evolución no ha sido el resultado de la casualidad. Bernard Guibert observa muy precisamente que "la economía no habría sido “desencastrada” de lo social si nuestro imaginario occidental" no hubiera sido “colonizado " por el fetichismo del capital y si nuestras palabras no hubieran recibido de este fetichismo la catastrófica eficacia representativa que abruma al tercer mundo con nuestro "desarrollo (65)".

El hombre de la Antigüedad quería sobre todo vivir en armonía con la naturaleza. Se sabe por qué revocación este ideal se hundió. Inicialmente, el cristianismo, haciendo del mundo un objeto creado por Dios, vació del mismo golpe su dimensión de sagrado intrínseco. El mundo se convierte entonces en un simple decorado, un lugar de existencia momentáneo, un valle de lágrimas que no puede valer más por el mismo ("maldito sea el suelo a causa ti! ", Gen." 3,17).El hombre no es ya tomado en relación de co-pertenencia con el ser del mundo. El cosmos no constituye ya un modelo. La Biblia ha hecho del hombre su propietario, o al menos su usufructuario: "sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y dominadla" (Gen. 1,28). Para el cristianismo, escribe Clive Ponting, "no es percibida como sagrada. Ella está abierta a la explotación humana fuera de todo criterio moral”. Segunda etapa: con Descartes, el "desencantamiento" del mundo se hace radical. El mundo se convierte en un puro objeto inanimado, desprovisto de alma, de finalidad y de sentido, el simple reservorio de recursos que el hombre puede reconocer y apropiarse a su manera, para llegar a ser "maestro y dueño de la naturaleza". El entorno está así totalmente librado al desencadenamiento de la "razón" instrumental y a la explotación utilitaria. Con la entrada en la era moderna, finalmente, que generaliza la ideología del progreso y la axiomática del interés, el beneficio se convierte en la ley universal. Paralelamente, el dogma de la "mano invisible” y de la " armonía natural de los intereses " vienen a confortar la antropología individualista de las Luces. Todas las relaciones sociales se "reifican" y se transforman en mercancías. El saqueo y la devastación del planeta se hacen posibles por el desarrollo de la tecno-ciencia.

A través de la interrogación sobre el sent ido del crecimiento, es evidentemente toda la cuestión de la naturaleza humana, de la relación del hombre con la naturaleza y de las finalidades de la presencia humana en el mundo lo que se plantea. El ecologismo no sabría hacer economía de una antropología, que condiciona ella misma lo que se puede esperar de una política. Alain Caillé no tiene culpa, desde este punto de vista, de decir que el ecologismo no depende solamente de argumentos económicos o científicos, sino que "compromete elecciones éticas y metafísicas".

En la misma medida en que se propone romper con toda forma de devastación de la naturaleza y huida hacia delante del productivismo, el ecologismo implica una ruptura radical con la ideología de las Luces, es decir la ideología de la modernidad, cuyo motor fue la creencia en el progreso, la voluntad de apresamiento del mundo y toda esta tradición que, a pesar de sus contrastes, proclama de distintas maneras que la biosfera no tiene ningún valor en si misma, o que ella no adquiere una más que después de haber sido transformada artificialmente por una humanidad deseosa de hacerla el medio de su potencia y de su "felicidad”. Ahora bien, incluso si se puede interrogar retrospectivamente sobre la compatibilidad de las aspiraciones del movimiento obrero y el socialismo en general con la herencia de las Luces , es de esta ideología que ha salido la izquierda clásica de la época moderna. Los ecologistas, que siguen generalmente situándose a la izquierda, y que tienen el derecho a hacerlo, deben darse cuenta que la izquierda de la que se reclaman es necesariamente muy diferente de aquélla que generó el pensamiento de las Luces. Por este motivo deben por lo tanto observar de otra manera a los pensadores de derecha que, a menudo antes que ellos, han denunciado también la ideología de las Luces, quedando entendido que los hombres de derechas deben, por su parte, llevar también otra mirada sobre esta otra izquierda. Eso implica, por una y otra parte, una toma de conciencia de la aparición de un paisaje ideológico completamente nuevo, que hace las antiguas separaciones obsoletas y tiene por consecuencia inevitables convergencias. Para decirlo en otros términos, una izquierda socialista que habría sabido terminar con el "progresismo" sería el socio hoy absolutamente natural de una derecha que, por su parte, habría sabido romper con el autoritarismo, la metafísica de la subjetividad y la lógica del beneficio.

Notas :

(65) Bernard Guibert, “ ¿Descolonizar nuestro imaginario de crecimiento?. Esto urge.” Op.Cit.
(66) Clive Pointing, A green History of the World. The Environment and the collapse of Great Civilisations, Penguin Books, London 1991, p 144. Cf. también Lynn White Jr. “ The Historical Roots of Our Ecological Crisis”, in Science 1967 p. 1203-1207; Eugen Drewermann , Le Progrés meurtrier. La destruction de la nature et de l’être humain á la lumière de l’héritage du christiannisme, Stock, Paris, 1993.
(67) Alain Caillé, « La cuestión del desarrollo durable como cuetión política. Ilimitación e irreversibilidad, en Dé-penser l’économique. Contre le fatalismo.Op. Cit p. 250




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Henri Michaux
(Francia, 1899-1984
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Poeta francés de origen belga, muy conocido también por sus pinturas y dibujos. Nació en Namur en el seno de una familia de clase media. En 1919 abandonó sus estudios de medicina y se embarcó en un largo viaje rumbo a Río de Janeiro y Buenos Aires. De regreso a París, en 1923, estudió literatura y después volvió a viajar hasta 1937 por la India, Asia y América del Sur. Su primer libro Quién fuí (1927) supuso su inmediato reconocimiento como escritor original, que superaba el terreno de los surrealistas, pese a sus afinidades con Rimbaud y Lautréamont.

La trayectoria poética de Michaux fue desde el principio claramente espiritual: una vía para el conocimiento de sí mismo. Su creatividad verbal puede considerarse como un ejercicio visionario en el que las palabras, desligadas de su uso común, se emplean para transmitir más un impulso que un significado. Michaux exploró el 'espacio interior' de un modo similar al de Cendrars, y su imaginación poética se vio fortalecida por una intensa observación de la realidad, como se pone de manifiesto en sus novelas Ecuador (1929), relatos de sus viajes y peripecias en esa región de América del Sur, o Un bárbaro en Asia (1932). Michaux estaba fascinado por las obras de Paul Klee y W. Wols; desde 1925 buscaba un medio de expresión visual.

En 1936 estuvo en Buenos Aires, en una reunión del Pen Club Internacional. De allí viajó a Montevideo, Uruguay, para visitar a su amigo el poeta Jules Supervielle. En ese viaje se enamoró profundamente de la poetisa Susana Soca. Michaux fue colaborador asiduo de la revista Sur, una revista literaria que se editaba en Buenos Aires para ayudar a difundir las actividades de la Resistencia francesa y posteriormente de la Francia de la posguerra. En 1937 empezó a dibujar y a pintar, siguiendo la misma pauta que empleaba en sus escritos: -un viaje a través de uno mismo-.

Expuso con regularidad su obra plástica en la galería parisina Le Point Cardinal. Utilizaba siempre técnicas ligeras, y prefería la acuarela o la tempera al óleo. Sus dibujos y escritos a menudo se funden con formas gráficas que le permiten crear un universo poético propio. En 1956, descubrió las drogas alucinógenas y se aficionó a la mescalina. Fruto de esta experiencia son sus textos de -alienación experimental- que reflejan un estado de éxtasis de conciencia Paz en los quebrantes, 1959, pero también el desasosiego que los alucinógenos pueden inducir: El infinito turbulento (1957); Conocimiento en el abismo (1961); Las grandes pruebas del espíritu (1966). © eMe
Textos :

HE NACIDO AGUJEREADO

Sopla un viento tremendo,
No es sino un pequeño agujero en mi pecho,
pero sopla en él un viento tremendo.
Pueblecito de Quito, tú no eres para mí.
Yo necesito odio, y envidia; ésta es mi salud.
Es una gran ciudad la que necesito.
Un gran consumo de envidia.
No es sino un pequeño agujero en mi pecho,
pero sopla en él un viento tremendo,
En el agujero hay odio (siempre), espanto también e impotencia.
Hay impotencia y el viento está cargado de ella;
fuerte como los torbellinos,
rompería una aguja de acero,
y no es más que un viento sin embargo, un vacío.
¡Caiga la maldición sobre toda la tierra, sobre toda la civilización,
sobre todos los seres en la superficie de todos los planetas, a causa de este vacío!
Un señor crítico ha dicho que yo no alimentaba odio.
Este vacío, he ahí mi respuesta.
¡Qué mal se está, ay, en mi pellejo!
Siento la necesidad de llorar sobre el pan de lujo de la dominación y del amor,
sobre el pan de gloria que está afuera.
Siento la necesidad de mirar por el cuadro de la ventana,
que está vacío como yo, que no se alimenta de nada,
Dije llorar; no, es un barreno a frío, que barrena,
barrena incansablemente,
como sobre una viga de haya en la que 200 generaciones de gusanos se hubiesen
legado esta herencia; "barrena, barrena..."
Esto ocurre a la izquierda, no digo que sea el corazón,
Digo agujero, y no digo más, es rabia y contra ella no puedo,
Tengo siete u ocho sentidos. Uno de ellos: el sentido de lo que falta.
Lo toco y lo palpo como se palpa una madera,
una madera que sería más bien una gran selva de esas que ya no se ven en Europa
desde hace mucho.
Y esto es mi vida, mi vida en medio del vacío.
Si este vacío desaparece, yo me busco, enloquezco y eso es todavía peor.
Yo me he construido sobre una columna ausente.
¿Qué habría dicho el Cristo si hubiese estado hecho de este modo?
Hay algunas de estas enfermedades que, si se las cura, no le dejan nada al hombre.
Muere pronto, era demasiado tarde.
¿Puede acaso una mujer contentarse solamente con odio?
Si es así, amadme, amadme mucho y no dejéis de decírmelo,
y que alguna de vosotras me escriba.
¿Pero qué significa este ínfimo ser?
Casi no lo había advertido,
Ni dos nalgas ni un gran corazón pueden llenar mi vacío,
Ni ojos llenos de Inglaterra y de ensueños, como suele decirse.
Ni una voz cantante que dijese completivo y calor.
Los estremecimientos encuentran en mí un frío siempre alerta.
Mi vacío es un gran glotón, gran moledor, gran aniquilador.
Mi vacío es algodón y silencio,
Silencio que todo lo detiene.
Un silencio de estrellas,
Y aunque ese agujero es profundo carece totalmente de forma.
Las palabras no lo encuentran,
chapotean a su alrededor,
Siempre he admirado a esos que por creerse revolucionarios se consideraban hermanos.
Hablaban los unos de los otros con emoción; chorreaban como sopa.
Eso no es odio, amigos míos, eso es gelatina.
El odio es siempre duro,
hiere a los demás,
pero también desgarra al hombre en su interior,
continuamente.
Es el reverso del odio,
Y no hay nada que hacer. No hay nada que hacer.

MIS OCUPACIONES

Raras veces puedo ver a alguien sin abofetearlo,
Otros prefieren el monólogo interior. Yo, no. Más me gusta abofetear.
Hay gentes que se sientan frente a mí en el restaurante y no dicen nada; están allí
un buen rato porque han decidido comer.
Ahí tenéis a uno.
Yo me lo atraco, toc.
Me lo reatraco, toc.
Lo cuelgo en la percha.
Lo descuelgo.
Vuelvo a colgarlo,
Lo redescuelgo.
Lo pongo sobre la mesa, lo apilo y lo ahogo.
Lo ensucio, lo inundo.
Y vuelve a vivir.
Entonces lo enjuago, lo estiro (comienzo a enervarme, hay que terminar con él),
lo comprimo, lo aprieto, lo resumo, lo introduzco en mi vaso, arrojo ostensiblemente
el contenido por el suelo y le digo al camarero: "Tráigame un vaso más limpio".
Pero me siento mal; arreglo al punto la cuenta y me voy.




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“El Mesíah“, de Händel
De Wikipedia, la enciclopedia libre

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El Mesías es la obra más conocida de Händel, aunque no debe ser considerada como característica, ya que ocupa un lugar único dentro de la extraordinaria colección de oratorios handelianos. Mientras en los demás oratorios de Händel puede reconocerse una marcada influencia italiana, la música del Mesías se arraiga en las antiguas pasiones y cantatas alemanas.


La obra se compuso en Londres, en 1741, con una extraordinaria rapidez (tres semanas). La costumbre vincula esta obra a la Navidad, pero no hay que olvidar que este oratorio no sólo trata del nacimiento de Jesús, sino de toda su vida. Unos meses después de ser compuesta, la obra se estrenó en Irlanda, durante un viaje de Händel, pero el gran estreno no llegó hasta 1742, en el New Music Hall de Dublín para un concierto benéfico.
Su presentación en Londres fue polémica; los eclesiásticos se sintieron ofendidos por el hecho de que un tema sacro se representara en un teatro. Fue el libretista Charles Jennens quien compuso el texto de la oratoria, formado tan solo por fragmentos bíblicos. Jennens presentó la obra como si fuese una ópera, dividiéndola en tres actos subdivididos en escenas.
La primera parte tiene por tema el Adviento y la Navidad. Se anuncia la venida de Cristo, por lo que nos encontramos con algunos momentos de exaltación marcados de una gran intensidad expresiva.
La segunda parte ilustra la Pasión, la Resurrección y la Ascensión finalizando con el famoso "Aleluya". Así pues, la segunda parte, que había empezado en el dolor y la tristeza de la Pasión, se llena de júbilo con el "Aleluya" arropado por el coro, trompetas y timbales. En la tercera, se relata la victoria de Cristo ante la muerte, el juicio final y la palabra "Amen", que corona la obra.
Exceptuando la "Sinfonía" inicial, a modo de obertura o introducción, y la "Pifa", que celebra el nacimiento de Cristo, ambas para orquesta, la obra es una sucesión de arias con algún arioso y algún duetto, recitativos y coros.
Se puede decir que la oratoria de Händel aun siendo sencilla, destaca por su monumentalidad en cuanto a duración y proporciones sonoras.

Estructura de la Obra

La mayor parte del libreto procede del Antiguo Testamento. La primera sección se basa en el libro de Isaias, el cual profetiza la venida del Mesías. Hay algunas citas de los Evangelios, que están al final de la primera sección y al principio de la segunda. Se refieren al episodio de la anunciación del Angel a los pastores narrado en el Evangelio de Lucas, dos enigmáticas citas del Evangelio de Mateo y una del Evangelio de Juan: “Contemplad el cordero de Dios”. El resto de la segunda sección se compone de las profecías de Isaías y citas de los evangelistas.. La tercera sección incluye una cita de Job: “Yo se que mi redentor vive”, y el resto proviene principalmente de la primera Carta de San Pablo a los Corintios. Es interesante la interpolación de coros del Apocalipsis. El conocido coro “Aleluya” al final de la parte II y los coros finales: Digno es el cordero que fue asesinado” y Amen ambos son tomados del Apocalipsis- un libro de profecías del Nuevo Testamento .

El libreto fue compilado por Charles Jennes y consiste de fragmentos de versículos de la Biblia del Rey James. Jennes concibió el trabajo mas como una ópera con tres actos, constando cada una de varias escenas I – El Nacimiento I – La profecía de la Salvación II – La profecía de la llegada del Mesías III – Anuncios al mundo en general Iv – Profecía del nacimiento virginal V –La Aparición del ángel a los pastores. VI –Los Milagros de Cristo
II – La pasión I –El sacrificio, la flagelación y la agonía en la cruz. II –Muerte, descenso a los Infiernos y Resurrección. III –La Ascensión IV –Dios revela su identidad en el Cielo. V –El comienzo de la predicación del Evangelio. VI –El mundo y sus dirigentes rechazan el Evangelio VII –El triunfo de Dios
III – Las Secuelas I – La promesa de la redención desde la caida de Adán II –El día del Juicio. III – La victoria sobre la muerte y el Pecado. IV –La glorificación de Cristo

Libreto:

El texto de El Mesías se basan en versículos (textos) de la Biblia. Aquí se presentan su orden y estructura y las ubicaciones de textos en la Biblia.

OBERTURA

PRIMERA PARTE (Profecía y Nacimiento de Cristo)
RECITATIVO Isaías 40:1-3 Consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; hablad tiernamente a Jerusalén, y anunciadle que su lucha ha terminado, que su iniquidad le ha sido perdonada.
La voz de aquel que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad una calzada en el desierto para nuestro Dios.
ARIA Isaías 40:4 Todo valle será exaltado, y toda montaña y todo monte serán aplanados; lo torcido será enderezado y los terrenos accidentados, serán emparejados.
CORO Isaías 40:5 Y la gloria del Señor será revelada y todos los seres juntos le verán: porque la boca del Señor lo ha dicho.
RECITATIVO Hageo 2:6,7 · Malaquías 3:1 Así dice el Señor de los Ejércitos: Incluso una vez más, en un momento, yo sacudiré los cielos, y la tierra, y el mar, y la tierra seca, y haré temblar a todas las naciones, y el deseado de las naciones vendrá. El Señor a quién buscáis, vendrá de repente a su templo, y también el mensajero del convenio, en quien os deleitáis, he aquí,¨ Él vendrá, dice el Señor de los Ejércitos.
ARIA Malaquías 3:2 ¿Pero quién puede soportar el día de su venida? ¿Y quién será capaz de estar en pie cuando Él aparezca? Porque él es como el fuego del refinador.
CORO Malaquías 3:3 Y él purificará a los hijos de Leví, para que ellos puedan ofrecer al Señor ofrenda en justicia.
RECITATIVO Isaías 7:14 · Mateo 1:23 He aquí, una virgen concebirá, y dará luz un hijo, y le llamará su nombre Emmanuel; Dios con nosotros.
ARIA Y CORO Isaías 49:9 ¡Oh, tú que anuncias buenas nuevas a Sion, levántate en el monte alto! ¡Oh, tú que anuncias buenas noticias a Jerusalén, álzate, no temas!; dile a las ciudades de Judá: He aquí vuestro Dios Levantaos, resplandeced, porque ha venido tu luz, y la gloria del Señor se alza sobre ti.
RECITATIVO Isaías 60:2,3 Y he aquí, la oscuridad cubrirá la tierra, y las tinieblas, a los pueblos: pero el Señor se levantará sobre ti, y Su gloria se verá sobre ti. Y los gentiles vendrán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu ascensión.
ARIA Isaías 9:2 El pueblo que caminaba en la oscuridad ha visto una gran luz, y aquellos que viven en la tierra de la sombra de la muerte, sobre ellos ha brillado la luz.
CORO Isaías 9:6 Porque para nosotros un niño ha nacido, para nosotros nos es dado un Hijo, y el gobierno será sobre Sus hombros, y Su nombre será Maravilloso, Consejero, Dios Poderoso, Padre eterno, Príncipe de Paz.
SINFONÍA PASTORAL
RECITATIVO Lucas 2:8 Había pastores descansando en el campo, vigilando su rebaño en la noche.
Lucas 2:9 Y he aquí, el ángel del Señor vino a ellos, y la gloria del Señor brilló a su alrededor, y ellos tuvieron gran temor.
Lucas 2:10,11 Y el ángel les dijo: No tengáis miedo, porque he aquí, les traigo buenas nuevas de gran gozo, las que serán para todos los pueblos: Porque para vosotros nace hoy en la ciudad de David un Salvador, Cristo el Señor.
Lucas 2:13 Y de repente, había con el ángel una multitud del ejército celestial, y alababan a Dios, diciendo:
CORO Lucas 2:14 ¡Gloria a Dios en lo más alto, y paz en la tierra, buena voluntad para los hombres!
ARIA Zacarías 9:9,10 Regocíjate grandemente, oh hija de Sion; grita, oh hija de Jerusalén, he aquí, tu Rey viene a ti. Él es tu Salvador justo, y hablará paz a los gentiles.
RECITATIVO Isaías 35: 5,6 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos destapados; entonces, el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo cantará.
ARIA Isaías 40:11 · Mateo 11:28,29 Él alimentará a su rebaño como lo hace un pastor, y Él juntará los corderos con sus brazos, y les llevará en su pecho, y tiernamente les conducirá con los menores. Venid a Él, todos vosotros que trabajáis, que estás con carga pesada, y Él os dará descanso. Tomad Su yugo sobre vosotros, y aprended de Él, porque Él es manso y humilde de corazón, y vosotros hallaréis descanso para vuestras almas.
CORO Mateo 11:30 Su yugo es fácil, y su carga es ligera.

SEGUNDA PARTE (Ministerio y Pasión de Cristo)
CORO Juan 1:29 Mirad al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
ARIA Isaías 53:3 - 50:6 Él fue despreciado y desechado por los hombres, un hombre de dolores y experimentado en quebranto. Él dió su espalda a los que le castigaban, y Sus mejillas a aquellos que le tiraban del cabello; Él no ocultó Su cara a la humillación y a ser escupido.
CORO Isaías 53:4,5 Ciertamente Él ha cargado nuestro quebranto y ha llevado nuestros dolores. Él fue herido por nuestras transgresiones, y Él fue magullado por nuestras iniquidades, el castigo de nuestra paz fue sobre Él.
CORO Isaías 53:5 Y por Sus llagas nosotros somos sanados.
CORO Isaías 53:6 Todos, como ovejas, nos hemos extraviado, cada uno se ha vuelto por su propio camino. Y el Señor ha puesto en Él la iniquidad de todos nosotros.
RECITATIVO Salmos 22:7 Todos aquellos que le ven, se ríen con burla: le escupen, y moviendo sus cabezas, dicen:
CORO Salmos 22:8 Él confió en que Dios le liberaría: Que Dios le libere, si en Él se complacía.
RECITATIVO Salmos 69:20 Tu rechazo ha roto Su corazón; Él está aconjogado: Miró buscando a alguien que le tuviera misericordia, pero no había nadie, ninguno que pudiera consolarle.
ARIA Lamentaciones 1:12 Mirad y ved si existe dolor semejante a su dolor.
RECITATIVO Isaías 53:8 Fue cortado de la tierra de los vivos, por la transgresión de Tu pueblo fue golpeado.
ARIA Salmos 16:10 Pero no dejaste Su alma en el infierno, ni permitiste que Tu Santo sufriera al ver corrupción.
CORO Salmos 24:7-10 Levantad vuestras cabezas, oh portales, y que se alcen, las puertas eternas, y el Rey de Gloria entrará. ¿Quién es el Rey de Gloria? El Señor fuerte y poderoso, el Señor poderoso en batalla. El Señor de los Ejércitos: Él es el Rey de Gloria.
RECITATIVO Hebreos 1:5 ¿A cuál de los ángeles Él, alguna vez, le dijo: "Tú eres my Hijo, hoy Te he engendrado"?
CORO Hebreos 1:6 Alabadle, todos los ángeles de Dios.
ARIA Salmos 68:18 Subiste a lo alto, a la cautividad has conducido cautiva, y guardaste dones para los hombres, incluso para Tus enemigos, para que el Señor Dios pueda morar entre ellos.
CORO Salmos 68:11 El Señor dió la palabra, grande fue la compañía de los que la predicaban.
ARIA Romanos 10:15 ¡Cuán hermosos son los pies de aquellos que predican el evangelio de paz, y que llevan gratas noticias de cosas buenos!
CORO Romanos 10:18 El sonido de ellos ha salido por toda la tierra, y las palabras de ellos han llegado hasta el fin del mundo.
ARIA Salmos 2:1,2 ¿Por qué las naciones se reunen con tanta rabia? ¿y por qué los pueblos piensas cosas vanas? Los reyes de la tierra se levantan, y los regidores juntos se ponen de acuerdo, contra el Señor y contra Su Ungido?:
CORO Salmos 2:3 "Rompamos los lazos del Señor y de su Ungido, y también quitémonos y tiremos sus yugos."
RECITATIVO Salmos 2:4 El que habita en el cielo, se reirá y se burlará de ellos con escarnio:
ARIA Salmos 2:9 Tú los romperás con vara de hierro; Tú los quebrantarás en pedazos con si fueran una vasija de greda.
CORO Apocalipsis 19:6 · 11:5 · 19:16 ¡Aleluya! Porque el Señor Dios omnipotente reina. Los reinos de este mundo se han convertido en el reino de nuestro Señor y de Su Cristo; y Él reinará por todos los siglos. Rey de reyes, y Señor de señores.

TERCERA PARTE (Resurrección y Gloria)
ARIA Job 19:25,26 - I Corintios 15:20 Yo sé que mi Redentor vive, y que Él se levantará en el último día sobre la tierra: y aunque los gusanos hayan destruído este cuerpo, aun así en mi carne veré a Dios. Porque hoy Cristo ha resucitado de los muertos, el primer fruto de aquellos que duermen.
CORO I Corintios 15:21 Como por un hombre vino la muerte, así por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque como en Adán todos mueren, Sin embargo en Cristo todos serán vivificados.
RECITATIVO I Corintios 15:51,52 He aquí, os digo un misterio: nosotros no dormiremos, sino que seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final.
ARIA I Corintios 15:52,53 La trompeta sonará, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque esto corruptible debe vestirse de incorrupción, y esto mortal debe vestirse de inmortalidad.
RECITATIVO I Corintios 15:54 Entonces, se cumplirá lo que estaba escrito: La Muerte ha sido consumida por la victoria.
DÚO I Corintios 15:55,56 ¿Dónde está tu aguijón, oh Muerte? ¿Dónde está tu victoria, oh Sepulcro? El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la ley.
CORO I Corintios 15:57 Pero gracias a Dios que nos dio la victoria, a través de nuestro Señor Jesucristo.
ARIA Romanos 8:31,33,34 Si Dios está por nosotros, ¿quién puede estar en nuestra contra? ¿quién acusará a los elegidos de Dios? Es Dios el que justifica, ¿quién es el que condena? Es Cristo el que murió, y aún más, se levantó nuevamente, y está a la diestra de Dios, e intercede por nosotros.
CORO Apocalipsis 5:12,13 Digno es el Cordero que fue inmolado, y que con su sangre nos ha redimido para Dios, de recibir poder, y riquezas, y sabiduría, y fuerza, y honra, y gloria, y bendición. Bendición y honra, gloria y poder sean a Aquel que se sienta en el trono, y al Cordero, por siglos y siglos.
Amen.

Nota del Traductor: La presente traducción del libreto de "El Mesías" fue realizado sobre el texto de la partitura musical, y se ofrecen las citas bíblicas, sólo como referencia adicional.

© Traducción por Osvaldo Castro



Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/El_Mesías"
Categorías: Composiciones de Händel Oratorios



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Lunes, 16 de Febrero de 2009
Entrevista al historiador José Luis Moreno

En nuestra última crisis los prejuicios se agudizaron”


En su libro "Eramos tan pobres... De la caridad colonial a la Fundación Eva Perón" repasa cómo y por qué la pobreza fue distinta en cada período histórico y cuáles fueron los roles de la Iglesia Católica y sus cofradías, de la Sociedad de Beneficencia y del Estado.

Por Silvina Friera

“El Estado siempre pone paños fríos cuando la cosa está que arde”, dice Moreno, investigador del Conicet.

¿Quién no recuerda los sketches de Borges y Alvarez? Alberto Olmedo y Javier Portales se sacaban chispas, además de dar cátedra de actuación a la hora de subrayar el arte de improvisar. El Negro, que tenía un repertorio de frases que se impondrían en el imaginario colectivo, afiló al máximo su ironía cuando decía, a modo de remate, “éramos tan pobres”. El historiador José Luis Moreno, actual director del Archivo General de la Nación, recuperó esa frase para titular su último libro, Eramos tan pobres... De la caridad colonial a la Fundación Eva Perón (Sudamericana), publicado en el marco de la colección de divulgación Nudos de la Historia Argentina, una investigación en la que se repasa “cómo” y “por qué” la pobreza fue distinta en cada período histórico y cuáles fueron los principales protagonistas, la Iglesia Católica y sus cofradías, la Sociedad de Beneficencia y el Estado, que actuaron en la asistencia de los más necesitados. El historiador, que afirma que durante siglos fue mucho más fácil entrar al círculo de la pobreza que salir de él, despliega una suerte de cartografía de los excluidos del mapa social: los “pobres de solemnidad”, reconocidos por un sector de la sociedad y susceptibles de recibir ayuda y misericordia; los “pobres vergonzantes”, que habían pertenecido a la casta de los blancos, pero cuya dignidad les impedía mendigar o visitar a los vecinos ricos de puerta en puerta solicitando limosna; el vago o “malentretenido”, que era objeto de persecución, y que en los documentos históricos se definía a veces indistintamente como vagabundo, mendigo y atorrante, los mismos que a fines del siglo XIX fueron designados con el mote de linyeras o crotos; los trabajadores explotados en las zonas de obrajes madereros del norte de la provincia de Santa Fe, Chaco y en la región oriental de Jujuy, y de los ingenios azucareros de Tucumán; los “humildes”, reivindicados por el peronismo, los “cabecitas negras”, para las elites y parte de la clase media.
Después de comprobar que con anterioridad a 1960, año en que se realizó el primer censo que relevaba las necesidades básicas insatisfechas, es imposible cuantificar qué parte de la población era pobre y qué parte indigente, Moreno plantea en el libro uno de los nudos más difíciles de desatar. “De algún modo la pobreza ha quedado oculta gracias a las representaciones simbólicas operadas en el seno de la sociedad y a las que las elites gobernantes no han sido ajenas”, explica el historiador. “En el país era posible ‘hacer la América’, la Argentina era ‘el granero del mundo’, el país de la movilidad social, ‘el único país de América latina no superado por ningún otro en cuanto a volumen de sus clases medias’, ‘en este país no come el que no trabaja’, entre otras verdades o mentiras a medias, según el ángulo bajo el cual se las mire.”
Desde la óptica de los actores que tuvieron roles claves en la asistencia social, el libro se concentra en dos momentos fundamentales: la creación de la Sociedad de Beneficencia (SB) en 1823, nacimiento, según subraya el historiador, asociado a un hecho de por sí “revolucionario” como fue la incorporación de la mujer al manejo de la cosa pública, y la Fundación Eva Perón, que distinguió entre limosna y ayuda social, estableciendo por primera vez la diferencia en un plano político. “Si la limosna se daba discrecionalmente, la ayuda se otorgaba de modo racional. La ayuda recuperaba al individuo para la sociedad y no lo dejaba donde estaba, como la limosna.”
En la entrevista con Página/12, Moreno recuerda una charla que tuvo con el director de la colección, el historiador Jorge Gelman, anécdota que viene a cuento para ilustrar las aristas que tiene el tópico de la pobreza en el país. “Me dijo con franqueza que el tema de la pobreza no vende entre la clase media. Si yo ponía un título del estilo ‘Historia de la pobreza en Argentina’, no lo compraba nadie –bromea Moreno–. No nos engañemos, a pesar de que soy un profesional, la realidad no sólo me influye sino que me altera. Había que buscarle un título un poco más atractivo. Y en ese momento se me ocurrió la frase que decía Borges, el personaje que interpretaba Olmedo. Era una ironía que hacía que todo el mundo la festejara, y quedó muy arraigada en el imaginario del público argentino. Cuando sugerí ese título, pensé que la editorial no lo iba a aceptar. Me parece que es un buen título porque siempre fuimos un país de mucha pobreza, a pesar de que los símbolos y algunos hechos pueden indicar lo contrario. Pero también quería homenajear a Olmedo, que concibió la frase de una manera tan sarcástica.”

–¿Por qué la pobreza no vende?

–Como éste es un país de movilidad social, la gente que antes fue pobre conoce cuáles son los problemas y carencias de la pobreza. Y se le teme. Los miedos tienen mucho más peso en los hechos históricos de lo que estamos dispuestos a reconocer. El miedo a ser pobre, lamentablemente, no lo podemos demostrar con evidencias empíricas. El hecho de haber pasado la crisis del 2001, donde hubo sectores de la clase media que está comprobado estadísticamente que descendieron socialmente, que se quedaron sin trabajo, sin casa, sin horizontes, hace que la pobreza sea mucho más urticante.

–Quizás ese miedo también explique en parte que se vea con resquemor, como advierte en el libro, a los cartoneros.

–Sí, exactamente. En realidad siempre hubo un sector marginal que hacía un trabajo que era socialmente aceptado, como el botellero, que juntaba las botellas en un carro y se las llevaba, igual que el cartonero. El problema es que en relación con la población, los botelleros del pasado no eran tantos como los cartoneros que aparecieron después de la crisis de 2001. Se confunden elementos que están integrados a la sociedad, como el tema de la inseguridad, y entonces alguien que está mal vestido despierta temor. Y la gente se cierra y lo rechaza. En este tipo de caracterizaciones siempre aparecen los prejuicios. El “cabecita negra”, que fue un clásico de un período, expresa conflictos que están latentes en la sociedad. No hay ninguna sociedad que no tenga conflictos, aunque a veces estén de un modo subyacente y algún elemento impensable hace que estallen. Pero el conflicto está, y para reconocerlo no hace falta ser marxista. Yo de hecho no me considero marxista, tampoco rechazo al marxismo, pero me parece que el conflicto es parte de la energía social.
–¿La clase media hoy tiene esa “doble mirada” profundamente contradictoria que usted recuerda que tenían las elites durante la colonia en cuanto a la pobreza?

–Creo que hay sectores de clase media, y sobre todo la media baja, que son terriblemente prejuiciosos respecto de las clases bajas. Todavía seguimos escuchando que los que viven en la villa están allí porque quieren, porque están cómodos. Esos sectores, desde el punto de vista de los ingresos, están muy cercanos, casi se tocan. No me gusta hacer generalizaciones no teniendo bases empíricas, pero hay un tipo argentino de clase media que es muy egoísta, que solamente se mira el ombligo y no le importa otra cosa. Es el que disfrutó “la plata dulce”, el uno a uno, que siempre acompañó ciertos procesos que a priori sabía que en algún momento iban a estallar, pero mientras los pudiera aprovechar, lo haría. Por supuesto que hay otros sectores de clase media que son muy sensibles, y que a veces están en la Iglesia, hay que reconocerlo. Hay aspectos de la clase media que son laudatorios, como la capacidad de incorporar cultura, pero también tiene sus grandes defectos. Esta última crisis ayudó a que ciertos prejuicios y problemas se agudizaran. Aunque no estoy diciendo, ojo, que la historia se repite.

–Quizá lo que persista sea esa idea de que la ayuda social del Estado lo único que consigue es que “los pobres no quieran trabajar”.

–Hay lugares del interior, pequeños pueblitos en provincias pobres como Salta, Catamarca, Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero, que si no tienen plan no hay ninguna alternativa laboral. El monto de los planes que reciben no alcanza para crear cooperativas, iniciativas que han desarrollado, por ejemplo, los cartoneros. Pero después está el otro aspecto, que tiene que ver con la capacidad de absorción del mercado laboral. A pesar del crecimiento de los últimos años, la capacidad de absorción del mercado laboral no fue suficiente para absorber un porcentaje importante de la población desocupada, y es ahí donde se generan los bolsones de clientelismo que son aprovechados por algunos políticos. A pesar de los defectos de la asistencia del Estado, a pesar de que es imperfecta y podría ser mejor, creo que sin esas políticas sociales los pobres estarían mucho peor.

–Lo que sorprende al leer su libro es que haya sido Rivadavia el creador de la Sociedad de Beneficencia, que le otorgaba al Estado un rol institucional permanente. ¿Por qué un liberal se preocupaba entonces por la pobreza?

–En Europa la filantropía también se dio en el seno del liberalismo, con dos caras. Por un lado, tratar de controlar toda la masa de marginales y desocupados que aparecían en las ciudades y que generaban problemas de seguridad, y por otro, la ayuda era una manera de reinsertarlos en el sistema productivo. El criterio era utilitario, si se lo comparaba con otro tipo de beneficencias asociadas sobre todo al catolicismo, que le daba una pátina humanista que no tiene necesariamente la mirada liberal. Rivadavia es la prueba de lo que fueron siempre las elites en el país: liberal, pero al mismo tiempo muy católico, aunque planteaba que la Iglesia tenía que estar separada del Estado. Lo más novedoso de todo era que Rivadavia incluía la educación de las mujeres. Eso me parece que es lo que habría que subrayar varias veces, porque para el período era francamente revolucionario. El concibió a la Sociedad de Beneficencia como un instrumento financiado por el Estado, pero administrado por las mujeres. La Sociedad de Beneficencia fue el instrumento de política social más importante de la Capital Federal, pero también diría que de todo el país, porque los estados provinciales asumieron tardíamente su rol asistencial.

–Parece que el Estado, a lo largo de la historia, no tuvo capacidad para planificar, para actuar en vez de reaccionar ante la pobreza...

–Lo que queda claro en el libro es que el Estado siempre va detrás de los acontecimientos, lo cual en la Argentina no parece ninguna novedad, pero cuando lo miramos históricamente nos damos cuenta de que muchos de nuestros problemas vienen del pasado. El Estado siempre pone paños fríos cuando la cosa está que arde.

–Excepto, como subraya en el libro, durante el período peronista, cuando emerge una visión política distinta.

–El gran cambio que trajo el peronismo fue considerar a la pobreza como un problema. Antes era algo dado, parte del “orden natural”. La idea de un Estado Benefactor recién está presente con el peronismo. El proyecto del secretario de Salud Pública, Ramón Carrillo, estaba muy bien elaborado. Pretendía tener una medicina socializada y caminó hasta donde lo dejaron porque chocó con los intereses de los gremios, inclusive también con Evita, que era una mujer de acción. Igual esas tensiones no me parecieron un elemento importante de estudiar porque esa forma tan intensiva de trabajar desde la Fundación Eva Perón tenía una motivación política, pero también personal. Evita había nacido en un hogar pobre y era hija ilegítima. Es decir que tenía todo el estigma social de los pobres. Sin hacer teoría psicoanalítica barata, hay elementos de la infancia que a uno lo marcan para siempre. Su pobreza, la falta de una familia “normal”, incidieron en el trabajo de la fundación. Creo que Evita era una obsesiva por hacer cosas desde lo político, tenía una capacidad de trabajo infernal.

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Domingo 7 de diciembre de 2008

La poesía es un arma cargada de futuro
Gabriel Celaya


Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,fieramente existiendo, ciegamente afirmado,como un pulso que golpea las tinieblas,cuando se miran de frentelos vertiginosos ojos claros de la muerte,se dicen las verdades:las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.Se dicen los poemasque ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,piden ser, piden ritmo,piden ley para aquello que sienten excesivo.Con la velocidad del instinto,con el rayo del prodigio,como mágica evidencia, lo real se nos convierteen lo idéntico a sí mismo.Poesía para el pobre, poesía necesariacomo el pan de cada día,como el aire que exigimos trece veces por minuto,para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejandecir que somos quien somos,nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.Estamos tocando el fondo.Maldigo la poesía concebida como un lujocultural por los neutralesque, lavándose las manos, se desentienden y evaden.Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufreny canto respirando.Canto, y canto, y cantando más allá de mis penaspersonales, me ensancho.Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,y calculo por eso con técnica qué puedo.Me siento un ingeniero del verso y un obreroque trabaja con otros a España en sus aceros.Tal es mi poesía: poesía-herramientaa la vez que latido de lo unánime y ciego.Tal es, arma cargada de futuro expansivocon que te apunto al pecho.No es una poesía gota a gota pensada.No es un bello producto. No es un fruto perfecto.Es algo como el aire que todos respiramosy es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.Son palabras que todos repetimos sintiendocomo nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.



Gabriel Celaya nació en Hernani, Guipúzcoa 18 de marzo en 1911. Presionado por su padre, se radicó en Madrid donde inició sus estudios de Ingeniería y trabajó por un tiempo en la empresa familiar. Conoció allí a los poetas del 27 y a otros intelectuales que lo inclinaron hacia el campo de la literatura, dedicándose desde entonces por entero a la poesía. En 1947 fundó en San Sebastián, con su inseparable compañera Amparo Gastón, la colección de poesía «Norte». Obtuvo en 1956 el Premio de la Crítica por su libro «De claro en claro», al que siguieron entre otros, «Plural» 1935, «Cantos Íberos» 1955, «Casi en prosa» 1972, «Buenos días, buenas noches» 1976 y «Penúltimos poemas» en 1982. En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas. Falleció el 18 de abril de 1991 en Madrid.






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Lunes, 19 de Enero de 2009
DIALOGOS
ENTREVISTA AL SOCIOLOGO JUAN CARLOS MARIN
“Hablar de terrorismo de Estado oscurece la realidad”



Fundador de la carrera de Sociología junto con el mítico Gino Germani y autor de un libro clásico como Los hechos armados, Marín aporta su mirada a la comprensión de la “verdadera naturaleza” de lo ocurrido durante la dictadura y sus consecuencias hasta nuestros días.


Por Jorge Halperín



Usar el término ‘terrorismo de Estado’ es salvar a toda la mierda que operó, ya que desaparece de la vista la sociedad civil, desaparece el gobierno, sólo queda el terrorismo de Estado. ¿Qué era el Estado? Parece una caja vacía o negra e insondable.” Para Juan Carlos Marín, fundador de la carrera de Sociología junto al legendario Gino Germani, y autor del libro clásico Los hechos armados, existe un desarme intelectual político y moral que opera encubriendo la verdadera naturaleza de lo que sucedió a partir de marzo de 1976. Los 30.000 desaparecidos han sido para él una “determinación capitalista” y no simplemente el plan siniestro de una banda de militares criminales. Marín juzga que en el último cuarto de siglo hubo una tregua que Néstor Kirchner se atrevió a romper. El que sigue es el diálogo mantenido en su casa del barrio del Congreso.
–Los juicios a los represores de la dictadura siguen desatando controversias. Hay gente que dice: “Dejen el pasado en paz de una buena vez”. La reciente decisión de la Cámara de liberar a Astiz, el Tigre Acosta y otros represores, ¿no demuestra que el pasado sigue entre nosotros, y que hay una trama civil que continua operando con capacidad para frenar a la Justicia?
–Más que la vigencia del pasado es el poder que en el presente mantienen identidades sociales que perduran y van a perdurar. Crear este episodio en momentos en los que habla la Presidenta de un gobierno que reactivó las causas supone algo de una complejidad muy grande, con lo cual descarta la casualidad y nos remite al orden de la “causalidad”. Para que esta contingencia se produzca, sólo puede suceder una cosa: que perdura una confrontación que tiende en este momento a romper la tregua.
–¿A qué se refiere con “la tregua”?
–Cuando se produce la catástrofe de los militares en Malvinas, lo que la sociedad hace es otorgarles a ellos una tregua... bueno, tampoco hay que caer en el reduccionismo de decir que había una dictadura militar cuando en realidad era cívico-militar. Entonces, toda la complejidad civil que está presente en la dictadura organiza un acuerdo y establece la tregua. Lo que sucede hoy en día, y es obvio, es que la tregua ha comenzado a romperse. ¿Qué quiere decir esto? Esa trama cívico-militar no tiene la capacidad de un golpismo militar de inmediato, pero no hay que caer en la ingenuidad de que no tienen la capacidad de conmover a por lo menos el 60 por ciento de las Fuerzas Armadas, es obvio que la siguen teniendo. Pero es fundamental referirse a cómo se conceptualiza, porque cada uno de los términos conceptuales que se están utilizando en el país desde hace muchos años lo único que hace es mantener el desarme intelectual, impedir a la gente una comprensión de los procesos que realmente se producen.
–¿Por ejemplo?
–Bueno, llevó casi 15 o 20 años explicar a la gente que hacía investigaciones acerca de los 30 mil desaparecidos que el problema no se reducía a una banda de militares criminales, que era una determinación del carácter capitalista de orden social que se devora 30 mil personas. Entonces, no debían caer en el reduccionismo de hablar de terrorismo de Estado.
–¿No es correcto hablar de terrorismo de Estado?
–Una cosa es usar al Estado para hacer terrorismo. Pero, construir el término conceptual “terrorismo de Estado” es salvar a toda la mierda que operó, ya que desaparece de la vista la sociedad civil, desaparece el gobierno, sólo queda el terrorismo de Estado. ¿Qué era el Estado? Parece una caja vacía o negra e insondable. Bueno, este proceso del desarme intelectual político y moral, por el marco conceptual que se está usando sigue haciendo daño. ¿Por qué? Porque sigue manteniendo una capacidad de vaciamiento de sentido muy grande en las confrontaciones políticas reales que se están produciendo.
–¿Por qué dice que “se rompió una tregua”?
–Bueno, hay que remontarse al comienzo: si el resto de la sociedad en el ’83 hubiera tenido la más mínima concentración de realidad, era obvio que a las Fuerzas Armadas las desarmaban y las derrotaban. Pero no, era tal la indefensión de la sociedad (sufrimos la derrota interna y la derrota internacional), yo creo que era una indefensión entre intelectual y moral. Así que, primero, una de las partes dio tregua más por razones de complicidad y encubrimiento que por razones de benevolencia. Tróccoli, ministro del Interior de Alfonsín, era la complicidad. Quienes otorgan la tregua son cómplices de un encubrimiento, y por razones morales intentan el proceso de reconstrucción institucional del país. Pero lo importante es saber que en la democracia había complicidades tremendas que impedían comprender cómo seguía la confrontación, aparte de haber sufrido una derrota militar que los de afuera impusieron. Los militares agarraron la tregua contentos porque estaban en la lona. Ahí empezaron a recuperarse con una lentitud brutal pero con algunos chispazos, los levantamientos militares durante el alfonsinismo.
–A la vez, ya en democracia se instala a los socios de la dictadura en los Tribunales...
–Nunca abandonaron los Tribunales, ni el control sobre el Poder Judicial. Es más: el Poder Judicial son ellos. Empiezan los juicios y nadie se da cuenta de la trampa: la gente va a ver el juicio pero no va a oír nada. Nunca se trasmitieron las voces del juicio. Las actas las mandaban a Suecia, como un contraseguro para que dentro de cien años se conozca el texto. Ante todo esto, la gente miraba para otro lado. Al no ser transmitida la palabra de los juicios, habría que haber salido a gritar eso. Pero nos faltaban 30 mil tipos. No es joda. Nos mataron a 30 mil... ¿De dónde la gente iba a sacar fuerzas para gritar lo que había pasado?
–¿O sea que todo quedó en el gesto emblemático de los juicios?
–Todo era una construcción compleja, de una inteligencia tremenda. Argentina tiene originalidades excepcionales, y el capitalismo argentino la capacidad de prolongar tareas iniciadas y no totalmente desarrolladas. Cuando uno analiza lo que significa la construcción política y social de un término como “Desaparecidos”, como realidad operante, se queda con la boca abierta. Esto suprime la diferencia entre pasado y presente. Vuelvo a la tregua: como dije, la parte que concedió la tregua está formada por cómplices civiles de los beneficiados, y nunca rompió esta complicidad. Le pongo un ejemplo: cuando la gente ve que aparece Menem como presidente con los indultos, era el mismo que había delatado gente antes de que se empezara a producir el genocidio. Esto está registrado.
–Hasta lo han protegido...
–Es la cosa típica: Yo doy un golpe y primero protejo a mis negociadores Los meto en un barco y después los suelto. Luego, pueden decir toda su vida que fueron reprimidos.
–Hay, entonces, una trama civil que nunca dejó de actuar y que no dio la tregua sino que entró en la tregua sin negociarla. Y me pregunto si la sociedad civil no condonó secretamente esas culpabilidades...
–Es así, y le voy a decir una cosa: se gasta más dinero en el mundo en construir ignorancia que en construir investigación. Cuando usted hace números, ve la imagen que le dan de que la prensa es el pan nuestro de todos los días. Ese “pan nuestro” está elaborado con mucha capacidad estratégica. La tendencia mundial al monopolio de la información y a vivir según lo que nos dicen la prensa escrita o de radio, TV y cine es impresionante. Mientras que para construir conocimiento real la inversión es mucho menor. La inmensa mayoría de la humanidad es religiosa, y eso forma parte de la construcción de un proceso de desarme intelectual, de expropiación de la autorreflexión. Lo único que estoy haciendo es describir el grado de indefensión que hay para conocer los procesos que tenemos en las narices. La gente lee la prensa todos los días, los titulares tienen el 80 por ciento de su construcción de la realidad que los rodea.
–¿Esto significa que no podemos saber si la sociedad civil condona o condena hoy a los represores?
–La mayoría de la sociedad civil ante una circunstancia semejante a lo que sería el ’73 no tendría ningún problema en volver a matar e incluso mataría un poco más porque habría aprendido que del otro lado la escala del crimen fue abrumadora. La fracción cívico-militar nunca estuvo en tregua, usó la tregua para rearticularse. Y la otra fracción, por razones de complicidad e ingenuidad, intentó reestructurar el orden institucional. Quien rompe esta situación es Kirchner, y en esto hay que ser leal a la realidad histórica: él decide prolongar las convicciones de la década del ’70.
–Bueno, se acusó a Kirchner de llevar los Montoneros al poder...
–Esas son tonterías. Si alguien dice que Kirchner es superminoritario en el peronismo es cierto, pero él es un tipo del ’70 que se ha radicalizado en un momento en que la radicalización del país no excluye al peronismo idealizado. La otra cosa que la gente se olvida con bastante facilidad es que todo lo que había pasado en el país antes del ’73 es tremendo. Por supuesto que no llegó a tener el dramatismo que tuvo después, y a veces cuesta hacer entender que no es lo mismo un sistema represivo donde si alguien muere es más por accidente que por determinación, que la etapa en la cual se pasa a un exterminio. Yo he tenido polémicas muy duras con gente que compartió conmigo las décadas del ’40, ’50 y ’60 porque ellos idealizan las aventuras políticas como una gran cosa. Pero yo digo: “Paren la mano. Lo que sucedió después del ’76 es otra cosa”.
–Cuándo usted dice que se rompió la tregua, ¿implica que había un rumbo de las cosas que se modificó?
–¿Cuándo se rompió el desarme creciente, el vaciamiento de sentido que yo señalé en el campo popular? Se rompió a partir de (Néstor) Kirchner porque él decide seguir la lucha. Como dije, Kirchner es un hombre del ’70 con las articulaciones que la pequeña burguesía ilustrada había comenzado a realizar hacia abajo y hacia el costado. La gente que militó en el Frejuli es una pequeña burguesía ilustrada, que tiene valores que pertenecen a la larga tradición de una alternativa en el campo de la izquierda. Dentro de lo que eran las corrientes más populares había una cierta radicalización en experiencias políticas, sociales y culturales, lo cual no quería decir abandonar el peronismo sino comenzar a construir un peronismo inexistente pero vivido como posible. En el ’54 yo estuve preso en las más grandes huelgas obreras que hubo durante el peronismo. Nos dieron con un caño, yo era el secretario regional de la Federación Universitaria. Estábamos presos porque la mayoría éramos contras, pero no éramos gorilas.
–Pero ayer alguien de su generación me decía: “Peronismo de izquierda es un oxímoron”.
–No, peronismo de izquierda es una estupidez. Una cosa es entender los modos de radicalizarse de las distintas fracciones sociales. Usted puede ser un capitalista y se radicaliza, es un obrero y se radicaliza, ¡qué quilombo se le arma en la cabeza! El tema de la radicalización es de una complejidad muy grande.
–La lectura que parece hoy más instalada en la sociedad es así: se impuso el ideal democrático en todos los discursos y la constatación de que hubo un genocidio en la dictadura, pero quedó también inscripto en la memoria que hubo locura armada del otro lado.
–La tesis de los dos demonios perdura. Cuando una teoría perdura, uno tiene que entender y dar cuenta de por qué perdura, porque hay una porción de verdad. La tesis de los dos demonios es una porquería, pero igual hay algo de verdad. Poco importa que yo demuestre objetivamente que ellos mataban y los nuestros no, lo que importa es saber qué pedazo de la realidad se sigue usando y por qué perdura esa tesis. Efectivamente, había algunos a quienes se les volaban las cañitas; en cambio, en el otro campo se justificaba el genocidio, ésa es la diferencia.
Se enfatiza a uno de los contendientes a quien se le volaban las cañitas, pero no se ve todo lo que fue el ancho campo de la gente de abajo, del medio y de arriba que se metió en la lucha para ellos vivida como una realidad revolucionaria. En ese campo, si había una decisión que estaba clara era que no estaba presente el tema de matar al otro.
–Es más, habría que decir que era minoritaria la tendencia de los que consideraban que estaba bien ir a matar a otro.
–Si hubiera sido mayoritaria ganábamos, de mala manera pero ganábamos.
–¿A quiénes involucra con el “ganábamos”...
–Cuando yo digo “del lado nuestro”, me refiero a la gente que tiene una aversión y una determinación anticapitalista. La puede elaborar bien o mal, y la hemos elaborado más mal que bien. En los ’70 hay un escenario de gente que tiene una aversión anticapitalista, no al neoliberalismo porque la famosa lucha contra el neoliberalismo es luchar por un capitalismo bueno. En ese momento, por muy distintos caminos se empezó a pensar en “la patria socialista”. Las discusiones que había eran de una gran debilidad en relación no sólo en las teorías sino también al modo de registrar la realidad. Consecuencia: 30 mil muertos. ¿Quién tiene la responsabilidad de los 30 mil muertos? Primero el que mata, no me vengan con la teoría de que los provocaron. La cosa para mí más importante es que no es difícil demostrar la disparidad brutal de 30 mil muertos y los mil muertos del otro lado. Que mil justifiquen 30 mil muertos es complejo. Con lo cual, lo primero que salta a la vista es que los de este lado mataban poco. Una de las razones de que mataran poco es porque las convicciones políticas de su lucha no hacen presente el tema de la matanza.
–Eso sugiere un divorcio de la guerrilla respecto del campo popular...
–La guerrilla se distancia más que se divorcia, en el sentido de que no logró comprender con claridad que el desarrollo de la lucha social y política no tenía la radicalidad que ellos le otorgaban. Es donde la ideología te hace daño, no te permite analizar lo que realmente está sucediendo. Hay una cosa más: la sociedad argentina del ’73 construía mitos idealizados y románticos acerca de la guerrilla. El 60 por ciento de la sociedad argentina idealizaba a los combatientes.
–¿Qué juicio le merece que Miguel Bonasso califique a este gobierno de centroderecha?
–Miguel Bonasso usa esta descripción para atacar. Me parece un error, porque es bueno saber entre gente que tiene cierta cultura que, primero, lo único que hay en el mundo es capitalismo. No hay otra cosa, está al margen de las buenas intenciones de quien sea. Si una persona dice: “Estos son de centroderecha”, en realidad lo que está diciendo es que hay una alternativa posible a la izquierda y éstos no la realizan. El deseo es gratificante, pero me llama la atención la falta de juicio de realidad en la descripción de lo que está sucediendo en el país. Ahora pasa un poco lo mismo: hay por adelante una confrontación que, si no se advierte con claridad, nos volvemos a ir a la mierda, peor de lo que la gente se puede imaginar. Están viendo con sus propios ojos la articulación que se produce de tipo político, social y económica en un bando, y están mirando para otro lado. Esta nueva crisis del sistema capitalista a escala mundial y de crecimiento, bueno, ésta es la forma en que crece el capitalismo.
–¿Usted piensa que esta crisis puede producir exterminios masivos?
–Primero, lo está haciendo, empiezo por ver lo que sucede. La limpieza que están haciendo e hicieron en territorios como Irak e Irán no es moco de pavo. La limpieza tipo Palestina tampoco es para hacerse los boludos, hay que mirar bien. El nivel de indefensión intelectual que impide verlo es muy serio. Que esa indefensión exista en los sectores desprotegidos no nos llama la atención porque esto es intencional. Pero que exista indefensión intelectual a nivel nuestro, yo creo que a la larga termina siendo complicidad involuntaria.
–A mí me llamó la atención que el conflicto del campo perforara mucho más el pensamiento progresista...
–Esto tuvo una cosa positiva, que es que hubo gente que se asustó. Carta Abierta tiene esa virtud. Yo no formo parte, pero es así. Cuando sucede lo del campo, leo una nota en la que (Eduardo) Grüner trataba de hacer un análisis de clases sociales, y les dije a mis compañeros: “Che, ¡qué bueno que se asustó!”. Y a los dos meses apareció Carta Abierta. Vi que eran muchos los que se asustaban con el tema del campo, pero sólo se asustan y no son capaces de realizar un análisis más riguroso. Pero los de Carta Abierta tuvieron un exceso: sin darse cuenta, ayudaron a construir al enemigo, porque le dieron más ideas que las que tenía en ese momento. Cuando dicen “destituyente”, les daban una idea que ellos no tenían.
–¿A usted le parece que fue un exceso calificar de destituyente a lo hacían el campo y sus aliados?
–Sí, es un error, porque, aunque lo fuera o hubiera elementos, lo que yo tengo que saber es que no tengo que ser argamasa de lo que no debo ayudar a unir. En este sentido, Grondona se pasa las 24 horas del día buscando una argamasa para unir a la oposición. Antes de la última elección que ganó Cristina Kirchner, él invita a toda la oposición e invita a Jorge Asís, quien fue el único que le dijo: “¿Vos creés que éstos se van a unir?”
–Al decir esto, ¿piensa que el Gobierno también se equivocó al querer unir lo que no estaba tan unido?
–El Gobierno más que equivocarse fue muy ingenuo, porque Kirchner atacó todos los días a todos, cuando en la capacidad de dispersión había una inteligencia. Ahora, un gobierno como el de los Kirchner, que no tienen un servicio de inteligencia a su favor –y al no tener buena información y no tener buenos analistas, cuando se está en la cúspide de una determinación empezar a acumular una fragilidad brutal–, una mosca en la balanza le tira todo. La indefensión de los Kirchner tiene que ver un poco con eso: son frágiles, pero, de golpe, tienen una enorme fuerza. Eso les habla de la debilidad de los otros. Claro que, cuando empieza a desarrollarse un proceso en el cual todos tienen algo en común, esto empieza a crear las condiciones de articulación entre ellos.
–Ahora, ¿cree que sobre los pequeños y medianos productores rurales se monta la vieja trama golpista que en otro momento provocó el genocidio?
–No, esto es la permanente actualización del carácter capitalista de una sociedad. Entonces ¿qué es lo que se empieza a construir? La posibilidad de una vuelta de tuerca capitalista fundada en una mayor exclusión de la sociedad, y ese es el chiste trágico; y, de este lado, los ingenuos que intentan la prolongación de una autonomía capitalista posible para lograr una mayor inclusión. ¿Qué quiere decir autonomía capitalista? Es salir a defender un poco las mercancías propias porque si lo hago permanentemente bien voy a poder tirar para abajo algo. Esto no está mal ni bien, pero sólo es posible si gano la lucha en el interior de las facciones capitalistas.
–¿Y usted qué piensa?
–Que no hay una posibilidad de desarrollo de un sistema capitalista si no es a partir de la expropiación de otro, nada detiene las leyes de acumulación capitalista. Nadie puede poner en duda que pueden producirse según el desenvolvimiento del mercado mundial coyunturas que permiten una situación en la cual hay una redistribución del ingreso que humaniza las condiciones. Pero esto no es fácil, dado que redistribuir significa imposibilitar a capitalistas su acumulación, sacarles su oxígeno.
–¿No es llamativo que se haya pacificado el país con orden democrático durante 25 años justo cuando la sociedad es más desigual que nunca. ¿Hay una relación de “causalidad” en eso?
–En realidad es así: cada golpe implica una manera de redistribuir. Usted mismo ofrece la respuesta en su pregunta. Justamente no es contradictorio, como podría pensarse, pacificar la sociedad cuando es desigual como nunca. ¿por qué? Han matado 30 mil. ¿Quién se encarga de poner orden desde esa perspectiva? El delito organizado, no hay delito sin organización. Meterse en el delito organizado es meterse en la entraña de cómo construye un orden capitalista. Los dos grandes negocios universales son las armas y la economía negra, el narcotráfico, lavado, prostitución y juego. Usted me habla de un orden institucional. Esto es: para nosotros los iguales. Si, en cambio, somos pobres dentro de los iguales, nos va a ir mal. Hay una frase de Borges que me hace reír: llega a México en medio de la dictadura de acá en el ’77 o ’78, le preguntan sobre la democracia y él dice “Esa superstición”. Y yo digo: hay algo de superstición en la democracia. No es verdad que la democracia sea lo que la gente desea que sea, y nunca lo fue. Ni siquiera en Grecia. La democracia siempre ha sido un orden institucional tribal. Es la victoria de quien conquistó el territorio con las armas y mantiene el territorio con las armas, sea que las use o le baste con mostrarlas.

Fuente :
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-118494-2009-01-19.html




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ALAMBRE

Hoy miraba a travez del
alambre. Un monte,
un tanque.

Allí estás, alambre.
Mudo, temerario, sin
dejar que mire mas
allá.

Tu sabrás tu destino,
yo desconozco el mío.
Sin embargo allí estás y
eres mi enemigo.

Bueno alambre, a veces
duele, el alambre duele.

Mario Alberto Gordillo
Módulo 1- Pabellón A “3”

Complejo Carcelario N° 2 “ Adj. Andrés J. Abregú “, Cruz del Eje, Pcia. de Córdoba .






































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